Esparza et al. 2022 20 E l jaguar (Panthera onca) y el puma (Puma concolor) son los felinos más grandes de América y el tercero y cuarto, a nivel mundial. Su dieta es estrictamente carnívora, pero muy variada. Requieren presas grandes como venados y pecaríes (también conocidos como jabalíes) y en algunos ecosistemas, como selvas lluviosas, el consumo de aves y mamíferos de menor tamaño aumenta. Ambos felinos son más activos durante la noche, amanecer y atardecer, no les gusta tanto el día. Los jaguares han sido parte de la historia de los pueblos americanos desde antes de la conquista. Los gobernantes mayas tomaban su nombre (balam, en lengua maya) como símbolo de poder y los aztecas asignaban el estatus de "caballeros jaguar" a guerreros elite que infundían temor a sus adversarios. Los jaguares y pumas siguen siendo usados como emblemas por su inteligencia, fuerza y estrategia. En México, hay diferentes equipos de futbol que los utilizan como su emblema, por ejemplo, los Pumas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), los Leones Negros de la Universidad de Guadalajara (UdeG), los Tigres de Nuevo León de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) y el desaparecido Jaguares de Chiapas. Por un lado, seguimos admirando a estos grandes depredadores y por otro, les tememos. Una de las razones de nuestro temor es porque forman parte del grupo de los grandes depredadores: tigre (Panthera tigris), león (Panthera leo), leopardo (Panthera pardus), jaguar (Panthera onca) y el puma (Puma concolor) con la capacidad de atacar a presas que pesan más que ellos. En comunidades humanas que cohabitan con jaguares (en especial comunidades rurales) suelen existir historias de personas desaparecidas o atacadas por un jaguar, en algunas historias se cuenta que se encontraron solamente rastros de ropa y la desaparición de la persona se le atribuye al jaguar, como la historia de unos músicos desaparecidos cerca del rancho "Corralitos", ellos se dirigían a tocar a la comunidad de Casimiro Castillo ubicada en la Reserva de Biosfera Sierra de Manantlán, Jalisco, México, pero nunca llegaron a su destino. La realidad es que en la mayoría de los relatos donde culpabilizan al jaguar o al puma de ataques humanos, no hay evidencia concreta de lo que sucedió. Las actitudes negativas del colectivo, derivadas de creencias erróneas, han propiciado e incrementado el temor hacia los jaguares y pumas desconociendo su función ecológica dentro de los ecosistemas y los beneficios para las mismas comunidades. Es común que estas creencias se hereden a los niños o más jóvenes fomentando estas interacciones negativas entre depredadores y comunidades. Ejemplo de lo anterior, es que algunas personas temen que un jaguar o puma los pueda atacar y matar cuando van caminando por la selva o el bosque. Desafortunadamente, estas ideas son reforzadas por los medios de comunicación con información exagerada o errática. La pregunta que debemos hacer es ¿Realmente los jaguares y pumas son devoradores de humanos? ¿Los humanos forman parte de las presas de jaguares y pumas? La evidencia indica que no. No existen registros con sustento robusto, que revelen que los jaguares o pumas en vida silvestre se dediquen sistemáticamente a depredar humanos para alimentarse. No obstante, se han registrado ataques, que en muy pocos casos han sido fatales entre los felinos y humanos en condiciones muy definidas donde un (i) jaguar o puma heridos se defiende ante cazadores humanos y sus perros, atacándolos. (ii) En situaciones donde los jaguares o pumas se encuentran en celo y los humanos se acercan demasiado, por ejemplo, un caso en el que un jaguar macho realizó un ataque simulado para asustar a un hermano de la coautora, sin llegar a lastimarlo. (iii) En etapas de crianza, las madres jaguar y pumas con cachorros pequeños reaccionan de forma agresiva ante la presencia humana. (iv) Cuando un jaguar o puma cerca de su presa en el momento que está comiendo suelen reaccionar a la defensiva. (v) Los jaguares silvestres que suelen ser atraídos con carne o pescado para facilitar su observación, hace que los felinos se habitúen al humano y lo puedan asociar con alimento. Es una práctica altamente contraproducente que ha sido prohibida legalmente en países donde el jaguar es una especie emblemática para el turismo. Los jaguares y pumas son vistos como una amenaza para muchas personas que viven en dónde estos felinos habitan, pero ¿realmente los jaguares y pumas ven a los humanos como una presa?