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Intersedes. (6-27) Vol.XIV. N° 27. 2013. ISSN 2215-2458.
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Dr. Edgar Solano Muñoz. Sede de Guanacaste
Consejo Editorial:
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Dra. Ligia Carvajal. Sede Limón. Historia
Editor Técnico: Bach. David Alonso Chavarría Gutiérrez. Sede Guanacaste.
Editora: Sigrid Orellana Villafuerte. Sede Guanacaste
Fotografía de caratula: Manglar Boca de Sierpe. Cortesía Omar Lizano.
Consejo Científico Internacional
Dr. Raúl Fornet-Betancourt. Universidad de Bremen, Alemania.
Dra. Pilar J. García Saura. Universidad de Murcia.
Dr. Werner Mackenbach. Universidad de Potsdam, Alemania. Universidad de Costa Rica.
Dra. Gabriela Marín Raventós. Universidad de Costa Rica.
Dr. Mario A. Nájera. Universidad de Guadalajara, México.
Dr. Xulio Pardelles De Blas. Universidad de Vigo, España.
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Erosión en las playas de Costa Rica, incluyendo la Isla del Coco
Beach erosion of Costa Rica, including Coco Island
1
Omar G. Lizano R.
2
Recibido: 12.03.13 Aprobado: 30.04.13
Resumen
La mayoría de las playas de Costa Rica, tanto en el Pacífico (incluyendo la Isla del Coco), como en
el Caribe, experimentan procesos de erosión. Algunos lugares que se encuentran en playas abiertas
muestran erosión más acelerada y requieren acción inmediata, mientras que playas hacia el interior
de bahía o golfos, aunque también evidencian cambios en su morfología, los procesos son más
lentos y no requieren aún medidas correctivas. Se discute tanto sobre los distintos procesos océano-
meteorológicos que están asociados a los procesos de erosión, como mareas astronómicas y oleajes
extraordinarios, el Fenómeno de El Niño y calentamiento global antropogénico. Se relacionan
también estos procesos a posibles efectos geodinámicos que han ocurrido, o están ocurriendo, en
ambas costas. Nuevos estudios sobre proyecciones del nivel del mar indican un peor escenario en
los próximos 100 años, por lo que urge tomar acciones ante el eminente cambio climático
antropogénico. Se recomienda un estudio más detallado, playa por playa, que determine el estado
erosión o acreción de las mismas, y un monitoreo permanente en algunas zonas donde la erosión es
acelerada, especialmente en algunas flechas de arena muy sensibles a los impactos costeros. Pero lo
mas importantes es que los entes gubernamentales, relacionados directa o indirectamente con esta
problemática, primero acepten que este es un fenómeno que ya se está dando en nuestro país, de
manera que se generen los recursos y medidas políticas necesarias para enfrentar el problema, pero
que además, se sensibilice a la población sobre los procesos oceánicos que se avecinan.
Palabras clave: erosión costera, nivel del mar, calentamiento global, Zona Marítima Terrestre, Isla
del Coco, Costa Rica
1
El autor desea agradecer a la Vicerrectoría de Investigación de la Universidad de Costa Rica y a la Comisión
Nacional de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencias (CNE) por el apoyo en el Proyecto no. 808-
A7-166.
2
Costarricense. Oceanógrafo. Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (CIMAR), Centro
de Investigaciones Geofísicas (CIGEFI), Departamento de Física Atmosférica, Oceánica y Planetaria
(DFAOP), Escuela de Física, Universidad de Costa Rica. San José 11501-2060, Costa Rica. Fax: (506) 207-
3280. Email: omar.lizano@ucr.ac.cr.
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Abstract
Most of the beaches of Costa Rica, both on the Pacific (including Cocos Island) and Caribbean
coasts, experiencing erosion processes. Some places on open beaches show more accelerated
erosion and require immediate action, while beaches into the bay or gulf, also show changes in
morphology, but processes are slower and still do not require further corrective action. It's discuss
the ocean-meteorological processes that are associated to erosion, like extraordinary astronomical
tides and waves, the phenomenon of El Niño and anthropogenic global warming. Also it's relate to
geodynamic processes that have occurred or are occurring on both coasts. New studies on sea-level
projections indicate a worse scenario in the next 100 years, so that urgent action before the eminent
anthropogenic climate change. We recommend further study, beach by beach, in order to determine
the erosion or accretion state, and make monitoring in some areas where erosion is accelerated,
especially in some very sensitive coastal impact places like sand spits and barrier islands. But the
most important is that government entities, directly or indirectly related to this issue, first accept
that this is a phenomenon that is occurring in our country, so as to generate the resources and the
necessary policies to address the problem, but also sensitize the public about ocean processes ahead.
Key Words: coastal erosion, sea level, global warming, Maritime Terrestrial Zone, Coco Island
Costa Rica.
Introducción
Durante el máximo de la última era glacial, hace aproximadamente 20 mil años (Gornitz,
1995, 385) el mar era 120 m más bajo del nivel actual. Un menor incremento del nivel del mar en
los últimos 3000 años permitió estabilizar un poco más los bordes costeros (Cayan et al. 2004, 58).
Con el nacimiento de la era industrial a principios del siglo XX, los niveles del mar comenzaron ha
incrementarse más rápidamente (Hunter, 2010, 332). En el 2007 el Panel intergubernamental para el
Cambio Climático (IPCC, 2007, 3) argumentó que en los pasados 100 años el nivel del mar había
incrementado 20 cm, y que en los próximos 100 años, el nivel del mar será de entre 0.5 a 1.0 m
mayor que el nivel en 1990. La comunidad científica internacional ha declarado que la mayoría de
los bordes costeros mundiales, están en estado de erosión (Dickson et al., 2007, 142; Cooper et al.,
2008, 476, Mokrech et al. 2008, 32). Un 70% de las playas de arena están retrocediendo (Gornitz,
1995, 385). Islas y Cayos en el Océano Pacífico han sido declaradas en riesgo de inundación por el
aumento del nivel del mar (Leatherman, 1977, 4, 96). Esto es producto de un cambio climático
global producto de actividad antropogénica, en el que el derretimiento de los casquetes polares y la
expansión térmica del agua, contribuyen cada vez más con mayores niveles del mar (Nicholls et al.,
2010, 1517). Pero también hay otras componentes mareográficas y atmosféricas que están
cambiando. Se sabe en algunas regiones está aumentando la velocidad de los vientos (Anónimo,
2010-a), lo cual aumenta la altura de las olas (Lizano, 2007-a). También se pronostica una mayor
intensidad de los ciclones tropicales (Alfaro, 2007, 2; Pielke, 2005, 1572; Knutson, 1998, 1018).
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Esto involucra una mayor altura de ola, que junto con una mayor marejada de huracán (apilamiento
de agua sobre las costas, Sorensen (1978, 95)), mayor impactando tierra adentro se podría generar
(Lizano y Lizano 2011, 219). El fenómeno de El Niño es otra componente mareográfica que
aumenta el nivel del mar, que junto con las mareas astronómicas, producen los niveles del mar
adecuados para que el oleaje inicie o acelere los procesos de erosión en una playa (Lizano, 1997,
176; 2001,). El mayor desastre costero se puede generar cuanto estos fenómenos se superponen
(Lizano, 1997, 177; 2001, 175). De suerte que en el pasado, la frecuencia con que esto ha sucedido
es baja. Pero esto podría estar cambiando (Grant, 1981, 318; Fetzek, 2009, 2). La realidad es que
cada vez son más frecuentes la presencia de eventos extremos (Miller, 2012, 30; Anónimo, 2012) y
la superposición de estos fenómenos juntos: El Niño, mareas extraordinarias, tormentas, oleajes
extraordinarios, etc. Si a esto le agregamos la posibilidad de un tsunami, el escenario no podría ser
menos alentador y catastrófico para nuestras regiones costeras.
La tectónica de placas genera una geodinámica costera que también juega un papel
importante en los procesos de erosión, pues contribuye con hundimientos o levantamientos en la
costa. Estos procesos han sido identificados en nuestras costas, tanto en el Pacífico, como en el
Caribe (Denyer et al., 2004, 29; Cárdenas, 2003, 73, Amador et al., 1994, 160; Cortés et al., 1994,
187; Protti, 2007).
Pero en nuestras costas no solo ha habido cambios en los procesos oceánicos, sino que
también en los procesos tierra adentro (Lizano, 1997, 176; Lizano y Salas, 2001, 176). El diferente
manejo de las cuencas hidrográficas ha cambiado la cantidad y la calidad de los sedimentos que
llegan al mar. Al contaminar los mares, también estamos eliminando otra fuente de sedimentos: los
organismos marinos. Los cambios en los usos de la tierra han hecho que la cobertura del manglar
sea cada vez menor (Cárdenes, 2003, 72). Con esto eliminamos no solo uno de los hábitats
biológico más importantes (Jiménez, 1994, 73), sino que el efecto amortiguador del oleaje que
estos tienen durante las tormentas marinas (Zamara, 2006, 25). También se argumenta de la posible
acidificación del mar debido al aumento del dióxido de carbono en la atmósfera (Hoegh-Guldberg
et al., 2007, 1737). La acidez del mar (PH) tiene relación con las concentraciones de carbonado de
calcio en el agua. El carbonato de calcio es la materia prima para la formación de muchos
organismos marinos, que van desde el plancton, algas marinas, hasta las conchas, caracoles (Broun
et al. 1991, 8). Pero más importante aún, esto tiene que ver con la formación de estructuras
coralinas (Broun et al. 1991, 8). Estas últimas estarían en riesgo de desaparecer (Hoegh-Guldberg
et al., 2007, 1737), y con ello no solo se pierde el potencial económico asociado al arrecife, sino
también el efecto amortiguador que estos tienen durante tormentas, tsunamis, huracanes, etc.
(Lizano et al., 1993, 95; Cortés y León, 2002, 31).
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En este artículo se señalan procesos de erosión en ambas costas de Costa Rica, incluyendo
la Isla del Coco. Algunos han sido severos en los últimos años, por lo que se advierte sobre los
cambios que se avecinan, de manera que las autoridades respectivas tomen las medidas
correspondientes. Aunque es posible que haya movimientos tectónicos en nuestras costas como lo
señalan Cárdenes (2003, 73) y Protty (2007), los procesos de erosión en nuestras costas también
están ligados al aumento del nivel del mar, ya sea por este fenómeno o por expansión térmica.
Nuevos estudios sobre proyecciones del nivel del mar indican un peor escenario en los próximos
100 años (Nicholls & Cazenave, 2010, 1517), por lo que urge tomar acciones ante el eminente
cambio climático antropogénico. Es hora de pensar en soluciones a largo plazo y dejar de usar sacos
de arena para mitigar los procesos de erosión que se están dando. O tomamos acción ahora, o nos
retiramos del mar a unos 300 m de la costa como lo recomienda el estudio de la Contraloría General
de la República (Anónimo, 2010-b, 3).
Metodología
Se realizaron visitas a la mayoría de las playas de Costa Rica, Pacífico y Caribe (excepto al
Caribe Norte) desde 1997 a la fecha. Durante estas giras se realizaron observaciones de niveles del
mar, perfiles de playas, procesos de erosión y/o acreción. Se tiene un banco de fotografías y videos
de la mayoría de las playas visitadas, material base para elaborar este artículo. Las mareas máximas
de Quepos se extrajeron de un software especializado en predicciones mareales (Lizano, 2006-a,
53). Fotografías aéreas históricas se obtuvieron de Instituto Geográfico Nacional (IGN) de Costa
Rica. Fueron georeferenciadas en coordenadas de latitud y longitud (Datum WGS84), y sus bordes
se digitalizaron para elaborar la serie temporal de cambio geomorfológico. Imágenes de Google
Earth fueron utilizadas para complementar la variaciones geomorfológicas temporales de Palo Seco
de Lizano (2007-b, 6), y de Isla Damas de Lizano y Salas (2001, 174).
Resultados
A- El caso de Isla Palo Seco (Parrita) e Isla Damas (Quepos)
Los procesos que han experimentado Palo Seco e Isla Damas han sido intensos
últimamente, pero es la misma dinámica que se está dando en otras fechas de arena del Pacífico
Central, como en Playa Bejuco, Playa Hermosa (Lizano, 2006-b, 2), y hasta en la punta de
Puntarenas (Denyer et al., 2004, 50). En la Figs. 1 se muestra la evolución de estas flechas de arena
a través del tiempo. En ambas regiones, es fácil identificar un transporte de sedimentos hacia el
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este-sureste, lo cual le ha dado la conformación a ambas islas. Ambas experimentando un proceso
dinámico ligado al transporte litoral: corrientes y oleaje en esa dirección.
Fig. 1. Reconstrucción histórica de A: Palo Seco y B: Isla Damas.
Es pertinente señalar que el crecimiento de Palo Seco (Fig. 1-A) hacia el este, es a costa de
la sección oeste de Isla Damas (Fig. 1-B), la cual disminuye en área cada vez mas. Por otra lado,
Isla Damas, que se partió en el 97-98 (Lizano, 1997, 169), Lizano y Salas (2001, 174), continúa
acrecentándose hacia el este-sureste. Mientras no se coloquen estructuras en estas playas que
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detenga este transporte, los sedimentos se seguirán acumulando en Quepos, sedimentando la bahía,
como se ha visto en los últimos años.
Figs. 2. Fotografías de Isla Palo Seco A: tomada el 10 de diciembre del 2006, B y C: tomadas en agosto del
2010, y D: tomada el 23 de marzo del 2011. Tomadas por O.G. Lizano.
Las Figs. 2-A, B, C y D muestran este proceso en Playa Palo Seco. Figs. A y B son
aproximadamente en la misma región de la playa. Se evidencia un proceso en aumento a través del
tiempo. El nivel de marea alta estaba al menos a 50 metros hace 5 años del camino mostrado en la
Fig. 2-D. Es muy probable que con las mareas altas de este año (2011), esta región continúe con el
proceso de erosión que ha mostrado a través de los últimos años.
B- Los procesos de erosión en Costa Rica:
Visitas que han realizado investigadores del Centro de Investigación en Ciencias del Mar y
Limnología (CIMAR) de la Universidad de Costa Rica a las distintas playas de Costa Rica desde
hace 20 años, muestran que en los últimos años hay erosión en la mayoría de las playas del Pacífico
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de Costa Rica. Este fenómeno se acentúa más durante los ciclos de las mareas extraordinarias y/o en
conjunción con otras componentes mareográficas como el aumento del nivel del mar, el Fenómeno
El Niño, tormentas locales y remotas, etc. (Lizano, 1997, 173), Lizano y Lizano (2010, 219),
Lizano y Salas (2001, 175).
Pacífico Norte
En setiembre del 2009 se visitaron algunas playas de esta región. El proceso mas evidente
de erosión costera se experimenta en Punta Guiones (Fig. 3-B). Se argumenta que esta playa se está
hundiendo debido a la subducción de la Placa Cocos en la Fosa Mesoamericana (Protti, 2007). Pero
procesos de erosión, aunque menos intensos se pueden ver en Playa Carrillo (Fig. 2-A), Playa
Sámara, Playa Nozara, Playa Ostional (Fig. 3-C), Playa Pitaya, Playa Lagarto, Playa Junquillal y
Playa Tamarindo (Fig. 3-D), solo para mencionar algunas de las que se visitaron en esta ocasión. El
Estero de Junquillal ha experimentado una dinámica de sedimentos intensa en los últimos años,
acompañado con un cambio de desembocadura de Boca Venado.
Figs. 3. A: Playa Carrillo, B: Playa Guiones, C: Norte de Playa Ostional, D: Playa Tamarindo tomadas en
setiembre del 2009. Tomadas por O.G. Lizano.
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La línea de palmeras viejas y el corte o borde en Playa Carrillo que muestra la Fig. 3-A,
indica el evidente impacto del oleaje y el estado de erosión de la playa. La destrucción de casas en
Playa Guiones es evidente (Fig. 3-B), algunas ya abandonadas. El camino Fig. 3-C sobre la
carretera que comunica Playa Ostional con San Juanillo, está en un franco proceso de erosión, y
tendrá pronto que reorientarse. Estructuras dentro de la zona pública, con peligro evidente de
inundación, se pueden ver aún en Playa Tamarindo (Fig. 3-D).
Pacífico Central
Durante el Fenómeno El Niño del 97-98 se registraron elevaciones adicionales del mar de
entre 30 y 60 cm en la costa del Pacífico Central de Costa Rica (Lizano, 1997, 176), Lizano y Salas
(2001, 175). En ese mismo año se presentó una de las mareas astronómicas más altas en su ciclo de
los 4-5 años (Fig. 4). Esto causó inundación en toda la costa del Pacífico de Costa Rica en períodos
alrededor de los equinoccios, que junto con la aparición de oleajes altos, iniciaron procesos de
erosión intensos.
Fig. 4. Predicciones de la altura máxima anual de la marea en Quepos.
En Playa Caldera es frecuente que se rompa el dique construido con arena al noroestee de la
playa durante eventos de mareas altas asociados con oleaje altos. Esto produce inundación en el
caserío detrás de este dique (Fig. 5-A). También es frecuente que las mareas lleguen a la carretera
durante estos eventos (Fig. 5-B). No se produce más impacto en el resto de esta playa porque en
algunos tramos se protegen frecuentemente con enrocamientos.
Valor máximo de la marea en Quepos entre 1970 y 2010
285
290
295
300
305
310
1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010
Año
Altura (cm)
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Figs. 5. Fotografías en Playa Caldera, A: caserío detrás del dique en febrero del 2010, y B: desbordamiento
del mar en Playa Caldera el 21 de setiembre del 2009. Fotos tomadas por O.G. Lizano.
En Playa Azul, sobre la margen izquierda de la desembocadura del Río Tárcoles (mirando
hacia el mar), hay un proceso de erosión severo que se inició hace años, pero que se ha acelerado en
los últimos 10 años. Gran cantidad de casas han sido abandonadas y/o devoradas por el mar (Figs.
6-A y 6-B). Sobre el lado derecho, cerca de la desembocadura de este río, hay una erosión muy
fuerte (Figs. 6-C). Esto también lo reporta Cárdenas y Obando (2005, 41, 42). Sin embargo, hacia
Carrizal de Bajamar, hay una acumulación de sedimentos (acresión), lo cual identifica el sumidero
(deposición) de los sedimentos del río, obedeciendo a un cambio en la dinámica del río y/o frente al
río desde hace años. Es posible distinguir hasta 7 bermas (Komar, 1976, 12) relíticas en este lugar,
indicativos de diferentes estados o períodos de estabilidad de los sedimentos costeros en esta región.
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Figs. 6. A y B: fotografías de Playa Azul en febrero del 2010, C: fotografías de destrucción sobre la margen
derecha de la desembocadura del Río Tárcoles, y D: fotografía en Carrizal de Bajamar tomadas en setiembre
del 2009. Fotos tomadas por O.G. Lizano.
La Playa de Manuel Antonio (entrada del parque), tiene evidente exposición de las raices de
las palmeras e impacto del oleaje sobre la acera que bordea la playa, y esto por supuesto, es un
indicativo de que esta playa perdió su perfil de equilibrio (Figs. 7).
Fig. 7- A y B: Fotografías en Playa Espadilla, Manuel Antonio, Quepos, en diciembre del 2009. Fotos
tomadas por O.G. Lizano.
Aquí es frecuente (como en otras playas) encontrar sacos de arena para amortiguar las
mareas extraordinarias, como muestra la Fig. 5-B, que también se colocan en otras secciones de esta
playa (no mostradas aquí).
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Pacífico Sur:
En un estudio entre el 2004 y 2005 de Cárdenas y Obando (2005, 36, 37 y 39) reportan
erosión de media a fuerte en playas como: Playa Esterillo Oeste, Central y Este y Playa Hermosa
(sur). También erosión muy fuerte en Puerto Escondido, Playa Bejuco, Esterillo Oeste e Isla Damas.
En nuestras visitas en el 2009 a algunas playas de esta zona, de identifica un avance en los procesos
de erosión en algunas playas. Playa Ballena tiene un perfil de playa muy pronunciado hacia el
borde, no tiene berma, esto es indicativo de un perfil de playa en desequilibrio. En Playa Uvita, los
residentes señalan que la playa tenía 80-100 m de ancho hace unos 5 años. Hoy en día hay un
retroceso evidente en esta playa (Fig. 8-A). Los residentes de Playa Dominical dicen que el mar se
está metiendo más año con año. Algunas otras playas como Playa Matapalo, muestra vegetación
vieja en sus riberas y la base de las palmeras erosionadas, lo cual es un indicativo de crecientes
niveles del mar y de erosión. Las fotos recientes de Esterillos (Fig. 8-B) muestran que este proceso
ha continuado y que evidencia un impacto severo sobre las estructuras y los bordes costeros en ese
lugar.
Figs. 8. A: Playa Uvita en diciembre del 2009, B: Playa Esterillos Oeste en febrero del 2011. Fotos tomadas
por O.G. Lizano.
Otras playas, como Playa Piñuelas o Playa Ventanas, no muestran erosión aún, porque
tienen fuentes de sedimentos en riachuelos que desembocan en estos lugares, y porque además son
bahías muy cerradas, lo que impide la pérdida (sumidero) de los sedimentos.
En visitas recientes al sistema de manglar Térraba-Sierpe se identificaron procesos severos
de erosión, como muestran las Figs. 9. Es evidente la quema (pérdida) del manglar en la Fig 7-A,
evidenciando procesos dinámicos cambiantes en la región. En la Fig. 7-B se identifica un muro de
cemento destruido frente a la casa.
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Figs. 9. A: vista aérea del manglar de Sierpe en Boca Zacate en diciembre del 2010 y B: erosión en la salida
del Estero Acapulco (cerca de Playa Guarumal, al noreste de Isla Violines) en febrero del 2011. Fotos
tomadas por O.G. Lizano.
En diciembre del 2009 se visitaron las playas desde Punta Burica hasta el interior del Golfo
Dulce. Lugares como Punta Banco, Pavones (Fig. 8-A), Playa Langostino, muestran problemas de
erosión.
Figs. 10. A: Bahía Pavones, B: Playa Zancudo en diciembre del 2009. Fotos tomadas por O.G. Lizano.
Un proceso distinto se nota en Playa Zancudo, donde el aporte de sedimentos de Río Coto,
está acumulando sedimentos sobre la playa, donde se muestra un proceso de acresión (Fig. 8-B), un
proceso muy común en la desembocadura de ríos con grandes descargas de sedimentos (Komar,
1976, 229).
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Fig. 11. Borde de la carretera paralela a Bahía Golfito el 25 de julio del 2012. Fotos tomadas por O.G. Lizano.
Caribe
En el Caribe se viene dando un proceso de erosión acelerado en Puerto Vargas en el Parque
Nacional Cahuita (Lizano y Gonzáles, 2008, 4, 6), como muestra la Fig. 9-A. Algunos lo asocian al
deterioro del arrecife en Punta Cahuita (Cortés y Jiménez, 2003, 233; Alvarado et al., 2006, 52)
pero podría estar inmerso el aumento del nivel del mar y aumento de energía de olas. Este cambió
en el nivel del mar es posible asociarlo al cambio climático, pero también podría deberse a ajustes
isostáticos de la región después del terremoto de 1991 (Denyer et al. 1994, 39; Amador et al. 1994,
160; Jiménez y Cortés, 1994, 193.). Una revisión en la desembocadura del Río Pacuare (Lizano y
Morales, 2009, 1) indica que también se experimenta un proceso de erosión en esta zona, asociado
posiblemente al manejo de la cuenca adyacente y a los niveles del mar. Algunas de las playas (Fig.
9-B) no muestran desarrollo de vegetación costera joven, y es frecuente encontrar gradas en las
playas, como muestra la Fig. 9-B.
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Fig. 12. A: fotografía de Puerto Vargas en el Parque Nacional Cahuita, y B: playa al sur de Cieneguita
(Limón) en el 2004. C y D: trayecto de Moín hacia Matina, el 30 de junio del 2012. Fotos tomadas por O.G.
Lizano.
Un caso contrario a la erosión costera (acresión), se experimenta en Moín. Hay una
deposición de sedimentos en esta región, donde es evidente que el mar se retira. Esto fue así
después del levantamiento costero del terremoto de Limón de 1991. Aunque las fuentes de los
sedimentos estarían aún por identificarse, es posible que el transporte litoral desde el noroeste, y el
rompeolas del puerto en Moín, hayan contribuido con este proceso.
Isla del Coco
Durante la expedición UCR-UNA-COCO-III en marzo del 2011en la Isla del Coco también se
observó erosión con la playa de Bahía Wafer, como muestran las Figs. 10. Una grada en la playa y
vegetación madura con raíces expuestas, son suficientes para indicar que aquí también se está dando
este proceso.
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Figs. 13. Fotos del borde costero en Bahía Wafer, Isla del Coco, 31 de marzo del 2011. Fotos tomadas por
O.G. Lizano.
Discusión
Utilizando fotografías aéreas desde los años 40, Denyer et al. (2004, 50, 51) documenta un
continuo cambio en Puntarenas de Puntarenas. Esto también lo encuentra Lizano (1997, 172; 2007-
b, 1), Lizano y Salas (2001, 174) en Palo Seco e Isla Damas de Lizano, y registros adicionales que
son complementados en este artículo. Un estudio particular de Lizano (2006-b, 3, 4; 2007-b, 5),
demuestra que en estas últimas regiones se conjuntaron varios factores: desequilibrio en los
procesos de transporte de sedimentos oceánicos y terrestres, aumento en el nivel relativo del mar,
aumento en la energía del oleaje, probable hundimiento local debido a la subducción de la Placa
Cocos en la Placa Caribe, efectos del Fenómeno El Niño, mareas astronómicas extraordinarias y
cambios en las fuentes y sumideros de los sedimentos desde el océano y el continente.
Combinaciones de varios de los factores mencionados anteriormente se han dando al mismo tiempo,
acelerando así los procesos de erosión costera. Por ejemplo, durante el año 2006, se combinó un
oleaje fuerte, una marea astronómicas extraordinarias en el ciclo de los 4-5 años (Lizano y Salas,
2001, 171), y la presencia de fenómeno El Niño (Lizano y Salas, 2001, 175). Aunque débil este
último evento, también contribuyó con el aumento del nivel del mar. Durante agosto del 2010 se
volvieron a combinar las mareas extraordinarias (Fig. 4) con oleaje fuerte (marejadas desde el
Pacífico Sur de nuestro planeta), y continuó el proceso de erosión que se observó en el 2006 en Palo
Seco. Un proceso similar a la ruptura de Isla Damas, está por generarse en Palo Seco, esto, si no se
toman las medidas pertinentes ahora. Una revisión rápida durante agosto del 2010 a Playa Bejuco,
una flecha de arena similar a Palo Seco, y similar a otras flechas de arena como: Isla Damas, Playa
Hermosa y Puntarenas, ya evidencia pérdida del perfil (no tiene berma) de playa e indicios de
erosión. Esta flecha de arena va por el mismo camino que Palo Seco en los próximos años.
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Observaciones que se han hecho en Playa Hermosa (contigua a Playa Jacó), evidencian el mismo
problema (Lizano 2006-b, 4 y 5).
Las playas de mayor erosión en el Pacífico de Costa Rica son las que están expuestas al
oleaje de mar abierto (no dentro de golfos o bahías). Esto es así, dado a la gran dinámica de
sedimentos que generan los oleajes fuertes, los cuales pueden modificar en un corto tiempo
cualquier geomorfología costera (Kamphuis, 2000, 258) pues estas regiones son más fácilmente
alcanzadas por el oleaje fuerte y tienen pérdida permanente de sedimentos. Algunas playas
permanecen más o menos estables, principalmente en bahías, porque tienen fuentes de sedimentos
(quebradas, ríos o riachuelos) en sus riberas, o porque son muy cerradas y no tienen pérdida lateral
de sedimentos. Este es el caso, solo a manera de ejemplo, de Playa Ventanas en el Pacífico Sur,
Playa Jacó en el Pacífico Central y Playa del Coco en el Pacífico Norte. Grandes cambios siempre
se esperan en los deltas o salidas de los ríos, asociados a cambios de fuentes y sumideros de
sedimento (Komar, 1976, 237), como en los ríos Tárcoles, Parrita, Paquita y Savegre en el Pacífico,
y ríos Matina y Parismina en el Caribe.
Muchos residentes costeros en el Pacífico insisten en que el mar empezó a meterse desde
hace un poco más de 50 años. En Playa Azul, Tárcoles, aún se puede ver el muro de piedras que
dicen los residentes, tenía el nivel del mar hace aproximadamente más de 50 años. Los lugareños
dicen que el mar se retiró y ahora está volviendo a su lugar. Algunos mencionan la recurrencia de
un movimiento tectónico. El potencial sísmico se ha sugerido en varias ocasiones para la Península
de Guanacaste (Norabuena et al., 2004, 1, 3; Protti, 2001, 1; 2007). Según Protti (2001, 1), sismos
importantes ocurrieron en 1853, 1900 y 1950 en la Fosa Mesoamericana. Un período de retorno de
aproximadamente 50 años, lo cual coincide con los relatos y percepción de algunos residentes
costeros respecto del retiro del nivel del mar. Cárdenes (2003, 69) señala que hay un basculamiento
(hundimiento) frente a Parrita. Siendo evidente el hundimiento en la Península de Guanacaste y en
el Pacífico Central, y evidentes los problemas de erosión a lo largo de toda la costa, sería prudente
investigar si estos procesos no solo estarían relacionados al cambio climático. Protti (2007) indica
que la costa podría levantarse luego del próximo terremoto. De ser así, y dependiendo del
levantamiento tectónico, el mar se retiraría y los procesos de erosión se detendrían…al menos en
algunos lugares. Esto ya ocurrió con el terremoto de Limón en 1991 (Denyer et al. 1994, 39). Mas
sin embargo, el levantamiento alrededor del Centro de Limón detuvo los procesos de erosión en esa
zona, e incluso en Moín, donde había frecuentes inundaciones antes del terremoto. Pero la
deformación sísmica pudo iniciar o acelerar, los procesos de erosión en otras regiones, como en el
Parque Nacional Cahuita, específicamente en Puerto Vargas. Pero si el basculamiento de la costa
continental de Costa Rica, es uno de los procesos que están aumentando el nivel del mar, cabe
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preguntarse la causa de la erosión que está experimentando la playa de Bahía Wafer en los últimos
años. Aquí también está aumentando el nivel del mar, pero habrá que investigar si hay hundimiento
por razones tectónicas, o solo una manifestación de la expansión térmica del agua.
El estudio de Denyer et al. (2004, 51) menciona que Puntarenas fue estabilizada
artificialmente con un muro de roca en la primera mitad del Siglo XX debido a la inundación
frecuente ante marejada y la formación de un canal en esa zona. Debió ser así para permitir el paso
seguro del tren y permitir el transporte hacia la punta. La estructura sólida que representa la línea
del tren actualmente, se constituye en un rompeolas y sirve de amortiguamiento a los oleajes que
con alguna frecuencia impacta la punta de Puntarenas (Lizano y Lizano, 2010). Sin embargo, la
punta continuará expuesta a los aumentos relativos del mar y a fuertes oleajes, y que en algún
momento producirán impacto y desequilibrio en este sistema también. Más grave aún, durante este
año 2010 la Municipalidad de Puntarenas implementó la práctica de recoger la basura de las playas
con tractores. Pero no solo se recoge basura, sino también grandes cantidades de arena, justamente
el elemento más necesario como estabilizador de una playa.
Urge un estudio más detallado, playa por playa, que permita una revisión y determine el
estado erosión o acreción de las mismas. Es necesario un monitoreo permanente en algunas zonas
donde la erosión es acelerada, especialmente en algunas flechas de arena muy sensibles a los
impactos costeros. Urgen políticas de manejo de las cuencas hidrográficas que garanticen las buenas
fuentes de sedimentos hacia las costas. Urge que las oficinas gubernamentales sensibilicen a la
población sobre los procesos oceánicos que se avecinan (Lizano, 2010). Urge que se entienda que la
zona marítimo-terrestre es una zona dinámica. Aunque el escenario de aumento del nivel del mar en
el informe del IPCC del 2007, provee un escenario del aumento del nivel del mar menor de 1m para
el 2100, un reciente estudio de Williams y Gutiérrez (2009, 15) y Nicholls y Cazenave (2010, 1517)
indican que el escenario sería peor y que el nivel podría superar 1 m. Hardy (2003, 134) señala que
en playas de pendientes promedio y con oleajes promedio, la relación entre aumento del mar y
retroceso de la playa, es de 1:100. Es decir, por cada aumento de 1 cm en el nivel del mar, la playa
retrocede 1 m.
La legislación vigente sobre la zonificación de la Zona Marítimo Terrestre (ZMT) es
incongruente pues no considera que los bordes costeros estén a expensas de los procesos oceánicos.
Bajo el actual marco de cambio climático, esta zona será severamente modificada en los próximos
años. Es hora de dejar de usar sacos de arena, llantas y gaviones para tratar de evitar la erosión. La
ingeniería costera actual exige rompeolas, malecones, rellenado de playas, estabilización de dunas,
etc. (West et al., 2001, 317, 318), para enfrentar el cambio climático y minimizar el impacto
económico y social que se avecina. De lo contrario, sería mejor acatar la sugerencia de retirarnos de
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los bordes costeros al menos unos 300 m, como lo recomienda el estudio de la Contraloría Nacional
de la República (Anónimo, 2010-a, 3) para un ecosistema tropical. Por otro lado, deberá tomarse en
cuenta que un aumento de 1 m en el nivel del mar en los próximos 100 años, podría generar un
retroceso de playa de hasta 100 m en algunos lugares, como indica Hardy (2003, 134).
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