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DISTRIBUCIÓN
Mundial. En el Paleártico occidental está presente la subespecie
nominal que se distribuye por Canarias, norte de África, Oriente
Medio y probablemente llega también hasta Irán. En Asia, otra
subespecie desde Afganistán hasta Mongolia. Algunos autores
sólo le reconocen rango subespecífico (Del Hoyo et al., 1994;
Delgado et al., 1999), mientras que otros lo elevan a nivel especí-
fico (Cramp & Simmons, 1979; Clark & Shirihai, 1995; Shirihai et
al., 1998). Además, estudios filogenéticos sugieren que puede
tratarse de una subespecie de Halcón Peregrino (Helbig et al.,
1994; Wink & Seibold, 1996). Si se acepta a nivel específico, la
población europea está considerada, sorprendentemente, como
no amenazada y se estima en nueve parejas en Canarias (BirdLife
International/EBCC, 2000), aunque estimas previas, más con-
gruentes, indicaban ya 51-53 pp. (Delgado et al., 1999) y 50-60
pp. (Martín & Lorenzo, 2001).
España. Restringida a Canarias, donde ocupa todas las islas y los
islotes de Roque del Este, Alegranza y Montaña Clara. La mayoría
de los territorios de nidificación se encuentran en acantilados
Halcón Tagarote
Falco pelegrinoides
Catalán Falcó berber
Gallego Falcón de Berbería
Vasco Berberiako belatza
Cobertura
60
%
1,1
R. posible
45
%
75,0
R. probable
5
%
8,3
R. segura
10
Información 1985-1997
1
Información 1998-2002
59
%
16,7
R. posible (1998-2002)
R. probable-segura (1998-2002)
R. posible (1985-1997)
R. probable-segura (1985-1997)
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marinos de entre 60 y 650 m. No obstante, cada vez con más fre-
cuencia, se encuentran también en macizos y barrancos interio-
res. Aparece ligada a su territorio durante todo el año, y sólo rea-
liza algunos desplazamientos fuera de éste en busca de presas,
fundamentalmente Paloma Bravía, muy abundante en acantilados
costeros y barrancos de diversas islas.
POBLACIÓN Y TENDENCIA EN ESPAÑA
Hasta mediada la década de 1980 se disponía de datos puntuales
sobre su presencia y nidificación, y se consideraba un ave poco
común y muy localizada. Estudios recientes han contribuido a
precisar su población y en la actualidad se encuentra en franco
incremento poblacional, probablemente debido a la abundancia
de recursos tróficos. La población mínima se cifra en 75 pp.
reproductoras. En 1987 y 1988 se contabilizaron 7 pp. en las islas
orientales (Delgado et al., 1988; Hernández et al., 1991). A partir
de 1990, se detectó en algunos enclaves de las islas centro occi-
dentales donde, con certeza, no estaba presente en la década
anterior, lo que podría sugerir una colonización o recolonización
desde las islas más orientales. En 1993, en Lanzarote (e islotes),
Fuerteventura, Gran Canaria, Tenerife y La Gomera, se estimaron
20 pp. (Bacallado et al., 1993) y, posteriormente, para todo el
archipiélago 51-53 pp. (Delgado et al., 1999) y 50-60 pp. (Martín
& Lorenzo, 2001). En el Roque del Este se comprobó su repro-
ducción en 1990 y en Alegranza en 1989 (Delgado et al., 1999)
donde, desde entonces, al menos una pareja cría todos los años
(Martín & Nogales, 1993; Martín & Lorenzo, 2001). En Montaña
Clara se cita su presencia desde principios del siglo XX (Polatzek,
1908; Bannerman, 1914a); una pareja ha criado entre 1987 y 1997
(Delgado et al., 1999), y en la actualidad aún continúa (Martín &
Lorenzo, 2001). En Lanzarote el primer dato de cría, en Famara,
se debe a Polatzek (1908). Hernández et al. (1991) detectan tres
parejas en la misma zona, y Bacallado et al. (1993) duplican esa
cifra. En toda la isla, Delgado et al. (1999) contabilizan 9 pp., y la
población actual es de 13 pp. En Fuerteventura, Polatzek (1908)
ya constata su nidificación. En 1988 se registran dos parejas repro-
ductoras (Hernández et al., 1991); en 1993, Bacallado et al.
(1993) en esos mismos territorios sólo confirman la presencia de
adultos. Delgado et al. (1999) y Martín & Lorenzo (2001) señalan
4-5 pp., y en la actualidad se conocen 7 pp. (C. J. Palacios, com.
pers.). En Gran Canaria se conoce su presencia desde la segunda
mitad del siglo XIX (por ejemplo, Tristram, 1889; Polatzek, 1909).
Así, en 1968 se observa una pareja (Pérez-Chiscano, 1969) y en
1993 se descubren las primeras 2 pp. nidificantes y se estima des-
pués una población de 10 pp. (Delgado et al., 1999). En la actua-
lidad se conocen un mínimo de 15 pp. (J. García Ubierna y R.
Almeida, com. pers.). En Tenerife se cita su presencia a principios
del siglo pasado (von Thanner, 1909), pero no es hasta 1991 cuan-
do se comprueba la nidificación de 2 pp. (Hernández et al.,
1992b; obs. pers.). Posteriormente, Delgado et al. (1999) descu-
bren 9 pp. más, y en 2000-2001, 4 pp. (A. Valido y F. Siverio, com.
pers.; datos propios), lo que supone una población mínima actual
de 15 pp. En La Gomera se observa un juvenil, probablemente del
año, en 1988 y a partir de 1992 se estima una población de 7 pp.
(Delgado et al., 1999). Prospecciones costeras realizadas en 1999
arrojan un total de 12-14 pp. nidificantes (Martín & Lorenzo,
2001). En El Hierro, Machado (1985) cita una pareja de Falco sp.
en 1985 y Martín & Lorenzo (2001) detectan un halcón indeter-
minado en 1977. En 1995, Trujillo et al. (1999) observan dos indi-
viduos y en 1999 se constata su reproducción (Martín & Lorenzo,
2001). Aún sin datos precisos, su población sería de 2-3 pp.
(Delgado et al., 1999). En La Palma se confirmó recientemente su
presencia (Trujillo, 1995 y 1996b) y se estima actualmente una
población de 8-10 pp. (Martín & Lorenzo, 2001).
AMENAZAS Y CONSERVACIÓN
En Peligro (EN). Se conocen diez casos de muerte por arma de
fuego a partir de la última década del siglo pasado. Los únicos
estudios sobre mortalidad en tendidos eléctricos han sido realiza-
dos en Fuerteventura (Lorenzo, 1995) y en Lanzarote (Lorenzo et
al., 1998a), donde se ha comprobado un caso en la última isla;
además, hay que añadir cinco más, uno en Gran Canaria (D.
Trujillo y R. Barone, com. pers.) y cuatro en Lanzarote, tres de ellos
en un tendido en el límite occidental del Monumento Natural de
Los Ajaches (obs. pers.). Una pollada fue expoliada en Lanzarote
en 1994 y hay indicios del robo de huevos en 1995 en el mismo
territorio. Los deportes en la naturaleza pueden ocasionan graves
problemas en la época de nidificación (senderismo por barrancos,
rapel en acantilados...). Por ejemplo, en el Parque Rural de Teno,
Tenerife (Siverio, 2000), o en Famara (Lanzarote), la presencia de
visitantes ha provocado el desplazamiento de, al menos, cuatro
parejas y la deserción de otra. La práctica de ala delta y parapente,
así como las obras que se ejecuten cerca de los territorios, repre-
sentan un riesgo potencial. No se han adoptado medidas específi-
cas de conservación, aunque la mayor parte de la población se
encuentra en espacios naturales protegidos. Entre las medidas de
conservación necesarias se proponen: cancelar las vías de escala-
da o rapel próximas a los nidos y prohibir el uso durante la época
de cría de las más alejadas; regular cualquier actividad deportiva
(ala delta, parapente, etc.) o de otra índole cerca de las áreas de
nidificación; realizar censos, al menos cada cinco años, para cono-
cer su evolución demográfica, así como campañas de anillamiento
para tratar de averiguar tasas de supervivencia, querencia territo-
rial o intercambio entre islas; estudiar el impacto de los tendidos
eléctricos; aclarar su estatus taxonómico; y realizar campañas de
sensibilización entre sociedades colombófilas y de cazadores.
Manuel Siverio y Domingo Concepción
Halcón Tagarote Falco pelegrinoides
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