Although Brazil's first park was established in 1937, the past two decades have witnessed an explosion of protected areas. Until 1989 federal parks and reserves were created by the Brazilian Forest Development Institute (IBDF) and the Special Secretariat for the Environment (SEMA). In 1989 SEMA and IBDF were united to form the Brazilian Institute for the Environment and Renewable Natural Resources (IBAMA). A formal, unified system for federal, state, and municipal parks, the National System for Protected Areas, was made law in 2000. In 1976 IBDF drew up a biogeographical model for siting protected areas for biodiversity conservation in the Amazon, based on representation of phytogeographic regions. There are three ongoing initiatives to determine the location of new protected areas: (1) protected areas were recommended for the majority of 900 priority areas for biodiversity conservation identified in workshops held for Brazil's major biomes (1998–2000); (2) establishment of biodiversity corridors with parks and reserves as key elements; and (3) the creation of protected areas in the 23 Amazonian ecoregions identified by World Wildlife Fund—Brazil (the ARPA program). Federal and state strictly protected areas now number 478 and total 37,019,697 ha, and there are 436 sustainable-use areas totalling 74,592,691 ha. Other categories of protected areas in Brazil include private natural heritage reserves (RPPNs), which are generally small but proving important for the conservation of restricted-range and highly threatened species, and indigenous reserves, which are increasingly recognized as vital for biodiversity conservation because of their enormous size. Although Brazil has created an enormous number of protected areas over the last two decades, enormous challenges remain—not only for their administration and management—but also to protect the parks themselves as Brazil continues with its ambitious developmental programs for energy, infrastructure, industry, and agriculture.
Resumen: Aunque los el primer parque de Brasil fue establecido en 1937, las dos últimas décadas han atestiguado una explosión de áreas protegidas. Hasta 1989, los parques federales y reservas fueron creados por el Instituto Brasileño de Desarrollo Forestal (IBDF) y la Secretaría Especial del Medio Ambiente (SEMA). En 1989 SEMA e IBDF fueron unidos para formar el Instituto Brasileño para el Ambiente y los Recursos Naturales Renovables (IBAMA). En 2000, se estableció legalmente un sistema formal, unificado para parques federales, estatales y municipales, el Sistema Nacional para Áreas Protegidas. En 1976, IBDF adoptó un modelo biogeográfico para situar áreas protegidas para conservación de biodiversidad en la Amazonía, basado en la representación de regiones fitogeográficas. Actualmente están en curso tres iniciativas para determinar la ubicación de nuevas áreas protegidas: (1) se recomendó el establecimiento de áreas protegidas en la mayoría de las 900 áreas prioritarias para la conservación de la biodiversidad que fueron identificadas en talleres sobre los principales biomas de Brasil (1998-2000); (2) establecimiento de corredores de biodiversidad con parques y reservas como elementos claves; y (3) la creación de áreas protegidas en las 23 ecoregiones amazónicas identificadas por el Fondo Mundial para la Vida Silvestre–Brasil (el programa ARPA). Actualmente, hay 478 áreas federales y estatales estrictamente protegidas que abarcan un total de 37,019,697 ha, y hay 436 áreas de uso sustentable que totalizan 74,592,691 ha. Otras categorías de áreas protegidas en Brasil incluyen la Reserva Privada de Patrimonio Natural (RPPN), generalmente pequeña pero importante para la conservación de especies muy amenazadas y con distribución restringida; reservas indígenas, cada vez más reconocidas como vitales para la conservación de biodiversidad debido a su gran extensión. Aunque Brasil ha protegido una superficie enorme en las dos últimas décadas, hay enormes retos no solo para su administración y manejo, sino especialmente para proteger a los parques mismos ya que Brasil continúa con sus ambiciosos programas de desarrollo para energía, infraestructura, industria y agricultura.