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LOS EFECTOS AMBIENTALES DE LA REGULACIÓN DE LOS CURSOS DE LA
CABECERA DE LA CUENCA DEL TAJO: LA REDUCCIÓN DE LOS BOSQUES
ALUVIALES DEL TAJO-JARAMA
PEDRO MOLINA HOLGADO
Universidad Autónoma de Madrid
ANA BELÉN BERROCAL MENÁRGUEZ
Ingeniería 75, S.A.
RESUMEN
Los trabajos dedicados al análisis y evaluación de los efectos ambientales de presas y embalses centran su atención,
generalmente, en las afecciones localizadas en su entorno inmediato. Se han desarrollado también un buen número
de estudios dedicados al efecto barrera de estas infraestructuras sobre determinadas especies de vertebrados,
prestando especial atención a algunos peces migradores o a mamíferos como la nutria euroasiática (Lutra lutra). Sin
embargo, son pocos los estudios que consideran las repercusiones de estas infraestructuras sobre espacios fluviales
localizados aguas abajo de las mismas, en algunos casos a cientos de kilómetros de distancia.
En esta comunicación se analizan los efectos de la regulación de la cabecera de la cuenca del Tajo sobre los paisajes
de dos grandes tramos fluviales que en conjunto suponen 116,65 km de curso: el tramo bajo del río Jarama entre la
Presa del Rey y su desembocadura en el Tajo y el tramo medio del río Tajo entre el embalse de El Embocador y la
ciudad de Toledo. En concreto se relaciona la reducción de la superficie forestada con el incremento del grado de
regulación de la cuenca, detallando los factores asociados a este proceso que más negativamente han influido en su
desarrollo.
1. OBJETIVOS Y MÉTODO
La presente comunicación pretende poner de manifiesto la importancia que ha tenido la
alteración hidrológica de los ríos Tajo y Jarama, vinculada a la regulación durante el siglo XX de
sus respectivas cabeceras, en la modificación de la potencialidad y de las características
ecopaisajísticas de los tramos medio y bajo de ambos cursos. Para ello se ha seleccionado como
zona de análisis un extenso ámbito fluvial situado en los tramos medio y bajo de los ríos Tajo y
Jarama en las provincias de Madrid y Toledo.
En el primero de los cursos citados, el área de estudio ocupa una extensión de 47,77 km de
longitud de valle (pendiente media 84,78 cm/km) y 76,30 km de lo longitud de curso (pendiente
media 53.08 cm/km), siendo sus límites superior e inferior la presa de El Embocador, localizada
aguas arriba de la ciudad de Aranjuez, y la presa de la Safón, inmediatamente anterior a la
entrada del río Tajo en la ciudad de Toledo. En el valle del Jarama, la zona de estudio se extiende
a lo largo de 32,65 km de valle (pendiente media 128 cm/km) y 40,35 km de cauce (pendiente
media 104.09 cm/km), desde la desembocadura del río Manzanares en la Presa del Rey (Rivas-
1
Vaciamadrid, Madrid) hasta la Junta de los Ríos en Aranjuez, el punto en el que confluyen
ambos cursos.
La elección de ambos ríos no es fortuita, se debe tanto a su proximidad física como a su elevada
similitud paisajística, ya que los dos cursos circulan por el sector central de la cuenca terciaria
del Tajo, abriendo sus valles sobre los yesos basales de la Unidad Inferior (1, 2) y describiendo en
la mayor parte de su recorrido meandros libres de amplio radio. Tal homogeneidad potencial
permite presuponer para estos dos cursos dinámicas naturales similares o, al menos, equiparables
en condiciones de baja alteración antrópica.
Una vez seleccionada la zona de trabajo se ha revisado toda la información hidrológica
disponible, relativa a la evolución del volumen de embalse en la cuenca (3,4), así como la
información foronómica de las estaciones Jarama-Puente Largo (estación de aforos nº 175),
Tajo-El Embocador (estación de aforos nº 258), Tajo-Aranjuez (estación de aforos nº 11), Tajo-
Puente de Barcas (estación de aforos nº 239) y Tajo-Toledo (estación de aforos nº 14) (4,5,6,7).
El análisis e interpretación de prolongadas series de datos de caudales y aportaciones en relación
con el acusado incremento del volumen de embalse ha permitido plantear diversas
consideraciones sobre las implicaciones hidrológicas de la regulación de la cuenca. Éstas han
sido utilizadas posteriormente para poner de manifiesto los efectos ambientales de tal proceso.
Para ello, previamente, ha sido preciso calcular la extensión de los bosques aluviales de la zona
de análisis en dos periodos temporalmente bien diferenciados, 1956 y 1994-1996, mediante la
fotointerpretación de las imágenes aéreas de sendos grupos de vuelos, el primero a escala
1:33.000, el segundo un grupo a escalas diversas (1.8.000; 1.18.000; 1:30.000) (6,7).
La elección de esta secuencia temporal ha sido intencionada: en 1956 el grado de regulación de
la cuenca Tajo-Jarama era muy bajo, tan sólo representaba un 5,35% del registrado en la
actualidad, lo que permite suponer para entonces unas condiciones de naturalidad elevadas o
muy elevadas, al menos en lo referido al comportamiento hidrológico, hidráulico y
morfodinámico de ambos cursos. Sin embargo, en 1996 el grado de regulación se aproximaba ya
al 100%, estando por lo tanto ambos cursos fuertemente intervenidos ya en esa fecha.
2. LA ALTERACIÓN DEL COMPORTAMIENTO HIDROLÓGICO E HIDRÁULICO
DEL TAJO-JARAMA
El régimen hidrológico y el comportamiento hidráulico de los ríos Tajo y Jarama ha sido alterado
en profundidad debido a la construcción de presas en todos los cursos importantes de sus
respectivas cuencas. A finales del siglo XX, el volumen de agua retenido por las presas situadas
aguas arriba de la ciudad de Toledo (3.843,11 hm
3
) en el río Tajo y en sus tributarios (Jarama,
Henares, Manzanares, Tajuña, Sorbe, etc.) superaba en un 18% a la aportación media anual en
régimen natural de este aforo (3.256,93 hm
3
) (Figura 1, Tabla 1) (7). Es interesante destacar que
el volumen regulado respecto al total, suponía tan sólo un 2,68% en 1940 y un 3,75% en 1950.
El incremento más notable se produjo en los 10 años comprendidos entre 1951 y 1960, pasando
del ya citado 3,75% a un destacado 70,13%, lo que en términos de volumen de embalse global
suponía entonces la nada desdeñable cifra de 2.930,87 hm
3
(Figura 2), valor alcanzado en gran
medida gracias a la construcción del sistema Entrepeñas-Buendía con posterioridad a 1956.
La intensidad de la alteración ha sido especialmente destacada en el río Tajo aguas arriba de
Aranjuez como consecuencia de la entrada en funcionamiento del trasvase Tajo-Segura (8)
(Figura 3), a pesar del sobredimensionamiento y escasos resultados de esta obra. Desde la
entrada en servicio del trasvase la aportación media anual del río Tajo ha disminuido en un
2
48,8%, pasando de 1.022 hm
3
en el año hidrológico 1979-1980 a 499 hm
3
en periodo 1980-
1981 (Figura 4). Cabe destacar también el fuerte impacto de la regulación de la cabecera del Tajo
en el caudal medio anual de este curso aguas abajo del Sistema Entrepeñas-Buendía: en el aforo
de Aranjuez los 36,95 m
3
/s (± 13,09; n=25) del periodo 1926-29/1978-79 contrastan con los
17,33 m
3
/s del periodo 1979-80/1984-85 (± 10,80; n=5) y, especialmente, con los sólo 8,4 m
3
/s
del año hidrológico 1984-1985.
Aguas abajo de la Junta de los Ríos, la afección también ha sido importante. El impacto de las
detracciones de agua del trasvase sobre la aportación media anual del Tajo en Toledo es
significativo: existe una asociación negativa moderada (r
s
= -0,392: p<0,05, n=26) entre los
caudales del Tajo en Toledo y el volumen de agua trasvasado, considerando toda la serie
disponible en este aforo (estación nº 14) (periodo 1972-73/2002-2003). En realidad, la regulación
de la cuenca ha afectado no sólo a los tramos bajos, en este caso el río Tajo en Toledo, también,
y como es lógico, a todo el Tajo-Jarama en sus tramos medios. En este sentido, el análisis de los
datos utilizados muestra que existen diferencias estadísticamente significativas entre las
aportaciones reales y naturales registradas en las estaciones de aforos del Tajo-Jarama en El
Embocador, Aranjuez, Puente Largo, Puente de Barcas y Toledo (z=0,4949; p=0,013; n=5).
Tabla 1. Evolución del volumen de embalse en la Cuenca del Tajo aguas arriba de la ciudad de Toledo por decenios
EMBALSE hm3 ACUMULADO
(hm3) ACUMULADO
(%)
EL EMBOCADOR 0,2 0,2 0,01
VALDAJOS 0,5 0,7 0,02
ANTES 1900
EL VILLAR 22,47 23,17 0,60
1901-1910 BOLARQUE 30,7 53,87 1,40
1931-1940 PUENTES VIEJAS 49,17 103,04 2,68
ALMOGUERA 6,6 109,64 2,85
ZORITA 2,6 112,24 2,92
ESTREMERA 0,5 112,74 2,93
1941-1950
MOLINO DE CHINCHA 31,36 144,1 3,75
PALMACES 5,8 149,9 3,90
EL VADO 55,6 205,5 5,35
ENTREPEÑAS 802,56 1008,06 26,23
RIOSEQUILLO 48,52 1056,58 27,49
1951-1960
BUENDÍA 1.638,70 2695,28 70,13
LA TOSCA 2,5 2697,78 70,20
PINILLA 37,55 2735,33 71,17
EL VELLÓN 41,23 2776,56 72,25
LA JAROSA 7,18 2783,74 72,43
NAVACERRADA 11,04 2794,78 72,72
SANTILLANA 91,09 2885,87 75,09
1961-1970
EL PARDO 45 2930,87 76,26
DEL REY 0,5 2931,37 76,28
EL ATAZAR 426 3357,37 87,36
EL CASTRO 7,6 3364,97 87,56
LA BUJEDA 7 3371,97 87,74
POZO DE LOS RAMOS 1,2 3373,17 87,77
FINISTERRE 133 3506,17 91,23
1971-1980
ALCORLO 180 3686,17 95,92
1981-1990 BELEÑA 50,5 3736,67 97,23
LA CHORRERA 1,4 3738,07 97,27
LA TEJERA 70 3808,07 99,09
1991-2000
LA ERMITA 0,04 3808,11 99,09
DESPUÉS DE 2000 EL ATANCE 35 3843,11 100,00
3
4
0,2 0,5 30,7 6,6 2,6 0,5 31,36 55,6
802,56
48,52 2,5 7,18 45 0,5
426
7,6 71,2
133 180
50,5 1,4 70 0,04 35
1.638,70
22,47 49,17 41,23 11,04
5,8
91,09
37,55
0
500
1000
1500
2000
2500
3000
3500
4000
4500
0
200
400
600
800
1000
1200
1400
1600
Embalses Volumen de embalse acumulado
Figura 1. Evolución del volumen de embalse en hm
3
en la Cuenca Hidrográfica del Tajo aguas arriba de Toledo
5
0,6 1,4 1,4 1,4 2,68 3,75
100
99,09
97,23
95,92
76,26
70,13
0
20
40
60
80
100
AN TES 1900 1901-1910 1911-1920 1921-1930 1931-1940 1941-1950 1951-1960 1961-1970 1971-1980 1981- 1990 1991-2000 DESP UES
2000
Figura 2. Evolución del volumen de embalse en % por décadas en la Cuenca Hidrográfica del Tajo aguas arriba de Toledo
63,1336
253,05
344,61
94,1
141,1
360,67
265,79
326,52
244,69
185
265
191,57
372,67
465 447
561,37 543,13
536,5
586,67
604,95
387,54
377,2
353,01
349,74
0
100
200
300
400
500
600
700
78-79 79-80 80-81 81-82 82-83 83-84 84-85 85-86 86-87 87-88 88-89 89-90 90-91 91-92 92-93 93-94 94-95 95-96 96-97 97-98 98-99 99-00 00-01 01-02 02-03
VOLUMEN EN Hm
3
Figura 3. Evolución de los caudales derivados por el trasvase Tajo-Segura hasta el año hidrológico 2002-2003
6
500,79
892,15
1348,48 1106,28
1856
1361,73 1375,21
1749,76
3127,59 3256,93
0
500
1000
1500
2000
2500
3000
3500
4000
TAJO-EMBOCADOR TAJO-ARANJUEZ JARAMA-PUENTE
LARGO TAJO PUENTE DE LA
BARCA TAJO-TOLEDO
APORTACIÓN hm
3
APORTACIONES REALES APORTA CIONES NATURALES
Figura 4. Aportaciones reales (valores medios) y aportaciones naturales de los ríos Tajo y Jarama en las estaciones de aforos del
área de estudio
18 54
450
760
1154
255
64
13 6 114
556
231
96
177 215,4
711, 1
79
376,11
590
1004 10 7 0
82 61 111
579,1
583,3
59
203,82
96,62
0
200
400
600
800
1000
1200
1400
1600
1800
2000
1969-
70 1979-
71 1971-
72 1972-
73 1974-
75 1975-
76 1976-
77 1977-
78 1978-
1979 1979-
80 1989-
81 1985-
86 1986-
87 1989-
90 1990-
91 1991-
92 1992-
93 1993-
94 1994-
95 1995-
96 1996-
97 1997-
98 1998-
99 1999-
00 2000-
01 2001-
02 2002-
03
m3/s
Figura 5. Evolución de los caudales máximos instantáneos del río Jarama en la estación de aforos nº 175 (Puente Largo)
en el periodo 1969-70/ 2002-2003
La alteración del régimen hidrológico no sólo ha causado una disminución del volumen del
caudal circulante, también ha provocado la homogeneización de los caudales máximos y
mínimos y, en consecuencia, la desaparición o minimización del suceso de avenidas. Un buen
ejemplo de lo expuesto puede observarse analizando la evolución de los caudales máximos
instantáneos del aforo del río Jarama en el Puente Largo (aforo nº 175) (Figura 5), la única
estación que dispone de una serie larga de datos con referencia a estos caudales. En efecto, como
7
puede apreciarse en la Figura 5, el descenso de los caudales máximos instantáneos ha sido
notable en el periodo comprendido entre los años hidrológicos 1968-69/2002-03 y prueba de ello
es la gran dispersión de los valores, con registros extremos de 1.854 m
3
/s en el año 1969-69 y 59
m
3
/s en 1998-99. En realidad, tras la entrada en funcionamiento del embalse de El Atazar (462
hm
3
) en 1972, las mayores avenidas registradas en el Jarama y también en el Tajo aguas abajo de
la Junta de los Ríos han sido inducidas, teniendo más que ver más con la gestión del resguardo
de esta presa que con avenidas naturales, como sucedió en varias ocasiones en la década de los
años 90 del pasado siglo tanto en el Tajo como en el Jarama. Es preciso considerar además que
sólo este embalse representa cerca del 40% del volumen regulado en la subcuenca del Jarama a
fecha de 2006, lo que puede ayudar a comprender mejor la asociación existente entre los
desembalses del Atazar en las citadas avenidas inducidas.
3. IMPLICACIONES AMBIENTALES DE LA REGULACIÓN: LA REDUCCIÓN DE
LOS BOSQUES ALUVIALES
En la actualidad, la superficie forestada de las riberas de los ríos Tajo y Jarama en el área de
estudio es de 409,38 y 83,71 ha respectivamente (6, 7). Estos valores quedan muy alejados de los
correspondiente a la superficie forestada potencial, representando sólo el 1,38% y el 4,25% de la
misma respectivamente (Tabla 2). Se entiende como ámbito potencial de distribución de los
bosques aluviales (7) las márgenes del canal de bankfull, la llanura de inundación, la terraza
holocena (+3-5 m en el Jarama, +5 en el Tajo) (9, 10, 11) y posiblemente sectores de extensión
diversa de la terraza secuencialmente superior en ambos cursos.
Tabla 2. Densidad y distribución de la superficie arbolada actual y potencial por tramos en las riberas de los ríos Tajo y Jarama
TRAMO km
SUPERFICIE
ARBOLADA
POTENCIAL
(ha)
SUPERFICIE
ARBOLADA
ACTUAL
(ha-%)
SUPERFICIE
ARBOLADA
EN SOTOS
(ha-%)
SUPERFICIE
ARBOLADA
EN
DOSELES
(ha-%)
DENSIDAD
ACTUAL
(ha/km)
DENSIDAD
POTENCIAL
(ha/km)
MANZANARES-TAJUÑA 21,9 4319 29,94 (0,69) 24,95 (83,33) 4,99 (16,67) 1,37 197,21
TAJUÑA-JUNTA DE LOS RÍOS 18,45 1885 53,77 (2,85) 39,12 (72,75) 14,65 (27,25) 2,91 102,17
TOTAL JARAMA 40,35 6.024 83,71 (1,38) 64,07 (76,54) 19,64 (23,46) 2,09 149,29
EL EMBOCADOR-JARAMA 13,5 1563,5 83,07 (5,31) 71,42 (85,98) 11,65 (14,02) 6,15 115,81
JARAMA-PUENTE DE AÑOVER 17,1 2561 127,09 (4,96) 120,28 (94,64) 6,81 (5,36) 7,43 149,76
PTE. DE AÑOVER-PUENTE DE
VELILLA 19,7 3296,5 127,97 (3,88) 101,12 (79,02) 26,85 (20,98) 6,49 167,33
PUENTE DE VELILLA-TOLEDO 26 2200,25 71,25 (3,24) 33,60 (47,16) 37,65 (52,84) 2,74 84,63
TOTAL TAJO 76,3 9621,25 409,38 (4,25) 362,42 (79,73) 82,96 (20,27) 5,37 126,1
La comparación de la extensión actual de los bosques aluviales del área de estudio con la
registrada en el periodo 1956-1957 muestra un acusado descenso de la superficie forestada en
ambas riberas: la disminución se cifra en un 51,94% en la ribera del Tajo y en un 88,35% en la
ribera del Jarama. Un ejemplo de este intenso y sostenido proceso deforestador puede apreciarse
en la Figura 6, donde se muestra la evolución de los bosques aluviales en un sector del área de
estudio.
En el río Jarama la reducción de la superficie forestada ha sido muy acusada en todo el tramo
analizado, ligeramente mayor en el sector situado aguas abajo de la desembocadura del río
Tajuña, sector de alta sinuosidad y movilidad hasta los años 60 del pasado siglo. En la ribera del
Tajo han sido las áreas de mayor movilidad de cauce las que han perdido mayor masa forestal.
También son éstos tramos de elevada sinuosidad que históricamente han mantenido las masas de
vegetación forestal ribereña de mayor superficie, estabilizados como en el caso del Jarama a
partir de los años 60 del siglo XX.
8
1957
1984
1994
RÍO
TAJO
RÍO
JARAMA
Figura 6. Evolución de la superficie forestada (en verde) en la junta de los ríos Tajo-Jarama (Aranjuez, Madrid; Seseña, Toledo)
en el periodo 1957-1994 (6,7)
Esta reciente pero significativa reducción de los bosques de ribera del área de estudio se vincula
a la regulación de la cabecera del sistema Tajo-Jarama, especialmente a la estabilización de los
cauces, al aumento de los periodos de retorno de las avenidas extraordinarias y a la disminución
de los caudales punta y duración de las avenidas ordinarias, como ya ha sido puesto de
manifiesto en apartados anteriores. En ambos cursos, pero especialmente en el Jarama, la
extracción de áridos también ha influido de manera notable en la reducción de los espacios
forestados (12, 13).
9
Estos factores, consecuencia directa del control y derivación de las aportaciones de la cabecera
de la cuenca, han permitido la explotación agrícola de tierras situadas en la extensa llanura de
inundación de los ríos Tajo y Jarama. Hasta la “regulación” del sistema fluvial a partir de la
segunda mitad del siglo XX, estos ámbitos eran espacios marginales para la agricultura,
pastaderos de ovino y bovino, también asiento de importantes yegüadas, ocupados por extensos
tarayales de Tamarix gallica y Tamarix africana, sotos complejos y pluriestratos o mosaicos de
tarayales y pobedas de Populus alba con juncales, praderas-juncales y carrizales.
En la actualidad, la pervivencia de espacios arbolados de cierta extensión está vinculada a
factores fundiarios o a la existencia de enclaves de gran inestabilidad ambiental, no aptos para su
puesta en cultivo, cuya existencia no se debe a factores naturales, sino a la existencia de
pequeñas obras hidráulicas como la Presa del Rey sobre el río Jarama, aguas abajo de la
desembocadura del río Manzanares.
Si se observan los datos de la Tabla 2 podrá advertirse que el tramo mejor forestado de la ribera
del Tajo es el situado aguas arriba de la confluencia de este curso con el Jarama, precisamente el
más alterado, tanto desde un punto de vista hidrológico como hidráulico. Este aparente
contrasentido se vincula a factores no naturales relacionados con el tipo de propiedad de la tierra:
el entorno de Aranjuez aguas arriba del río Jarama forma parte de las propiedades del Patrimonio
del Estado que integran el Real Sitio, en la actualidad una minúscula fracción no enajenada en la
Desamortización Civil del que fuera el extenso Bosque y Real Sitio de Aranjuez. El uso del suelo
de esta gran propiedad pública, poco intensivo, ha permitido que aún se conserven extensas
masas forestadas en posiciones que, en otras áreas de la vega del Tajo, ya habrían favorecido su
transformación en campos de cultivo, como sucedió en el meandro posterior a la Junta de los
Ríos a finales del los años 80 (Figura 6).
4. CONCLUSIONES
La extensión de los bosques aluviales de las riberas de los ríos Tajo y Jarama ha experimentado
una fuerte disminución como consecuencia de la extensión de la frontera agrícola sobre los
espacios no roturados situados en la llanura de inundación y en la primera terraza de estos valles.
Estas modificaciones, especialmente intensas a partir de la segunda mitad del siglo XX, se
relacionan con la ”regulación” del sistema Tajo-Jarama.
A diferencia de lo que ha sucedido en los tramos altos de muchos cursos de esta cuenca situados
aguas abajo de presas, en los tramos medios la evolución de los bosques de ribera ha
experimentado un proceso inverso. En los sectores más elevados de la cuenca la disminución de
la abrasión y de la duración de los periodos de inundación derivados de la regulación mediante
presas han favorecido la extensión de la vegetación de ribera en el canal de bankfull, aunque este
incremento ha sido muy poco importante en términos de superficie. Sin embargo, en los tramos
medios y bajos la disminución de la duración y alcance de los ciclos de aguas altas y de las
aportaciones anuales, junto con otros factores como la modificación de la sección transversal del
canal de bankfull, han posibilitado la rotura y puesta en cultivo de muchos espacios forestados
existentes hasta la década de los años 60 del pasado siglo.
Este proceso de degradación se aprecia con claridad en la mayor parte de los paisajes fluviales de
Europa occidental y América del Norte (14, 15, 16, 17) y ha provocado, igual que en los cursos del
área de estudio, una importante reducción de la superficie forestada así como una profunda
alteración de las características y dinámicas de los ecosistemas y paisajes fluviales.
10
5. BIBLIOGRAFÍA
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