Usualmente, la edad de los estudiantes universitarios en el país va
entre los 17 y los 24 años, por ende, para este texto se ha tomado
información tanto de los rangos de edad de 15 a 19 como de 20
a 24 con el fin de contextualizar el panorama.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía
(INEGI) y la Clasificación Internacional Normalizada de la Educación
(CINE) (Instituto de Estadística de la Unesco, 2013), en México, en el
grupo de 20 a 24 años (educación terciaria), se encuentran registradas
5’256,211 mujeres y 5’165,884 varones, lo que muestra una diferencia de 90,317 a favor de las mujeres. En el grupo de 15 a 19 años hay 5’462,150 varones y 5’344,540 mujeres, donde la mayoría se refleja para los hombres.
En el nivel superior universitario, ciclo 2019-2020, a nivel nacional se registraron 1’843,618 jóvenes, notando que 8’552,384 no se
encontraban en las aulas, lo que representa solo un 18% en la formación educativa. Al respecto, la Dirección General de Planeación, Programación y Estadística Educativa (DGPPyEE) de la Subsecretaría de
Planeación, Evaluación y Coordinación del Sistema Educativo Nacional (SEN)(DGPPyEE, 2020) indica que en el ciclo escolar 2019-2020 se
tienen registradas a 1’786,715 mujeres y 1’824,029 hombres, mientras
que en el ciclo 2015-2016 ingresaron 1’800,558 mujeres y 1’848,387 varones a nivel licenciatura (DGPPyEE y SEP, 2021).
Si contrastamos los datos de los últimos cinco años se observa
un crecimiento en el ingreso de las mujeres a la educación superior, lo
que confirma que se han intensificado los esfuerzos para lograr políticas públicas relacionadas al acceso de las mujeres a la educación, así
como la participación de ellas en su formación; sin embargo, aún existen múltiples retos, debido no solo a las diversas desigualdades que enfrentan, sino también a las crisis económicas que históricamente han
aquejado al país.
En el mismo sentido, entre los obstáculos a los que se enfrentan
las mujeres se encuentra la brecha salarial que, si bien ha disminuido
con el tiempo, sigue siendo significativa. Como lo afirma la ONU Mujeres (s/f), entre 2017 y el primer trimestre de 2020, la brecha salarial
promedio fue del 15%, esto significa que por cada 100 pesos que percibían los hombres mensualmente, las mujeres ganaban solo 85 pesos.
Adicionalmente, en la publicación del Banco Mundial (2020), titulada
La participación laboral de la mujer en México, se afirma que la participación laboral de la mujer está muy por debajo de la de los hombres.
Esta disparidad tiene fuertes repercusiones económicas si se considera
que las mujeres, de acuerdo con cifras del INEGI (2021), constituyen
un 65.2% del PIB nacional.
Por estas inequidades, una de las alternativas que diversos organismos han recomendado (Huerta, 2017; Pearlman & Rubb, 2020)
es cambiar la situación individual de la mujer a través de la educación
superior, ya que una joven egresada de licenciatura tiene más posibilidades de lograr su integración en el mercado laboral;