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Actas Esp Psiquiatr 2007;35(1):29-39
shortage and limitations of the instruments available in
our language and, on the other, by the excellent poten-
tialities that the CSI offers.
Method. It was translated and applied to a sample of
337 adults, with diverse demographic characteristics, re-
cruited from different teaching activities by the authors
in the province of Seville (Spain).
Results. The results showed excellent psychometric
properties surpassing those of the original study: eight
factors accounted for 61% of variance with only 40 items
(as opposed to the 72 that accounted for 47% in the origi-
nal study) and obtained Alpha coefficients between 0.63
and 0.89. The convergent validity was verified using in-
tercorrelations between scales, correlations with persona-
lity dispositions (NEO-FFI) and with the coping efficacy.
Discussion. The CSI was a valid and reliable measu-
re of coping strategies used in many stressful situations.
Key words:
Coping. Stress. Assessment. Coping Strategies Inventory. Personality.
INTRODUCCIÓN
Actualmente se considera el afrontamiento de la adversi-
dad como un aspecto muy relevante del funcionamiento
personal1. Aun cuando el tema es ya un clásico (considérese
el concepto psicoanalítico de mecanismo de defensa), la
gran eclosión del afrontamiento como objeto de estudio se
produjo con la «revolución cognitiva», concretamente a par-
tir del trabajo de Lazarus2. En consonancia con el paradigma
dominante en ese momento, planteó su teoría relacional del
estrés como proceso personal de valoración y afrontamiento
de situaciones. Tras varias décadas de investigación, el mo-
delo ha demostrado su viabilidad para comprender cómo las
personas manejan los estresores que encuentran en su vida.
En la actualidad, si bien Lazarus mantiene los aspectos esen-
ciales de la teoría, por una parte la ha convertido en una
teoría de las emociones, incluyendo las valoraciones no es-
tresantes de las situaciones, y por otra parte ha dado un gi-
ro epistemológico y metodológico hacia posiciones cons-
tructivistas y cualitativas, respectivamente3.
Introducción. En el presente trabajo acometimos la
adaptación del Inventario de Estrategias de Afrontamiento
(CSI) al ámbito español. Esta necesidad se justifica, por una
parte, por la escasez y las limitaciones de los instrumentos
disponibles en nuestro idioma, y por otra, por las excelentes
potencialidades que ofrece el CSI.
Método. Fue traducido y aplicado a una muestra de
337 personas adultas de características sociodemográficas
diversas, recogida de forma incidental en actividades for-
mativas en la provincia de Sevilla.
Resultados. Los resultados mostraron unas excelentes
propiedades psicométricas superando incluso las del estudio
original: ocho factores explicaron un 61 % de la varianza
con sólo 40 ítems (frente a los 72 que explicaban un 47%
en el instrumento original) y obtuvieron coeficientes de
consistencia interna entre 0,63 y 0,89. La validez conver-
gente se comprobó utilizando las intercorrelaciones entre
escalas y las correlaciones con disposiciones de personalidad
(NEO-FFI) y eficacia percibida del afrontamiento.
Conclusiones. El CSI se comportó de forma válida y fia-
ble en la evaluación de la utilización de estrategias de
afrontamiento en una amplia variedad de situaciones.
Palabras clave:
Afrontamiento. Estrés. Evaluación. Inventario de Estrategias de Afrontamiento. Personalidad.
Actas Esp Psiquiatr 2007;35(1):29-39
Spanish version of the Coping
Strategies Inventory
Introduction. The aim of the present study was to
adapt the Coping Strategies Inventory (CSI) to the Spa-
nish setting. This need is justified on the one hand by the
Originales
Adaptación española del Inventario
de Estrategias de Afrontamiento
Departamento de Personalidad, Evaluación
y Tratamiento Psicológicos
Facultad de Psicología
Universidad de Sevilla
Sevilla
Correspondencia:
Francisco Javier Cano García
Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológicos
Facultad de Psicología
Universidad de Sevilla
Camilo José Cela, s/n
41018 Sevilla
Correo electrónico: fjcano@us.es
El presente trabajo está parcialmente basado en una comunicación tipo póster presentada
en la VII European Conference on Psychological Assessment (Benalmádena, España).
F. J. Cano García
L. Rodríguez Franco
J. García Martínez
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Centrándonos en el proceso de afrontamiento, se han
elaborado dos conceptos relativos a la forma en que las per-
sonas manejan los estresores: los estilos de afrontamiento y
las estrategias de afrontamiento. Según Pelechano, uno de
los autores que más sistemáticamente ha investigado el
proceso de afrontamiento en España, no son conceptos
contrapuestos, sino complementarios, representando el pri-
mero formas estables y consistentes de afrontar el estrés,
mientras que el segundo se refiere a acciones más específi-
cas4. De hecho existen marcos teóricos que combinan la
perspectiva disposicional que representan los estilos de
afrontamiento con la perspectiva contextual que represen-
tan las estrategias de afrontamiento5. De cualquier forma,
la noción de estrategia presenta ventajas con respecto a la
de estilo, como su modificabilidad y mayor capacidad pre-
dictiva, que la han convertido en más atractiva desde la
perspectiva de la intervención. No es de extrañar que haya
propiciado mayor interés de la investigación. Estrategias o
estilos, es absurdo disociar el afrontamiento de la personali-
dad de quien lo efectúa3, como así demuestran las investi-
gaciones que vinculan ambos constructos6-10.
Folkman y Moskowitz11 plantean dos etapas históricas en
la evaluación de las estrategias de afrontamiento. En un pri-
mer momento apareció la valoración cuantitativa mediante
escalas de comprobación, escalas de calificación, cuestiona-
rios e inventarios psicométricos. El sujeto describía la situa-
ción estresante y calificaba según una escala dicotómica o
tipo Likert elementos referidos a acciones de afrontamiento.
Prácticamente todas ellas derivan de la Escala de Modos de
Afrontamiento12, destacando el COPE13, el Inventario de Es-
trategias de Afrontamiento (CSI)14, el Indicador de Estrate-
gias de Afrontamiento15 y el Inventario de Afrontamiento
de Situaciones Estresantes16. Como las autoras apuntan, la
evaluación cuantitativa de las estrategias de afrontamiento
presenta inconvenientes, como tener que rememorar la si-
tuación estresante o bien relatarla de forma inmediata, la
excesiva longitud de los instrumentos, la confusión del
afrontamiento con sus resultados o la necesaria restricción
del número de estrategias de afrontamiento contempladas.
En un segundo momento, más reciente, y en parte para sub-
sanar estas deficiencias, se han empezado a utilizar procedi-
mientos cualitativos, como el análisis narrativo, que permi-
te, entre otras cosas, profundizar en el significado individual
de la situación, aclarar qué estresor se está afrontando o
descubrir nuevas formas de afrontamiento no previstas en
los cuestionarios.
Desde nuestra perspectiva, un instrumento como el CSI14,
adecuadamente aplicado, permite resolver la mayoría de las
dificultades mencionadas anteriormente. Como se detalla
en el apartado de Material, recoge dos tipos de información:
una, cualitativa, donde la persona describe la situación es-
tresante, y otra, cuantitativa, donde se responde a la fre-
cuencia de utilización de determinadas estrategias de
afrontamiento según una escala Likert, así como al grado de
eficacia percibida en el afrontamiento. Se pueden obtener,
por tanto, utilizando el CSI, en un tiempo razonablemente
corto, tanto narraciones como puntuaciones, utilizables
tanto en diseños interindividuales como intraindividuales;
se puede rememorar una situación, analizarla en el presente
o incluso contemplarla en el futuro (v. concepto de afronta-
miento proactivo en Aspinwall y Taylor17); es posible deta-
llar una situación o valorar todo un contexto de situaciones
estresantes; se pueden comprobar y/o descubrir tanto nue-
vos significados de estrés como nuevas estrategias de afron-
tamiento, y se discrimina perfectamente entre el uso de es-
trategias y sus resultados, entre otras ventajas.
No existen demasiados instrumentos desarrollados o adap-
tados en España para evaluar estrategias de afrontamiento.
Podemos citar la adaptación de la Escala de Modos de Afron-
tamiento18, el Cuestionario de Estrategias de Afrontamiento
Actuales19, el Cuestionario de Formas de Afrontamiento de
Acontecimientos Estresantes20 y la adaptación del COPE21.
Aun cuando suponen un avance extraordinario en la evalua-
ción de las estrategias de afrontamiento en nuestro contexto,
presentan algunas limitaciones que hacen necesario seguir
trabajando en el diseño, adaptación y refinamiento de instru-
mentos de evaluación del afrontamiento. Estas limitaciones
son de naturaleza tanto metodólogica como de funcionalidad
práctica. Son, entre otras, haber sido concebidos para mues-
tras específicas19, haber sido adaptados exclusiva o casi ex-
clusivamente con universitarios18,20,21, haber adaptado única-
mente una versión disposicional21, utilizar una modalidad
dicotómica de respuesta18, poseer un número de ítems por
escala excesivamente dispar18,20,21 y presentar algunos ítems
cargas negativas20,21.
El CSI fue parcialmente desarrollado, como la práctica to-
talidad de los instrumentos de evaluación de estrategias de
afrontamiento, a partir de la Escala de Modos de Afronta-
miento12, aunque más de la mitad de los ítems fueron gene-
rados por los autores utilizando entrevistas estructuradas,
entrevistas abiertas y sesiones de tormenta de ideas. El inven-
tario (pool) inicial de 109 ítems fue sometido a análisis facto-
rial jerárquico que dio lugar a la estructura que se comenta
en el apartado de Material. El instrumento final se compuso
de los mejores 72 ítems, 9 para cada una de las 8 escalas pri-
marias, y se validó a partir de una muestra de 398 sujetos
universitarios. La estructura de primer orden alcanzó una ex-
plicación del 47 % de la varianza total y los coeficientes de
fiabilidad alfa de Cronbach oscilaron entre 0,72 y 0,94. El
CSI se ha utilizado en investigaciones de afrontamiento en
trasplantados22, en enfermos por virus VIH23, en estrés pos-
traumático24, en amputados25, en automutilados26, etc. Sin
embargo, no conocemos estudios de validación de sus pro-
piedades psicométricas ni tampoco de adaptación a otras
lenguas.
Teniendo en cuenta lo expuesto en los párrafos anterio-
res, el objetivo de este trabajo ha sido adaptar el CSI a nues-
tro entorno, comprobando sus propiedades psicométricas
con la mayor cantidad y variedad posible de personas y si-
tuaciones estresantes. En concreto nos planteamos tres hi-
pótesis:
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—Sobre la estructura del instrumento: a) se confirmará
una estructura de primer orden con ocho factores asi-
milables a los obtenidos en el estudio original y expli-
cando un porcentaje de varianza similar; b) se confir-
mará una estructura de segundo orden con cuatro
factores que combinan los criterios «centrado en el
problema frente a centrado en la emoción» y «adapta-
tivo frente a desadaptativo», y c) se confirmará una
estructura de tercer orden con dos factores según el
criterio «adaptativo frente a desadaptativo».
—Sobre la consistencia interna del instrumento: se ob-
tendrán unos niveles de consistencia interna adecua-
dos, similares al menos a los del estudio original.
—Sobre la validez convergente del instrumento: a) se
producirá un elevado número de correlaciones entre
las estrategias de primer orden en un porcentaje simi-
lar al del estudio original; b) se producirán las asocia-
ciones esperables según la literatura entre el uso de
estrategias de afrontamiento y disposiciones básicas
de personalidad, y c) se producirán las asociaciones
esperables según la literatura entre el uso de estrate-
gias de afrontamiento y la eficacia percibida de éste.
MÉTODO
Sujetos y procedimiento
Participaron en el estudio un total de 337 personas de
Sevilla y provincia, 226 hombres y 111 mujeres con edades
comprendidas entre los 17 y 55 años (29 ± 9 años de prome-
dio). Todas las muestras se recogieron incidentalmente en el
curso de diversas actividades formativas de los autores. Así,
un 28 % de la muestra eran opositores a las escalas básicas
de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, un 27 %
alumnos universitarios de las licenciaturas de Psicología y
Psicopedagogía, un 28 % desempleados que realizaban al-
gún curso de Formación Profesional Ocupacional, un 10 %
población general, y por último, otro 10 % policías locales.
El 72 % de las personas eran solteras, el 26 % casadas y el
2% presentaban otro estado civil. Un 55% había alcanzado
el nivel académico de BUP/FP, un 21 % EGB/ESO y el restan-
te 25 % eran universitarios.
Los instrumentos fueron aplicados colectivamente y de
forma autoadministrada en el curso de la actividad formati-
va por alguno de los autores según las instrucciones propias
de los procedimientos psicométricos de evaluación de la
personalidad (confidencialidad de la información, inexisten-
cia de respuestas correctas, espontaneidad de respuesta, etc.).
Se hizo especial hincapié en las instrucciones específicas del
CSI, que se describen más adelante.
Todos los datos fueron procesados con el programa
SPSS12. Además de los estadísticos descriptivos habituales
en este tipo de estudios, se utilizó el análisis factorial para
comprobar la validez de constructo del CSI (componentes
principales con rotación varimax); para la consistencia in-
terna, el coeficiente alfa de Cronbach, y para la validez con-
vergente, el coeficiente de correlación de Pearson.
Material
Utilizamos dos instrumentos de evaluación: el Inventario
de Personalidad NEO-FFI y, obviamente, el Inventario de Es-
trategias de Afrontamiento (CSI).
El Inventario de Personalidad NEO-FFI es la versión redu-
cida del NEO-PI-R, uno de los instrumentos más utilizados
en la evaluación de los Cinco Grandes, elementos básicos de
la estructura personal obtenidos a partir de la hipótesis léxi-
ca en el estudio de la personalidad. Hemos utilizado la
adaptación española realizada por la editorial TEA sobre
2.000 personas, que ha demostrado unos índices de fiabili-
dad y validez adecuados27: coeficientes alfa de Cronbach
entre 0,82 y 0,90; estructura pentafactorial idéntica al in-
ventario original. Consta de 60 ítems que se puntúan según
una escala tipo Likert de cinco puntos. Brevemente, las cin-
co puntuaciones ofrecidas por el inventario son Neuroticis-
mo (nivel de inestabilidad emocional), Extraversión (nivel de
energía y sociabilidad), Apertura (nivel de curiosidad inte-
lectual y sensibilidad estética), Amabilidad (nivel de las ten-
dencias interpersonales de acercamiento o rechazo de los
demás) y Responsabilidad (nivel de autocontrol y autodeter-
minación).
El CSI14 presenta una estructura jerárquica compuesta
por ocho estrategias primarias, cuatro secundarias y dos
terciarias. La persona comienza por describir detalladamen-
te la situación estresante. Como avanzamos en la introduc-
ción, a esta descripción se pueden aplicar diversos procedi-
mientos cualitativos de análisis. Por ejemplo, algunos de
nosotros utilizamos el análisis textual para extraer catego-
rías de significados sobre el estrés laboral y su manejo en
una muestra de desempleados que seguían un curso de For-
mación Profesional Ocupacional28 o para profundizar en el
estrés y el manejo de opositores a Cuerpos y Fuerzas de Se-
guridad29. Posteriormente, el sujeto contesta a 72 ítems, se-
gún una escala tipo Likert de cinco puntos, con qué fre-
cuencia hizo en la situación descrita, lo que expresa cada
ítem. Al final de la escala se contesta a un ítem adicional
acerca de la autoeficacia percibida del afrontamiento («¿En
qué grado manejó adecuadamente la situación?: nada, algo,
bastante, mucho, totalmente»).
Las ocho escalas primarias son, brevemente: Resolución
de problemas: estrategias cognitivas y conductuales enca-
minadas a eliminar el estrés modificando la situación que lo
produce; Reestructuración cognitiva: estrategias cognitivas
que modifican el significado de la situación estresante;
Apoyo social: estrategias referidas a la búsqueda de apoyo
emocional; Expresión emocional: estrategias encaminadas a
liberar las emociones que acontecen en el proceso de estrés;
Evitación de problemas: estrategias que incluyen la nega-
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ción y evitación de pensamientos o actos relacionados con
el acontecimiento estresante; Pensamiento desiderativo: es-
trategias cognitivas que reflejan el deseo de que la realidad
no fuera estresante; Retirada social: estrategias de retirada
de amigos, familiares, compañeros y personas significativas
asociada con la reacción emocional en el proceso estresan-
te; Autocrítica: estrategias basadas en la autoinculpación y
la autocrítica por la ocurrencia de la situación estresante o
su inadecuado manejo.
Las escalas secundarias surgen de la agrupación empírica
de las primarias: Manejo adecuado centrado en el problema:
incluye las subescalas Resolución de problemas y Reestructu-
ración cognitiva, indicando un afrontamiento adaptativo cen-
trado en el problema, bien modificando la situación, bien su
significado; Manejo adecuado centrado en la emoción: incluye
las subescalas Apoyo social y Expresión emocional, reflejando
una afrontamiento adaptativo centrado en el manejo de las
emociones que afloran en el proceso estresante; Manejo in-
adecuado centrado en el problema: incluye las subescalas Evi-
tación de problemas y Pensamiento desiderativo, indicando un
afrontamiento desadaptativo centrado en el problema, bien
evitando las situaciones estresantes, bien fantaseando sobre
realidades alternativas pasadas, presentes o futuras; Manejo
inadecuado centrado en la emoción: incluye las subescalas Re-
tirada social y Autocrítica, reflejando un afrontamiento des-
adaptativo centrado en las emociones, pero basado en el aisla-
miento, la autocrítica y la autoinculpación.
Las escalas terciarias surgen de la agrupación empírica de
las secundarias: Manejo adecuado: incluye las subescalas
Resolución de problemas, Reestructuración cognitiva, Apo-
yo social y Expresión emocional, indicando esfuerzos activos
y adaptativos por compensar la situación estresante; Mane-
jo inadecuado: incluye las subescalas Evitación de proble-
mas, Pensamiento desiderativo, Retirada social y Autocríti-
ca, sugiriendo un afrontamiento pasivo y desadaptativo.
RESULTADOS
Estructura y consistencia interna del CSI
Realizamos un primer análisis factorial sobre los 72 ítems
del CSI que obtuvo un 48 % de explicación de la varianza
con ocho factores. Para depurar los ítems eliminamos los
que mostraron correlaciones menores de 0,30 (ítems 1, 2, 3,
5, 9 ,14, 28, 37, 45, 54 y 61).
Volvimos a aplicar el análisis factorial a los 61 ítems res-
tantes, obteniendo de nuevo una solución de ocho factores,
que en este caso explicó el 53 % de la varianza. En este mo-
mento hallamos los coeficientes de fiabilidad alfa de Cron-
bach de los factores obtenidos, comprobando que la elimi-
nación de 6 ítems incrementaría notablemente dichos
coeficientes. En concreto, la eliminación de los ítems 6 y 49
incrementaría la fiabilidad de su factor en 0,11; la de los
ítems 40 y 64, en 0,10 en el suyo, y por último, la del ítem 11,
en 0,05 en el suyo.
Aplicamos de nuevo el análisis factorial a los 55 ítems
resultantes, obteniendo una explicación del 59 % de la va-
rianza. Comprobando que el factor con menor número de
ítems contenía 5, decidimos limitar todos los factores a es-
te número de ítems (correlaciones mayores de 0,45). De es-
ta forma conseguíamos menor número y mayor represen-
tatividad de los ítems, así como mayor homogeneidad en
los factores.
Factorizamos, pues, los 40 ítems resultantes, obteniendo
la definitiva solución de ocho factores, que consiguió una
explicación del 61 % de la varianza. Los ítems 8 («Traté de
ocultar mis sentimientos», y 56 («Oculté lo que pensaba y
sentía») cargaron originalmente en el factor Expresión emo-
cional y en menor medida en Retirada social. Teniendo en
cuenta que mantenerlos así disminuía un 0,25 la fiabilidad
del primer factor y 0,12 la del segundo, que además tenían
signo negativo (lo cual dificulta la corrección), y que teóri-
camente se incluían en Retirada social, decidimos asignarlos
a este último factor. Aplicada esta modificación, todos los
ítems cargaron en los factores esperados según el trabajo de
Tobin et al.14, y lo hicieron con saturaciones significativa-
mente mayores en nuestro estudio. Utilizamos la misma de-
nominación que los autores del cuestionario14:
—Factor 1. Resolución de problemas: incluye los ítems
65, 57, 33, 41 y 17 del trabajo original, con cargas fac-
toriales desde 0,82 a 0,67.
—Factor 2. Autocrítica: incluye los ítems 23, 47, 31, 55 y
63 del trabajo original, con cargas factoriales desde
0,87 a 0,79.
—Factor 3. Expresión emocional: incluye los ítems 27,
19, 59, 43 y 51 del trabajo original, con cargas facto-
riales desde 0,74 a 0,46.
—Factor 4. Pensamiento desiderativo: incluye los ítems
38, 30, 22, 62 y 46 del trabajo original, con cargas fac-
toriales desde 0,79 a 0,59.
—Factor 5. Apoyo social: incluye los ítems 12, 36, 44, 60
y 52 del trabajo original, con cargas factoriales desde
0,74 a 0,65.
—Factor 6. Reestructuración cognitiva: incluye los ítems
66, 58, 42, 34 y 10 del trabajo original, con cargas fac-
toriales desde 0,72 a 0,55.
—Factor 7. Evitación de problemas: incluye los ítems 29,
21, 53, 13 y 69 del trabajo original, con cargas facto-
riales desde 0,67 a 0,44.
—Factor 8. Retirada social: incluye los ítems 48, 32, 72,
56 y 8 del trabajo original, con cargas factoriales des-
de 0,74 a 0,39.
En la tabla 1 presentamos un resumen comparativo de
resultados con respecto al estudio original. Destacan es-
pecialmente dos aspectos. En primer lugar, un significati-
vo mayor porcentaje total de varianza explicada (+ 13%)
con el 45% menos de ítems. En segundo lugar, una distri-
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bución más homogénea de los porcentajes de varianza
explicada por los factores (5 hasta 9% frente a 3 hasta
12%).
En esta misma tabla podemos observar también los coefi-
cientes de fiabilidad alfa de Cronbach. Todos ellos son muy
elevados salvo los de los factores Evitación de problemas y
Retirada social, que son adecuados. Se distribuyen de forma
muy similar a la del estudio original, aunque casi siempre
obteniendo puntuaciones algo menores.
Obtenida la estructura factorial de primer orden, inten-
tamos hacer lo propio con la de segundo. Para ello realiza-
mos un nuevo análisis factorial a los ocho factores de pri-
mer orden. Obtuvimos una solución trifactorial, en la cual
sólo identificamos claramente el factor Manejo adaptativo
centrado en la emoción (Apoyo social + Expresión emocio-
nal), mientras que en el segundo se combinaban estrategias
adaptativas y desadaptativas (Resolución de problemas +
Reestructuración cognitiva + Evitación de problemas) y en el
tercero se combinaban estrategias centradas en el problema
con estrategias centradas en la emoción (Retirada social +
Autocrítica + Pensamiento desiderativo).
Probamos forzar a cuatro factores, confirmándose el fac-
tor Manejo adaptativo centrado en la emoción, pero com-
plicándose la interpretación del resto: la Evitación de pro-
blemas aparecía como factor independiente, mientras que el
Pensamiento desiderativo cargaba en el resto de los factores
y Reestructuración cognitiva y Retirada social en dos de
ellos.
Por último, intentamos forzar directamente la estructura
de tercer orden obtenida en el estudio original y tampoco
obtuvimos el resultado esperado. Mientras que el primero
de los factores podría asimilarse al Afrontamiento adaptati-
vo, en el segundo las estrategias de afrontamiento no se
comportaron en el sentido esperado: Retirada social no sa-
turó en ningún factor, mientras que la carga factorial de la
Evitación de problemas fue negativa.
Validez convergente del CSI
La tabla 2 presenta la matriz de intercorrelaciones entre
las estrategias de afrontamiento. Cada estrategia se asoció
con entre cuatro y seis de las otras estrategias de afronta-
miento, salvo Evitación de problemas, que lo hizo sólo con
otras dos. Fueron significativas 19 de las 28 intercorrelacio-
nes posibles. Se produjo una concordancia del 70 % con el
estudio de Tobin et al.14, destacando las dos correlaciones
más potentes: Resolución de problemas-Reestructuración
cognitiva y Expresión emocional-Apoyo social.
Nos centraremos, por el contrario, en los resultados discor-
dantes. Se produjeron dos correlaciones que no aparecieron en
el estudio original; tres que, a la inversa, en su estudio sí lo hi-
cieron y en el nuestro no, y por último hubo tres correlaciones
de signo contrario en su estudio con respecto al presente. Las
correlaciones obtenidas por nosotros y no por los autores del
cuestionario14 fueron Pensamiento desiderativo-Apoyo social y
Pensamiento desiderativo-Reestructuración cognitiva. Las co-
rrelaciones obtenidas en el estudio original y no por nosotros
fueron Resolución de problemas-Retirada social, Evitación de
problemas-Pensamiento desiderativo y Autocrítica-Apoyo so-
cial. Las correlaciones de signo discrepante con el estudio origi-
nal fueron Resolución de problemas-Autocrítica, Expresión
emocional-Retirada social y Autocrítica-Apoyo social.
Las correlaciones entre el uso de estrategias de afronta-
miento, los rasgos de personalidad y la eficacia percibida del
afrontamiento se presentan también en la tabla 2. Por canti-
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Tabla 1 Comparativa de datos psicométricos del CSI
Estudio actual Tobin et al.14
Ítems Var. Alfa Ítems Var. Alfa Ejemplo
Resolución de problemas 5 9% 0,86 9 5% 0,82 Luché para resolver el problema
Autocrítica 5 9% 0,89 9 12% 0,94 Me culpé a mí mismo
Expresión emocional 5 8% 0,84 9 6% 0,89 Dejé salir mis sentimientos para reducir el estrés
Pensamiento desiderativo 5 8% 0,78 9 4% 0,78 Deseé que la situación nunca hubiera empezado
Apoyo social 5 8% 0,80 9 6% 0,89 Encontré a alguien que escuchó mi problema
Reestructuración cognitiva 5 7% 0,80 9 3% 0,83 Repasé el problema una y otra vez en mi mente
y al final vi las cosas de una forma diferente
Evitación de problemas 5 6% 0,63 9 7% 0,72 No dejé que me afectara; evité pensar en ello demasiado
Retirada social 5 5% 0,65 9 4% 0,81 Pasé algún tiempo solo
Total 40 60 % 72 47 %
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dad de asociaciones las estrategias de afrontamiento más
destacadas fueron Resolución de problemas, Reestructura-
ción cognitiva y Pensamiento desiderativo, mientras que los
rasgos más destacados fueron, en este orden, Extraversión y
Neuroticismo. El uso de la mitad de las estrategias de afron-
tamiento se asoció con la eficacia percibida de éste. Por in-
tensidad de la asociación destacaron las correlaciones positi-
vas Resolución de problemas con responsabilidad y eficacia
percibida, Reestructuración cognitiva con eficacia percibida,
y las negativas del Neuroticismo con Resolución de proble-
mas y eficacia percibida. En general, el signo de todas las
asociaciones fue el esperado.
DISCUSIÓN
El objetivo esencial del trabajo era adaptar a nuestro
entorno el CSI comprobando sus propiedades psicométri-
cas en una muestra diversa de personas y situaciones es-
tresantes.
Para empezar diremos que el instrumento ha demostrado
una estructura de primer orden idéntica a la del estudio
(aunque no las de segundo y tercer orden), unos niveles de
consistencia interna elevados y una validez convergente su-
ficiente con todas las medidas utilizadas: disposiciones de
personalidad, eficacia percibida del afrontamiento y uso de
otras estrategias de afrontamiento.
Con respecto a la primera hipótesis, hemos obtenido una
estructura factorial de primer orden totalmente coincidente
con el estudio original. De hecho hemos conservado las de-
nominaciones exactas. El instrumento ha conservado dos
propiedades de gran utilidad práctica: el mismo número de
ítems por factor y la inexistencia de cargas negativas en los
ítems. Además, tras una depuración concienzuda, hemos
conseguido reducir el número de ítems de los 72 del estudio
original a los 40 más representativos, lo cual añade otra
ventaja práctica, la de la brevedad. Y todo ello consiguiendo
un porcentaje de varianza explicada significativamente ma-
yor para toda la estructura factorial y con un reparto más
homogéneo de la varianza explicada por los factores.
Sin embargo, no hemos podido confirmar las estructuras
de segundo y tercer orden obtenidas por Tobin et al.14. En la
de segundo orden sólo coincidió el factor Manejo adaptati-
vo centrado en la emoción, mientras que en los otros dos
aparecieron mezcladas estrategias a priori adaptativas (Re-
solución de problemas y Reestructuración cognitiva) con es-
trategias a priori desadaptativas (Evitación de problemas), y
estrategias centradas en la emoción (Autocrítica y Retirada
social) con estrategias centradas en el problema (Pensa-
miento desiderativo). La estructura de tercer orden ni si-
quiera fue factible. Sólo forzando una de segundo orden
con dos factores obtuvimos un factor como Manejo adapta-
tivo (Resolución de problemas, Reestructuración cognitiva,
Expresión emocional y Apoyo social), pero fue imposible ob-
tener el segundo, ya que Retirada social no cargó en la solu-
ción y Evitación de problemas lo hizo negativamente.
Las ocho estrategias obtenidas por el CSI (o asimilables)
vienen apareciendo en la investigación de forma consisten-
te con diversos instrumentos como el WOC o el COPE y se
confirman, por tanto, como estrategias genéricas de afron-
tamiento de situaciones estresantes12,13. Otro asunto más
complejo es conseguir agruparlas en categorías más genera-
les que permitan la comparación entre estudios e instru-
mentos diferentes. Los resultados de nuestro trabajo no
apoyan la idea de que puedan agruparse (al menos entre su-
jetos) según un criterio de eficacia, ni siquiera según el clá-
sico criterio centradas en el problema frente a centradas en
la emoción. El funcionamiento de las estrategias parece ser
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Tabla 2 Matriz de intercorrelaciones entre estrategias de afrontamiento (izquierda) y utilización
de estrategias, medidas de personalidad y eficacia percibida del afrontamiento (derecha)
Estrategias de afrontamiento Rasgos
Estrategias
de afrontamiento AUC REP REC EEM APS PSD RES EVP N E O A C EFI
Autocrítica — –0,21**
Resolución de problemas –0,13* — -0,39** 0,32** 0,44** 0,59**
Reestructuración cognitiva 0,50** — -0,23** 0,24** 0,30** 0,41**
Expresión emocional 0,11* 0,08 0,14* — 0,14*
Apoyo social 0,13* 0,18** 0,17** 0,57** — 0,28**
Pensamiento desiderativo 0,21** –0,12* –0,20** 0,20** 0,20** — 0,25** -0,14* 0,15* –0,25**
Retirada social 0,23** –0,19** –0,20** 0,23** — 0,22** -0,16*
Evitación de problemas 0,32** 0,11* —
*p<0,05. ** p <0,01. N: neuroticismo; E: extraversión, O: apertura; A: amabilidad; C: responsabilidad; EFI: eficacia percibida del afrontamiento.
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más complejo y no es extraño que factorizaciones de orden
superior enmascaren importantes diferencias entre estrate-
gias11. En vista de todo ello decidimos adaptar el CSI utili-
zando sólo las estrategias básicas y concretas.
Con respecto a la segunda hipótesis, confirmamos unos
elevados niveles de consistencia interna, aunque en general
algo menores que los del estudio original, debido quizás al
menor número de ítems por factor. Aun cuando nuestros
niveles están en consonancia con los obtenidos por otros
instrumentos15,16,20,21, hay que interpretar cuidadosamente
estos resultados en el ámbito concreto de la evaluación de
las estrategias de afrontamiento, debido a que es factible
que el uso de una sola estrategia resulte efectivo para una
persona en una situación y un momento dados y puede que
las puntuaciones en el resto de estrategias sean bajas o nu-
las11. Por tanto, unos niveles menores de consistencia inter-
na tampoco deberían ser preocupantes.
La tercera hipótesis se refería a la validez convergente del
instrumento. Por una parte valoramos las intercorrelaciones
entre las estrategias de afrontamiento porque la investiga-
ción demuestra que el uso de unas estrategias puede aso-
ciarse al de otras11. En este sentido se produjeron las asocia-
ciones esperadas, similares a las obtenidas en el estudio
original en un 70 % de los casos, y congruentes con lo obte-
nido con otros instrumentos20,21. Sin embargo, es interesan-
te comprobar cómo la discrepancia entre nuestro estudio y
el de Tobin et al.14 en cuanto al sentido de algunas asocia-
ciones no altera la lógica del funcionamiento de las estrate-
gias. Por ejemplo, en el estudio original autocriticarse incre-
menta la probabilidad de resolver el problema, mientras que
en el nuestro ocurre lo contrario. Los dos resultados son es-
perables porque pueden ocurrir ambas situaciones en fun-
ción de la persona, la situación y el momento en el que se
utilicen dichas estrategias.
En cuanto a las disposiciones, existe abundante literatura
sobre la relación entre la utilización de estrategias de afron-
tamiento y la personalidad, incluyendo la eficacia del afron-
tamiento. En este sentido las asociaciones fueron las espera-
das, observando claramente dos perfiles bien diferenciados:
el de las personas emocionalmente estables, extravertidas y
responsables, que tienden a resolver la situación o cambiar
su significado y perciben su afrontamiento como eficaz, y el
de las personas inestables e introvertidas, que tienden a re-
tirarse socialmente y a desear que la situación no hubiera
ocurrido y perciben poca eficacia en su afrontamiento. Es-
tos resultados son congruentes con los de diversos estu-
dios6-9. Para ilustrarlo comentaremos, por la afinidad con
nuestros resultados, el trabajo de Vollrath y Torgersen9,
quienes utilizaron también el NEO. Estos autores obtuvieron
ocho perfiles de afrontamiento. Dos de ellos fueron casi
idénticos a los nuestros: uno, que denominaron inseguro,
caracterizado por altos niveles de neuroticismo y bajos de
extraversión, y otro que denominaron empresario, caracte-
rizado por altos niveles de extraversión y responsabilidad y
bajos de neuroticismo. El primer perfil se asoció con un ma-
yor uso de estrategias de afrontamiento disfuncionales y
menor de estrategias centradas en el problema. Por el con-
trario, las personas con el segundo perfil utilizaron más es-
trategias centradas en el problema y menos estrategias dis-
funcionales.
A modo de conclusión, la adaptación del CSI ha resultado
satisfactoria. Sus buenas propiedades psicométricas, su bre-
vedad, la sencillez de su aplicación y corrección, la versatili-
dad en el análisis de situaciones estresantes, pudiendo deta-
llar o generalizar a voluntad, y la posibilidad de combinar
información cualitativa con cuantitativa, entre otras cuali-
dades, hacen que merezca la pena considerar su uso, no
sólo en la investigación, sino también en la práctica clínica.
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Anexo 1 Inventario de Estrategias de Afrontamiento
(Tobin, Holroyd, Reynolds y Kigal, 1989. Adaptación por Cano, Rodríguez y García, 2006)
El propósito de este cuestionario es encontrar el tipo de situaciones que causa problemas a las personas en su vida cotidiana y cómo
éstas se enfrentan a estos problemas. Piense durante unos minutos en un hecho o situación que ha sido muy estresante para usted en el
último mes. Por estresante entendemos una situación que causa problemas, le hace sentirse a uno mal o que cuesta mucho enfrentarse a
ella. Puede ser con la familia, en la escuela, en el trabajo, con los amigos, etc. Describa esta situación en el espacio en blanco de esta pá-
gina. Escriba qué ocurrió e incluya detalles como el lugar, quién o quiénes estaban implicados, por qué le dio importancia y qué hizo
usted. La situación puede estar sucediendo ahora o puede haber sucedido ya. No se preocupe por si está mejor o peor escrito o mejor o
peor organizado, sólo escríbala tal y como se le ocurra. Continúe escribiendo por detrás si es necesario.
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Anexo 1 Inventario de Estrategias de Afrontamiento
(Tobin, Holroyd, Reynolds y Kigal, 1989. Adaptación por Cano, Rodríguez y García, 2006)
De nuevo piense unos minutos en la situación o hecho que haya elegido. Responda a la siguiente lista de afirmaciones basándose en
cómo manejó usted esta situación. Lea cada frase y determine el grado en que usted hizo lo que cada frase indica en la situación que
antes eligió marcando el número que corresponda:
0: en absoluto; 1: un poco; 2: bastante; 3: mucho; 4: totalmente
Esté seguro de que responde a todas las frases y de que marca sólo un número en cada una de ellas. No hay respuestas correctas o
incorrectas; sólo se evalúa lo que usted hizo, pensó o sintió en ese momento.
Inventario de Estrategias de Afrontamiento
1. Luché para resolver el problema 01234
2. Me culpé a mí mismo 01234
3. Deje salir mis sentimientos para reducir el estrés 01234
4. Deseé que la situación nunca hubiera empezado 01234
5. Encontré a alguien que escuchó mi problema 01234
6. Repasé el problema una y otra vez en mi mente y al final vi las cosas de una forma diferente 01234
7. No dejé que me afectara; evité pensar en ello demasiado 01234
8. Pasé algún tiempo solo 01234
9. Me esforcé para resolver los problemas de la situación 01234
10. Me di cuenta de que era personalmente responsable de mis dificultades y me lo reproché 01234
11. Expresé mis emociones, lo que sentía 01234
12. Deseé que la situación no existiera o que de alguna manera terminase 01234
13. Hablé con una persona de confianza 01234
14. Cambié la forma en que veía la situación para que las cosas no parecieran tan malas 01234
15. Traté de olvidar por completo el asunto 01234
16. Evité estar con gente 01234
17. Hice frente al problema 01234
18. Me critiqué por lo ocurrido 01234
19. Analicé mis sentimientos y simplemente los dejé salir 01234
20. Deseé no encontrarme nunca más en esa situación 01234
21. Dejé que mis amigos me echaran una mano 01234
22. Me convencí de que las cosas no eran tan malas como parecían 01234
23. Quité importancia a la situación y no quise preocuparme más 01234
24. Oculté lo que pensaba y sentía 01234
25. Supe lo que había que hacer, así que doblé mis esfuerzos y traté con más ímpetu de hacer que
las cosas funcionaran 01234
26. Me recriminé por permitir que esto ocurriera 01234
27. Dejé desahogar mis emociones 01234
28. Deseé poder cambiar lo que había sucedido 01234
29. Pasé algún tiempo con mis amigos 01234
30. Me pregunté qué era realmente importante y descubrí que las cosas no estaban tan mal después de todo 01234
31. Me comporté como si nada hubiera pasado 01234
32. No dejé que nadie supiera como me sentía 01234
33. Mantuve mi postura y luché por lo que quería 01234
34. Fue un error mío, así que tenía que sufrir las consecuencias 01234
35. Mis sentimientos eran abrumadores y estallaron 01234
36. Me imaginé que las cosas podrían ser diferentes 01234
37. Pedí consejo a un amigo o familiar que respeto 01234
38. Me fijé en el lado bueno de las cosas 01234
39. Evité pensar o hacer nada 01234
40. Traté de ocultar mis sentimientos 01234
Me consideré capaz de afrontar la situación 01234
FIN DE LA PRUEBA
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Anexo 1 Inventario de Estrategias de Afrontamiento
(Tobin, Holroyd, Reynolds y Kigal, 1989. Adaptación por Cano, Rodríguez y García, 2006)
Inventario de Estrategias de Afrontamiento (claves de corrección)
Resolución de problemas (REP) 01 +09+ 17 +25 +33
Autocrítica (AUC) 02 + 10+ 18+ 26+ 34
Expresión emocional (EEM) 03 + 11+ 19+ 27+ 35
Pensamiento desiderativo (PSD) 04+ 12 +20 +28 + 36
Apoyo social (APS) 05+ 13 +21+ 29 +37
Reestructuración cognitiva (REC) 06 + 14+ 22+ 30+ 38
Evitación de problemas (EVP) 07 +15+ 23+ 31+ 39
Retirada social (RES) 08 +16+ 24+ 32+ 40
Inventario de Estrategias de Afrontamiento (baremo)
Pc REP AUT EEM PSD APS REC EVP RES Pc
11 1
22 0 0 0 2
33 1 1 1 3
44 012 2 4
55 123 2 0 5
10 6 3 4 4 4 1 10
15 8 455 5 2015
20 10 4 6 6 6 2 1 20
25 11 5 7 7 6 3 1 25
30 12 0 5 8 8 7 3 2 30
35 13 1 6 9 8 8 4 2 35
40 14 2 7 10 9 9 4 2 40
45 15 3 8 12 10 9 5 3 45
50 16 3 9 12 11 10 5 3 50
55 16 4 9 13 12 11 6 4 55
60 16 5 10 14 13 12 7 4 60
65 17 6 11 15 13 12 7 5 65
70 18 7 11 16 14 13 8 5 70
75 19 8 12 16 15 14 8 6 75
80 19 10 14 17 16 15 9 7 80
85 20 12 15 18 17 16 10 8 85
90 20 14 16 19 18 17 11 9 90
95 20 16 18 20 19 18 13 11 95
96 20 17 18 20 20 19 13 11 96
97 20 18 19 20 20 19 14 11 97
98 20 20 20 20 20 19,28 16 13 98
99 20 20 20 20 20 20 16 15 99
Media 14,25 5,11 8,98 11,66 10,93 10,17 5,81 3,93 Media
DT 5,01 5,05 5,05 5,05 5,12 4,94 3,89 3,53 DT
N 335 335 335 334 332 335 334 334 N
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