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Behavioral Psychology / Psicología Conductual, Vol. 20, Nº 1, 2012, pp. 211-227
Correspondencia: M. Pilar Berrios-Martos, Dpto. de Psicología, Universidad de Jaén, Campus Las
Lagunillas, s/n, 23071 Jaén (España). E-mail: pberrios@ujaen.es
LA INTELIGENCIA EMOCIONAL Y EL SENTIDO DEL HUMOR
COMO VARIABLES PREDICTORAS DEL BIENESTAR SUBJETIVO
M. Pilar Berrios-Martos, Manuel Pulido-Martos,
José María Augusto-Landa y Esther López-Zafra
Universidad de Jaén (España)
Resumen
El objetivo de este trabajo ha sido analizar la relación y la capacidad predictiva
de la inteligencia emocional (IE) y el sentido del humor (SH) sobre dos dimensiones
del bienestar subjetivo: el bienestar psicológico subjetivo (BPS) y el bienestar mate-
rial subjetivo (BMS). Los estudios previos han observado una relación entre estos
constructos y la inteligencia emocional pero de manera separada. Un total de 113
participantes entre 18 y 27 años (M= 19,6; DT= 3,9), han completado una medida
de habilidad de IE, un cuestionario de SH y una escala de bienestar subjetivo.
Nuestros resultados muestran que la creación de humor, la apreciación de humor y
el uso del humor en el afrontamiento de problemas predicen el BPS y que la apre-
ciación de humor y el manejo emocional predicen el BMS. Este estudio mostró que
el SH y la IE influyen en el bienestar subjetivo y aportó pruebas empíricas acerca
del efecto diferencial de los componentes del SH y de la IE en el BPS y en el BMS.
Palabras claves: inteligencia emocional, sentido del humor, bienestar psicológico
subjetivo, bienestar material subjetivo.
Abstract
The aim of this study was to analyze the relationship between Emotional
Intelligence (EI) and Sense of Humor (SH) and their predictive ability on two
dimensions of subjective well-being: Psychological Subjective Well-being (PSW) and
Material Subjective Well-being (MSW). Previous studies have noted a relationship
between these constructs and emotional intelligence but separately. A total of 113
participants between 18 and 27 years (M= 19.6, SD= 3.9), have completed an ability
measure of EI, a questionnaire about SH and a subjective well-being scale. Our
results show that the creating humor, appreciation of humor and use of humor in
coping with problems predict the PSW, whereas the appreciation of humor and
emotion management predicted the MSW. Our study contributes to knowledge in
two important aspects: first, we found that the SH and EI have an impact on the
212 berrios-Martos, Pulido-Martos, augusto-landa y lóPez-zafra
subjective well-being, and secondly, it also provides empirical evidence about the
differential effect of the components of the SH and the IE on the PSW and the MSW.
Key Words: emotional intelligence, sense of humor, subjective psychological well-
being, subjective material well-being.
Introducción
El estudio del bienestar en el seno de la psicología aparece en la década de
los 60 y ha dado lugar a dos tradiciones diferentes: la hedónica y la eudaimónica
(Keyes, Shmotkin y Ryff, 2002; Ryan y Deci, 2001). La perspectiva hedónica se ha
interesado por el estudio de la felicidad, la satisfacción con la vida y el balance de
afectos positivos y negativos y está asociada al concepto de bienestar subjetivo
(Argyle, 1999; Bradburn, 1969; Diener, 1984; Diener, Oishi y Lucas, 2003; Fierro,
2006; Lyubomirsky, 2001). Por otra parte, la aproximación eudaimónica se centra
en el estudio de las variables que influyen en el desarrollo personal, el afronta-
miento de retos vitales y el logro de objetivos y está asociada al concepto de bien-
estar psicológico (Ryan y Deci, 2001; Ryff, 1989). Existe una cantidad considerable
de trabajos en los que se analiza el vínculo entre las habilidades socioemocionales y
el bienestar subjetivo y psicológico cuyos resultados ponen de manifiesto que una
de las variables que puede explicar las diferencias individuales en el bienestar es la
inteligencia emocional, ya que las personas con alta inteligencia emocional presen-
tan más a menudo y durante más tiempo estados emocionales positivos (Mayer y
Salovey, 1997; Mikolajczack, Nelis, Hansenne y Quoidbach, 2008; Salovey, Bedell,
Detweiler y Mayer, 1999; Salovey y Mayer, 1990).
Desde 1990, año en el que Salovey y Mayer publicaron el primer artículo cien-
tífico sobre inteligencia emocional (IE), hasta la fecha, se han publicado muchos
trabajos sobre este tema. Estas dos décadas de investigación han hecho posible
un avance teórico y metodológico importante y el modelo de la habilidad de la IE
está cada vez más consolidado. En dicho modelo se define este constructo como la
capacidad para percibir, valorar y expresar emociones con exactitud, para acceder
o generar sentimientos que faciliten el pensamiento, para comprender emociones
y para regular las emociones promoviendo un crecimiento emocional e intelectual
(Mayer y Salovey, 1997).
La IE se ha estudiado en relación con numerosas variables y los hallazgos empí-
ricos indican que se relaciona negativamente con el consumo de drogas, la depre-
sión y el afecto negativo y positivamente con la calidad de las relaciones sociales y
las relaciones románticas, el rendimiento laboral y la evaluación positiva por parte
de los supervisores y los compañeros de trabajo (Fernández-Berrocal y Extremera,
2010). También se ha comprobado que su relación con el estrés (Augusto, López-
Zafra, Berrios y Aguilar-Luzón, 2008; Gohm, Baumann y Sniezek, 2001; Limonero,
Tomás-Sábado, Fernández-Castro y Gómez-Benito, 2004; Salovey, Mayer, Goldman,
Turvey y Palfai, 1995) y con el desgaste profesional (burnout) (Bracket, Palomera,
Mojsa-Kaja, Reyes y Salovey, 2010; Chan, 2006; Durán, Extremera y Rey, 2004;
Extremera, Durán y Rey, 2010) es negativa.
213
Inteligencia emocional, sentido del humor y bienestar
Los resultados de las investigaciones que analizan el vínculo entre IE y bienestar
no permiten establecer conclusiones definitivas. En cuanto a la relación entre IE
y bienestar subjetivo, los resultados son contradictorios y poco concluyentes, ya
que, si bien en algunos casos se ha encontrado que la claridad emocional predice
de forma significativa la satisfacción con la vida (Augusto et al., 2004; Augusto,
Pulido-Martos y López-Zafra, 2011; Extremera, Durán y Rey, 2009; Extremera y
Fernández-Berrocal, 2005; Palmer, Donaldson y Stough, 2002), en otros estudios,
en los que se utilizan medidas de habilidad de IE, no se encuentra ninguna relación
entre estas variables o se obtienen relaciones escasas-moderadas (Bastian, Burns y
Nettelbeck, 2005; Mayer, Caruso y Salovey, 1999). En lo que respecta a la relación
entre IE y bienestar psicológico las correlaciones encontradas han sido significa-
tivamente moderadas (Brackett y Mayer, 2003; Brakett, Rivers, Siffman, Lerner y
Salovey, 2006). De forma que, existe un mayor apoyo empírico sobre la relación
IE-bienestar psicológico que sobre la relación IE-bienestar subjetivo. De hecho, la IE
explica más varianza del bienestar psicológico que del subjetivo (Extremera, Ruiz-
Aranda, Pineda-Galán y Salguero, 2011).
Sentido del humor y bienestar psicológico
El sentido del humor (SH) se valora en muchas culturas, está considerado como
una de las principales fortalezas humanas, merece un gran protagonismo dentro de
la psicología positiva y se ha relacionado con el bienestar psicológico, físico y social
(Carbelo y Jaúregui, 2006). Simpson y Weiner (1989) lo definen como “cualquier
acción, discurso o escritura que provoca la risa o la hilaridad; excentricidad, joco-
sidad, guasa, comicidad, diversión; y la capacidad para percibir lo que es absurdo
o divertido” (p. 486). Teniendo en cuenta esta definición, es evidente que se trata
de un concepto amplio que hace referencia a cualquier cosa que diga o haga la
gente que se perciba como graciosa y provoque la risa en los demás (componente
conductual), así como al proceso mental de crear y apreciar tal estímulo como
divertido (componente cognitivo) y a la respuesta afectiva que implica su disfrute
(componente emocional).
Los resultados empíricos sugieren que el sentido del humor no es un constructo
unitario sino que puede conceptualizarse y medirse de diversas formas (Martin,
2008). Por ejemplo, García-Larrauri (2008) plantea que para definir el SH hay que
tener en cuenta cuatro dimensiones: creación de humor, apreciación de humor,
uso del humor para afrontar los problemas y uso del humor en las relaciones inter-
personales. La creación de humor se refiere las habilidades para percibir estímulos
de forma insólita y comunicarlos de manera que provoque la risa en los demás. La
apreciación de humor se define como el conjunto de estrategias que utiliza una
persona para disfrutar riendo, tomarse la vida con humor y apreciar y disfrutar del
humor creado por los demás. El uso del humor en el afrontamiento de problemas se
define en este caso como la capacidad para usar el humor con el objetivo de hacer
frente a las contrariedades y adversidades. La última dimensión hace referencia a la
capacidad para usar el humor con el fin de facilitar y mejorar las relaciones con los
demás.
214 berrios-Martos, Pulido-Martos, augusto-landa y lóPez-zafra
A partir de los años 70, las investigaciones sobre el humor se desarrollan en dife-
rentes disciplinas como la psicología, medicina, biología, sociología y la educación
(Carbelo, 2005).
Los estudios empíricos más recientes han permitido concluir que las emo-
ciones positivas, en las que se incluye la hilaridad, tienen una serie de funciones
psicológicas importantes entre las que destacan: la influencia positiva en el proce-
samiento de la información (Fredrickson, 1998; Isen, 2003), en las relaciones inter-
personales (Kane, Suls y Tedeschi, 1977; Lyubomirsky, King y Diener, 2005; Shiota,
Campos, Keltner y Hertenstein, 2004) y en el afrontamiento del estrés y la adver-
sidad (Frederickson y Levenson, 1998; Henman, 2001; Lefcourt, 2001; Lefcourt y
Martin, 1986; Moreno-Jiménez, Morante, Hudnall y Sanz, 2007; Moreno-Jiménez,
Morante, Rodríguez-Muñoz y Rodríguez-Carvajal, 2006). Además, en lo que res-
pecta al componente cognitivo del SH se ha comprobado que la capacidad para
producir o crear humor predice el éxito en encontrar pareja (Greengoss y Miller,
2011). Por otra parte, se han llevado a cabo tanto investigaciones experimentales
como estudios correlacionales sobre humor y bienestar psicológico. Según Martin
(2008), los estudios de laboratorio han mostrado un efecto significativo del SH en
el bienestar y el estado de ánimo positivo a corto plazo, sin embargo existe poca
evidencia de los beneficios psicológicos del humor a largo plazo. Por otra parte,
los resultados de los estudios correlacionales indican que las relaciones entre las
dimensiones del SH y las del bienestar psicológico varían según los estudios y esto
puede deberse a que en muchos casos se parte de definiciones del SH distintas y se
utilizan instrumentos diferentes para medirlo. Este mismo autor señala que, aunque
en la literatura se indica que el humor en general es beneficioso para el bienestar
psicológico y que los individuos con más sentido del humor tienden a ser menos
depresivos, ansiosos y pesimistas, menos propensos a “quemarse” y a desarrollar
trastornos psiquiátricos y más optimistas, con una mayor autoestima y sentimientos
globales de bienestar, se puede decir que las correlaciones encontradas son débiles
y los resultados son contradictorios.
Hay que tener en cuenta que la mayoría de estos trabajos se han centrado en
los aspectos positivos y deseables del humor; sin embargo también se han identifi-
cado funciones negativas y socialmente indeseables de este constructo y en muchas
de estas investigaciones no se ha tenido en cuenta esta diferencia. En esta línea,
Martin, Puhlik-Doris, Larsen, Gray y Weir (2003) han identificado cuatro estilos
de humor, dos de los cuales son saludables y adaptativos (humor de afiliación y
de autoafirmación) y otros dos son insanos y potencialmente perjudiciales (humor
agresivo y autodemoledor). El “humor de afiliación” se refiere a la tendencia a
decir cosas graciosas, contar chistes y recurrir a bromas ingeniosas con objeto de
divertir a los demás, facilitar las relaciones sociales y reducir tensiones interperso-
nales. El “humor de autoafirmación” se define como la tendencia a divertirse fre-
cuentemente con las incongruencias de la vida, mantener una mirada humorística
incluso en las situaciones de estrés o adversidad hacia la vida y usar el humor como
mecanismo regulador de emociones. El “humor agresivo” es la tendencia a usar el
humor con el propósito de criticar o manipular a otros, como el sarcasmo, la burla,
la ridiculización, la irrisión o el humor despectivo, así como el uso del humor poten-
215
Inteligencia emocional, sentido del humor y bienestar
cialmente ofensivo. También incluye la expresión compulsiva del humor incluso
cuando es socialmente inapropiado. Por último, el “humor autodemoledor” se
refiere al uso del humor para congraciarse con otros, intentar divertir a los demás al
hacer cosas graciosas a expensas de uno mismo, el humor excesivamente autodes-
pectivo y reírse con los demás al ser ridiculizado o menospreciado.
Inteligencia emocional y sentido del humor
Existen pocos estudios que analicen las relaciones entre IE y SH y sería inte-
resante abordar empíricamente esta relación, porque ambos constructos ocupan
un lugar importante en el ámbito de la psicología positiva1. Además, sabemos
que cuando las personas experimentan humor y risa suelen sentirse más alegres
y menos deprimidas, ansiosas, irritables y tensas. De forma que, al menos a corto
plazo, el humor parece estimular estados de ánimo positivos y contrarrestar emo-
ciones negativas. Por tanto, el SH puede ser beneficioso para la salud mental y el
bienestar psicológico al contribuir a la habilidad para regular o manejar emociones
(Gross y Muñoz, 1995), un aspecto esencial de la IE. Yip y Martin (2006) también
han señalado que muchos de los usos socialmente relevantes del SH tienen que
ver con habilidades propias de la IE, como por ejemplo la conciencia emocional y la
regulación de emociones.
Estos planteamientos nos llevan a pensar que el SH puede estar relacionado con
la IE y estos a su vez con el bienestar psicológico. Sin embargo, son escasos los estu-
dios que abordan estas relaciones. En Canadá, Yip y Martin (2006) realizaron una
investigación con 111 estudiantes universitarios, utilizando el “Test de inteligencia
emocional de Mayer-Salovey-Caruso” (Mayer-Salovey-Caruso Emotional Intelligence
Test, MSCEIT; Mayer, Salovey y Caruso, 2002) para evaluar la IE y hallaron que la
habilidad para manejar emociones se relacionaba positivamente con el humor de afi-
liación y de autoafirmación, mientras que la habilidad para percibir emociones mostró
una relación negativa con el humor agresivo y autodemoledor. Además, encontraron
que los estilos de humor positivo (de afiliación y de autoafirmación) correlacionaban
positivamente con la competencia social y los estilos de humor negativo (agresivo y
autodemoledor) lo hacían de forma negativa. En Reino Unido, Greven, Chamorro-
Premuzic, Arteche y Furnham (2008) realizaron un estudio con 1038 estudiantes
universitarios cuyos resultados pusieron de manifiesto que la relación entre los rasgos
de personalidad y la salud general está mediada por la IE y el SH.
Teniendo en cuenta que los estudios que analizan la relación entre IE, evaluada
con una prueba de habilidad y bienestar subjetivo obtienen resultados poco conclu-
yentes; que en la mayoría de estos estudios se trabaja con puntuaciones generales
en IE sin tener en cuenta las puntuaciones específicas en percepción, facilitación,
comprensión y manejo de emociones; que los resultados de los estudios correlacio-
1 Desde que Seligman y Csikszentmihalyi en su trabajo del año 2000, propusieran el concepto
de “psicología positiva” como una nueva forma de analizar los procesos básicos frente a los traumas,
trastornos y patologías (o psicología “negativa”), el estudio de las emociones placenteras, el desarrollo
de las capacidades y la búsqueda de la felicidad se han convertido en aspectos centrales de la Psicología.
216 berrios-Martos, Pulido-Martos, augusto-landa y lóPez-zafra
nales sobre SH y bienestar también son contradictorios; y que existen muy pocos
estudios que aborden la relación entre IE y SH, se pone de manifiesto la necesidad
de llevar a cabo estudios que aclaren y analicen más profundamente dicha rela-
ción. Por ello, este trabajo tiene como principales objetivos: 1) comprobar si existen
relaciones positivas significativas entre las dimensiones de la IE, el SH y el bienes-
tar subjetivo y 2) analizar la capacidad de cada uno de los componentes de la IE
(percepción, facilitación, comprensión y regulación emocional) y del SH (creación y
apreciación de humor, uso del humor en el afrontamiento de problemas y en las
relaciones interpersonales) para predecir el bienestar subjetivo.
Método
Participantes
En este estudio participaron 113 estudiantes universitarios de primer curso del
Grado de Psicología de los cuales 90 eran mujeres (79%) y 23 eran hombres (21%)
con edades comprendidas entre los 18 y 27 años (M= 19,6; DT= 3,9).
Instrumentos
1. “Test de inteligencia emocional de Mayer-Salovey-Caruso” (Mayer-Salovey-
Caruso Emotional Intelligence Test; MSCEIT, v. 2.0; Mayer, Salovey y Caruso,
2002), adaptación española de Extremera y Fernández-Berrocal (2009). Este
instrumento es una medida de ejecución compuesta por 141 ítems que evalúa
la capacidad para: a) percibir emociones de manera eficaz, b) usar emociones
para facilitar el pensamiento, c) comprender las emociones y d) manejar emo-
ciones (Mayer y Salovey, 1997). El MSCEIT proporciona una puntuación total
en IE, dos puntuaciones referidas a las áreas experiencial (formada por los dos
primeros factores del modelo, percepción y asimilación emocional, que están
más relacionados con los sentimientos) y estratégica (formada por la compren-
sión y manejo de emociones, que tienen que ver con la capacidad para evaluar y
planificar acciones basadas en la información que proporcionan las emociones y
sentimientos), cuatro puntuaciones específicas referidas a cada una de las habi-
lidades o ramas del modelo (percepción, asimilación, comprensión y manejo de
emociones) y, finalmente, puesto que cada una de las cuatro ramas es evaluada
a través de dos tareas, también proporciona ocho puntuaciones, una para cada
tarea (la capacidad para percibir emociones es evaluada mediante una tarea de
percepción de emociones en rostros faciales y otra con fotografías de paisajes
y diseños; el factor de asimilación emocional se evalúa a través de las tareas de
sensación y facilitación; la capacidad de comprensión de emociones es evaluada
a través de una tarea de combinación de emociones y otra de cambios o trans-
formaciones emocionales; y, finalmente, la capacidad para manejar emociones
es evaluada mediante una tarea de manejo emocional y otra tarea de relaciones
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Inteligencia emocional, sentido del humor y bienestar
emocionales). Los índices de fiabilidad son los siguientes: en la rama de identifi-
cación/ percepción de emociones se obtiene una fiabilidad de consenso de 0,91,
en la rama de asimilación emocional 0,79, la de comprensión de emociones de
0,80 y la de manejo de emociones de 0,83.
2. “Cuestionario de autoevaluación del sentido del humor” (CASH; García-Larrauri
et al. 2005). Es una medida de autoinforme compuesta por 32 ítems con un
formato de respuesta tipo Likert de cuatro puntos, en el que 1= “casi nunca” y
4= “siempre”. El CASH está formado por cuatro subescalas y proporciona una
puntuación específica para cada una de las dimensiones que definen el SH: crea-
ción de humor, apreciación de humor, uso del humor para afrontar problemas
y uso del humor en las relaciones interpersonales (García-Larrauri, 2008). Cada
una de estas dimensiones es evaluada a través de ocho ítems, como por ejem-
plo: “Me resulta fácil sacarle chispa a las cosas”, “Se me ocurren ideas para que
la gente lo pase bien”, “Me río con facilidad”, “Cuando algo me sale mal trato
de encontrarle el lado divertido”, “Me gusta estar con personas divertidas”. En
nuestro estudio, los valores de alfa de Cronbach para cada una de las subesca-
las son 0,75 para la dimensión creación de humor, 0,73 para la apreciación de
humor, 0,80 para el uso del humor en el afrontamiento de problemas y 0,72
para el uso del humor en las relaciones interpersonales.
3. “Escala de bienestar psicológico” (EBP; Sánchez-Cánovas, 2007). Permite medir el
grado de bienestar psicológico subjetivo que experimenta un individuo. Está for-
mada por 65 ítems con un formato de respuesta tipo Likert de cinco puntos, que
conforman cuatro subescalas: 1) Bienestar psicológico subjetivo (BPS): resultado de
la reflexión subjetiva sobre la felicidad personal (satisfacción con la vida), sin incluir
en dicha reflexión factores laborales, materiales, familiares, sexuales o afectivos,
2) Bienestar material subjetivo (BMS): resultado de la reflexión personal subjetiva
sobre la frecuencia e intensidad de las emociones positivas procedentes de los
bienes materiales de los que dispone el individuo, con independencia de la canti-
dad, calidad o valor económico de los mismos, 3) Bienestar laboral subjetivo (BLS):
resultado de la reflexión personal subjetiva sobre la frecuencia e intensidad de las
emociones positivas procedentes del desempeño de la actividad profesional del
individuo y 4) Bienestar subjetivo con las relaciones sexuales y afectivas de pareja
(BSR): resultado de la reflexión personal subjetiva sobre la frecuencia e intensidad
de las emociones positivas procedentes de las relaciones sexuales y afectivas con
la pareja en convivencia estable. Se puede obtener tanto una puntuación global
como una puntuación específica para cada uno de los factores. Los valores de alfa
de Cronbach para cada una de las subescalas son: 0,92 para el bienestar psicoló-
gico subjetivo; .90 para el bienestar material; 0,73 para el bienestar laboral y 0,87
para el bienestar con la pareja. Al igual que Goñi, Rodríguez-Fernández y Ruiz de
Azúa (2004), en este estudio hemos utilizado una versión reducida de 40 ítems,
como por ejemplo: “Me gusta transmitir mi felicidad a los demás”, “Me siento
bien conmigo mismo”, “Tengo muchas ganas de vivir”, “Me gusta lo que hago”,
“Creo que tengo lo necesario para vivir cómodamente”, “Estoy tranquilo/a sobre
mi futuro económico”, que se corresponden con las subescalas BPS y BMS, cuyos
índices de alfa de Cronbach han sido 0,93 y 0,88 respectivamente.
218 berrios-Martos, Pulido-Martos, augusto-landa y lóPez-zafra
Procedimiento
Se solicitó la participación voluntaria de los sujetos y los cuestionarios se cum-
plimentaron en clase en una aplicación colectiva supervisada por dos colaborado-
res de nuestro grupo de investigación. Antes de contestar, todos los participantes
fueron informados de que iban a participar en una investigación sobre bienestar
psicológico llevada a cabo por el departamento de Psicología de la Universidad de
Jaén. El tiempo de aplicación de los instrumentos fue de 70 minutos.
Para analizar los datos se utilizó el paquete estadístico SPSS 17.0 y se llevaron a
cabo análisis descriptivos, de correlación y diferentes análisis de regresión jerárquica
siguiendo el método de pasos sucesivos.
Resultados
Análisis descriptivos
Las medias, desviaciones típicas y alfa de Cronbach para las variables utilizadas
en este estudio se presentan en la tabla 1.
Análisis de correlaciones
Las intercorrelaciones entre las variables estudiadas se presentan en la tabla 2.
Tabla 1
Medidas de tendencia central y nivel de consistencia interna de los instrumentos
Escalas M DT α de
Cronbach
EBP
Bienestar psicológico 111,22 17,67 0,93
Bienestar material 37,85 7,07 0,88
CASH
Creación humor 2,41 1,31 0,75
Apreciación humor 2,32 1,27 0,73
Humor en afrontamiento de problemas 2,15 1,19 0,80
Humor en las relaciones 2,60 1,37 0,72
MSCEIT
Percepción de emociones 107,48 11,40 -
Facilitación emocional 96,80 9,53 -
Comprensión de emociones 105,77 12,68 -
Manejo de emociones 103,81 11,30 -
Notas: EBP= “Escala de bienestar psicológico”; CASH= “Cuestionario de autoevaluación del sentido
del humor”. No se informa de las dimensiones del “Test de inteligencia emocional de Mayer-Salovey-
Caruso” (MSCEIT) puesto que la forma de corrección es on line y no se indica el alfa en el procedimiento.
219
Inteligencia emocional, sentido del humor y bienestar
Tabla 2
Intercorrelaciones entre las medidas de IE, del sentido del humor y medidas de bienestar
12345678910
1. Bienestar psicológico
-
2. Bienestar material
0,61** -
3. Creación humor
0,53** 0,16 -
4. Apreciación humor
0,62** 0,40** 0,59** -
5. Humor en afrontamiento problemas
0,64** 0,36** 0,41** 0,68** -
6. Humor en las relaciones
0,46** 0,21*0,64** 0,60** 0,49** -
7. Percepción de emociones
-0,08 -0,09 -0,07 -0,05 -0,06 -0,00 -
8. Facilitación emocional
0,00 0,01 -0,20*-0,13 -0,13 -0,16 0,44** -
9. Comprensión de emociones
-0,06 -0,04 -0,15 -0,10 -0,00 -0,02 0,21*0,31** -
10. Manejo de emociones
0,16 0,22*0,04 0,05 0,12 0,10 0,32** 0,29** 0,29** -
Nota: **p≤ 0,01; *p≤ 0,05
220 berrios-Martos, Pulido-Martos, augusto-landa y lóPez-zafra
Más allá de las relaciones entre las dimensiones del sentido del humor, la crea-
ción de humor aparece asociada positiva y significativamente con el bienestar psico-
lógico y negativa y significativamente con la facilitación emocional. La apreciación
de humor presenta correlaciones positivas y significativas con el bienestar psicoló-
gico y con el bienestar material. El uso del humor en el afrontamiento de problemas,
igual que la apreciación del humor, se relaciona positiva y significativamente con el
bienestar psicológico y con el bienestar material. Por último, el uso del humor en las
relaciones interpersonales también muestra correlaciones significativas y positivas
con el bienestar psicológico y con el bienestar material. En cuanto a las conexiones
entre el bienestar y las dimensiones de la inteligencia emocional, solo el manejo
emocional se relaciona de forma positiva con el bienestar material.
Análisis de regresión
Para analizar el porcentaje de varianza de las dimensiones de bienestar expli-
cado por las variables predictoras consideradas de manera conjunta, se llevaron a
cabo análisis de regresiones múltiples empleando el método de pasos sucesivos.
Teniendo en cuenta los resultados de los análisis de correlación, se han introducido
como predictores las variables que han mostrado asociaciones significativas en las
correlaciones de Pearson. Los resultados más relevantes derivados de los análisis se
incluyen en la tabla 3.
En el primer modelo de regresión se introdujo el bienestar psicológico subje-
tivo como dependiente y todas las dimensiones del SH como variables predictoras
y mostró que la relación es significativa (R2= 0,52; F[3, 109]= 39,07; p< 0,001). En
cuanto a los parámetros del modelo, se explica un 52% de la varianza del bienes-
tar psicológico subjetivo. En concreto, se retienen la creación de humor (β= 0,25;
p< 0,01) que explica un 28%, la apreciación de humor (β= 0,21; p< 0,05) expli-
cando un 15.3% y el uso del humor en el afrontamiento de problemas (β= 0,40;
p< 0,001) que explica un 8,5% de la varianza.
Tabla 3
Análisis de regresión sobre el bienestar psicológico y el bienestar material
βR2∆R2
VD: Bienestar psicológico subjetivo 0,52
1. Creación de humor 0,25** 0,28***
2. Apreciación de humor 0,21*0,15***
3. Uso de humor en afrontamiento problemas 0,40*** 0,08***
VD: Bienestar material subjetivo 0,20
1. Apreciación humor 0,39*** 0,16***
2. Manejo de emociones 0,19*0,03*
Notas: VD= Variable dependiente. ***p≤ 0,001; **p≤ 0,01; *p≤ 0,05.
221
Inteligencia emocional, sentido del humor y bienestar
Estos resultados ponen de manifiesto que los sujetos que obtienen puntuacio-
nes altas en creación y apreciación de humor y usan con frecuencia el humor en el
afrontamiento de problemas experimentan mayor bienestar psicológico subjetivo.
En el segundo modelo de regresión se introdujo el bienestar material subje-
tivo como variable dependiente y la apreciación de humor, el uso del humor en el
afrontamiento de problemas, el uso del humor en las relaciones interpersonales y
el manejo emocional como variables predictoras. El modelo total fue significativo
(R2= 0,20; F[2, 110]= 13.57; p< 0,001) y explica un 20% de la varianza de los niveles de
bienestar material informados por los participantes en el estudio. Las dos variables
que realizaban una aportación significativa al modelo eran la apreciación de humor
(β= 0,39; p< 0,001) y el manejo emocional (β= 0,19; p< 0,05). Concretamente, la
apreciación de humor explica un 16% de la varianza del bienestar material sub-
jetivo y, aunque el manejo emocional sólo añade un 3,7% de varianza adicional,
cuando se tiene en cuenta esta dimensión de la IE se incrementa de forma signi-
ficativa la capacidad predictiva del modelo. De forma que, puntuaciones elevadas
en apreciación de humor y en manejo emocional se han asociado a puntuaciones
elevadas en bienestar material subjetivo.
Discusión
Los principales objetivos de este estudio han sido comprobar si existe relación
entre el SH, la IE y el BP y si las dimensiones del SH y de la IE tienen algún valor
predictivo en el bienestar subjetivo. En cuanto a las relaciones entre el SH y el BPS,
hemos encontrado que todos los factores del SH analizados se asocian con altos
niveles de las dimensiones del bienestar subjetivo estudiadas (BPS y BMS), excepto
el factor creación de humor que sólo se relaciona de forma positiva y significativa
con el BPS. Además, todas las correlaciones que obtenemos son altas, salvo para
la dimensión uso del humor en las relaciones interpersonales, que presenta una
correlación más débil con el BMS. Estos resultados, según los cuales el SH correla-
ciona positivamente con el bienestar subjetivo, coinciden con los de Celso, Ebener y
Burkhead (2003), Dienstbier (1995), y Vilaythong, Arnau, Rosen y Marcaro (2003).
Sin embargo, no son congruentes con el planteamiento de Martin (2008), según
el cual las relaciones entre SH y BP son débiles y confusas porque las medidas de
auto-informe utilizadas en la mayoría de estos estudios no distinguen entre estilos
de humor positivo y sano y estilos de humor negativo e insano. Este autor añade
que se obtienen resultados más concluyentes cuando se utilizan escalas como el
“Cuestionario de estilos de humor” (Humor Styles Questionnaire, HSQ; Martin et
al. 2003), que discrimina entre los diferentes estilos de humor, ya que en estos
casos se comprueba que tanto el humor de autoafirmación como el de afiliación
(los dos estilos de humor positivos) presentan índices de correlación elevados con
el BP, mientras que el humor autodemoledor correlaciona negativamente con el
BP y con el humor agresivo no encuentra relación alguna. En nuestro caso, a pesar
de no haber evaluado los diferentes estilos de humor en este estudio, en general
222 berrios-Martos, Pulido-Martos, augusto-landa y lóPez-zafra
encontramos altas correlaciones porque la medida del SH que hemos utilizado solo
recoge dimensiones del humor positivo.
Por otra parte, hemos comprobado que la única dimensión de la IE que corre-
laciona positivamente con el bienestar, concretamente con el BMS, es el manejo
emocional. Esto es, los individuos que tienen más capacidad para manejar sus
emociones están más contentos y más satisfechos con los bienes materiales que
poseen, independientemente del valor económico que tengan. Si bien contamos
con resultados según los cuales tanto la puntuación total en el MSCEIT (Brackett et
al., 2006; Brackett y Mayer, 2003) como la puntuación total en el MEIS (Ciarrochi,
Chan y Caputi, 2000) se relacionan positivamente con el bienestar psicológico y
con el bienestar subjetivo (Extremera et al., 2011). En España, en un estudio en el
que se evaluó la IE con el MSCEIT en 382 estudiantes de secundaria se comprobó
que ni la percepción, ni la facilitación, ni la comprensión ni el manejo emocional se
relacionaban con el BP (Mestre, Guil y Gil-Olarte, 2004). Estos resultados nos llevan
a pensar que sería necesario seguir investigando en esta línea para poder obtener
resultados más concluyentes y comprobar si cada una de las habilidades socioe-
mocionales contempladas en el modelo de Mayer y Salovey (1997) se relaciona de
manera diferente con el bienestar psicológico (perspectiva eudaimónica) y con el
bienestar subjetivo (perspectiva hedónica). No obstante, nuestros resultados apo-
yan la idea de que el manejo emocional es la única dimensión de la IE asociada al
bienestar subjetivo, en concreto al BMS, lo que indica que las personas que tienen
más capacidad para manejar sus emociones valoran más lo que tienen y experimen-
tan más emociones positivas por ello. Este planteamiento está en consonancia con
los resultados de Lyubomirsky (2008) según los cuales el hecho de valorar lo que
posees y sentirte agradecido por ello contribuye al bienestar y la felicidad subjetiva.
En cuanto a la relación entre las dimensiones de la IE y las del SH, hemos encon-
trado que las únicas dimensiones que están relacionadas son la creación de humor
y la facilitación emocional, estableciéndose entre ellas una correlación negativa. Es
posible que las personas que tienen más tendencia a usar sus emociones en los pro-
cesos de razonamiento consideren que el SH con su estado emocional positivo les
lleve a cometer más errores en la solución de problemas (Caruso y Salovey, 2005).
Puesto que son muy pocos los estudios en esta línea y los resultados encontrados
son dispares, por ejemplo, en este trabajo hemos encontrado una relación negativa
entre facilitación emocional y creación, mientras que Yip y Martín (2006) obtuvie-
ron una relación positiva entre manejo emocional y el humor positivo, se plantea
la necesidad de llevar a cabo más investigaciones que tengan en cuenta las dimen-
siones específicas para poder explicar mejor las conexiones entre estos constructos.
Los análisis de regresión han aportado resultados según los cuales la aprecia-
ción de humor, la creación de humor y el uso del humor en el afrontamiento de
problemas explican un porcentaje considerable de varianza del BPS. Así que, a la
luz de estos resultados podemos decir que las personas que disfrutan riendo, se
toman la vida con humor, aprecian el humor de los demás y disfrutan con ello,
usan el humor para afrontar problemas y adversidades y son graciosos y ocurren-
tes experimentan mayor bienestar subjetivo y están más satisfechas con la vida.
Por otra parte, cabe señalar que la apreciación de humor y el manejo emocional
223
Inteligencia emocional, sentido del humor y bienestar
explican un 20% de la varianza del BMS. Por lo tanto, de acuerdo con estos resul-
tados, las personas que aprecian y disfrutan con el humor de los demás y saben
regular sus emociones y las de los demás, moderando las emociones negativas e
intensificando las positivas, valoran más sus bienes materiales, e independiente-
mente de la cantidad y el valor económico que tengan, experimentan más emo-
ciones positivas por lo que poseen.
En general, en este trabajo obtenemos resultados congruentes con los de Martin
y cols. (2003), según los cuales las personas con alto SH positivo experimentan más
bienestar psicológico. En lo que respecta a la influencia de la IE, el único factor
asociado al bienestar subjetivo es el manejo o regulación emocional, lo que está en
consonancia con los resultados de otros estudios (Extremera, Salguero y Fernández-
Berrocal, 2011; Thompson, Waltz, Croyle y Pepper, 2007). Aunque hay que tener
en cuenta que en dichos estudios se utilizaron medidas subjetivas de la IE. Por ello
y puesto que los estudios que analizan la relación entre las dimensiones específicas
de la IE utilizando medidas de ejecución y el bienestar subjetivo son escasos, es
necesario seguir investigando en esta línea.
No obstante, los resultados de este estudio indican que la habilidad de las per-
sonas para resolver situaciones emocionales en contextos personales e interperso-
nales (manejo/regulación emocional) es el único factor de la IE que predice parte del
bienestar subjetivo. Por lo tanto, el manejo de emociones no solo tiene mayor capa-
cidad predictiva que el resto de las dimensiones para explicar el funcionamiento
social e interpersonal (Extremera y Fernández-Berrocal, 2004; Lopes et al., 2004;
Lopes, Salovey y Straus, 2003), sino que también la tiene para explicar el bienestar
subjetivo. Esto nos lleva a plantear que en el estudio del bienestar es necesario cen-
trar nuestro interés en el efecto diferencial de cada una de las dimensiones de la IE
prestando especial atención al manejo/regulación de emociones.
Por último, en lo que respecta a las limitaciones de este estudio a tener en
cuenta de cara a futuras investigaciones, cabe mencionar que sería necesario reali-
zar otras investigaciones en esta línea en la que participen muestras más amplias y
heterogéneas que vayan más allá del ámbito académico y más igualadas en cuanto
al sexo; utilizar medidas del SH adaptadas y validadas para muestras españolas;
llevar a cabo más estudios que utilicen medidas de ejecución de la IE, tengan en
cuenta las puntuaciones específicas en cada una de las habilidades socio-emociona-
les, empleen otras escalas de bienestar subjetivo y lleven a cabo análisis mediacio-
nales que ayuden a entender mejor las relaciones entre IE, SH y bienestar subjetivo.
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