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Santiago de Chile, Globalización y Expansión Metropolitana: lo que existía sigue existiendo

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Abstract

La profunda reestructuración iniciada en Chile con la aplicación de una radical estrategia de liberalización económica a mediados de los 70's, culminó una década más tarde en una etapa de sostenido crecimiento económico, reindustrialización y terciarización. En ese proceso, tanto el comando del nuevo poder económico, como las principales actividades industriales y terciarias mostraron una clara preferencia por localizarse en el Area Metropolitana de Santiago (AMS), intensificando nuevamente tendencia a la concentración territorial. Se ha consolidado así una ciudad-región, suburbanizada y policéntrica, de límites imprecisos, configurada como archipiélago.
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SANTIAGO DE CHILE, GLOBALIZACIÓN Y EXPANSIÓN METROPOLITANA: LO QUE...
H
SANTIAGO DE CHILE, GLOBALIZACIÓN Y
EXPANSIÓN METROPOLITANA
lo que existía sigue existiendo
CARLOS A. DE MATTOS
Instituto de Estudios Urbanos, Pontificia Universidad Católica de Chile
Resumen: La profunda reestructuración iniciada en Chile con la aplicación de una radical estrategia de
liberalización económica a mediados de los 70’s, culminó una década más tarde en una etapa de sostenido
crecimiento económico, reindustrialización y terciarización. En ese proceso, tanto el comando del nuevo po-
der económico, como las principales actividades industriales y terciarias mostraron una clara preferencia por
localizarse en el Area Metropolitana de Santiago (AMS), intensificando nuevamente tendencia a la concentración
territorial. Se ha consolidado así una ciudad-región, suburbanizada y policéntrica, de límites imprecisos, con-
figurada como archipiélago.
Palabras clave: metropolización; periurbanización; suburbanización; segregación urbana.
Hablar de reproducción es mostrar los procesos que
permiten que lo que existe siga existiendo. En un sistema en que
las relaciones internas se transforman, no todo sigue existiendo.
Es necesario, por lo tanto, estudiar el modo en que surge
lo nuevo en el sistema.
Michel Aglietta, 1979:4
CRISIS, MODERNIZACION, REPRODUCCION
El intento de poner en marcha la segunda de estas
opciones, contribuyó decisivamente a hacer incontrolable
la evolución de la crisis del modelo de industrialización
sustitutiva y, en consecuencia, a abrir las puertas a una
radical reestructuración productiva, con la que se inició
un nuevo período modernizador estricto sensu capitalista
en Chile. Quienes habían venido promoviendo desde me-
diados de los años 70 la implantación de una drástica po-
lítica de liberalización económica, sostenían que este era
el camino idóneo para “lograr una economía descentrali-
zada” que permitiría “utilizar los recursos con que cuenta
el país a su máximo nivel de eficiencia, para alcanzar así
tasas aceleradas de desarrollo que permitan, no sólo ele-
var la condición media de vida de los chilenos, sino
también erradicar del país las condiciones de extrema
miseria en que vive un sector importante de la población”
(De Castro, 1992:16).
Al mismo tiempo, también anticipaban que, por esta
vía, sería posible llegar a una distribución territorial más
equilibrada de las actividades productivas y de la
población. Con un fundamento teórico de corte neoclásico
sobre crecimiento, equilibrio y convergencia interregional,
las previsiones respectivas afirmaban su convicción de que
“(...) la nueva perspectiva de la economía nacional per-
mite esperar el desarrollo de un sistema urbano más equi-
acia comienzos de la década de los años 70,
luego de haber estado vigente por más de cuatro
décadas, el modelo de crecimiento hacia aden-
tro vía industrialización sustitutiva, que había sido
impulsado en Chile mediante una activa intervención es-
tatal, comenzó a mostrar síntomas claros de haber llegado
a una fase de agotamiento sin retorno. En esas
circunstancias, a medida que día a día se acentuaba una
conflictividad social incubada durante largos años, se fue
generando un ambiente propicio para el despliegue de
algunas respuestas alternativas que, cuando menos en el
plano verbal, ponían en cuestión la propia continuidad del
derrotero capitalista seguido por el país hasta ese momento.
Fue entonces cuando pudo percibirse una creciente
receptividad y apoyo social, tanto hacia un discurso que
preconizaba que la salida debía buscarse siguiendo una
“vía no capitalista de desarrollo”, como hacia otro que
alegaba que ello podría lograrse mediante una “transición
democrática al socialismo”.
SÃO PAULO EM PERSPECTIVA, 14(4) 2000
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librado, orientado principalmente al aprovechamiento de
las ventajas comparativas que ofrece la distribución terri-
torial de los recursos naturales y la apertura hacia un am-
plio mercado mundial” (MINVU, 1981:11).
Más allá de los cambios políticos ocurridos desde el ini-
cio de su aplicación, los criterios básicos que sustentaban
esta nueva estrategia (economía de libre mercado, Estado
neutral y subsidiario, amplia apertura externa) han per-
manecido vigentes en Chile por más de dos décadas. Si
bien tanto las políticas aplicadas para enfrentar la depresión
que afectó duramente a la economía chilena entre 1982–
83, como las correcciones realizadas a partir de 1990 con
el retorno a la democracia, tuvieron un mayor componen-
te regulatorio que las aplicadas inicialmente, esto no
significó introducir ninguna modificación sustantiva a
aquellos criterios básicos.
Esta permanencia permite considerar las transfor-
maciones que han afectado a Santiago, y, a su área metro-
politana, como ejemplos de los efectos que la dinámica
socio-económica de la reestructuración y la globalización
puede tener sobre una metrópoli periférica y, al mismo
tiempo, plantear la discusión sobre si lo que se ha estado
produciendo es un tipo diferente de configuración urbana
o una profundización y/o culminación de tendencias ya
perceptibles en el período de apogeo de la industrialización
sustitutiva; en otras palabras, si las transformaciones
producidas, bajo los efectos de la reestructuración y la
globalización, corresponden a una ruptura con la ciudad
heredada, o a la reproducción de un tipo de configuración
metropolitana en el que, para decirlo con las palabras de
Aglietta, en lo fundamental, “lo que existía sigue
existiendo”. Como lo indica el título del trabajo, el análisis
que aquí se realiza busca aportar elementos de juicio en
favor de esta segunda interpretación.
Con este propósito, observaremos las transformaciones
que han afectado al Area Metropolitana de Santiago
(AMS1) durante el período de sostenido y elevado
crecimiento económico vivido entre los años 1985 y
19982 bajo los efectos de la reestructuración y de la
globalización. En lo fundamental, luego de esbozar
algunos aspectos de las transformaciones experimenta-
das por la economía chilena en el período indicado,
analizaremos sus efectos en la formación de una nueva
base económica metropolitana, en las tendencias
locacionales de las principales actividades que la
conforman, y, en la consecuente recuperación del
crecimiento metropolitano. A partir de allí, y, teniendo
presente las consecuencias de las políticas de libera-
lización y de desregulación que signaron a la gestión
urbana en este período, se caracterizarán los cambios que
se observan en tres dimensiones de la metrópoli emer-
gente (Esquema 1): en primer lugar, en la modalidad de
expansión metropolitana y, por consiguiente, en la
morfología resultante de la metrópoli (efectos
morfológico-territoriales); en segundo lugar, en la
organización y situación social de la aglomeración
(efectos socio-territoriales); y, en tercer y último térmi-
no, en la estructura física de la metrópoli, como
consecuencia de los impactos provocados por un con-
junto de nuevos artefactos urbanos cuya irrupción puede
asociarse a los avances de la globalización (efectos físi-
co-territoriales).
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##
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ESQUEMA 1
EFECTOS MORFOLÓGICO
TERRITORIALES
metrópoli–región tipo
archipiélago
suburbanizada y policéntrica
EFECTOS SOCIO
TERRITORIALES
polarización social atenuada y
segregación urbana
EFECTOS FISICO
TERRITORIALES
artefactos de la globalización y
nuevo paisaje urbano
REESTRUCTURACION Y
GLOBALIZACIÓN
nuevo escenario
económico y social
NUEVA BASE ECONOMICA
METROPOLITANA
comando empresarial,
servicios e industria
NUEVA MODALIDAD DE
GESTION URBANA
liberalización,
desregulación
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""
"""
""
"
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SANTIAGO DE CHILE, GLOBALIZACIÓN Y EXPANSIÓN METROPOLITANA: LO QUE...
EL NUEVO ESCENARIO ECONOMICO Y SOCIAL
Reestructuración y Transformaciones
Económicas y Sociales
La reestructuración impulsada desde el golpe militar
de 1973 –y, especialmente, a partir de 1975, cuando se
adoptó un consistente conjunto de políticas de liberali-
zación y desregulación– estuvo orientada básicamente a
tratar de desmantelar el aparato institucional y productivo
establecido en el período en que habían imperado las po-
líticas de corte keynesiano y a sentar las bases de un nuevo
modelo de crecimiento. Bajo este nuevo enfoque, desde
mediados de la década de los 80, una vez transcurridos
los años más duros de la reestructuración y ya restablecidos
los principales equilibrios macroeconómicos, comenzó una
etapa de fuerte crecimiento, con tasas que alcanzaron un
promedio de 6.6% entre 1984 y 1989, para elevarse a 7.4%
entre 1990 y 1998, período en el que también se registró
un importante crecimiento del sector industrial.
La transformación de la estructura económica nacional
ocurrida en estos años se reflejó en una caída de la
contribución de los sectores agrícola e industrial a la
generación de empleos: en tanto entre 1986 y 1996 el empleo
agrícola descendió desde el 20.6% al 15.4%, la industria,
cuya mayor contribución corresponde al período de auge
de la industrialización sustitutiva cuando llegó a generar
más del 30% del empleo nacional –luego de una relativa
“desindustrialización” en la primera fase de la aplicación
de estas políticas y pese a la posterior recuperación del
crecimiento del sector– en la última década apenas ha lo-
grado contribuir con algo más del 16% del total de los
empleos. Al mismo tiempo se produjeron cambios impor-
tantes en el sector servicios, donde el crecimiento de los
empleos generados por las actividades de transporte y
comunicaciones, comercio y servicios financieros,
compensaron la caída del empleo público ocasionada por
las políticas de desburocratización que formaron parte de
la reforma del Estado. Estos cambios acentuaron aún más
la tendencia a la urbanización del empleo, iniciada en el
período de auge de la industrialización sustitutiva.
Así mismo, la dinámica económica que se fue perfi-
lando al avanzar la reestructuración y la globalización
estuvo asociada a sustanciales cambios en las condiciones
generales de funcionamiento del mercado laboral y tuvo
importantes efectos sobre la evolución del empleo y la
estructura ocupacional. Estos cambios estuvieron condi-
cionados por las medidas adoptadas por el Gobierno Mi-
litar con el propósito de desmontar el conjunto de arreglos
institucionales sobre relación salarial establecidos en el
período anterior, medidas que culminaron con la sanción,
en 1979, de un Código de Trabajo estructurado en función
de criterios de liberalización y flexibilización de los mer-
cados laborales, cuyas disposiciones básicas han perma-
necido vigentes desde entonces.
Con este marco institucional desregulado como telón
de fondo e impulsado por el elevado crecimiento obser-
vado desde mediados de la década de los 80, se produjo
un significativo aumento de la generación total de puestos
de trabajo, que se concretó en la creación neta de más de
1.400.000 empleos durante el período 1986-1996, lo que
incidió en una caída de la tasa de desempleo desde 10.4%
en 1986 a 5.4% en 1996 (OIT, 1998). Este proceso fue
acompañado por un sostenido aumento del ingreso per
cápita, que se elevó desde 1.360 a 5.151 dólares entre 1985
y 1997, que se tradujo en un sustancial aumento del ingreso
de los hogares y, consecuentemente, en una progresiva
dinamización del mercado interno.
En este contexto, la situación social chilena experimentó
importantes mejoras a lo largo de estos años, como lo in-
dica, ante todo, el que entre 1987 y 1998 se haya registra-
do una significativa reducción de los niveles nacionales
tanto de pobreza como de indigencia, disminuyendo los
primeros desde 45.1% del total en 1987 a 21.7% en 1998,
en tanto que en el mismo lapso la población en situación
de indigencia, se redujo desde 17.4% a 5.6%. En el mismo
sentido, se observa que, al consolidarse la recuperación
económica, Chile registró avances significativos en su nivel
de desarrollo, como lo muestran las evaluaciones sobre
Desarrollo Humano, que para 1998 lo ubicaban en el se-
gundo lugar, después de Argentina, entre las economías
emergentes latinoamericanas (PNUD, 2000).
No obstante el mejoramiento general que expresa la
mayor parte de estos indicadores, la informalidad y la
precarización permanecieron como atributos significati-
vos del mercado de trabajo chileno. En lo que se refiere
al primer aspecto, se observó una persistente importancia
de la ocupación informal en la estructura del empleo,
puesto que no, obstante las elevadas tasas de crecimiento
económico y el buen desempeño del mercado laboral, el
mismo continuaba incluyendo el 39.5% del empleo total
del sector (servicio doméstico incluido) en 1996, lo que
resulta importante al momento de evaluar la situación
general del mercado laboral, habida cuenta que los hogares
más pobres están sobrerrepresentados en este sector (OIT,
1998:94-96).
SÃO PAULO EM PERSPECTIVA, 14(4) 2000
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En cuanto a la flexibilización de los contratos de trabajo,
los resultados de una encuesta laboral a empresas realizada
a comienzos de 1998 permitió comprobar que “3 de cada
10 trabajadores, contratados directamente o subcontratados,
tienen trabajo temporal y sólo una cuarta parte de los nuevos
contratos es de carácter indefinido” y que “la composición
de las nuevas contrataciones (las que se produjeron duran-
te los 12 meses anteriores a la encuesta) ratifica el dato sobre
la preeminencia de los contratos temporales sobre los in-
definidos. Del total de las nuevas contrataciones sólo el 24%
fueron contratos indefinidos (...)” (ENCLA, 1998:5). Este
porcentaje resulta excesivamente elevado, especialmente si
se considera que al ser esta una encuesta a empresas, ella
no incluye al sector informal.
Pese al elevado crecimiento económico alcanzado en
este período y la intensificación de las políticas sociales
impulsadas por los gobiernos democráticos, no fue posible
modificar sustantivamente el patrón de desigualdad social
heredado, en el que coexisten sectores sociales que
experimentan una movilidad social ascendente y una
mejora apreciable en sus condiciones de bienestar, con un
importante sector de trabajadores con empleo precario y
grupos marginales con escasas posibilidades de mejorar
su ubicación en el espectro social. Ello se refleja en el
hecho de que no se observen indicios importantes de
reversión en la regresiva distribución del ingreso heredada3
(Cuadro 1), lo que hace que Chile continúe apareciendo
como uno de los países con peor distribución del ingreso
en América Latina (Cowan y De Gregorio, 1996).
En todo caso, también debe tenerse en cuenta que, si
se considera la distribución del ingreso monetario que
incluye los subsidios estatales debidos a las políticas
sociales, la desigualdad entre los sectores de mayores y
menores ingresos tiende a disminuir en forma importante.
En este sentido, Cowan y De Gregorio (1996:30) ya habían
comprobado que “la política fiscal, a través del gasto pú-
blico en educación y salud, ha tendido a compensar de
manera creciente la desigual distribución del ingreso”. Más
recientemente, un estudio realizado por Contreras y Bra-
vo para el período 1990-96, concluye que, cuando se
consideran como ingresos las políticas sociales impulsadas
por el gobierno, la desigualdad entre el 20% más rico y el
20% más pobre se reduce en forma significativa (El Diario,
27 octubre 1999).
Reestructuración, Inserción Externa y Globalización
Los elementos de juicio mencionados hasta aquí avalan
la conclusión de que, no obstante el handicap que se deriva
de la reducida dimensión de su mercado interno, en este
período Chile dio pasos importantes en materia de
crecimiento, desarrollo humano y mejoría de las condiciones
generales de vida de su población, aún cuando sin lograr
alterar significativamente su regresiva distribución del
ingreso. En este cuadro, como consecuencia de los avan-
ces alcanzados en la modernización capitalista del país,
se fue produciendo una sostenida profundización de la
inserción de la economía nacional en una economía-mun-
do que ya se encontraba en progresiva e incontenible
globalización. Este aspecto tiene una importancia funda-
mental en la reactivación del crecimiento metropolitano
en torno a la ciudad de Santiago.
Los cambios operados en el comercio exterior y en la
inversión directa extranjera (IDE) permiten una primera
aproximación a la magnitud de los cambios en el nivel de
inserción externa de la economía chilena: entre 1982 y
CUADRO 1
Distribución del Ingreso Autónomo de los Hogares por Decil del Ingreso
Autónomo per cápita del Hogar (1)
Chile – 1990-1998
Decil (2) 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 Total 9+10/ 1+2
1990 1,4 2,7 3,6 4,5 5,4 6,9 7,8 10,3 15,2 42,2 100,0 14,0
1992 1.5 2,8 3,7 4,6 5,6 6,6 8,1 10.4 14,8 41.9 100,0 13,2
1994 1,3 2,7 3,5 4,6 5,5 6,4 8,1 10,6 15,4 41,9 100,0 14,3
1996 1,3 2,6 3,5 4,5 5,4 6,3 8,2 11,1 15,5 41,6 100.0 14,6
1998 (3) 1,2 2,5 3,5 4,5 5,3 6.4 8,3 11,0 16,0 41,3 100,0 15,5
Fuente: MIDEPLAN (1999), Encuestas CASEN.
(1) Se excluye al servicio doméstico puertas adentro y su núcleo familiar.
(2) Deciles construidos a partir del ingreso autónomo per cápita del hogar.
(3) Cifras preliminares.
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SANTIAGO DE CHILE, GLOBALIZACIÓN Y EXPANSIÓN METROPOLITANA: LO QUE...
1997, las exportaciones de bienes pasaron de 3.710 a
16.923 millones de dólares, en tanto que las importaciones
evolucionaron desde 3.643 a 18.218 millones de dólares.
En ese mismo período, la IDE creció en forma persisten-
te: mientras la acumulada entre 1974 y 1989 llegó a un
total de U$S 5.105 millones, la correspondiente al lapso
comprendido entre los años 1990 y 1998 alcanzó a los U$S
24.594 millones. Esta evolución ha llevado a que la
relación entre IDE y PIB, para cada año entre 1990 y 1996,
sea la más elevada entre las economías emergentes, gran-
des y medianas, latinoamericanas (Cuadro 2).
Por otra parte, al mismo tiempo que se observaba una
creciente conglomeración del capital en torno a grupos
económicos de gran diversificación horizontal, que
aglutinaban una amplia gama de los rubros que mostraron
mayor dinamismo en este período, también avanzó con
fuerza la transnacionalización del aparato productivo chi-
leno, donde actividades claves como minería,
comunicaciones, electricidad, etc., rápidamente lograron
contar con una alta participación de capital extranjero y
donde muchas de ellas terminaron por quedar totalmente
bajo su control directo. Este fenómeno continuó
intensificándose a medida que el nuevo modelo se fue
consolidando, afectando no solamente a actividades como
las mencionadas, sino también a un número cada vez mayor
de las empresas orientadas a la exportación, así como a
los servicios más vinculados al sector globalizado de la
economía (especialmente, servicios bancarios y
financieros, comercio, transporte, turismo, etc.). En este
período también se incrementaron en forma sustantiva las
inversiones chilenas en el exterior, especialmente en paí-
ses vecinos como Argentina y Perú, lo que aparece como
otra manifestación de dicho proceso de creciente inserción
externa.
En esta dirección, resulta importante comparar el nivel
de inserción en la nueva dinámica capitalista globalizada
de este país con el de otras economías emergentes media-
nas y grandes de la región (Cuadro 2). A este respecto,
ante todo, merece destacarse el hecho de que Chile
aparezca desde hace varios años como el país
latinoamericano mejor ubicado en distintos rankings de
competitividad (tanto en el realizado por el World
Economic Forum, como en el del International Institute
for Management Development). Lo mismo ocurre con las
evaluaciones de riesgo-país realizadas por las más impor-
tantes calificadoras internacionales en esta materia, don-
de Chile continúa detentando la mejor calificación en el
ámbito latinoamericano.
Otro indicador relevante en la misma dirección es el
relativo al número de empresas chilenas incluidas entre
las 90 latinoamericanas que, en 1997, cotizaban acciones
en la Bolsa de Valores de Nueva York, a través de los
American Depositary Receipts (ADRs), que entonces
superaba al correspondiente al de los restantes países con-
siderados. Este indicador parece especialmente importante
si se considera que es, justamente en el plano de la
integración financiera mundial, donde se verifica una de
las dimensiones fundamentales de la globalización.
CUADRO 2
Indicadores de Inserción Internacional en
Economías Emergentes Latinoamericanas Grandes y Medianas
1990-1998
Países 1 2 3 4 5 6 7
Competitividad Riesgo-Pais IDE como % Part. 500 Part. 200 Part. Poder de
1998 1998 del PIB “América “Business Week” 90 ADR Compra
1990–96 Economía” 1998 1997 1996
Argentina 36 BB 1.58 73 8 16 194.6
Brasil 46 B+ 0.47 243 27 21 438.7
Chile 18 A 2.30 32 9 22 44.4
Colombia 47 BBB– 1.78 27 1 - 55.8
México 32 BB 1.74 102 22 21 175.0
Perú 37 BB 1.58 5 1 5 43.2
Venezuela 45 B 1.44 13 2 5 53.9
Fuentes: 1) Ubicación en el ranking de competividad 1998: World Economic Forum, 1998 (El Mercurio, Santiago, 10/junio/1998); 2) Evaluación Riesgo–País a largo plazo según Standard & Poor’s
(América Economía, 6/mayo/1999); 3) Inversión Directa Extranjera como porcentaje del PIB, 1990–96: CEPAL, 1997; 4) Empresas incluidas en ranking de América Economía: América Economía,
noviembre 1997; 5) Empresas incluidas en “The Top 200 Companies of Emerging Markets” del Business Week: Business Week, Latin American Edition, july 13, 1998; 6) Participación en los 90
ADR latinoamericanos de mayor patrimonio bursátil: América Economía, noviembre 1997; 7) Poder de compra en América Latina en 1996 en US$ miles de millones: Strategy Research Corporation,
Latin American Market Planning Report (América Economía, diciembre 1997).
SÃO PAULO EM PERSPECTIVA, 14(4) 2000
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Complementariamente, también puede mencionarse la
relativamente alta cantidad de empresas chilenas incluida
en diversos rankings realizados al respecto (por ejemplo,
las 500 mayores latinoamericanas de América Economía
y las 200 “top” de los países emergentes de Business Week
(Cuadro 2), lo cual constituye un reconocimiento de la
importancia relativa que han ido adquiriendo estas em-
presas en el ámbito del desarrollo capitalista periférico
globalizado.
En su conjunto, los indicadores considerados dan una
idea sobre el nivel de inserción-articulación en la dinámica
globalizada lograda por este país luego de más de dos
décadas de aplicación de la estrategia de liberalización y
apertura y, también, sobre los avances en términos de
modernización capitalista logrado por una parte impor-
tante de su aparato productivo. El conjunto de cambios
estructurales resultantes de este proceso, que se caracte-
riza por la desaparición, aparición y/o transformación de
un cúmulo de actividades y funciones económicas, hace
posible hablar de la formación de una nueva base
económica esencialmente urbana. ¿Cuál ha sido la
incidencia de estas transformaciones sobre la estructura
territorial nacional y, en particular, sobre el AMS? Desde
la perspectiva de este trabajo, nos interesa centrar la
atención en las implicancias del hecho de que las
preferencias locacionales de buena parte de las principales
nuevas actividades y funciones, surgidas al amparo de la
reestructuración productiva y de la globalización,
establecieron condiciones propicias para que se
desencadenase un nuevo ciclo de crecimiento y expansión
metropolitana.
En ese sentido, una de las hipótesis centrales de este
trabajo es que esta nueva fase de crecimiento y expansión
del AMS está condicionada por la forma en que la
inserción-articulación en la dinámica global incidió en la
redefinición de la naturaleza de las actividades y funcio-
nes de su base económica, y también, por como las
tendencias locacionales predominantes entre estas
actividades y funciones están asociadas, principalmente,
a diversos factores o condiciones existentes y ofrecidas
por el AMS, que hacen que ella termine ejerciendo una
mayor atractividad que otras partes del territorio. En lo
fundamental, esta actractividad es ejercida sobre las
principales actividades/funciones articuladoras entre la
economía nacional y la global, así como sobre una parte
relevante del nuevo aparato productivo capitalista. En otras
palabras, el nuevo impulso al crecimiento metropolitano
resulta fundamentalmente de la marcada preferencia de
las actividades más representativas del nuevo poder
económico conformado al ritmo de la globalización (donde
los grandes grupos económicos y las empresas
transnacionales juegan un papel central) por localizarse
en esta parte del territorio nacional (de Mattos, 1995).
NUEVAS TENDENCIAS LOCACIONALES Y
RECUPERACIÓN DEL CRECIMIENTO
METROPOLITANO
Fue desde mediados de la década de los 80 cuando se
empezaron a observar indicios de un retorno de las
tendencias a la concentración económica y demográfica en
torno a Santiago. Ya se habían producido entonces los
principales cambios en la base económica metropolitana,
donde luego de la desaparición de numerosas industrias no
competitivas en una economía abierta, había comenzado la
irrupción y el crecimiento de un conjunto de actividades
vinculadas tanto a la dinámica globalizada, como a los
requerimientos de un mercado interno en expansión. En lo
fundamental, este proceso se materializó en una pérdida de
importancia relativa de la industria en la respectiva
estructura productiva, tanto en su contribución al PIB
(Cuadro 3) como al empleo, y por un sostenido crecimiento
de los servicios, entre los que el comercio, el transporte,
las comunicaciones y los servicios financieros aparecieron
como los componentes más dinámicos. Si bien los servicios
ya tenían una alta presencia en la estructura productiva del
AMS en el período anterior, su participación continuó au-
mentando ahora bajo los efectos de la reestructuración,
adquiriendo mayor relevancia algunos de los componentes
más fuertemente vinculados a la dinámica globalizada.
Fue a impulsos de esta economía urbana predominan-
temente terciarizada que se produjo la recuperación y
CUADRO 3
Cambios en la Estructura del PIB
Chile – 1960-1996
Sector Promedios Trienales
1960-62 1970-72 1980-82 1985-87 1990-92 1994-96
Pais 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Agropecuario,
Pesca y Minería 3,7 3.0 3,9 4,1 4,2 3,7
Industria 26,3 26,8 20,8 21,2 21,6 20,8
Construcción 8,0 5,9 6,2 4,7 5,6 5,5
Servicios 61,9 64,3 69,0 69,8 68,7 69,9
Fuente: Elaborado con base en CIEPLAN/SUBDERE y Banco Central.
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SANTIAGO DE CHILE, GLOBALIZACIÓN Y EXPANSIÓN METROPOLITANA: LO QUE...
afirmación de una nueva fase de crecimiento y expansión
metropolitana, básicamente condicionada por los
requerimientos locacionales de las más importantes
actividades que la conformaban. Entonces la tendencia a
la concentración productiva en la RMS fue adquiriendo
fuerza, con lo que logró recuperar e, incluso, en algunos
casos, superar los niveles de concentración productiva que
había mostrado en la fase culminante de la industrialización
sustitutiva. Esto puede apreciarse através de la evolución
tanto del PIB total, como del PIB industrial de la RMS,
que muestra una trayectoria en forma de U (Cuadro 4), en
la que ambos indicadores, luego de una importante caída
al comenzar la reestructuración, llegan a su punto más bajo
hacia mediados de esta década, para volver a crecer a partir
de allí, hasta alcanzar valores equivalentes a los más altos
del pasado.
Esta trayectoria indica que en la primera fase del
proceso de reestructuración, junto a la declinación de
buena parte de los componentes del viejo aparato
productivo del AMS, se produjo un mayor crecimiento de
otros lugares que contaban con ventajas comparativas para
la producción y procesamiento de recursos naturales
exportables, lo que pareció confirmar circunstancialmen-
te las previsiones del discurso que anticipaba una mayor
dispersión territorial de las actividades productivas. A ello
se sumó el hecho de que como, en el pasado, la industria
sustitutiva se había localizado mayoritariamente donde se
encontraba la parte cuantitativa y cualitativamente más
importante del mercado interno, esto es, en la aglomeración
principal del país, su declinación afectó en mayor grado
al AMS y a su entorno de influencia directa que a otros
lugares del territorio nacional.
Sin embargo, al iniciarse una fase de elevado y sostenido
crecimiento y producirse la formación de la nueva base
económica –donde, como ya hemos señalado, los servicios
comenzaron a adquirir una creciente importancia- se
establecieron condiciones favorables para una nueva fase
de crecimiento productivo metropolitano. Entonces, se
pudo observar que las empresas vinculadas a la parte más
moderna y dinámica de esta nueva base económica -en
busca de condiciones propicias a un mayor crecimiento
de la productividad y de la rentabilidad– volvían a mos-
trar una marcada preferencia por localizarse en la princi-
pal aglomeración urbana del país. Esta tendencia
locacional respondió a la existencia de un conjunto de
factores que otorgaron al AMS una atractividad4 superior
a la que poseían los restantes centros urbanos. En lo fun-
damental, esa mayor atractividad se puede atribuir a la
presencia en este lugar de:
- mejores y más expeditos sistemas de comunicaciones,
capaces de permitir contactos cotidianos fluidos con em-
presas relacionadas en distintos lugares del entorno global
(red integrada de comunicaciones con el exterior, aeropuerto
internacional de primer nivel, amplia disponibilidad de
vuelos hacia otros nodos de la red global, etc.);
- actores de equivalente rango jerárquico, dado que para
las cúpulas de los grandes grupos y empresas que se
consolidaron en esta fase, fue un importante handicap tener
una localización distante del lugar donde se concentraba
la mayoría de las otras del mismo nivel;
- condiciones para una más fluida comunicación directa
cotidiana (face to face), formal e informal, entre las
personas vinculadas a las tareas más modernas e
innovadoras, que permiten potenciar los “beneficios
creativos de la proximidad” (Reich, 1991);
- oferta diversificada y eficiente de servicios especiali-
zados de punta, imprescindibles para el desarrollo de las
actividades de otras empresas industriales y de servicios
que pugnaban por asegurar una presencia competitiva en
los mercados globales;
- tejido productivo más amplio y diversificado, en el que
las nuevas actividades –en especial, las industriales–
podían contar con la existencia y proximidad de los otros
tipos de productores requeridos para concretar los
eslabonamientos considerados por sus respectivos
procesos productivos y para materializar las respectivas
subcontrataciones;
- mercado amplio y diversificado directamente accesible,
tanto de compradores como de proveedores;
- amplia disponibilidad de recursos humanos, tanto
calificados como no calificados, donde los del primer tipo
han venido adquiriendo una importancia creciente.5
La atractividad ejercida por factores de esta naturaleza
involucró tanto a las actividades a cargo del comando de la
CUADRO 4
Participación RMS en PIB y PIB Industrial
Chile – 1970-1996
Años PIB Chile PIB Industrial
1970/72 47,8 51,0
1975 42,3 43,2
1980 44,9 44,0
1985 42,1 43,5
1990 45,1 48,9
1996 47,7 51,6
Fuente: CIEPLAN/SUBDERE (1995) y Banco Central de Chile.
SÃO PAULO EM PERSPECTIVA, 14(4) 2000
50
gestión y la coordinación de la parte central del proceso de
acumulación, como también a las ramas más modernas y
dinámicas de los servicios y de la industria. ¿Qué nos indi-
ca la evidencia empírica a este respecto? En primer térmi-
no, que fue en el AMS donde se establecieron las más im-
portantes funciones de dirección general, planificación y
control del aparato productivo emergente, esto es, el co-
mando de la gestión y la coordinación del proceso de
acumulación y de las actividades centrales de enlace y
articulación de la economía nacional con la global. Por
consiguiente, prácticamente la totalidad de las sedes
corporativas centrales de los principales grupos económicos
y grandes empresas están localizadas en el AMS y, princi-
palmente, en su área central, aún cuando en los últimos años
se ha comprobado una importante tendencia a desplazarse
hacia otras comunas del oriente de la ciudad.
Por las mismas razones, también es en el AMS donde
están ubicadas las sedes corporativas y oficinas centrales
de la enorme mayoría de las empresas transnacionales que
operan en el país y cuyos edificios corporativos constituyen
hitos relevantes del paisaje urbano emergente. Directamente
correlacionado con ello, también se puede comprobar que
tiene su localización en este lugar, la totalidad de las más
importantes sedes centrales de las asociaciones corporativas
de la empresa privada, como es el caso de las relacionadas
con la producción, el comercio, la industria e, incluso, la
agricultura y la minería. A ello cabría agregar todavía, el
hecho de que es en el AMS donde tiene su sede la cúpula
del aparato burocrático de un Estado aún escasamente des-
centralizado.
Es así que, luego de la crisis de 1982-83, al intensificar
su condición de área principal de localización de las funci-
ones de articulación y operación de las relaciones entre el
aparato productivo nacional, el AMS reafirmó su condición
de principal nodo chileno de la red global de ciudades; de
esta manera, pasó a cumplir, a su escala, un papel equiva-
lente al de una ciudad global (Sassen, 1991), reforzando su
condición de lugar privilegiado para la localización de las
actividades más directamente vinculadas con la dinámica
de la globalización, con todas las consecuencias que esto
tiene en materia de eslabonamientos productivos y de
generación de empleos.
En segundo término, también los servicios más moder-
nos y con mayor vinculación a las actividades globalizadas
tendieron a localizarse preferentemente en el AMS, lo cual
corresponde a un comportamiento de carácter universal6 que
indica que los servicios tienen una marcada propensión a
organizarse en forma centralizada y a concentrarse en las
áreas metropolitanas principales, en todos los países don-
de han avanzado los procesos de terciarización (Bailly y
Coffey, 1994). A este respecto en particular cabe destacar
que prácticamente la totalidad de la cúpula de las actividades
y funciones del sistema financiero está localizada en AMS,
lo que involucra a todas las casas matrices de los bancos
nacionales, las sedes centrales de los bancos extranjeros y
las sedes de las instituciones financieras transnacionales,
así como de los fondos de pensiones y de las empresas de
seguros. A ello cabría agregar que es en este lugar donde se
realiza alrededor del 97% de las operaciones del mercado
de valores, a través de la Bolsa de Comercio de Santiago y
de la Bolsa Electrónica, lo que opera como un verdadero
imán para la localización de otros servicios financieros en
su proximidad física.
Por otra parte, también se encuentra localizada en el
AMS la parte más moderna de los otros servicios al
productor (asistencia jurídica, consultoría, publicidad,
“marketing”, informática, etc.), cuyo crecimiento y
diversificación se produjo al unísono con la reconversión
y recuperación industrial. Esta concentración de servicios,
a su vez, ha impulsado la creación en este lugar de una
infraestructura para actividades conexas (como centros
para eventos internacionales, hoteles, restaurantes, etc.),
así como el desarrollo de actividades orientadas a la
capacitación empresarial de más alto nivel. Además,
también muestran el mismo comportamiento locacional los
servicios vinculados directamente a actividades y
productos globales, cuya irrupción y generalización se
intensificó rápidamente bajo el efecto combinado de la
apertura externa y la recuperación económica. A ello se
suma que, dada la fuerte concentración territorial de la
parte más solvente del mercado interno en la RMS, en cuya
área de influencia directa reside más del 50% de la
población nacional, sea aquí donde se instalaron, exclusi-
va o predominantemente, numerosas actividades destina-
das a la comercialización de un diversificado conjunto de
productos y servicios globales, incluyendo desde los últi-
mos avances en materia de nuevas tecnologías y lo más
sofisticado de la moda y la alta costura, la hotelería, la
gastronomía, etc., hasta una variada oferta de
establecimientos de comida rápida.
Finalmente, se puede comprobar que los establecimientos
manufactureros también mostraron una recuperación de su
propensión a localizarse mayoritariamente en el AMS, la
que fue más acentuada para el caso de las ramas industriales
con un dinamismo superior al promedio (de Mattos, 1996;
Riffo y Silva, 1998). Para este período, los indicadores de
51
SANTIAGO DE CHILE, GLOBALIZACIÓN Y EXPANSIÓN METROPOLITANA: LO QUE...
concentración territorial disponibles para la industrias de
más de 10 trabajadores, muestran que la RMS continua
siendo el lugar que genera el mayor volumen de ocupación
media industrial del país: 55% del total en 1985 a 55.5%
en 1997; por su parte, las cifras correspondientes al valor
agregado industrial documentan un aumento más fuerte de
la participación de la RMS, la que, en 1985, generaba el
36,5% del mismo, para aumentar al 45.8% en 1997.
Por lo tanto, al culminar el proceso de reestructuración
en Chile, el AMS se ha constituido en el lugar en que se
ha emplazado la mayoría de las actividades de mayor
jerarquía de la nueva base económica urbana:
- el comando del nuevo poder económico (que incluye a
los principales grupos económicos y a las empresas
multinacionales que operan en el país), incluyendo las
funciones de enlace con la economía mundo;
- la cabeza y las principales actividades del sector terciario
moderno, en el que destacan los servicios a la producción;
- la parte más avanzada y diversificada del mercado de
productos globales; y
- un porcentaje mayoritario de la nueva industria y, en
particular, de la más dinámica y con mayor capacidad
innovadora.
La localización conjunta de estas actividades en el AMS
ha conformado una base económica de continuado dina-
mismo en la que se sustenta un mercado metropolitano de
trabajo que reúne la mayor parte de los empleos de más
elevada remuneración del país. La presencia de este mer-
cado se ha traducido en una creciente demanda por nuevos
productos o artefactos urbanos, cuya realización también
ha contribuido a dar mayor impulso al crecimiento metro-
politano; tal es el caso de edificios con equipamiento
avanzado (“edificios inteligentes”) tanto para actividades
empresariales como comerciales y residenciales, edificios
y equipos de alto estándar para la educación y la atención
de la salud, especialmente para sectores de ingresos altos
y medios–altos, sistemas de comunicaciones y de trans-
portes modernos y eficientes, infraestructura para un co-
mercio diversificado y especializado, aeropuerto interna-
cional de primer nivel, etc., cuya materialización está
incidiendo en una acentuación de la brecha entre esta
aglomeración y el resto de las ciudades nacionales.
En síntesis, al irse articulando la parte más importante
del aparato productivo nacional en un vasto conjunto de
redes globales financieras, productivas, tecnológicas,
culturales, etc., Santiago se fue consolidando como el prin-
cipal foco receptor de las principales funciones y
actividades de enlace de Chile con el resto del mundo,
con lo que fue afirmando su condición de ciudad en
proceso de globalización.7 En este proceso, la profunda
transformación que se produjo en su base económica
otorgó un nuevo impulso a su crecimiento económico y
expansión metropolitana. A su vez, esa nueva base
económica metropolitana, al mismo tiempo que se
constituyó en la plataforma básica que impulsó una mejor
articulación de Santiago en la red mundial de ciudades,
ha operado como un foco de atracción para la localización
de nuevas inversiones y actividades, no solamente en el
AMS, sino también en el país en su conjunto, por lo que
la continuidad de su crecimiento aparece como un factor
importante para el de todo el país en el contexto de la
economía globalizada.8 En esta dinámica, puede preverse
que, en la medida en que Chile continúe creciendo y
avanzando en su modernización capitalista y globalización,
seguramente, el papel de Santiago como nodo secundario
de la nueva estructura territorial que caracteriza al capita-
lismo global continuará fortaleciéndose.
METROPOLIZACION EXPANDIDA:
HACIA UNA METROPOLI–REGION
¿Cómo se han materializado las tendencias al crecimiento
metropolitano en este nuevo escenario? ¿Qué diferencias
se perciben en las formas actuales de expansión metropoli-
tana con respecto a las del período anterior? En lo funda-
mental, parece importante destacar ciertos rasgos que si bien
no pueden considerarse como estrictamente novedosos, pues
algunos de ellos ya habían comenzado a manifestarse en el
período precedente, su intensificación y generalización es
lo que podría considerarse como lo nuevo de la actual fase
de metropolización:
- acentuación incontrolable de la tendencia a la
suburbanización, con la formación de un periurbano difuso,
de baja densidad, que prolonga la metrópoli en todas las
direcciones en que ello es posible;
- afirmación de una estructura metropolitana polarizada
y segregada, donde la estratificación social tiene una
perfecta lectura territorial;
- irrupción de un conjunto de nuevos artefactos urbanos,
con gran capacidad para (re)estructurar el espacio metro-
politano.
Suburbanización y Metropolización Expandida
Cuando hacemos referencia al tema relativo a
metropolización y suburbanización, resulta importante
SÃO PAULO EM PERSPECTIVA, 14(4) 2000
52
tener presente que estos no son fenómenos nuevos en el
crecimiento de Santiago, puesto que ya se habían mani-
festado con fuerza bajo el impulso de la industrialización
sustitutiva, momento en que había cobrado singular im-
pulso el proceso de expansión metropolitana. En efecto,
en tanto Chile formó parte del grupo de países
latinoamericanos que realizaron los primeros esfuerzos por
adoptar estrategias de corte keynesiano para promover una
industrialización orientada a sustituir importaciones, el
avance de estos esfuerzos redundaron en una
intensificación de la urbanización y de la metropolización
(Hurtado, 1966; Geisse, 1983; Rodríguez Vignoli, 1993).
Es así que, ya en 1960, Santiago registraba una población
de 1:907.378 habitantes, que representaba al 25.9 % de la
población del país. Diez años más tarde, este fenómeno
comenzó a ser preocupante, como revela un importante
estudio, en el que se afirmaba: “el alto grado de primacía
y el rápido crecimiento relativo de la Región Central, com-
parada con el resto del país, corresponde, casi exclusiva-
mente, a la primacía y desarrollo de la ciudad de Santia-
go. El proceso de concentración de población y actividades
que ha sido especialmente intenso en las últimas décadas,
ha significado que, en los últimos treinta años, la ciudad
haya crecido desde un millón a tres millones de habitan-
tes, es decir, hasta cerca de un tercio de la población na-
cional, en 1970, contra sólo un 18%, en 1940, y un 14%
en 1920. En términos económicos, la ciudad de Santiago
representa el 54% del total del valor agregado por el sector
industrial, y la provincia de Santiago poco menos del 45%
del producto nacional bruto (contra un 60% de la Región
Central en conjunto)” (CIDU, 1972:10).
Más allá de ciertas oscilaciones, durante las últimas dé-
cadas, este proceso ha mostrado una gran persistencia y
continuidad, tanto en lo que se refiere a crecimiento demo-
gráfico como territorial, con un ligero ascenso de la densidad
en el conglomerado urbano (Cuadro 5). Obviamente, des-
de el punto de vista de la concentración de la población, el
proceso ha venido perdiendo fuerza como consecuencia,
por una parte, de que a medida que se ha elevado el nivel
de urbanización, han tendido a atenuarse las migraciones
internas y, por otra parte, de que ha venido cayendo la tasa
de fecundidad (Rodríguez Vignoli, 1993), por lo que es
lógico prever que el crecimiento de la población de la
aglomeración seguirá evolucionando en los años venideros
en forma mucho más lenta que en el pasado.
Lo específico de este último período es que ahora la
metrópoli en expansión ha tendido a desbordar y desdibujar
los límites urbanos consolidados en el período anterior,
en un proceso en el que a partir del núcleo original, la
mancha urbana ha continuado ocupando las áreas rurales
que ha ido encontrando a su paso con asentamientos ur-
banos y semiurbanos, producto de operaciones
inmobiliarias donde los diferentes estratos sociales
aparecen claramente diferenciados (Romero y Toledo,
1998). Al mismo tiempo, ha completado la plena
incorporación a la mancha metropolitana de diversos cen-
tros urbanos aledaños (San Bernardo, Maipú, Puente Alto,
Quilicura) y ha articulado a otros a la dinámica metropo-
litana en calidad de ciudades satélites y/o barrios
dormitorios (Rancagua, Melipilla, Talagante, Colina, Til
Til, etc.).9 De esta manera, el área urbana heredada del
período anterior, cuyos límites aparecían dibujados en
forma más precisa y nítida, ha dado paso a una metrópoli-
región, de estructura policéntrica y fronteras difusas, en
persistente expansión, que ha ido adquiriendo una
configuración tipo archipiélago.
Los datos correspondientes al período intercensal 1982-
1992 (Cuadro 6), documentan la dirección e intensidad de
este proceso expansión suburbana a través del crecimiento
y distribución territorial de la población: mientras que el
CUADRO 5
Indicadores de Crecimiento
Chile y Gran Santiago – 1940-1992
Indicadores 1940 1952 1960 1970 1982 1992
Población Total 5:023.529 5:932.995 7:374.115 8:884.768 11:329.736 13:348.401
Población Urbana 2:639.311 3:573.122 5:028.060 6:675.137 9:316.127 11:140.405
% Población Urbana 52,5 60,2 68,2 75,1 82,2 83,5
Población Gran Santiago 952.075 1:376.584 1:907.378 2:820.936 3:902.356 4:754.901
% Población Gran Santiago 19,0 23,2 25,9 31,8 34,4 35,6
Superficie Gran Santiago (km2) 110.17 153.51 211.65 318.41 420.80 492.70
Densidad Gran Santiago (hab x km2) 8.641,87 8.967,39 9.011,94 8.859,45 9.273,66 9,650,02
Fuente: Miranda Muñoz, 1997.
53
SANTIAGO DE CHILE, GLOBALIZACIÓN Y EXPANSIÓN METROPOLITANA: LO QUE...
núcleo urbano central de la ciudad, asentado en la Provincia
de Santiago creció prácticamente a la misma tasa que el
país en su conjunto, las cinco provincias restantes de la RMS
que contornean a la de Santiago, lo hicieron a una tasa
ampliamente superior al promedio nacional. En particular,
cabe destacar el hecho de que, en todo el país, las dos
provincias que mostraron mayores tasas de crecimiento de
la población fueron las de Cordillera (109.7%) y Chacabuco
(58.9%) contiguas a la Provincia de Santiago, en tanto que
la Provincia de Maipo (39.6%) solamente fue superada por
el crecimiento de la de Copiapó (48.6%). Esto indica que
mientras el núcleo más antiguo de la ciudad tiende a
estancarse en su crecimiento demográfico, es en las áreas
adyacentes donde se manifiesta con más fuerza la expansión
metropolitana.
Al considerar estas tendencias, parece importante des-
tacar que, en comparación a los ritmos de crecimiento que
se habían observado en décadas anteriores, cuando
alcanzaron su mayor intensidad las migraciones rural–ur-
banas, ahora, este proceso se ha cumplido bajo una
ralentización del crecimiento poblacional del AMS, que sólo
pasó del 34.4% del total nacional, en 1982, al 35.6%, en
1992. Esto permite afirmar que la expansión periurbana se
debe, ante todo, a una redistribución de la población me-
tropolitana, en la que parte de la misma desplaza su lugar
de residencia hacia áreas suburbanas y donde una parte de
la superficie ocupada adquiere carácter semiurbano (nuevos
asentamientos residenciales bajo la forma de “parcelas de
agrado”); de esta manera, la expansión de la superficie ocu-
pada por la mancha metropolitana ya no es tan nítida y las
mediciones tradicionales del área urbana no logran
establecer su verdadera magnitud.
¿Cómo se puede explicar el desencadenamiento de este
tipo de dinámica urbana? ¿Qué factores han tenido mayor
CUADRO 6
Crecimiento Demográfico por Provincias (1)
Chile – 1982-92 (Período Intercensal)
En % para el período
Region Menor Alrededor Mayor
Promedio Nacional (2) Promedio Nacional Promedio Nacional
I Arica 15.2 Iquique 36.1
II Tocopilla 0.6 Antofagasta 22.0
El Loa 19.5
III Chañaral 6.1 Copiapó 48.6
Huasco 10.0
IV Limarí 11.8 Elqui 27.0
Choapa 11.9
V Quillota 13.5 Los Andes 17.0 Petorca 19.3
Valparaíso 11.5 Aconcagua (3) 17.3
San Antonio 16.3
RM Santiago 16.7 Chacabuco 58.9
Cordillera 109.7
Maipo 39.6
Melipilla 23.6
Talagante 23.9
VI Colchagua 10.1 Cachapoal 22.3
Cardenal Caro 6.8
VII Linares 11.4 Curicó 17.2
Cauquenes 3.6 Talca 16.5
VIII Ñuble 8.7 Concepción 16.9
Bio Bio 12.8 Arauco 17.0
IX Malleco 6.2
Cautín 12.8
X Valdivia 8.5 Chiloé 15.9 Llanquihue 19.2
Osorno 9.5
XI Coihaique 16.0
XII Magallanes 12.7
Fuente: Instituto Nacional de Estatísticas, Compendio Estatístico 1994.
(1) Solamente se incluyen provincias de más de 10.000 habitantes.
(2) En el período intercensal 1982-92 la población total de Chile creció en 16.8%.
(3) Incluye San Felipe.
SÃO PAULO EM PERSPECTIVA, 14(4) 2000
54
incidencia en la intensificación de esta modalidad de
expansión metropolitana? Ante todo, habría que destacar
que las políticas de liberalización económica y de
desregulación de la gestión urbana jugaron un papel cru-
cial al respecto, en la medida que las reglas del juego
que de allí se derivaron, contribuyeron en forma efectiva
a remover los obstáculos que las regulaciones
preexistentes establecían para que se desplegara una ló-
gica estrictamente capitalista en la producción y la
reproducción metropolitana. De hecho, la desregulación
se propuso y logró desbloquear ciertas barreras que
obstaculizaban las decisiones de los empresarios
inmobiliarios y de las familias, cuyas preferencias y
estrategias configuran la parte medular de las decisiones
que dan cuerpo a la construcción de la ciudad en toda
sociedad capitalista.
Complementariamente, tanto las condiciones
establecidas por la apertura externa, como el progresivo
aumento de los ingresos medios de las familias registrado
en este período, contribuyeron a intensificar significati-
vamente la utilización de dos productos característicos que
adquirieron difusión generalizada en esta fase de la
globalización: en primer lugar, el transporte automotor –
en especial, el automóvil– con un enorme impacto en la
ampliación e intensificación de la movilización en el
espacio metropolitano y, en segundo lugar, de las
tecnologías de la información, que otorgaron mayor flui-
dez a las comunicaciones en ese ámbito. En el aumento
de la utilización de estos productos, incidió fuertemente
el hecho de que, al tiempo que se elevaron los ingresos
personales, los precios de los mismos mostraron una
tendencia a la baja como consecuencia de la apertura ex-
terna. En lo que sigue, revisaremos como estos factores
profundizaron algunas tendencias que ya se habían mani-
festado en el período anterior, pero que ahora logran su
máxima expresión.
Liberalización y desregulación urbana
En materia de gestión urbana, los principios de
liberalización y desregulación fueron formalmente incor-
porados en una modificación al Plan Regulador
Intercomunal, sancionada por el Decreto Supremo 420 de
1979. En esta instancia, se acogieron los planteamientos
realizados por Arnold Harberger, economista de Chicago
asesor del Gobierno Militar, quien consideraba al merca-
do como el factor determinante del desarrollo de las
ciudades y sostenía que “el concepto normativo de ‘límite
urbano’ era la causa del desequilibrio que conlleva la
marcada diferencia entre valores del suelo urbano y ru-
ral” (Massone Mezzano, 1996:56).
Estos planteamientos fueron desarrollados, explicados
y difundidos en un documento del Ministerio de la
Vivienda y Urbanismo (MINVU) de 1979 sobre los
“conceptos básicos para la formulación de la política na-
cional de desarrollo urbano”, donde se resumían los fun-
damentos de la nueva modalidad de gestión urbana en los
siguientes puntos:
- “es el sector privado el principal encargado de materia-
lizar las iniciativas de desarrollo urbano que demanda la
población, mediante la generación de una adecuada ofer-
ta de bienes y servicios”;
- la política debe “reconocer las tendencias del mercado
como el principal indicador para determinar la cantidad
de terreno que requerirá el desarrollo de las actividades
urbanas y la dirección de crecimiento dominante”;
- “el perímetro de crecimiento [urbano] futuro deberá se-
guir las tendencias preferenciales de localización que se
expresen en el mercado, sin más restricciones que las que
establezca el criterio general de la preservación del bien
común [...]” (MINVU, 1981:23). De esta forma, se marcó
una drástica ruptura con las ideas sobre planificación urba-
na que se habían impuesto en los años de la posguerra, donde
se contemplaba un papel activo de las políticas públicas en
el control del funcionamiento y de la expansión urbana, a
través de instrumentos como los planes directores, en
algunos casos con regulaciones sumamente estrictas.
Si bien esta versión extremadamente apegada al libre
juego de las fuerzas del mercado en la construcción de la
ciudad, tuvo un corto período de aplicación –pues, ya en
1985, el mismo Gobierno Militar le introdujo importan-
tes modificaciones por las que se intentó una conciliación
entre los enfoques normativo y adaptativo de la
planificación– algunos de sus criterios básicos han per-
manecido vigentes hasta el día de hoy. Como se reconoce
en un estudio posterior, “en el Chile de hoy, la gestión
urbana se desenvuelve en un doble contexto: de un lado,
en el propio de una economía de mercado con grados im-
portantes de desregulación y privatización; de otro, en el
marco dado por el proceso de descentralización política”
(Daher, 1996:232).
En la medida que las intervenciones e inversiones pú-
blicas directas han tendido a reducirse drásticamente, la
maximización de la plusvalía urbana se ha consolidado
como el criterio urbanístico predominante, asumiendo una
55
SANTIAGO DE CHILE, GLOBALIZACIÓN Y EXPANSIÓN METROPOLITANA: LO QUE...
fuerza capaz de desbordar muchas de las regulaciones
aún vigentes. Como resultado de ello se ha impuesto un
proceso fragmentario de construcción de ciudad, donde
las principales intervenciones urbanas surgen de iniciati-
vas privadas aisladas, decididas en función de la
rentabilidad esperada para cada una de ellas. En ese con-
texto, cada inversión busca la máxima utilización de cada
fracción de suelo urbano dentro de lo que las regulaciones
vigentes permiten.10
Las estrategias y decisiones empresariales y familiares
La aplicación de las políticas de liberalización
económica y de desregulación despejaron el camino para
que, tanto las estrategias empresariales como familiares
pudiesen responder en mayor grado a sus respectivas
preferencias e intereses. Así, las estrategias empresariales
que consideran al suelo metropolitano como un medio
privilegiado para la valorización de sus capitales–
intensificaron su incidencia en el proceso de construcción
urbana. Desde el momento en que se percibió que la
recuperación del dinamismo económico le devolvía al
AMS su condición de sitio de localización de la parte más
moderna y dinámica del aparato productivo nacional, así
como de lugar de residencia de las capas sociales
perceptoras de mayores ingresos, estas estrategias
contemplaron un incremento significativo de la inversión
privada en esta aglomeración. El hecho de que la mayoría
de los grupos económicos chilenos, que tuvieron un sig-
nificativo crecimiento en este período, haya incorporado
el rubro de los negocios inmobiliarios como un compo-
nente especial de sus actividades (de Mattos, 1995), pone
en evidencia la renovada importancia que se asigna a los
mismos.
Complementariamente, las estrategias individuales o
familiares, al desplegarse en una situación en la que habían
desaparecido muchas de las regulaciones que acotaban el
desarrollo urbano en el período anterior, pudieron
desbordar con mucho mayor facilidad los límites de la
ciudad, lo que tuvo importantes efectos en la redefinición
de la modalidad de expansión metropolitana. Así, por un
lado, los sectores de mayores ingresos impulsados por su
marcada preferencia por la vivienda unifamiliar aislada
y, por otro lado, por su secular inclinación a poner la mayor
distancia posible entre su lugar de residencia y aquel en
que habitan los sectores populares e, incluso, ciertos
sectores medios (González, Hales y Oyola, 1979),
intensificaron sus desplazamientos hacia el oriente y, prin-
cipalmente hacia los faldeos cordilleranos. El crecimiento
de las áreas de residencia de estos sectores, que ha carac-
terizado sucesivas etapas de la evolución urbana de San-
tiago, ha estado marcado por su preferencia por las
comunas de Providencia, Las Condes y Vitacura, a las que
se ha incorporado la extensa Comuna de Lo Barnechea. A
ello se suma, como expresión del deseo de evadirse de
diversos problemas metropolitanos (contaminación,
congestión, delincuencia, etc.), el aumento de los
movimientos hacia ciertos lugares privilegiados más
lejanos tanto al sur (Pirque), como al norte (Chicureo,
Colina) de la ciudad, lo que ha terminado por dar un im-
pulso adicional a la prolongación del periurbano y a una
disminución general de la densidad urbana. Esta tendencia
se ha concretado en la aparición de numerosos barrios y
condominios exclusivos para primera o segunda vivienda,
donde algunas de las denominadas “parcelas de agrado”
tienden a ser concebidas según un modelo similar al de
los barrios cerrados de ciertas ciudades norteamericanas,
contribuyendo a intensificar la suburbanización y, de esta
forma, a estimular la continuidad del fenómeno urbano-
territorial del que se quiere evadir. El conjunto de estos
desplazamientos hacia áreas suburbanas, se ha traducido
en la reiterada violación de algunas de las disposiciones
remanentes para regular el crecimiento y el funcionamiento
urbanos.
A su vez, los sectores medios, en especial aquellos que
en los últimos años se han beneficiado de una elevación
de sus presupuestos familiares (INE, 1999), han incidido
en la renovación, expansión y/o consolidación de algunos
barrios tradicionales de clase media (Ñuñoa, La Reina,
La Florida, Maipú, etc.) en los que todavía quedaban áreas
por edificar o densificar. Al mismo tiempo, la demanda
de una parte importante de los grupos de medianos ingresos
por viviendas con buenos servicios urbanos, ha incidido
en el éxito de la operación promovida por la Alcaldía de
la Comuna de Santiago para recuperar ciertas partes de
Santiago Poniente, en una suerte de proceso de
“gentrificación”,11 a semejanza de como ha ocurrido en
muchas ciudades norteamericanas (Smith, 1996). Pero,
además, estos grupos también han marcado su presencia
en la demanda por emprendimientos inmobiliarios en la
periferia de Santiago (o en la costa para segunda vivienda)
concebidos como recintos cerrados.
Finalmente, pese al relativo éxito de la política de
vivienda impulsada por el gobierno para los sectores de
menores ingresos, se puede comprobar que
mayoritariamente ellos han podido tener acceso a soluci-
SÃO PAULO EM PERSPECTIVA, 14(4) 2000
56
ones habitacionales baratas, tanto en lo que concierne a
diseño como a construcción, edificadas en terrenos
reducidos, localizados en la periferia pobre de la ciudad,
donde el precio de la tierra es más bajo. De hecho, “el
Ministerio de la Vivienda o las empresas que concursan
para realizar estos conjuntos habitacionales han compra-
do los terrenos de más bajo costo cuyas características son
bastante similares a las de los terrenos invadidos en otros
países: se localizan en la periferia urbana, alejados de
cualquier centro de actividad, con suelos de mala calidad
o con problemas como inundaciones, hundimientos, o en
zonas de la ciudad poco atractivas por su cercanía a ele-
mentos urbanos molestos (basurales, pozos de áridos, plan-
tas de tratamiento de aguas servidas, cementerios, etc.)”
(Ducci, 1997:106). De tal manera, las viviendas de los
pobres también contribuyeron a la suburbanización, esti-
mulando una incesante y prácticamente incontrolada
expansión de importantes áreas periurbanas.
Todo esto avala la conclusión de que los negocios
inmobiliarios, al imbricarse dinámicamente con las
preferencias de la población urbana, sea cual sea su nivel
de ingresos, están jugando un papel fundamental en el
reforzamiento de las tendencias a la suburbanización y
periurbanización metropolitana.
La difusión del automóvil y de las
nuevas tecnologías de la información
Sin embargo, la metrópoli que se ha ido configurando
bajo el efectos de las mencionadas estrategias
empresariales y familiares no podría explicarse totalmen-
te si no se considerase la incidencia de la generalización
de los vehículos automotores y las nuevas tecnologías de
la comunicación, producida básicamente bajo los efectos
del aumento del poder adquisitivo de una parte importan-
te de la población y de la caída de los precios respectivos
a partir de la apertura externa.
Fue así que, acompañando la reactivación económica,
se produjo un vertiginoso aumento de la tasa de
motorización en todo el país y, en especial, en la RMS,
consecuencia de la generalización de la utilización fami-
liar e individual del automóvil y de un fuerte aumento del
equipamiento para el transporte automotor. Conforme a
datos del INE, solamente en el período 1992-1996, el
número de automóviles en la RMS mostró un crecimiento
del orden del 42.7%; por otra parte, entre 1990 y 1997 la
tasa de motorización creció desde 0.39 a 0.75 vehículos
por habitante en esta Región, con lo cual el porcentaje de
hogares sin automóvil descendió desde 70.2% a 56.5%
en el mismo lapso (CONAMA, 1999). Esta situación ha
generado una demanda creciente por infraestructura,
todavía bastante precaria en el caso de Santiago; sin em-
bargo, aún con esta limitación, las vías y carreteras y, en
especial, las autopistas existentes se han ido afirmando
como los ejes que guían la expansión suburbana, acentu-
ando una morfología metropolitana de tipo tentacular.
Por otra parte, la adopción generalizada de las nuevas
tecnologías de la información y la comunicación permitió
reducir la gravitación de la distancia como factor limitante
para la localización de las empresas y las familias, con lo
que favoreció los emplazamientos productivos y
residenciales en el periurbano. En el mismo sentido, la
televisión, con una explosiva difusión hacia todos los
sectores sociales, ha tendido a favorecer un mayor
afincamiento cotidiano en hogares situados a distancias
relativamente mayores que las que prevalecían en la ciudad
más concentrada del pasado. El suministro de televisión
por cable y satelital, asegurado en buena parte de los
nuevos proyectos inmobiliarios periféricos para residencia
de sectores de ingresos altos y medios, también contribuye
al éxito de estos nuevos emprendimientos.
Todo esto indica que, la imbricación de este conjunto
de factores ha estimulado una modalidad de expansión
urbana que no puede considerarse como un fenómeno
enteramente nuevo, sino como la lógica y previsible
culminación de una forma de urbanización capitalista,
que ya había comenzado a perfilarse en la época de la
industrialización sustitutiva. En efecto, lo que la
desregulación ha estimulado y hecho posible es una for-
ma de metropolización expandida o ampliada, de
morfología policéntrica, tipo archipiélago, en la que un
importante conjunto de procesos productivos, en espe-
cial los más tradicionales, así como también la población,
ya no requiere concentrarse en un área compacta, aún
cuando sigue aspirando a una razonable proximidad en-
tre sí y al lugar donde se encuentran las mayores
economías de aglomeración.
Mercado Metropolitano de Trabajo, Pobreza y
Segregación Social
¿Qué efectos tuvo el sostenido proceso de crecimiento
vivido entre 1985 y 1998 sobre la situación y la estructura
social del AMS? Seguramente la principal consecuencia
de este proceso, complementado por las políticas sociales
aplicadas desde 1990, fue un importante aumento, tanto
57
SANTIAGO DE CHILE, GLOBALIZACIÓN Y EXPANSIÓN METROPOLITANA: LO QUE...
del ingreso real, como del ingreso per cápita de los hogares,
al mismo tiempo que un crecimiento real tanto en el gasto
de los hogares como en el gasto por persona, lo que
contribuye a explicar la ya referida reactivación del mer-
cado interno. A este respecto, los resultados de la V
Encuesta de Presupuestos Familiares realizada por el INE
en el Gran Santiago, en 1998, indican, con respecto a 1988,
un crecimiento real de 87.5% en el ingreso mensual por
hogar, de 100% en el ingreso mensual per cápita por hogar,
de 84.2% en el gasto mensual por hogar y de 94.9% en el
gasto mensual per cápita.
Además, también se verificó una disminución en el
grado de desigualdad de la distribución del ingreso y del
gasto de los hogares (INE,1999), pues mientras el 20%
de los hogares más pobres incrementaron en términos
reales su ingreso per cápita desde 4.8% a 6.3%, el quintil
correspondiente a los sectores de mayores ingresos
disminuyó su participación de un 56.1% a un 50.4% entre
1988 y 1997 (Cuadro 7). La información sobre el gasto
por hogar muestra una evolución en la misma dirección,
pues mientras la variación en el mismo período para el
primer quintil fue de 111%, la correspondiente al quinto
quintil fue de solamente 68%.
En este escenario, de igual forma a como ocurrió esca-
la nacional, los niveles de pobreza y de indigencia
disminuyeron significativamente entre 1990 y 1998: la
pobreza se redujo desde un 33% a un 15.4% de la
población de la RMS, en tanto que la indigencia descendió
desde 9.6% a 3.5% (Mideplan, 1999). Al comparar la
situación de esta región con la de las restantes, se
comprueba que ella es una de las que presenta menores
niveles de pobreza y de indigencia, dado que solamente
las regiones II y XII tienen indicadores más satisfactorios,
en tanto varias de las otras regiones duplican, o casi
duplican, dichos porcentajes. Por otra parte, si se analiza
la tasa de la reducción de la pobreza y de la indigencia
para el período 1987-1996 según datos de la Encuesta de
Caracterización Socio–Económica (CASEN), se observa
que para ambos indicadores la mayor reducción corres-
ponde a la RMS, con tasas de -10.2% y -16.4% respecti-
vamente (MIDEPLAN, 1998).
Todo ello pone en evidencia que la RMS –donde la
presencia del AMS es absolutamente predominante– ha
sido una de las más favorecidas por el crecimiento de estos
años y que los indicadores considerados muestran que la
tendencia dominante ha sido hacia una disminución de
la polarización social. Por otra parte, estos indicadores
permiten afirmar que, en este caso, por ahora no se estaría
en presencia de una tendencia hacia una mayor
segmentación del mercado de trabajo y que la hipótesis
de que la clase media estaría siendo perjudicada por este
proceso no sería válida para el país en su conjunto ni, en
particular, para el AMS.
Ello no obstante, en la medida que todavía se mantiene
la regresiva distribución del ingreso a la que ya hemos
hecho referencia, esto tiene su correspondiente expresión
en la estructura territorial metropolitana. Pese a que en la
RMS los índices promedio de pobreza en general son
menores que los de otras regiones –14.8% en 1996, fren-
te, por ejemplo, a 36.5%, 33.9% y 32.5%, respectivamen-
te, para las regiones IX (Araucanía), VIII (Bio Bio) y VII
(Maule)– en términos absolutos, el número de pobres en
esta parte del territorio sigue siendo el más elevado del
país: 836 mil pobres y 150 mil indigentes en 1996. A ello
hay que agregar que al comparar la distribución del ingreso
para las distintas regiones (Cuadro 8), se puede comprobar
que la polarización entre el 20% de la población de
mayores ingresos y el 20% de la de menores ingresos al
interior de cada una de las mismas, la de la RMS es una
de las más altas del país, siendo superada solamente por
las regiones de Atacama y del Bio Bio.
Esta situación de polarización social se materializa en
un mapa de segregación urbana del AMS, donde es posible
identificar la existencia de verdaderos “ghettos” urbanos,
tanto para ricos como, especialmente, para pobres. Este
mapa se hizo más nítido a raíz de las erradicaciones
llevadas a cabo por el Gobierno Militar, por medio de las
cuales se trasladó a la población pobre que se había
asentado en el seno de barrios de ingresos altos y medios,
hacia lugares homogéneamente pobres (Dockendorff,
CUADRO 7
Distribución del Ingreso y del Gasto de Hogares
según Quintiles de Ingreso Per Cápita
Gran Santiago – 1987-1997
En %
Quintiles Distribución del Ingreso Distribución del Gasto
1987–1988 1996–1997 1987–1988 1996–1997
Todos 100,0 100,0 100,0 100,0
1 4,8 6,3 7,6 8,8
2 8,6 10,0 10,9 12,4
3 11,9 13,6 13,7 14,8
4 18,6 19,6 19,6 20,0
5 56,1 50,4 48,2 44,0
Fuente: INE (1999).
SÃO PAULO EM PERSPECTIVA, 14(4) 2000
58
Rodríguez y Winchester, 2000). De esta manera, según
datos de la Encuesta CASEN para 1996 (MIDEPLAN,
1998), mientras en las tres comunas más ricas del AMS,
Providencia, Las Condes y Vitacura, los niveles de po-
breza alcanzan respectivamente al 0.8%, 1.1% y 1.2% de
la población, en las tres comunas más pobres, Huechuraba,
Renca y Pedro Aguirre Cerda, los niveles son de 38.4%,
37.1% y 32.7%.
La política de vivienda social también ha contribuido
a la persistencia de este cuadro de segregación social dado
que, como ya hemos señalado, el imperativo de bajar costos
por parte de las empresas privadas que tienen a su cargo
la construcción de las mismas hace que, por lo general,
los sectores de menores ingresos solamente puedan acceder
a viviendas de baja calidad ubicadas en terrenos de me-
nor valor, en barrios pobres situados en áreas periféricas
del AMS. De tal forma, pese a los progresos realizados,
todavía subsiste un cuadro general, donde los pobres
continúan teniendo una importante presencia en el noticiero
cotidiano de la vida metropolitana.12
La persistencia del cuadro de polarización y segregación
social esbozado, en el que durante los últimos años se ha
impuesto la percepción social de un incremento de la
delincuencia y la conflictividad (PNUD, 1998), que
comienza a tener una creciente influencia en la vida urba-
na en general y, en consecuencia, en la estructura y en la
apariencia de la metrópoli.
Nuevos Artefactos Urbanos y
Estructuración Metropolitana
El tercer aspecto que interesa tener presente como
expresión de lo nuevo, con relación a la metrópoli preexis-
tente, apunta a un conjunto de hechos o intervenciones
urbanas que denominaremos genéricamente como
artefactos de la globalización, no porque su génesis pueda
ser atribuida estrictamente a esta nueva fase del desarrollo
capitalista, sino porque su irrupción en Chile puede
explicarse por las condiciones que generaron las
transformaciones producidas bajo el avance del proceso
combinado de la reestructuración y la globalización. No
hay duda acerca de que la mayor parte de estos artefactos
ya tenían un desarrollo relevante en el período de apogeo
fordista, especialmente en buena parte de las ciudades
norteamericanas –aún cuando también en varias metrópolis
latinoamericanas, como Sao Paulo y Bogotá– incluso con
la mayor parte de los elementos y atributos que caracterizan
su configuración actual, como es el caso, por ejemplo, de
los denominados “shopping malls”.
Sin embargo, en el caso chileno, estos artefactos
surgieron bajo el alero de la reestructuración y proliferaron
a medida que este proceso se intensificó, por lo que su
irrupción y desarrollo en este ámbito geográfico puede ser
asociado a las condiciones que ofrecieron los avances de
la globalización. Varios factores permiten explicar su
difusión en el escenario urbano chileno: primero, la
profundización de la inserción en la dinámica global, que
ocasionó fundamentales transformaciones en la
modernización y diversificación tanto del aparato
productivo, como de las pautas y oportunidades de con-
sumo; segundo, el importante aumento de los ingresos
familiares y personales logrados con el mayor crecimiento,
lo que impulsó una sostenida recuperación del mercado
interno y estimuló la aceptación generalizada de las nuevas
pautas de consumo; y, tercero, la oportunidad de ampliar
y diversificar los negocios inmobiliarios a través de las
inversiones en nuevas configuraciones edilicias, que se
presentaban como de alta rentabilidad.
De esta manera, a partir del momento en que
comenzaron a proliferar en el AMS, estos artefactos
pasaron a constituirse en hitos urbanos relevantes y a jugar
un papel fundamental en la estructuración de la metrópoli
emergente y en la revalorización de su imagen, vis–a–vis
las otras metrópolis en competencia en el ámbito de la red
global de ciudades; desde entonces, muchos de ellos, se
han ubicado como los símbolos más difundidos de esta
CUADRO 8
Distribución del Ingreso Monetario Promedio Mensual de Hogares
% del Ingreso Total Regional por Quintiles
Chile – 1996
En %
Region
Quintiles 20% más rico/
I II III IV V 20% más pobre
Tarapacá 4,8 9,6 14,9 21,5 49,2 10,3
Antofagasta 5,3 10,5 15,5 21,7 47.0 8,9
Atacama 4,1 8,0 11,6 17,6 58,8 14,3
Coquimbo 5,1 9,9 13,3 18,4 53,3 10,5
Valparaíso 5,4 10,3 13,4 21,8 49,1 9,1
O’Higgins 4,8 9,6 13,5 18,9 53,2 11,1
Maule 4,7 9,0 13,3 17,9 55,1 11,7
Bío Bío 4,2 8,1 11,8 18.5 57.5 13,6
Araucanía 4,4 8,9 13,2 18,5 55,0 12,5
Los Lagos 5,0 8,5 12,9 17,7 55,8 11,2
Aisén 5,3 9,8 14,8 20,9 49,2 9,3
Magallanes 5,4 10,3 14,0 20,5 49,8 9,2
Metropolitana 4,3 8,0 11,6 18,8 57,3 13,3
Fuente: Elaboración propia, MIDEPLAN, Encuesta CASEN 1996.
59
SANTIAGO DE CHILE, GLOBALIZACIÓN Y EXPANSIÓN METROPOLITANA: LO QUE...
nueva fase de modernización, esto es, en lo que Gorelik
(1997:8), haciendo referencia al caso de Buenos Aires,
describe como “imágenes urbanas novedosas” o “postales
de la modernización”. En el caso del AMS, en especial,
cabría hacer referencia a:
Núcleos de actividades empresariales – entre los que se
destacan los conjuntos edilicios destinados a actividades
industriales y terciarias, muchos de los cuales inciden en
la aparición de nuevas polarizaciones urbanas, como los
grandes megaproyectos inmobiliarios con funciones com-
binadas y los centros empresariales especializados,
algunos de ellos destinados a funciones de “back office”,
por lo que pasan a competir con los tradicionales distritos
centrales de negocios.13 Es el caso, por ejemplo, de la
Ciudad Empresarial ubicada en la zona norte de Santia-
go, que contempla una inversión cercana a los US $ 900
millones, en más de 100 edificios y cerca de 6 kilómetros
de vialidad interna de alta calidad, la cual, en agosto de
1998, del total de 40 hectáreas en oferta, ya había escritu-
rado el 35% de los terrenos y tenía 14 edificios termina-
dos (El Diario, 6 agosto 1998).
También pueden mencionarse los parques o centros
industriales, principalmente en las coronas periféricas del
AMS, de los que, hacia mediados de 1998, estaban en
promoción inmobiliaria un total de 34, de diverso tamaño
y tipo de equipamiento, de los cuales siete se encontraban
en etapa de proyecto de desarrollo (El Diario, 20 agosto
1998). A ellos, cabría agregar los grandes edificios
corporativos inteligentes, que al tiempo que inciden en una
mayor verticalización de ciertas partes de la ciudad, pasan
a constituirse en verdaderos prototipos del nuevo paisaje
urbano, como es el caso, por ejemplo, del World Trade
Center, del Edificio de la Industria, del Edificio de
Telefónica de Chile y del Boulevard Kennedy.
Centros comerciales diversificados y/o especializa-
dos Impuestos por la evolución de las prácticas
comerciales que cobran mayor impulso al ritmo de la
globalización, como los “shopping malls”. Concebidos
como verdaderos sub-centros urbanos (“town centers”), en
torno a los que se articula la vida de determinados barrios
o comunas, y que constituyen la mejor expresión de las
nuevas modalidades de espacio público socialmente
estratificado de propiedad privada. La propaganda realiza-
da para uno de los más importantes de estos centros
comerciales ilustra sobre el alcance de esta concepción y
sobre el papel que se les asigna en la estructura urbana:
“Plaza Vespucio Town Center: el primer Centro de
Gravedad de nuestro país. Plaza Vespucio se abre al exte-
rior, generando espacio urbano en sus alrededores y nuevos
usos que responden a los intereses de los habitantes de San-
tiago. Un nuevo concepto en Chile, Town Center: área cen-
tral compacta creada para vivir, trabajar, comprar, comer,
divertirse y satisfacer todas las necesidades en un solo lu-
gar”. Y de inmediato enumera las novedades que irá incor-
porando en los próximos años, para constituirse en un
verdadero “town center”: “1997, Conexión línea cinco del
metro (Estación Vespucio), Centro clínico Vespucio, 1.500
estacionamientos subterráneos, ampliación del mall, gran
tienda especializada. 1998, ampliación food-court, torre de
oficinas, complejo multimedia, segundo complejo de cines,
paseo de restoranes temáticos. 1999, complejo financiero,
gimnasio y centro de salud integral. 2000, hotel, centro de
eventos, convenciones y exposiciones”.
A este tipo de configuración, cabría agregar la
multiplicación de grandes superficies comerciales, tanto
enfocadas hacia el consumo diversificado (super e
hipermercados), como especializado, por ejemplos en ar-
tículos para el hogar (Home Center, Easy, Home Depot),
para el automóvil (Movicenter), etc., que en muchos ca-
sos están provocando la decadencia y/o desaparición de
numerosos pequeños comercios vecinales. Por otra parte,
también cabría mencionar la proliferación de los llamados
patios de comida, donde se impone el culto al “fast food”,
con amplia representación de cadenas globales de comi-
da chatarra (McDonalds, Burger King, Pizza Hut, etc.),
generalmente implantadas bajo el régimen de franquicias.
Hoteles cinco estrellas y recintos para conferencias y
eventos En este caso estamos en presencia de un tipo de
artefacto en cuya multiplicación indudablemente tiene una
decisiva influencia la intensificación de la inserción ex-
terna, que estimula un flujo permanente de visitantes bajo
el impulso de la globalización de los negocios. Es así que,
a junio de 1998, la Asociación Gremial de los Hoteleros
de Chile, registraba 15 hoteles de cinco estrellas en Santi-
ago, con 2.766 habitaciones, representando el 38% de la
oferta hotelera de esta ciudad, todos ellos ubicados en
cuatro comunas (Comuna de Santiago en el centro y Pro-
videncia, Las Condes y Vitacura al oriente de la ciudad)
(El Mercurio, 2 agosto 1998).
Configuraciones urbanas para el esparcimiento En este
ámbito los cambios corresponden a la difusión, a escala
mundial, de formas de esparcimiento asociadas a productos
SÃO PAULO EM PERSPECTIVA, 14(4) 2000
60
vinculados a las nuevas tecnologías, especialmente en el
campo de la electrónica, como es el caso, por ejemplo, de
los multiplex o complejos de salas cinematográficas,
expresión de nuevas modalidades comerciales asociadas al
espectáculo del cine, que están poniendo fin a la ya debili-
tada supervivencia de las salas cinematográficas
tradicionales. Es así que, en 1998, los tres principales ope-
radores multinacionales de multiplex en Chile incorporaron
99 nuevas salas de este tipo, de las cuales 68 en la RMS,
cinco en otras ciudades de la región central y siete en el
resto del país. (El Mercurio, 2 agosto 1998). A ello habría
que agregar los nuevos tipos de salas de máquinas
electrónicas, todavía de escasa relevancia en el AMS y la
aparición de los parques temáticos de esparcimiento, según
una modalidad impuesta por los complejos tipo
disneylandia, como es el caso de la concepción establecida
para el nuevo zoológico de La Pintana en Santiago.
Edificios y conjuntos residenciales protegidos y segre-
gados – Aparecen como resultado de los intentos de los
operadores inmobiliarios por dar respuesta a los nuevos
requerimientos derivados de las ya aludidas estrategias
individuales o familiares, donde se destaca un significati-
vo aumento de la oferta de departamentos, orientada prin-
cipalmente hacia sectores de ingresos medios y altos, con-
centrada fuertemente en las comunas de Providencia, Las
Condes, Vitacura, Ñuñoa y Santiago, cuya multiplicación
también ha contribuido a la mayor verticalización de par-
tes importantes de la ciudad.
Al mismo tiempo, nuevos barrios y condominios cer-
rados y protegidos se esparcen en forma incontrolable hacia
el sur y el norte del AMS, a lo que además cabría agregar
la expansión hacia la zona costera, favorecida por la mejor
accesibilidad desde Santiago, lograda con la terminación
de la Autopista del Sol, a través de una sucesión de nuevas
urbanizaciones entre Santo Domingo al sur y Concón al
norte, que se han multiplicado durante los últimos años.
En la misma dirección, también se ha observado que
algunos segmentos de los sectores de altos ingresos, fren-
te a ciertos problemas que afectan en mayor grado a la
vivienda individual (por ejemplo, cambios en la
composición familiar, aumento de la delincuencia, etc.),
han optado por residir en departamentos de alto estándar
y gran superficie, ubicados en barrios elegantes de partes
exclusivas de la ciudad (ciertos sectores de El Golf, San
Damián, Vitacura).
Este variado conjunto de artefactos, en la medida que
se sitúan como las intervenciones urbanas más destaca-
das de los nuevos tiempos, inducen significativas
transformaciones en la configuración de la metrópoli emer-
gente y en la correspondiente vida urbana, por lo general
con gran impacto en los lugares en que se implantan. De
esta manera han valorizado nuevas áreas y han contribuido
a la reestructuración de partes enteras del AMS, al tiempo
que han incidido en la caracterización de la nueva imagen
metropolitana. En este sentido, juegan un papel fundamen-
tal en el marketing de Santiago en la competencia interur-
bana latinoamericana.
ENTRE EL COLAPSO Y LA NOSTALGIA
El análisis precedente permite concluir que los procesos
de reestructuración y globalización han provocado un
importante conjunto de cambios en la estructura y el
funcionamiento del AMS, que se han manifestado princi-
palmente en:
- una acentuación de la tendencia a la suburbanización,
haciendo que la mancha metropolitana continúe con un
proceso expansivo que no parece encontrar límites;
- la persistencia de una estructura social metropolitana
polarizada y segregada, en la que se ha acentuado la
tendencia a que los pobres vivan junto a los pobres y los
ricos junto a los ricos y;
- una morfología metropolitana que está siendo
fuertemente impactada por la irrupción de un conjunto de
nuevos artefactos urbanos.
En lo fundamental, este conjunto de transformaciones
puede interpretarse como la culminación de ciertas
tendencias y fenómenos inherentes al proceso de
construcción urbana capitalista, que ya se habían esbozado
nítidamente en el pasado. En otras palabras, el conjunto
de cambios producidos en este período no implica una
ruptura fundamental con la ciudad heredada y parece
perfectamente funcional a la afirmación de un tipo de
configuración metropolitana, cuyos cimientos habían sido
establecidos en el período de auge del modelo de
crecimiento hacia adentro. De hecho, desde que la
liberalización y desregulación lograron remover los obs-
táculos con los que las políticas urbanas de inspiración
keynesiana habían intentado frenar la expansión metro-
politana, la mancha urbana ha podido expandirse con
mucho mayor libertad. Bajo esta dinámica, el modelo de
ciudad de corte europeo, que ayer se había constituido en
el principal referente de buena parte de las ciudades
latinoamericanas y en particular de Santiago, hoy deja paso
61
SANTIAGO DE CHILE, GLOBALIZACIÓN Y EXPANSIÓN METROPOLITANA: LO QUE...
a otro, del que Los Angeles parece suministrar el modelo
más acabado.
Frente a los problemas que se han venido incubando
en el seno del AMS, en los últimos años se han multipli-
cado las opiniones de que esta aglomeración estaría al
borde del colapso, por lo que sería necesario tomar medi-
das para detener su crecimiento, buscando, al mismo
tiempo, estimular el mayor crecimiento de otras regiones
y ciudades e, incluso, eventualmente, comenzar a pensar
en el traslado de la capital. Muchas de estas propuestas
suelen responder a visiones nostálgicas de la ciudad del
pasado, ahora idealizada en función de ciertas supuestas
virtudes que, en general, no fueron igualmente valoradas
en su momento. En otros casos, alienta el alegato de los
regionalistas y de las comunidades regionales, clamando
por una distribución territorial más equitativa de los fru-
tos del crecimiento, en un discurso que tiende a soslayar
el papel que, en el contexto de la dinámica económica
globalizada, Santiago cumple con respecto al crecimiento
de la nación en su conjunto.
Por lo general, en estos alegatos y discursos, se elude
considerar los factores que condicionan y estimulan la
acumulación y el crecimiento en esta nueva etapa del
desarrollo capitalista y, en particular, a los que condicionan
las decisiones de las empresas sobre su localización que,
en definitiva, son el verdadero motor que sustenta este tipo
de expansión metropolitana. En muchos casos, en los dis-
cursos aludidos parece estar subyacente la idea de que la
concentración de empresas en el AMS, más que a una ló-
gica económica capitalista, respondería a arbitrarios ca-
prichos empresariales. Es este tipo de razonamiento el que
permite suponer la pertinencia de propuestas utópicas que,
en última instancia, sólo serían posibles bajo otra lógica
económica, de naturaleza y viabilidad desconocida.
Más allá de los múltiples problemas que afectan al
AMS, como a la mayoría de las grandes metrópolis en
expansión, parece importante reiterar que lo que se logró
con la aplicación de políticas de liberalización económica
y de desregulación fue despejar el camino para la
afirmación de una lógica estrictamente capitalista en la
producción y la reproducción metropolitana. Lo que
permitió llevar a su culminación ciertas tendencias que
ya estaban presentes, quizás en forma más tenue, en la
ciudad que se había configurado bajo el impulso de la
industrialización sustitutiva. Por lo tanto, como se ha tra-
tado de mostrar en estas páginas, lo que aparece como
nuevo, aún cuando significa cambios importantes en la
metrópoli heredada, en lo esencial, refuerza y profundiza
tendencias preexistentes y, con ello, asegura que lo que
existía siga existiendo.
NOTAS
Versión revisada y actualizada del artículo publicado en la Revista Eure, Santia-
go de Chile, v. XXV, n.76, diciembre 1979 (revisión enero 2000). El autor agra-
dece la colaboración de Luis Riffo Pérez en la elaboración y análisis de algunos
de los cuadros incluidos.
1. El AMS forma parte de la Región Metropolitana de Santiago (RMS), que es
una de las 13 regiones en que está dividido administrativamente el territorio chi-
leno. La RMS está dividida en 5 provincias y en 51 comunas. La Provincia de
Santiago, está dividida en 32 comunas, las que conjuntamente con las Comunas
de Puente Alto (Provincia de Cordillera) y de San Bernardo (Provincia de Maipo)
conforman actualmente el AMS.
2. El análisis de este trabajo está referido básicamente al período 1985-1998 que
se caracteriza por un elevado y sostenido crecimiento económico, por lo que muchas
de sus conclusiones pueden carecer de validez para los años siguientes, cuando la
economía chilena fue seriamente afectada por la crisis asiática, produciéndose
una fuerte caída de la tasa de crecimiento y un significativo aumento del desempleo.
3. En este sentido, Contreras (1998:315) destaca que “varias investigaciones
muestran que la distribución de los ingresos en Chile es una de las más desiguales
del mundo, pero que dicha desigualdad se ha mantenido relativamente estable
desde una perspectiva de largo plazo.” Con respecto a la estabilidad en el tiempo
de la distribución del ingreso, es importante tener en cuenta que “la conclusión de
que existe una distribución estable del ingreso a través del tiempo coincide con
evidencia de otros países. En un reciente informe que analiza las mediciones de la
desigualdad en 108 países, se concluyó que, a pesar de que entre los países hay
diferencias sustanciales en cuanto a desigualdad, los cambios distributivos a lo
largo del tiempo en cualquier país son muy leves.” (Valdés, 1999:10–11).
4. Utilizamos el concepto de atractividad en forma equivalente al de fertilidad
aplicado por Kamppeter (1995) a los ámbitos regionales o nacionales percibidos
por las empresas como más favorables para que sus capitales puedan germinar
mejor, en función de la existencia de un conjunto de factores que aseguran una
mayor productividad e ingreso.
5. En una Encuesta sobre Factores de Localización Industrial, realizada en 1996
entre establecimientos de los seis sectores (a cuatro dígitos CIUU) de mayor di-
namismo, ubicados en las seis regiones más industrializadas de Chile, uno de los
factores destacados para explicar la preferencia por la RMS, fue la mayor
disponibilidad de profesionales y gerentes de esta Región (de Mattos, Riffo y
Reyes, 2000).
6. Como señala Saskia Sassen, “la combinación de la dispersión geográfica de
las actividades económicas y la integración de sistemas que constituyen la base
de la era económica actual ha contribuido a la creación o ampliación de funciones
centrales, en tanto que la complejidad de las operaciones ha llevado a un aumen-
to de la demanda de servicios sumamente especializados” (Sassen, 1997:2).
7. Para una metrópoli de la periferia capitalista, como es el caso de Santiago,
antes que de ciudad global, parece más apropiado hablar de ciudad en proceso de
globalización (“globalizing city”) como proponen Marcuse y van Kempen (2000).
8. En este sentido parece pertinente la afirmación de Marcial Echenique en el
sentido de que “Santiago tiene el 40% de la población del país, el 50% de su
industria, el 75% de los servicios importantes que generan riqueza ... ¿se puede
detener todo eso? Si Santiago se paraliza, las inversiones extranjeras que llegan
no se irían a Valparaíso o a Concepción. Se irían a Buenos Aires o Sao Paulo. A
ciudades más eficientes” (La Tercera, 30/agosto/1998).
9. A este respecto, el Ministro de la Vivienda y Urbanismo (MINVU), afirmó que
“el objetivo de la tarea del MINVU [...] es que estas nuevas personas [los 3 millones
de habitantes que se irán incorporando al AMS en el futuro] no se localicen en
Santiago, sino que vayan a otra futuras áreas de desarrollo urbano, como Talagante,
Melipilla, Cordillera o Maipo, en un escenario de posibles nuevas ciudades don-
de muchas están todavía por determinar” (El Mercurio, 14 agosto 1998).
10. En esta situación, por ejemplo, ha proliferado la actitud de tratar de aprovechar
al máximo la superficie construida permitida por las regulaciones sobre alturas y
rasantes, dando lugar a unos edificios cuasi piramidales, que semejan las cajas de
los lustradores de zapatos (por lo que popularmente se los denomina como edificios
“lustrines”), o a otros en los que, dadas las restricciones impuestas por las
SÃO PAULO EM PERSPECTIVA, 14(4) 2000
62
ordenanzas sobre altura máxima, se hunde el primer piso para aumentar la
utilización del terreno, todo lo cual redunda en una horrenda estética urbana.
11. Entendida, como una operación inmobiliaria de renovación urbana enfocada
hacia áreas centrales antiguas, por la que se busca reemplazar a sus moradores de
bajos recursos por otros de mayores ingresos.
12. Una crónica sobre un incidente conocido como el “saqueo a la bodega
incendiada” brinda un ejemplo elocuente a este respecto: “[...] cientos de personas
están pernoctando y pasando todo el día en las afueras de una bodega comercial
incendiada la semana pasada en Quilicura, esperando entrar para saquear lo poco
que queda. ‘Al dueño la mercadería no le sirve de nada. A nosotros sí, porque
somos pobres’, dice uno de ellos. ‘Pero este es un recinto privado’, le dice el
periodista. ‘Sí, pero nosotros somos pobres y ellos van a botar estas cosas que a
nosotros nos sirven’, replican varios con una lógica tan implacable como inútil.
Las rejas no se abren, el saqueo es contenido por policías y guardias” (La Hora,
6 octubre 1998).
13. Corresponde a una tendencia mundial, donde se destacan ejemplos como La
Defense (Paris), Canary Wharf/Isle of Dogs (Londres), Puerto Madero (Buenos
Aires) o Santa Fe (Ciudad de México).
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... La planificación urbana es una herramienta de la administración pública que tiene como objetivo gestionar el desarrollo urbano y las actividades humanas en el entorno físico (Mu et al., 2016), dirigiendo la escala, el ritmo y la forma de la urbanización (Seto et al., 2010). Sin embargo, con la introducción de agendas económicas neoliberales en la mayoría de países del mundo, los Estados han promovido cambios institucionales y regulatorios para promover las leyes del mercado, estableciendo una liberalización de la economía y, en lo que se refiere al desarrollo urbano, una desregulación del suelo (De Mattos, 1999). ...
... La Región Metropolitana de Santiago de Chile (rms), donde radica la capital del país, Santiago, se ha caracterizado fuertemente los últimos cuarenta años por un crecimiento urbano expansivo y disperso, el cual ha sido documentado ampliamente por la literatura académica (De Mattos, 1999;Ducci, 1998;Fuentes & Pezoa, 2018;Schuster Olbrich et al., 2022), siguiendo la misma tendencia de muchas metrópolis latinoamericanas (Montoya-Tangarife et al., 2016). ...
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El crecimiento urbano de las metrópolis latinoamericanas ha adoptado diferentes patrones espaciales e intensidades; entre ellos, una forma urbana que se da en expansión y crece hacia fuera del núcleo de la ciudad. Para hacer frente a las consecuencias negativas de tal crecimiento, los Estados han establecido políticas destinadas a controlar y orientar el desarrollo urbano expansivo, principalmente a través de la planificación urbana y la regulación del suelo. Este estudio analiza el rol de la planificación y normativa urbana en la expansión de la ciudad de Santiago de Chile entre 1997 y 2013, utilizando para ello mapas de cobertura, la zonificación establecida por el Plan Regulador Metropolitano de Santiago y una revisión de la normativa aplicable. Se demuestra que la ciudad se expande en aquellas zonas declaradas como no urbanas por el Plan, proceso en que el Estado desempeña un rol activo al establecer normas que permiten expandir la ciudad, produciendo contradicciones normativas territoriales.
... Es necesario aclarar que muchas de las transformaciones asociadas a la expansión urbana en las periferias responden al proceso de globalización que modifica las relaciones campo-ciudad y permite que áreas agrícolas adquieran nuevas fisonomías a partir de procesos de urbanización del agro y del cambio tecnológico; así como favorece el movimiento de habitantes urbanos que buscan satisfacer sus necesidades en el campo y homogeniza modelos de organización del espacio geográfico (De Mattos, 1999;Martínez Borrego, 2008;Ávila Sánchez, 2009;García Ramón et al., 1995). ...
... Es necesario aclarar que muchas de las transformaciones asociadas a la expansión urbana en las periferias responden al proceso de globalización que modifica las relaciones campo-ciudad y permite que áreas agrícolas adquieran nuevas fisonomías a partir de procesos de urbanización del agro y del cambio tecnológico; así como favorece el movimiento de habitantes urbanos que buscan satisfacer sus necesidades en el campo y homogeniza modelos de organización del espacio geográfico (De Mattos, 1999;Martínez Borrego, 2008;Ávila Sánchez, 2009;García Ramón et al., 1995). ...
... jurídico-administrativo que regula las relaciones entre propietarios, productores, promotores inmobiliarios y el Estado (Pino y Moreno 2014). Lo anterior produce una mayor fragmentación y segregación del espacio (Carlos 2001(Carlos , 2014De Mattos 1999). En consecuencia, y como reproducción del espacio urbano colombiano, se sigue excluyendo de la ciudad a grupos que carecen de capital económico y político, los que continúan utilizando estrategias de resistencia que les permiten re-exitir en el espacio urbano, a través de los que Raffestin (1989) llama el "dominio de la micropolítica". ...
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En la ciudad de Manizales, Colombia, la producción del espacio urbano está dada por patrones dominantes que se relacionan con el capital, lo que conduce a la mercantilización y el control del espacio por parte de grupos hegemónicos. El presente artículo revisa la manera en que se concibe dicho espacio a partir de la relación saber-poder, mediante el análisis de políticas urbanas que regulan la organización de la ciudad y que, a la vez, generan desigualdades, lo que lleva a que una población carente de poder económico y político quede excluida y marginada de la ciudad. No obstante, esta población desarrolla prácticas, saberes y formas de organización que les permite sobrevivir al crear maneras de ser, estar y hacer diferentes a las visiones normadas y programadas, lo cual sugiere espacios diferentes donde los habitantes excluidos dan luchas diarias por existir; luchas que se extienden al reclamo por el derecho a la vida urbana.
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Fear is one of the most reviewed emotions in gender studies due to its impact on the experiences of various sociodemographic groups in the contemporary city. Simultaneously, it has been evident how care activities have been reduced in urban design criteria, negatively impacting the quality of life of caregivers. Despite this diagnosis, to date a lack of tools has been identified that allow analyzing the experiences of fear and care in the city. This shortage limits implementing strategies that favor improving public spaces in favor of social integration and care. The article's objective proposes to discuss the design and applicability of an intersectional tool that allows identifying spaces of fear and care in the city, delving into the relationship between citizen experiences and urban design with a gender perspective. Methodologically, for its development, a bibliographic analysis is presented to identify theories and methodologies that support the structuring of the tool, as well as urban design elements with a gender focus to be evaluated by the population. As a result, a tool is presented in a digital platform format structured on the principles of participatory mapping and voluntary geographic information and supported by theories of subjective well-being and citizen science. Finally, the tool for data collection is presented on a free-access citizen participation web platform and app, and alternatives are reflected to incorporate the needs of various sociodemographic groups in urban planning.
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Analiza y describe la estructura urbana del área metropolitana de Concepción en Chile, desde las perspectivas de su modelo de planificación, evolución histórica y dinámicas funcionales, considerando el marco instrumental e institucional chileno.
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La presente investigación tiene por objeto analizar la aplicación del D.L. N° 2.695, de 1979, como herramienta de saneamiento del dominio en asentamientos irregulares. Específicamente, se busca: 1) proveer una nueva aproximación sobre la interacción entre el D.L. N° 2.695, de 1979, y la legislación urbanística, mediante el desarrollo de un enfoque integral del saneamiento urbano (dominial y urbanístico) de asentamientos irregulares; y 2) establecer las características actuales del sistema de regularización de la posesión y constitución del dominio del D.L N° 2.695, de 1979, observando su vinculación con la reciente normativa sobre saneamiento urbanístico de asentamientos irregulares. La investigación se estructura sobre la base de una revisión de la legislación sobre regularización urbanística emergida a partir de la Ley N° 20.234, de 2008, y sus modificaciones, y su impacto en el D.L. N° 2.695, de 1979, junto con la principal doctrina, jurisprudencia administrativa y circulares ministeriales, exponiendo las líneas centrales del sistema de saneamiento dominial en cada periodo. Se afirmará que tras la dictación de la Ley Nº 21.477, de 2022, que introdujo sustantivas modificaciones a la Ley N° 20.234, de 2008, se estructuró un sistema de saneamiento de asentamientos irregulares que encausó el procedimiento de regularización del D.L. Nº 2.695, de 1.979, en el marco del sistema normativo urbanístico general que rige la formación de loteos, al condicionar la regularización de la posesión material a la recepción definitiva de las obras de urbanización, integrando así ambos sistemas de saneamiento.
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El efecto metropolizador y de suburbanización vivido por el área del Gran Santiago cuenta con aportes de flujos migratorios interregionales que han contribuido a modificar la composición demográfica y territorial de la trama urbana. Tal situación ha sido objeto de cambios a lo largo del tiempo que llevan a preguntarse ¿qué motiva hoy a los individuos a migrar a la Región Metropolitana? y ¿cuál es su ubicación espacial una vez que han arribado a ella? Postulamos que actualmente la Región Metropolitana ejerce un efecto de captación sobre los migrantes de otras regiones condicionado por un ingreso incluso mayor que los individuos radicados por mucho tiempo en ella. Esta condición de mayor ingreso también influiría en la localización de los migrantes en el espacio metropolitano. Para comprobar tal hipótesis se utilizaron datos de la encuesta CASEN 2015, mediante un análisis de estadística descriptiva e inferencial.
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Neoliberal policies have impacted transportation and mobility. This paper analyzes the trends and structures resulting from the mobility of the Renca commune, a pericentric territory of Greater Santiago in the period between 2001 and 2021, through the analysis of the Origin Destination Surveys and an Origin Destination Survey of own interception applied during the COVID-19 pandemic. The aforementioned was developed to obtain the mobility tendencies that these individuals present with the other communes of Greater Santiago. The results express a motorization below the levels of other communes of Greater Santiago; the existence of a 'dependency' of some routes of the public transport system that use the urban highway network. Mobilities are mainly developed due to access to services and education, where these dynamics and destination spaces have not changed substantially despite the COVID-19 context in which the interception survey was applied. There is a contrast between the available concession infrastructure, the low access to automobiles, the spatial friction of the infrastructure, and the persistence of mobility patterns. Highlights: the mobilities of a commune belonging to Santiago take place in a context of high spatial friction, the profile of people's movements has not changed over time in terms of its income and, furthermore, the COVID-19 pandemic has not substantially modified practices and places of destiny.
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The paper describes how poverty and exclusion within Santiago has been overlooked, in part, because of the city's strong economic performance and impressive agregate social indicators. It highlights how segregated the city has become -for instance the political fragmentation and the difference between the 34 municipalities that make up Santiago in terms of their per capita income, quality of education, extent of new building investment, and municipal authorities levels of income and expenditure. It also describes the loss of social and physical space for public interaction and the rising perception of insecurity. It suggest that such problems are in part linked to the lack of democratic structures within Santiago since it lacks a democratic metropolitan government. Power, resources and decisions remain with national ministries.
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In relation to the question: What explains the new or sudden expansion of the role played by a specific city within the world economy since the beginning of the eighties?, the article takes on two perspectives. On the one hand, it analyses the impact derived from the increase in globalization of economic actitivy -something which has broadened the scale and complexity of economic transactions- and, on the other, it investigates the growth of the impact of services within the organisation of the economy. Bearing in mind that the key process, from the point of view of urban economies, is the growing demand for services by companies in all industries, and the fact that cities are preferred sites by such services production, be it on a global, national or regional level, the article examines in detail the main components of the new discourse that has emerged from the research on world or global cities.
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This paper has the purpose to analyse the territorial changes produced in Chile since the middle 70's as a consequence of the implementation of a radical new macroeconomic strategy of economic liberalization. The latter, drastically modified the basic criteria that had guided previously urban and territorial policies. The analysis of the impacts of this policies on the national territorial structure -and, in particular, on its main metropolitan area- are studied considering the two phases of the emerging process of restructuring and globalisation. This study concludes that while in the first phase it took place a certain territorial deployment of the productive activities and the population, in the second phase, the secular tendencies to territorial concentration were restablished and intensified, in the context of a strongly polarized national configuration. For this last phase, the available empiric evidence about the locational territorial preferences of most the new secondary and tertiary activities, shows a proclivity to concentration in the main metropolitan region. Thus, this new stage of polarization, presents as one of its most relevants features, the steady growth of the urban sprawl around Santiago, marked by an uncontroled process of suburbanization.
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A conceptual framework for contemporary economic and spatial location: a producer services case study. — In this paper the authors examine major manifestations of functional restructuring: the expanding role of producer services, transaction costs, flexible production and the development of networks of firms lead to a spatial division of labour and a concentration of firms in central and peripheral locations. These processes tend to produce what may be termed «complex of corporate activities», in a dual society, with social consequences for large cities.
Article
The critique of the successfui housing Chílean policy presentes here, propose the urgency to revise, not only the evident achievements through the systems of financing and asignation that has made of it an model for other developíng countries, but the problems beíng faced by its beneficiarias. Acknowiedging that for the first time in Chílean history the housing deficít is beíng confrontes and díminished, there is a seríous concem about some themes that have to be faced to attain a real improvement of the less advantaged. Between them are the kind of urban envíronment that is being created for the poor, the low quality of the solutions, the ímpossibilíty of improvement, the disruption of the social networks due to the assignment system, the generalization of gangs, víolence and unsafeness related with mental problems such as drogadíction and alcoholims in men and anguish and depression in women. Perhaps the main significance of thís analysis ís based that Chilean housing polícy has appplied successfuly the strateggies proposed by the multilateral agencies in the last decades and some adjusments are needed before its applícation in other countries to avoid future serious social costs.
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The QuestionThe HypothesisInfluences on the Spatial Order of CitiesSpatial Divisions in the New Spatial OrderFinal RemarksNotes