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Acercamiento al periodismo en Santander
El presente documento busca presentar algunos puntos de vista sobre el
diagnóstico de la situación del periodismo en Santander; se trata de un
sondeo exploratorio1 a partir de conceptos entregados por directores y
periodistas de medios regionales, que nos permite acercarnos a la realidad
del ejercicio de la profesión en esta parte del país.
Javier Sandoval Montañez*
El ejercicio digno de la profesión o la posibilidad de una estabilidad
económica es el dilema que a diario enfrentan no pocos periodistas de esta
región. La neutralidad y la distancia de las que debe gozar el periodismo no
aplican cuando el profesional tiene necesidades económicas y sociales que
atender. Es un problema de subsistencia. La crisis económica, el desempleo,
la corrupción y otros males que aquejan al país han tocado también a
quienes cotidianamente deben informar de ello. Y no es que esto sea algo
reciente, sino que -como la misma situación de Colombia- ha llegado a unos
niveles inocultables. Por eso no es arriesgado asegurar, como lo hace Carlos
Ibarra2, que "el periodismo es el reflejo de todos los males del país". Una
pregunta podría resumir lo que este sondeo exploratorio de la situación del
periodismo santandereano encontró: ¿Se puede ser ético sin morirse de
hambre?
El comportamiento de la economía ha llevado a las empresas anunciantes a
reducir sus presupuestos de publicidad y por ende al descenso de los
ingresos en los medios. Los indicadores dados a conocer por IBOPE a
febrero de 2003, muestran que en el último año el descenso la inversión
publicitaria en televisión fue del 12% y en radio del 3%. En prensa se dio un
leve crecimiento del 2%. Los principales anunciantes como el Gobierno, las
entidades financieras, el sector de alimentos, los productos de aseo personal,
la telefonía celular y los servicios de salud redujeron sus presupuestos
1 El sondeo fue realizado entre agosto y octubre de 2002, mediante
entrevistas personales con directores, editores o jefes de redacción de
medios periodísticos de prensa, radio y televisión regional. También se
aplicaron encuestas escritas a reporteros de diversos medios. En total se
obtuvo la opinión de 40 periodistas activos del área metropolitana de
Bucaramanga, Barrancabermeja, San Gil y Socorro.
2 IBARRA Carlos, editor general diario Vanguardia Liberal. Entrevista
personal.
publicitarios en cifras que oscilan el 5 y el 68 por ciento. Los anunciantes
con mayor crecimiento en la pauta publicitaria fueron los propios medios de
comunicación. En consecuencia, las medidas de contingencia han ido desde
la recapitalización de algunas de estas empresas de comunicaciones, como
el caso Radio Caracol, hasta la desaparición de espacios periodísticos e
informativos, siendo este último el más común de los casos en Santander.
Pablo Emilio Buitrago3, señala que "hay una situación preocupante en
cuanto al cierre de espacios para ejercer el periodismo, principalmente en
radio. Respetando las doctrinas religiosas, uno ve que cada vez más
iglesias están comprando emisoras y como consecuencia de eso se ha
cerrado algunos espacios noticiosos o de opinión que eran opciones para
los periodistas".
Excepto RCN y Caracol, las cadenas y emisoras de Bucaramanga no
cuentan con programas periodísticos propios. Esos espacios los han
entregado en concesión a programadores o periodistas particulares, quienes,
por un pago mensual tienen derecho a comercializarlo, con el compromiso
de realizar el programa a nombre de la empresa de radiodifusión. "Ante la
carencia de medios para trabajar, uno tiene que buscar alternativas", dice
Carlos Alberto Bermúdez, quien agrega: "En mi caso, soy el director de
noticias de Todelar Santander, pero tengo el espacio en concesión; pago un
arriendo a la emisora y eso sale de la pauta que venda". La situación es
semejante en Colmundo Radio, Radio Primavera y Radio Melodía.
Hasta aquí no tendría nada de extraño que periodistas de reconocida
trayectoria dejaran el ejercicio diario de la reportería para emprender el
difícil camino de hacer empresa. Casos como éstos en el país son muy
sonados. La revista Cambio, la emisora Radionet y los noticieros de
televisión Noticias Uno y CMI, son algunos de propiedad de connotados
periodistas. María Elvira Samper, Mauricio Vargas, Yamid Amat, Daniel
Coronel, Felix de Bedout y hasta el propio Gabriel García Márquez hacen
parte de la lista de periodistas dueños de medios. La inquietud surge cuando
el periodista de a pie, el "cargaladrillos", además de su trabajo de
recolección, procesamiento y difusión de información debe buscar
anunciantes para que pauten publicidad en el medio para el cual presta sus
servicios, como una tarea adicional para asegurar su sustento, sin que por
ellos reciba un salario ni seguridad social.
La información como mercancía
3 BUITRAGO, Pablo Emilio, presidente de la Corporación de Periodistas de
Santander. Entrevista personal
1
Tal situación ha redundado en algo que podríamos llamar el mercadeo de la
información y que se ha acentuado en la medida en que han ido
desapareciendo espacios formales de trabajo para los periodistas. Los
comunicadores reconocen que este fenómeno se ha convertido en un círculo
vicioso de extorsión mutua y constante entre periodistas y funcionarios
públicos. Necesidades distintas los juntan en un juego de poder. La
necesidad del periodista-vendedor de obtener una pauta publicitaria y el
poder de influir en muchas personas (electores) a través de los medios de
comunicación, convive con la necesidad del funcionario público de que su
gestión sea difundida favorablemente y el poder que tiene de otorgar una
pauta por medio de jugosos presupuestos publicitarios.
Sin embargo, como lo señala la mayoría de los periodistas consultados para
este sondeo, lo anterior es el resultado de la situación descrita, mas no una
justificación para tal conducta. Asimismo al buscar responsables no sólo
aparece la tan mentada crisis económica del país, que ha llevado al
desempleo creciente en todos los sectores; aparecen también compartiendo
créditos las universidades, los medios de comunicación, los gremios
periodísticos, la falta de una reglamentación laboral profesional y los
mismos periodistas, directos responsables por la pérdida de la dignidad del
periodismo.
Ante la pregunta ¿Qué opinión tiene de la situación del periodismo en
Santander? las respuestas de los periodistas activos consultados, fueron muy
diversas. Sin embargo, se evidenció, una profunda preocupación por el
detrimento de la situación laboral de la profesión y las consecuencias que
ello está generando. "Noto con mucha preocupación que cualquiera es
periodista (...) que está llegando gente a los medios a vivir de la profesión,
a sortear las noticias... a venderlas; eso me preocupa mucho y no hay
autoridad que controle", es el concepto de Amparo Parra Mosquera4.
A pesar de que esto no es de reciente suceso, pues la práctica de vender la
información resulta frecuente, indigna a los comunicadores profesionales
que se haya extendido hasta generalizarse, además, porque "ahora
cualquiera compra una grabadora, una cámara o toma un micrófono y ya
es periodista", dice Ricardo Jaramillo5. No obstante lo condenable que es
para el periodismo la sola práctica de pedir pauta, resulta mucho más
deleznable exigirla como una forma de extorsión. "Uno de estos periodistas,
por ejemplo, va donde un funcionario a pedirle pauta por cierta cantidad y
4 PARRA, Amparo Parra, directora de noticias Caracol Bucaramanga.
Entrevista personal
5 JARAMILLO, Ricardo, director TRO Noticias, Canal TRO. Entrevista
personal
si no se la asigna empieza a atacarlo en su programa o periódico hasta que
el funcionario cede y el periodista, entonces, empieza a hablar bien de él",
agrega el comunicador.
Otros directores de informativos ratifican esta conducta con nuevos
ejemplos. "Los periodistas concesionarios que tienen que sobrevivir de la
venta publicitaria encuentran en las entidades del Estado el camino más
fácil, pero condicionan que si no les conceden pauta, su radioperiódico,
noticiero o programa de opinión se convierte en trincheras desde los cuales
disparan a diestra y siniestra en forma indiscriminada y en ocasiones
inhumana contra el gobernante de turno, sencillamente porque no les da
pauta. Pero también el gobernante sanciona o excluye de sus presupuestos
a quien no habla bien de él o al que le da palo", relata Vidal Humbeto
Abreo6.
Al respecto Pablo Emilio Buitrago sostiene: "Algunos de los periodistas
veteranos que se han formado en el medio, se han dejado contagiar por la
política y en sus espacios de opinión, acomodan la información a ciertos
intereses de movimientos y personajes políticos y uno percibe que hay
compromisos pagos, es decir, hay periodistas que opinan bien o mal, si les
otorgan o no una pauta publicitaria o si reciben o no favores de ciertos
funcionarios o políticos".
"Periodistas de algún renombre en la región se han dado a la tarea de
traficar con las noticias, con métodos como buscar información
comprometedora de un funcionario, a quien le ofrecen la oportunidad de
participar en sus programas con un costo determinado, so pena de ser
objeto de escándalo desde esas tribunas, señala Carlos Ibarra.
Condena ética
Esto, de suyo, deja al descubierto un periodismo contaminado, amañado y
sujeto a las presiones. Una práctica carente de ética y condenable desde
cualquier punto de vista, que no se justifica por la difícil situación
económica, pues hay otras formas de conseguir el sustento más rentables y
que no obligan a renunciar a la dignidad. El periodista, se supone es garante
de uno de los derechos fundamentales de la comunidad, "el derecho a
recibir información veraz e imparcial"7 y por eso se le considera "un
servidor publico del interés general, vocero de la opinión pública y
trabajador del bien común"8. Por otro lado, la Unesco señala que "en el
periodismo, la información se comprende como un bien común y no como
6 ABREO, Vidal, director de noticias Colmundo Radio Bucaramanga.
Entrevista personal
7 Constitución Política de Colombia (1991) Artículo 20.
2
un simple producto"9. Asimismo, el código de ética del Círculo de
Periodistas de Bogotá (CPB) establece que "el periodista debe adoptar una
posición crítica frente a las fuentes, confrontarlas y comprobar sus
afirmaciones", así como mantener una posición de independencia de sus
fuentes para conservar la credibilidad, indispensable en su ejercicio
profesional; por ello condena conductas como recibir pagos o favores de las
fuentes, así como la venta de publicidad como parte de la retribución por su
trabajo. De igual forma se llama la atención de los propietarios de medios
para contribuir a mantener la independencia del periodista, como lo explican
María Teresa Herrán y Javier Darío Restrepo:
"La empresa periodística tiene la responsabilidad de mantener un nivel
decoroso en las remuneraciones de sus periodistas con el fin de garantizar
su independencia en ese aspecto. Su salario debe permitirle al periodista
dedicarse por entero al ejercicio profesional sin necesidad de acudir a
otras fuentes de ingreso. Resulta vedada, en consecuencia, la práctica de
imponer a los periodistas la venta de publicidad para que obtengan así
parte de su ingreso. Esa gestión limita su independencia profesional y los
expone a contraer compromisos que les impedirían informar libremente"10.
Pero como si fuera poco, los gremios periodísticos en Santander o no
existen, no se pronuncian o también están plegados a intereses ajenos. Luis
Emiro Millán11 los califica como "grupos de amigos que se reúnen el 9 de
febrero para celebrar el Día del Periodismo, pero después cada quien por
su lado". Ricardo Jaramillo considera que "no tienen representatividad".
"No hay un gremio fuerte que defienda la dignidad del periodista", dice
Carlos Ibarra. Existen tres organizaciones (la Corporación de Periodistas de
Santander, la Cooperativa de Periodistas y el Colegio Nacional de
Periodistas seccional Santander) pero ninguna que realmente agrupe y
represente los intereses generales de los profesionales del periodismo.
El origen de esa situación de mercantilismo a la que ha llegado el
periodismo santandereano se ha atribuido principalmente a las condiciones
impuestas por el mercado laboral, pero los propios periodistas dieron el
primer paso al aceptar condiciones irregulares en la práctica profesional. El
director de noticias de RCN Bucaramanga, Luis Emiro Millán, explica el
fenómeno: "En primer lugar fue culpa de ellos mismos cuando aceptaron
8 RESTREPO, Javier Darío y HERRÁN, María Teresa. Ética para
periodistas, Tercer Mundo Editores (1991)
9 Idem
10 Idem
11 MILLÁN. Luis Emiro, director de noticias RCN Bucaramanga. Entrevista
personal
algo que en radio se llama trabajar por cupos. Los periodistas se dejaron
imponer que tenían que trabajarle al medio y aparte de eso vender
publicidad. No había ningún nexo de tipo laboral, la empresa no era
empleadora directa, no tenía ninguna responsabilidad. Eso hizo que los
periodistas empezaran a depender, por ejemplo, de las entidades oficiales y
de los dirigentes políticos; entonces, se manejaban las relaciones
periodísticas con un criterio económico, es decir, le tapaba al político sus
malas actuaciones con tal que le mantuviera su cupo mensual. Eso dio paso
al chantaje y hoy vemos cómo algunas personas que trabajan en los medios,
si quieren obtener provecho económico, sencillamente optan por asediar a
un personaje de la vida pública, hasta que les da su tajada, su beneficio
mediante un cupo de publicidad".
Del mercado laboral
Al mirar atrás para intentar encontrar las causas de este mal se observa que,
por un lado, la abolición de la Tarjeta Profesional de Periodista, mediante
sentencia de las Corte Constitucional en marzo 1998, contribuyó a que
cualquier persona sin una formación básica en lo teórico, lo técnico y lo
ético de la actividad periodística acceder a los medios, que, a su vez,
golpeados económicamente encontraron en la concesión de espacios una
solución para algunos de sus problemas, principalmente los laborales y los
de comercialización. Por otro lado, la proporción de egresados de las
facultades de comunicación es mayor al número de puestos formales de
trabajo en periodismo. En los últimos 10 años la Facultad de Comunicación
Social de Universidad Autónoma de Bucaramanga ha graduado a 45
periodistas (comunicadores sociales con énfasis en periodismo) en promedio
anual. A esta cifra se sumarán los egresados de la Facultad de
Comunicación de la Universidad Pontificia Bolivariana, que en septiembre
de 2003 graduará los primeros comunicadores. Otras escuelas de periodismo
del entorno regional, como la de la Universidad de Pamplona, también
contribuirán en los próximos años al aumento mano de obra para el
periodismo.
Si bien es cierto que esa proliferación se da en todas las carreras
profesionales, un médico o un abogado pueden trabajar de manera
independiente, pero un periodista ejerce su profesión en un medio de
comunicación y éstos, desde hace unos años vienen reduciendo sus espacios
laborales. Asimismo, mientras el médico y el abogado pueden abrir su
consultorio u oficina y cobrar directamente al usuario por sus servicios, el
periodista no lo puede hacer. El periodista se forma para hacer su trabajo:
recopilar, procesar y difundir información, y aunque también podría llegar a
3
ser empresario, en el campo de los medios de información se requiere de
una gran inversión y legalmente existen muchos impedimentos para hacerlo;
no es posible montar un canal de televisión o una estación de radio así como
abrir un consultorio o una oficina. Es claro, entonces, que el periodista
depende de los medios de comunicación para desempeñar su trabajo.
Ese desequilibrio entre oferta y demanda laboral es una de las tantas causas
de la situación de desprestigio en que ha caído la profesión. La disputa por
las pocas sillas disponibles en los medios ha redundado en el deterioro de
las condiciones laborales de los profesionales de la información. Amparo
Parra Mosquera describe la situación laboral de los periodistas como difícil,
porque "el periodismo, para ejercerlo como tal, ofrece un mercado muy
cerrado en Santander... y muy barato". La comunicadora considera que el
salario no compensa el trabajo y la responsabilidad social que cae sobre los
hombros del periodista profesional. Al respecto, Carlos Martínez12 dice: "Es
lamentable. Cuando la situación económica no era tan mala, pagaban mal;
hoy es lamentable".
El periodista Millán, también tiene su punto de vista sobre la situación
laboral de los informadores: "Está un poco complicada. Ha habido recortes
de personal y despidos. No hay conciencia en algunos medios de que el
periodista también es un trabajador que merece un sueldo y seguridad
social. Además, por disposiciones legales no se pueden establecer más
estaciones de radio y los espacios ya están ocupados. La única manera
para que ingrese alguien es que haya la disponibilidad del espacio, por
demás escasos, y demuestre capacidades como para que vaya llenando los
vacíos que van quedando".
"No, en Bucaramanga no hay", dice Carlos Alberto Bermúdez, sobre las
posibilidades laborales para periodistas, lo cual trae consecuencias
desalentadoras: "La gente que está trabajando es porque le pagan un sueldo
supremamente bajo. Como hay tanto profesional buscando trabajo,
entonces uno que quiere hacer hoja de vida se ofrece por menos plata y
desbanca a otro de más trayectoria. A los empresarios no les importa eso,
porque lo que buscan es economía".
Para Vidal Humberto Abreo, la situación laboral es diferente en cada medio,
porque algunos espacios de televisión, las principales cadenas de radio y el
diario Vanguardia Liberal, ofrecen a sus periodistas contratos para
desempeñarse en su labor exclusivamente, no obstante, con una
12 MARTÍNEZ, Carlos Guillermo, editor general periódico El Compás.
Entrevista personal.
remuneración muy baja. "Los demás son concesionarios y deben vender
publicidad para sacar de ahí su remuneración mensual, no hay contratos de
ningún tipo, no hay seguridad social, están absolutamente desprotegidos,
sin un seguro, una póliza que los ampare".
En opinión del editor general de Vanguardia Liberal, Carlos Ibarra, los
mismos periodistas están generando ese irrespeto, porque "la profesión se
feria; hay quienes se regalan por trescientos mil pesos y los grupos que
tienen el control de los medios saben que pueden encontrar en el mercado
laboral periodistas dispuestos a trabajar por cualquier precio. El
periodismo se ha entregado al mercantilismo de la noticia, porque como no
hay fuentes de trabajo dignas, el periodismo se vende por lo que sea".
Carlos Guillermo Martínez explica la situación como “cuestión de
subsistencia, porque si uno no lo acepta, otro sí lo hace. O empeña su oficio
o no come, no tiene otra salida. Es un sistema reprochable, pero esa
censura debe dirigirse a los medios”.
La academia también es señalada
Esa evidente y manifiesta ausencia de oportunidades laborales es quizá la
primera causa de eso que Carlos Ibarra bien llama "mercantilismo de la
noticia" y que a la vez desnuda una gran mediocridad en los contenidos
informativos de los medios santandereanos y una preocupante ausencia de
principios éticos, condenable desde cualquier punto de vista. Sin embargo,
ante ello la academia es señalada de indolente. Los comunicadores le
asignan gran responsabilidad a la universidad, por la galopante situación de
deterioro profesional del periodismo. Se le sigue acusando por estar de
espalda a la realidad laboral de la región y general del país.
Para José Vesga13, las universidades “se convirtieron en un paridero de
periodistas. Están graduando profesionales que no tienen un mercado
laboral asegurado y por eso uno ve muchas personas que se regalan, lo que
ha llevado a que el periodismo se haya degenerado en materia de ingresos
económicos”. Vidal Abreo, comparte la posición y sostiene que “sin duda
las universidades están contribuyendo a aumentar la sobreoferta de
periodistas en el medio”.
Pero los cuestionamientos a las universidades no solamente tienen que ver
con el incontrolado aumento de la mano de obra, sino que también apuntan a
la calidad de la formación que reciben los futuros periodistas. En este
aparte, además de las opiniones expresadas por los comunicadores de la
región, nos apoyaremos en conceptos de algunos destacados periodistas del
13 VESGA, José, periodista concesionario, director del noticiero de Radio
Primavera. Entrevista personal.
4
país. María Elvira Samper se expresa sobre las condiciones de los
egresados: “No saben redactar, no leen, no conocen historia de Colombia.
Les hace falta método, el rigor que sí garantizan otras disciplinas. Es más
fácil enseñarle a un antropólogo a hacer un lead o una entrevista, que al
otro darle el contenido, el contexto de las cosas. Pienso que el periodismo
debe ser una carrera de posgrado”14. Sobre el mismo tema, Juan Gossain:
“La mayoría de los jóvenes que salen, ni siquiera conocen el lenguaje
periodístico (...) Los muchachos deberían saber cuál es la verdad del
mercado laboral. Tener claro que se trata de un mercado muy restringido.
Si yo fuera uno de ellos tomaría la decisión de estudiar otra cosa antes,
para luego llegar al periodismo que es una vocación”15. A las anteriores se
unen las palabras de Gabriel García Márquez: "El infortunio de las
facultades de Comunicación Social es que enseñan muchas cosas útiles
para el oficio, pero muy poco del oficio mismo (...) Los muchachos que
salen ilusionados de las academias, con la vida por delante, parecen
desvinculados de la realidad y de sus problemas vitales (...) La mayoría de
los graduados llegan con deficiencias flagrantes, tienen graves problemas
de gramática y ortografía y dificultades para una comprensión reflexiva de
textos."16.
Carlos Martínez señala que las facultades donde se preparan los periodistas
están “rezagadas” y existe una “necesidad por mantenerse en lo
tradicional, por considerarlo seguro” y sobre el pénsum dice que
“desconoce la realidad en todos los ámbitos. Se pretende formar
estudiantes de hoy con esquemas antiguos. Todavía se mantiene la misma
filosofía; a pesar de los cambios, los estudiantes salen muy despistados”.
Luis Emiro Millán insiste en la falta de contacto con la realidad de las
escuelas de periodismo. “Lo que se debe hacer es inculcarle al muchacho,
desde el primer semestre, que él va a trabajar con la realidad, que es la
materia prima del periodismo, pero hay mucho academicismo y se olvida
que de la universidad hacia fuera está la ciudad, el departamento y la
nación que van a ser sitios donde va a encontrar su campo de trabajo”. El
divorcio entre la academia y la realidad es una de las principales
preocupaciones de los directores de medios, como lo ratifica Ricardo
Jaramillo: “Falta que al estudiante se le ‘estrelle’ con la realidad desde el
principio, no encerrarlo en cuatro paredes a recibir una gran cantidad de
14 ALBA, Gabriel y BUENAVENTURA, Juan Guillermo. Facultades de
Comunicación en el ojo del huracán, en Signo y Pensamiento No.31 (1997)
15 Idem
16 Ibid
conocimientos teóricos alejados de la realidad del país”. La insistencia
sobre este tópico es evidente. “Las universidades están contratando a
estudiantes recién egresados como profesores sin ninguna experiencia en el
ejercicio profesional que repiten lo que aprendieron y por eso cuando los
estudiantes llegan a los medios se encuentran con una realidad distinta”,
sostiene José Vesga.
Aunque para quienes expresan estas opiniones, las falencias de los
egresados son tomadas como vacíos en la formación dada por la
universidad, no todo son críticas contra la academia, pues se reconoce que el
ambiente de mediocridad y falta de ética en el desempeño de la actividad
obedece también a una falta de compromiso de los propios periodistas.
Vidal Humberto Abreo, uno de los más duros críticos de la academia por
actuar de espaldas a la realidad, ve con preocupación la falta de lo que él
llama mística, amor por la profesión, entre los recién graduados. “Un
periodista debe tener amor por esto de lo contrario, no sirve. A mí un
periodista que llega para ver a dónde lo mando, ese periodista no tiene
mística. Eso es inconcebible, porque esa es la sangre nueva. En la
universidad hay un ejercicio rico y sano que es la crítica permanente sobre
el quehacer de quienes estamos actualmente en los medios y eso no se
puede quedar en discusiones de salones, eso tiene que llevarse a la práctica
y los estudiantes deben llegar a discutir, a proponer y a propiciar ese
mismo tipo de espacios en los medios, pero no lo están haciendo, están
llegando a hacer lo que les pongan”.
A todo este ambiente de mediocridad en la producción periodística se suma
la falta de capacitación y actualización de los periodistas graduados,
quienes, por motivos distintos, no continúan estudios de posgrado. La
ausencia de cursos relacionados directamente con la profesión, la falta de
tiempo, los bajos ingresos y la poca importancia que los medios da a ello
dan son algunas de las razones por las cuales la mayoría de periodistas en
Santander no continúa capacitándose y se queda con lo aprendido en la
universidad y lo que la rutina diaria enseña.
La posición de Carlos Ibarra en torno al tema apunta a los directamente
implicados: “Hay una mediocridad absoluta y eso también es reflejo de lo
que pasa; nadie quiere comprometerse, nadie quiere ejercer realmente la
profesión con todos sus principios y fundamentos. La calidad es
absolutamente mala, por esa mediocridad del periodista que no se
preocupa por mejorar, por prepararse más. No hay capacitación por parte
de los medios, pero el periodista tampoco se preocupa por prepararse”.
Sostiene, además, que esas deficiencias vienen desde el colegio, donde se
establecen las bases, y luego llegan a la universidad donde se encuentran
5
con profesores sin experiencia en los medios de comunicación y sin
conocimiento del país; entonces, los estudiantes reproducen eso, por lo que
no hay creatividad y nadie se arriesga a proponer algo diferente y a
defenderlo.
Tal estancamiento en el desarrollo de la forma de hacer periodismo, también
se le atribuye a los medios que no han tenido evolución técnica, como lo
señala Carlos Martínez, quien llama la atención al respecto. “Los
periodistas pueden haber salido bien formados pero se encuentran con
medios atrasados y por eso su desempeño también resulta mediocre”.
Situación ésta, que a pesar de considerarse generalizada, se percibe más en
la radio, como lo menciona Iván Darío Chahín17. "No hay mucha
experimentación en radio, por eso al comparar las estructuras de los
noticieros de hoy con las de hace 30 años no han cambiado mucho,
mientras que, yo creo, los oyentes sí hemos cambiado bastante y estamos
dispuestos a recibir otro tipo de información". En cuanto a la televisión
regional, todavía se considera en etapa de crecimiento, pero igual preocupa
que, como sucede en radio la mayoría de los espacios informativos,
periodísticos y de opinión, están siendo manejados por concesionarios,
excepto el espacio de TRO Noticias. En impresos es donde más intentos de
renovación se han dado, pero también donde más fracasos se han conocido.
Presiones y autocensura
Otro de los componentes de este panorama del periodismo en Santander es
el del orden público y de las amenazas que caen sobre las cabezas de los
periodistas. Sin embargo, en tal aspecto las cosas han cambiado; por eso las
presiones de los actores del conflicto armado, aunque latentes, se han visto
relegadas por las presiones económicas que conforman lo que hemos dado
en llamar el mercadeo de la noticia. Quienes más sienten ese tipo de presión
armada son los comunicadores que ejercen su profesión en la zona del
Magdalena Medio. "La situación más crítica se da en Barrancabermeja,
donde los periodistas se sienten intimidados, lo han manifestado, por tratar
temas de orden público. Antes era la guerrilla; ahora, las autodefensas, que
ejercen control. Esa situación está llevando a la autocensura y a un manejo
delicado por parte de los reporteros para no meterse en problemas. En
general, hay un ambiente de autocensura, porque los periodistas sienten
que no tienen suficientes garantías en cuanto a su integridad y la de sus
familias para el ejercicio profesional y entonces prefieren abstenerse de
tratar algunos temas o limitarse al boletín oficial, siempre con el riesgo de
17 CHAHÍN, Iván Darío. Periodista, productor independiente de radio.
Entrevista personal
que cuando dice algo, alguna de las partes se siente molesta y entonces
viene la amenaza", explica Pablo Emilio Buitrago, en calidad de presidente
de la Corporación de Periodistas de Santander. Y es que como dice Vidal
Abreo "nosotros sabemos que no hay ninguna noticia que valga tanto como
la vida". No obstante aclara que "la situación de seguridad ha cambiado
con respecto a la vivida hace cinco años, pero no ha desaparecido, sigue
latente y mientras haya guerra en Colombia, seguiremos con las
dificultades, seguiremos autocensurándonos". Asimismo reconoce que hoy
por hoy éstas no son las únicas presiones y "cuando no son los actores del
conflicto armado, son las presiones económicas -las más evidentes-,
especialmente las que ejercen los gobiernos, las administraciones
regionales y locales, con sus grandes presupuestos". Luis Emiro Millán
atribuye el descenso de las presiones armadas a que "en Santander también
ha descendido la actividad de desorden público con respecto a hace cinco
años, cundo la relación de los periodistas con los miembros de los grupos
armados al margen de la ley era más frecuente y directa; entonces, así
como había posibilidad de tener material informativo, también se prestaba
para presiones. Hubo intentos de querer manejar la redacción y hasta de
querer manejar el punto de vista". Otros señalan nunca haber estado en
riesgo real, como Amparo Parra quien recuerda: "Por ahí hubo unas
amenazas el año pasado contra mí, pero se hizo una investigación y
sorpresivamente venían de un medio de comunicación". Ricardo Jaramillo
dice que en cuanto a la situación de orden público "no ha pasado nada, pero
hay que tener cuidado en cuanto a la información oficial, porque puede
haber problemas de imprecisión"; sin embargo, reconoce que las presiones
corresponden a otro aspecto: "Los canales regionales son entes oficiales,
por eso se siente alguna presión, sin que se llegue a la censura". Carlos
Alberto Bermúdez también señala que las presiones hoy por hoy son
distintas: "Son principalmente económicas, aquí son muy escasas las
presiones provenientes de la situación de orden público, o por lo menos son
escasas las denuncias, pero las presiones son más de carácter económico".
Algunos reporteros consultados para este sondeo tienen su punto de vista
sobre el tema:
"Debo seguir directrices que determina el director"18.
"Existen presiones externas que impiden un buen funcionamiento
de la labor periodística dentro del canal, por intereses
corporativos"19.
18 ARIAS, Juan Manuel. Periodista. Consulta escrita.
19 RODRÍGUEZ, Javier. Periodista TRO Noticias. Consulta escrita.
6
"Existe la presión directa de los monopolios económicos y
políticos"20.
"Lamentablemente las condiciones socioculturales en nuestro país
hacen que existan las censuras violentas, burocráticas y
económicas"21. "Los medios manejan demasiados intereses
económicos"22.
Todo lo anterior: la baja demanda laboral, la deficiente preparación
académica de cara a la realidad de la profesión, la poca preocupación de los
medios por ofrecer buenas condiciones de trabajo a sus periodistas, las
presiones a que son sometidos, la resignación de éstos y la falta de
representatividad gremial, son los síntomas de lo que constituye el
diagnóstico del periodismo en Santander, un periodismo carente de espíritu
crítico, entregado a las presiones y alejado de la evolución permanente que
exige la sociedad actual. Sin embargo, resulta prudente aclarar que pese a
las opiniones mayoritarias expresadas por los periodistas consultados en este
sondeo, no se puede asegurar que se trate de una situación generalizada.
¿No futuro?
Una vez superado el diagnóstico viene la pregunta ¿qué hacer para
reivindicar la profesión y devolverle la dignidad perdida?
Una agremiación fuerte y verdaderamente representativa, una
reglamentación acorde con la situación que obligue a las empresas
periodísticas a ofrecer condiciones dignas a sus comunicadores, la
modificación de los contenidos formativos de las universidades para
responder a la realidad laboral de la profesión y la búsqueda de alternativas
diferentes al mero ejercicio de reportería como desempeño profesional, son
algunas de las respuestas que apuntan a la resolución del problema. Sin
embargo, el futuro no se ve muy distinto a lo que es el panorama actual,
salvo algunas pequeñas modificaciones impulsadas por esporádicos intentos
de renovación, a juzgar por las opiniones expresadas por los propios
periodistas.
Pablo Emilio Buitrago, el presidente de la Corporación de Periodistas de
Santander sostiene: "La prensa va a seguir prevaleciendo, a pesar de las
nuevas tecnologías; a la gente todavía le gusta tener su periódico, es algo
20 RODRÍGUEZ, Nicolás. Periodista TRO Noticias. Consulta escrita.
21 HERNÁNDEZ, Yenny Alexandra. Periodista, jefe de producción Canal
TRO. Consulta escrita.
22 ZABALA, Liliana. Periodista Radio Reloj. Consulta escrita.
cultural. Ahí tendríamos dos tendencias, un periodismo que se atreve a
hacer investigación pese a las dificultades y un tipo de periodismo que
entienda más una función social, que no sea solamente de denuncia y
negativo, sino que también pueda ser actor importante para promover
procesos de desarrollo. Eso en prensa. A la radio le falta mucha
modernización, en el aspecto noticioso falta innovar, hacer una radio más
ágil y dinámica, más agradable para el oyente. En la televisión, a pesar de
los esfuerzos, sigue sin despegar; el carácter oficial del canal le resta
dinamismo, por eso, uno de los aspectos más importantes a futuro va a ser
el uso de Internet como espacio periodístico".
La visión de Luis Emiro Millán establece que "hay que pensar en la relativa
dependencia del periodismo a la existencia de los medios. Hay buenos
intentos sobre todo en la parte de las prensa, de presentar nuevas
propuestas, nuevos enfoques, de salir de lo tradicional, de dar alternativas.
La televisión regional, aún no está en condición de competir con la gran
cantidad de alternativas que se pueden adquirir con los servicios de
televisión por suscripción. En la radio hay un ciclo que se está cumpliendo;
con la Internet la gente ya no necesitará radio para enterarse de la
información, por eso los contenidos tienen que variar. Sin embargo, el
futuro dependerá de lo que marque el destino de los directivos de las
empresas".
"El arranque del TRO y los intentos en prensa, permitirían pensar que el
futuro debe ser mejor que el pasado. Creemos que hay futuro, que la gente
cree en alternativas modernas. En impresos es el único medio donde hay
propuestas; si se piensa en el futuro van a tenerlo, pero si sólo se piensa en
el mercado reproduciendo esquemas, no lo van a tener", es el concepto
prospectivo de Carlos Martínez.
En Bucaramanga, en los últimos dos años nacieron dos medios impresos
como alternativas de información para la ciudad, las publicaciones
bimensuales El Compás y Periódico 15; el primero un esfuerzo particular de
un grupo de profesionales y, el segundo, una propuesta de los profesores de
periodismo de la facultad de Comunicación Social de la UNAB, realizado
por sus estudiantes.
Esas alternativas también están en sectores casi inexplorados como las
emisoras comunitarias, según los manifiesta Iván Darío Chaín: "Veo un
excelente campo, en el que hay posibilidades creativas, opciones de
construir agendas propias, porque una cosa que me preocupa de los medios
es que parece un juego de pelota en la escuela, donde el profesor tira un
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balón y todos corren detrás de él. Creo que nos falta agenda y en los
medios locales de radio comunitaria se puede hacer". En el país hay cerca
de 200 emisoras comerciales, mientras que 420 son comunitarias. Para
Chaín, esta es una sociedad que necesita más comunicadores pero "estamos
queriendo llegar todos al mismo lugar y hemos convertido las opciones
tradicionales en un embudo. Todos queremos estar en aquello que son las
grandes ligas, pero hay otros ejercicios comunicativos que tienen una gran
demanda y una poquísima oferta. Creo que sí tenemos en donde desarrollar
nuestro ejercicio, pero nuestros intereses laborales no están cerca de las
ofertas de trabajo, que no son malas ni en términos económicos, ni en
calidad de vida y desarrollo profesional".
Para otros, el horizonte para el periodismo regional permanecerá idéntico,
como lo ve Ricardo Jaramillo: "Va a seguir igual, porque va a seguir
saliendo mucha gente de las universidades, van a seguir los empíricos, van
a seguir los pulpos de las comunicaciones, habrá quienes cobren por la
información y quienes paguen por ella, entonces hasta que no se establezca
por ley las bases de la profesión no se va a solucionar nada". Inclusive
podría deteriorarse más. "Va a ser peor, -dice el editor de Vanguardia
Liberal, Carlos Ibarra-. El irrespeto por la profesión, tanto de quienes la
ejercemos, como de quienes contratan. Uno entiende que un vendedor gana
tres veces lo que un periodista que se ha formado profesionalmente. Al no
tener condiciones laborales dignas, el periodista se vende y prefiere callar
a cambio de una cierta estabilidad económica". Lo que está pasando en el
ámbito laboral, según el punto de vista de Vidal Abreo, podría redundar en
que "se eliminen completamente los contratos laborales formales y que el
periodista caiga en la dinámica de la venta y eso ¿a qué llevará? A
contaminar más la información. El periodista que debe vender publicidad,
qué garantías le da a la opinión pública de que su información no está
influenciada. Claro que está influenciada y nos tenemos que acostumbrar a
la información de los intereses, esa es la era que se nos viene, la era de la
información de los intereses".
¿Qué hacer?
Por un lado, los propios comunicadores recomiendan una toma de
conciencia para entender que esa no es una forma digna de subsistencia. "Si
bien es cierto que todo mundo necesita comer y alimentar a su familia, la
única forma para que eso sea cierto es armando un gremio serio y alejado
del poder, un gremio fuerte que evite que el periodista tenga que vender
publicidad", como asegura Carlos Ibarra. "Los mismos periodistas deben
unirse en una organización que sea realmente representativa, que cuando
se pronuncie se le escuche y logre objetivos claros para el bienestar de toda
la profesión", recomienda Ricardo Jaramillo. Por su parte, el periodista
concesionario Carlos Alberto Bermúdez señala: "Cada cual debe hacer
valorar su trabajo, en el caso de los independientes, que pagamos por
trabajar, hacernos respetar, no por una pauta sino con informaciones
veraces, sin comprometer lo noticiosos con lo económico".
Otra aporte a la solución, que plantean los periodistas entrevistados, estaría
en la legislación, pero no una que simplemente diga quiénes y con qué
requisitos pueden o no ejercer la actividad periodística, como ha ocurrido
con los proyectos que se han debatido recientemente en el Congreso con
miras a dictar una nueva “Ley de Periodismo”, sino una que vele por las
condiciones laborales de quienes se dedican de manera permanente al
ejercicio profesional. "El Congreso debe tener presente que la actividad
periodística es una profesión de alto riesgo, según la propia clasificación
del Ministerio del Trabajo, entonces que se le respete y se le reconozca el
derecho a la seguridad social", como lo recuerda Luis Emiro Millán. En
este sentido José Vesga sostiene que el proyecto de ley que hace trámite
debería reglamentar lo concerniente al tema laboral de los periodistas para
que además de seguridad social, tengan un salario de acuerdo con su
formación y responsabilidad social. De similar forma se expresa Ricardo
Jaramillo, quien considera necesaria la legislación para reglamentar el
ejercicio periodístico y rescatar su condición de profesión. "Hay que hacer
que quienes quieran jugar a ser periodistas lo hagan con unas reglas
claras, que son entrar a una academia y formarse como periodistas". Para
Amparo Parra, el actual proyecto no resuelve el problema de fondo, por lo
que se debería contar con el concepto de los decanos de las facultades de
Comunicación y Periodismo y con los representantes de los periodistas en
ejercicio, para tratar lo que realmente es importante: la situación laboral, a
fin de evitar que se siga presentando el fenómeno del mercadeo de la
información.
De igual manera, los comunicadores santandereanos convocan a la academia
para que replantee su posición y se ponga de cara a la realidad. Las
facultades de Comunicación social, así como son parte del problema
también podrían ser parte de la solución si atendieran a ciertas
recomendaciones, según expresan periodistas en ejercicio, quienes pasaron
por las aulas de la universidad.
Ante la pregunta ¿qué deberían hacer las universidades para preparar
mejores periodistas? Se encontraron respuestas como estas:
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"Acercar a los estudiantes más a la realidad"23. "Crear espacios para la
práctica profesional, asimismo innovar en esquemas para dictar las clases.
La universidad debería seguir con la preparación para periodistas con
especializaciones, seminarios y diplomados"24. "Ubicar al futuro periodista,
es decir, que conozca qué debe hacer dentro del contexto social"25. "Contar
con personal idóneo , no sólo en el sentido académico, sino en el
profesional. En mi generación, hay varios casos de docentes que dictaban
cátedra de medios sin haber pisado, profesionalmente, uno"26. "Crear sus
propios medios de comunicación"27. "Menos teoría y más práctica y tener
como profesores a profesionales que estén ejerciendo"28. "Más realidad y
menos idealismo. Llenarla de más contenido social, dar más instrumentos
para pensar, generar más talleres para perfeccionar el habla y la
escritura"29. "Brindar oportunidades o cátedras sobre actualidad local,
departamental, nacional y mundial"30. "Más práctica. Más temas de
actualidad, reglamentación de medios; mantener actualizados a los
docentes, evaluarlos. Tener muchos convenios para prácticas"31. "Más
énfasis en el manejo del oficio"32. "Establecer perfiles profesionales en los
últimos semestres que enfrenten al periodista con el medio real"33.
Todo apunta a que la única forma para rescatar la dignidad del periodismo
regional es que quienes guardan relación con el ejercicio profesional del
periodismo: facultades, medios de comunicación, gremios, gobierno,
opinión pública y periodistas aporten desde su posición a la búsqueda de esa
solución con acciones inmediatas y concretas, pues como dice Carlos Ibarra:
"La gente tiene que ponerse la camiseta o vamos a terminar todos iguales".
Entre tanto, la mediocridad y falta de independencia que está signada al
23 ARIAS, Juan Manuel.
24 RODRÍGUEZ, Javier.
25 RODRÍGUEZ, Nicolás.
26 HERNÁNDEZ, Yenny Alexandra.
27 CORREA, Francisco. Periodista CJV. Consulta escrita.
28 HINCAPIÉ, Hellman. Periodista, corresponsal Canal RCN TV. Consulta
escrita.
29 PINILLA, Edward. Periodista, corresponsal Canal RCN TV. Consulta
escrita.
30 ROMERO, Jazmín. Periodista Tele San Gil. Consulta escrita.
31 ZABALA, Liliana
32 MUÑOZ, José Luis. Periodista, productor radial. Consulta escrita.
33 MORALES, Jairo. Periodista, director RTV Comunitaria. Consulta
escrita.
periodismo santandereano, pierde la autoridad moral para seguir como
salvaguarda de la democracia y el bien común, que le ha entregado la
sociedad.
* Comunicador Social-Periodista egresado de la Universidad de La
Sabana (Bogotá, 1991) y diplomado en Pedagogía General por la
Universitaria de Santander, UDES (Bucaramanga, 1999). Durante
más de 10 años ha desempeñado su labor periodística en los medios
Colmundo Radio (Bogotá), RCN Radio (Bogotá y Sogamoso) y
Vanguardia Liberal (Bucaramanga). En los últimos 5 años alternó
su ejercicio periodístico con la docencia universitaria en la UDES.
Actualmente, en la Universidad Autónoma de Bucaramanga,
UNAB, es profesor de periodismo en la facultad de Comunicación
Social.
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