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Abstract

This article is intended as a contribution to the history of Spanish grammar of the 16th and 17th centures. It has two parts. In the first the author places grammar studies within the framework of Spanish linguistics of theRenaissance; in the second, he delineates their evolution with reference toLatin grammar and the teaching Spanish as a foreign language. It is wellknown that nationalism and the intention to establish the literary foundationsof the language are the most important agents of grammatical studies duringthe Renaissance; yet, attention must also be paid to the rupture of medievalLatin-Romance bilingualism, to the new intellectual paradigm in which rhetorics substitutes for syllogism, and to the influence of Erasmus. The grammarof the troubadours and Latin grammar — medieval and humanist — evoke aninterest in developing grammars of Romance languages; it made the appearance of Nebrija possible. In his grammar of Spanish we may stress its capacityto be a grammar for foreigners and the value of this document for the historyof Spanish. Spanish grammar writing of the 16th century is dominated byNebrija; is strong presence is evident with the critical reception Villalön andValdés give to his work. In the 17th century the work of Sanctius initiates arationalism which favours pedagogical methodology and linguistic nationalism. Jiménez Paton, Correas and Caramuel are the most important authors ofthat period. With an exemplary linguistic realism Correas applies Sanctius’theory of the elipsis to Spanish, and he recognizes the singularity of Spanish grammar in contrast to that of Latin. The grammars written for foreigners in the 17th century are at the height of inductive methodology.
1
NEBRIJA Y LAS GRAMÁTICAS DEL ESPAÑOL EN EL SIGLO DE ORO
José Luis Girón Alconchel
Universidad Complutense
1. Introducción
La historia de la gramática española del Siglo de Oro no ha sido debidamente atendida
por los historiadores de la lingüística. En lo que sigue voy a presentar sus líneas generales.
Empezaré delimitando el tema, con la consideración del lugar que ocupa la gramática española
en el marco de la lingüística española de la época. En una segunda parte, describiremos las
principales tendencias de la historia de la gramática española en los siglos XVI y XVII,
considerando las mutuas relaciones de la gramática latina, de la gramática castellana y de la
gramática del español como lengua extranjera.
2. La gramática española del Siglo de Oro en la historia de la lingüística
La historia que vamos a contar comienza con Nebrija en 1492 y se acaba con Gonzalo
Correas en 1627, no sólo porque con Nebrija empieza la gramática vernácula española y con
Correas acaba la mejor gramática española del Siglo de Oro, sino también porque estos autores
muestran a la perfección el carácter de puente de la gramática renacentista. Con esta expresión
"carácter de puente" aludo a una observación de Percival, según la cual lo más característico de
esta gramática remite a lo anterior y a lo posterior a ella, y se encarna en las hitos de Nebrija y
Escalígero. Nebrija enlaza con la gramática medieval; Escalígero, con la gramática racional y
universal del siglo XVIII (Percival 1975, 231). Pues bien, si el hito de Nebrija es netamente
español, también en España podemos encontrar una segura referencia para el otro hito, pues el
Brocense es el continuador español -y con una gran resonancia en Europa- del De causis linguae
latinae de Escalígero. Y el Brocense, gramático del latín, es el maestro de Correas, gramático
del español. En consecuencia, la historia que vamos a contar se acaba con Correas. Así lo
1
entienden en la práctica otros autores, como A. Ramajo Caño (1987) y Josefa Dorta Luis (1987),
aunque se pueda considerar más allá de Correas a algún otro gramático de menor importancia,
como el P. Villar, según hace Lope Blanch (1990).
Debemos empezar considerando el lugar que ocupa la gramática en la lingüística del
Siglo de Oro. Esta época es, en verdad, un momento decisivo en la historia de la lingüística.
Desde hace tiempo se han venido señalando, sobre todo, dos factores que determinan la
importancia del pensamiento lingüístico renacentista: el nacionalismo lingüístico, o sea, la
identificación de lengua y Estado en un momento en que están viendo la luz los primeros
estados modernos, y el intento de fundamentar el concepto de 'lengua' en la existencia de una
literatura escrita en esa lengua. Pero hay otros factores que hoy suscitan mayor interés y que han
sido menos trillados: la ruptura del bilingüismo medieval latino-romance a favor de una
situación de diglosia y luego de monolingüismo, el nuevo paradigma intelectual instaurado por
Valla y cifrado en la cristianización del epicureísmo y, en fin, la importancia lingüística y
retórica del erasmismo. Fijémonos someramente en cada uno de ellos.
En el siglo XII europeo la situación de bilingüismo era perfecta. En el siglo XVI
únicamente los sabios seguían escribiendo en latín, entre otras cosas, porque el latín presentaba
dos enormes ventajas: primero, hacía posible el entendimiento en cualquier parte del planeta y,
segundo, salvaba de la hoguera, puesto que la Iglesia aceptaba la escritura y difusión de los
adelantos técnicos y científicos, siempre que se hiciera en latín (Kukenheim 1974, 198 y ss.).
Pero desde finales de la Edad Media la situación de bilingüismo venía degenerando en diglosia
y es en ese momento cuando se empiezan a gestar las primeras gramáticas romances. La
burguesía -¿cómo no?- tuvo su papel. En la Florencia de Dante, Petrarca y Boccaccio es el
ambiente burgués una de las principales causas del desarrollo del dialecto toscano (Percival
1975, 247). Hay un cierto orgullo, burgués y laico, que favorece a la lengua vulgar y a su
gramática frente al latín. Cuando hacia 1443 León Batista Alberti escribe sus Regole della
lingua fiorentina lo hace, entre otras cosas, para demostrar que es posible una gramática de la
lengua que se usa a diario, una gramática de "l'uso della lingua nostra" (Percival 1975, 248). Ni
1
que decir tiene que el humanismo favorece el monolingüismo de la vida cotidiana, porque, para
restaurar el latín, hay que dejar de hablarlo. Recordemos la sentencia del Brocense: "Qui latine
garriunt corrumpunt ipsam latinitatem". Dejar de hablar latín es hablar y escribir más romance,
es decir, emplearlo en situaciones antes reservadas al latín, y en definitiva es pedir su fijación,
su análisis, su gramática.
El nuevo paradigma intelectual del Renacimiento favorece, también, la actividad
lingüística y gramatical. La síntesis de epicureísmo y estoicismo que expone Valla en su De
voluptate se manifiesta en el campo de la actividad intelectual y literaria mediante la sustitución
del silogismo escolástico por la Retórica humanística (A. Cilveti Lecumberri 1986). Hablar bien
es fuente de placer, y la Retórica un modo de conocimiento. La recepción de Erasmo se va a
producir en este clima intelectual creado por la obra de Valla.
Erasmo es la encarnación del humanista pedagogo. En consecuencia, en el humanismo
erasmista se da una valoración de las disciplinas típicamente didácticas, como la Gramática y la
Retórica. Desde luego el pensamiento retórico de Erasmo es más importante que sus ideas
estrictamente lingüísticas o gramaticales. Pero entre éstas hay que destacar dos muy difundidas
en España: el "escribo como hablo" y el "huir la afectación" (L. López Grigera 1986). Son dos
ideas interrelacionadas, porque lo que se pretende no es una distancia insalvable entre la lengua
escrita y la hablada (como postulaban Bembo y otros ciceronianos para el latín), sino una lengua
única para la escritura y para el habla, construida sobre el principio estilístico de la cuidada
naturalidad, sin afectación. Ahora bien, en el fondo de esta polémica late una discusión
puramente gramatical: a saber, si las lenguas vernáculas han de enseñarse por arte o por uso.
Para los erasmistas parece que el uso es superior al arte como disciplina pedagógica. Juan de
Valdés es un buen representante de este punto de vista. Pero, como veremos luego, no todos los
humanistas estaban de acuerdo. Lo prueba el desarrollo (con Nebrija a la cabeza) de una
gramática pedagógica concebida como genuino método deductivo para el aprendizaje del
español como lengua extranjera.
Hay, pues, a principios del siglo XVI, un ambiente intelectual, un mundo de ideas
1
generales, que favorece el pensamiento lingüístico. La gramática que hoy llamaríamos
sincrónica -el asunto que ahora nos interesa- no es la única dirección de un pensamiento
lingüístico fecundo y vigoroso. A su lado están la lingüística histórica y los importantísimos
estudios sobre la ortografía, el léxico y la norma lingüística. Por otro lado, motivaciones
específicas para el estudio del español -la política imperial de España, la moda de lo español en
la Europa del siglo XVI, la necesidad de intercambio espiritual y social que el hombre
renacentista siente, la valoración intrínseca del español y su afinidad con el latín, los motivos
comerciales, etc. (cf. A. Roldán (1976)- desarrollan la lingüística aplicada a la enseñanza de
nuestra lengua como lengua extranjera, en una dirección que se cruza, pero no se confunde, con
los estudios gramaticales sincrónicos propiamente dichos. Y el descubrimiento y colonización
de América despierta el interés por la descripción de las lenguas amerindias. De modo que la
gramática no está sola; es una parcela más de los estudios lingüísticos áureos que, como dice
Lope Blanch, no desmerecen en absoluto al lado de las grandes producciones literarias y
culturales de la España de los siglos XVI y XVII.
3. La historia de la gramática española en los siglos XVI y XVII
La nómina de gramáticas españolas de los siglos XVI y XVII asciende ya a más de
treinta, según el corpus que estudia A. Ramajo Caño (1987), el más completo que conozco. El
propósito y los límites de este estudio obligan a que nos centremos en los autores más
estudiados, que, sin ninguna duda, son Nebrija y Correas. A ellos hay que añadir un panorama
general de los que les siguen y una visión global de los autores de gramáticas para extranjeros.
3.1. Las tradiciones gramaticales que hacen posible a Nebrija
Conviene analizar previamente las tradiciones gramaticales que hicieron posible a
Nebrija o, lo que es lo mismo, la gramática española. Son dos fundamentalmente: la gramática
trovadoresca -Grammatica ancilla Poetriae- y la gramática latina.
En las preceptivas literarias romances de la Edad Media aparecen los primeros esbozos
1
de gramáticas vulgares (cf. H.J. Niederehe 1992). Esta tradición de gramáticas trovadorescas se
inicia con obras como las Razós de trobar de Raimon Vidal de Besalú y tiene en Castilla unos
representantes conspicuos: el Arte de trovar de Enrique de Villena, el Arte de la poesía de Juan
del Encina y la Gramática de Palacio, fragmento de una ortografía en un códice de la segunda
mitad del XV (A. Gómez Moreno 1989). No se sabe muy bien si este fragmento es una
gramática o una ortografía, pero en cualquier caso demuestra que Nebrija no partía de cero. Y
no deja de ser significativo que, dado como era a las vanidades académicas, no presuma nunca
de haber escrito la primera gramática castellana, acaso porque sabía que no era el primero.
La otra tradición es la de las gramáticas latinas, en donde hay que distinguir dos clases:
las gramáticas latinas medievales y las gramáticas latinas humanísticas, que tienen su punto de
partida en la de Guarino Veronese.
La gramática latina medieval penetra en el Renacimiento y afecta al propio Nebrija,
quien es deudor de Pastrana, el denostado gramático medieval, pese a su cacareado papel de
debelador de la barbarie (V. Bonmatí 1989). Hay que poner énfasis en esta idea, en las raíces
medievales de Nebrija, porque se ha insistido mucho en el otro extremo: en el Nebrija
renacentista y "frente a los bárbaros" (cf. F. Rico 1978).
Los humanistas, al menos los primeros, no logran liberarse de la gramática latina
medieval. Esto hace que la lingüística del Renacimiento no sea sino una fase más en la
evolución de la teoría gramatical de la Edad Media (Percival 1975, 231). Todavía hoy nuestra
terminología gramatical básica (sustantivo, adjetivo, pula, construcción, aposición, ablativo
absoluto...) es esencialmente medieval (C. García 1960, 22).
¿Por qué penetra en el Renacimiento la gramática latina medieval? Se han dado dos
explicaciones: C. García (1960) habló de la pereza y adocenamiento de los maestros de
gramática, que repiten los métodos medievales, y C. Codoñer (1983, 106) ha señalado el acierto
doctrinal de algunos de estos métodos. En efecto, la gramática medieval que llega a Nebrija era,
al mismo tiempo, modista o filosófica y literaria o alejandrina: podían coexistir en su marco
teórico obras tan distintas como el Doctrinale de Alexander de Villa Dei y el De modis
1
significandis de Thomas de Erfurt, porque lo que significaba cada una de esas obras (una
gramática del latín y una lingüística general hecha sobre el latín, respectivamente) eran
dimensiones complementarias.
Ahora bien, el desarrollo de la gramática latina medieval no era uniforme en la Europa
de los inicios del Humanismo. Mientras que en el Norte seguía viva la tendencia a combinar
gramática y dialéctica, con perjuicio de la retórica, en el Sur (en Italia y Provenza) la gramática
medieval se alía con la retórica más que con la dialéctica, y concretamente con las artes
dictaminis. Surge así una gramática más literaria y filológica, una gramática que con frecuencia
se emplea con fines prácticos en el menester de la traducción y en cuyo ámbito se empiezan a
catalogar las diferencias entre el latín y el romance. Va surgiendo así la conciencia de lo
distintivo de las lenguas vulgares con relación al latín y sin duda la conciencia de la necesidad
de una gramática de las primeras.
Esta nueva conciencia penetra también por otro frente. Conforme nos vamos acercando
a finales de la Edad Media la gente sabe menos latín, y el estudiante no puede estudiar en textos
sin iluminaciones: las notas romances en gramáticas latinas (E. Ridruejo 1977) traducen los
ejemplos y los paradigmas, son una incipiente comparación de los dos sistemas lingüísticos y
hacen posible la traducción y adaptación de la terminología gramatical. En fin, la creciente
valoración del vulgar y la imprenta llevan, no a las notas, sino a la traducción de gramáticas
enteras, como hace Nebrija con sus Itroductiones Latinae, aunque en la traducción de esta
gramática latina pudo influir también la intención de la reina Isabel de que las monjas
aprendieran latín sin necesidad de un profesor varón. En esta órbita se sitúa la reforma de
Guarino Veronese (1374-1460), que en 1418 escribe sus Regulae grammaticales, llamadas a
revolucionar la sintaxis latina en las gramáticas humanísticas y a dotar a éstas de un claro
planteamiento pedagógico (Percival 1975, 238)1.
1 Cuando ya estaba redactado este trabajo, he conocido el libro de P. BRASELMANN 1991,
en donde se dedica el segundo capítulo (pp. 102-173) al "contexto histórico y científico" de la
Gramática castellana de Nebrija, con referencia a las lenguas clásicas, al italiano, al francés y al
1
3.2. Nebrija
En este contexto surge Nebrija. Su estancia en Italia, en Bolonia, es decisiva para
convertirlo en el primer humanista español y en una importantísima clave de la introducción del
Renacimiento en España. Su obra gramatical castellana -la que aquí nos interesa- no puede
entenderse cabalmente sin la consideración del resto de su obra lingüística castellana sobre
ortografía y lexicografía, de su obra lingüística latina (también gramatical, léxicográfica y
fonética) e incluso de su obra completa de humanista (retórica, histórica, poética, etc.). La ya
amplísima bibliografía sobre Nebrija nos permite sintetizar el significado histórico de su
personalidad en unos pocas líneas maestras. Nebrija es un lingüista más que un gramático en
sentido estricto, y esta afirmación vale tanto para su obra latina (en cuyo ámbito la ha formulado
C. Codoñer 1983) como para su obra castellana (en donde la ha hecho suya E. de Bustos 1983).
Dentro de este designio científico, Nebrija se propone principalmente reformar la enseñanza del
latín y, al mismo tiempo, restaurar la latinidad y fijar los textos con rigurosos criterios
filológicos. Pero hay que señalar que Nebrija es un gramático metódico que va a la filología
desde la gramática y no al revés (V. Bonamtí 1987). El fin último es, pues, la filología; el
presupuesto, la gramática. El amor a la palabra y al texto filológicamente óptimo es una
constante desde los años de estudiante en Salamanca, cuando se escandalizaba del mal latín de
sus sabios maestros, hasta la edad madura, cuando se permite nada menos que criticar a Erasmo
y a Reuchlin por sus malas lecturas del texto de los Evangelios, en un opúsculo que al parecer
ocultaron los erasmistas españoles, pero que ha aparecido en la Biblioteca Real de Copenhague
y que ha sido estudiado hace poco por C. Gilly (1986). En fin, la vida académica de Nebrija
conoce todos los triunfos, pero también algunos de los sinsabores propios de la profesión, y
termina con el más apabullante reconocimiento del poder cuando el Cardenal Cisneros le
español.
1
concede la cátedra de Retórica en la Universidad Complutense con el privilegio de que "leyese
lo que él quisiese, y si no quisiese leer, que no leyese; y que esto no lo mandaba dar porque
trabaje, sino para pagarle lo que le debía España" (apud V. Bonmatí 1992, 411)2.
Nebrija en sus Introductiones es el gran renovador de los estudios del latín en España.
Su noua ratio, inspirada en Prisciano, pero sin dejar de lado a Donato, consigue adaptar los
conocimientos clásicos a las condiciones objetivas de su época (C. Codoñer 1983, 122) y
enseñar el latín como segunda lengua (Fontán 1986, 211, n. 6)3. Cuando la traduce al castellano,
según decía antes, está ya redactando su Gramática castellana, obra que nace, por tanto, como
un instrumento para el aprendizaje del latín, pero que, como vamos a ver, es también mucho
más. El éxito editorial de las Introductiones Latinae fue enorme en los siglos XVI y XVII. Hasta
el punto de que por Real Cédula del 8 de octubre de 1598 se convierten en texto único y oficial
de las Universidades españolas. La decisión real -como señala oportunamente A. Salvador Plans
(1985, 282)- contribuye al empobrecimiento de los estudios gramaticales latinos en España.
Pero volvamos en el tiempo a 1492, año en que se imprime la Gramática de la lengua
castellana4. Estamos ante la primera gramática de una lengua neolatina, a pesar de las Regole
della volgar lingua fiorentina, escritas por León Batista Alberti hacia 1443. Y es que esta
"grammatichetta" es sólo un bosquejo de gramática, una morfología sin sintaxis. Por otra parte,
2 Para la vida y obra de Nebrija, véase ahora P. BRASELMANN 1991, 45-101.
3 Véase también L. GIL, "Nebrija y el menester del gramático", en V. García de la Concha,
Actas de la III Academia Renacentista (Salamanca: Universidad de Salamanca, 1983), 53-64.
4 Ediciones: I. GONZÁLEZ LLUBERA, Londres: Oxford University Press, 1926; P.
GALINDO y L. ORTIZ, Madrid: CSIC, 1946; A. QUILIS, Madrid: Editora Nacional, 1980,
Madrid: Centro de Estudios Ramón Areces, 1989 y Madrid: Instituto de Cooperación
Iberoamericana, 1992 (cf. E. A. DE NEBRIJA 1992); M. A. ESPARZA y R. SARMIENTO,
Madrid: Fundación Antonio de Nebrija, 1992.
1
la llamada de su autor para que alguien la completase no encontró eco alguno. De hecho no se
edita hasta el siglo XX. De modo que influyó muy poco en el pensamiento gramatical de los
siglos XVI y XVII (K. Percival 1975, 249).
La Gramática Castellana de Nebrija es la primera gramática completa de una lengua
vulgar, y se convierte en paradigma de las que se van a escribir a lo largo de los dos siglos que
aquí nos ocupan. Así, pues, lo primero que debemos considerar es cómo está estructurada, lo
que vale tanto como decir cómo es una gramática típica del Renacimiento. La de Nebrija se
compone de un prólogo y cinco libros. El prólogo ha sido una de las partes más estudiadas y
comentadas. Recordemos la célebre idea de la lengua compañera del Imperio, formulada por
Valla a propósito de la Roma imperial, pero tomada por Nebrija no del humanista italiano, sino
de Gonzalo García de Santa María y llevada a otra dimensión por el Descubrimiento de
América (E. Asensio 1960a)5. Pero, además de esa idea, hay en el prólogo otras que también
han hecho derramar mucha tinta: las observaciones sobre la norma lingüística; la necesidad del
cultivo literario, junto con la fijación que da el arte o gramática, para que el castellano no se
corrompa, etc. (cf. Padley 1985, 163).
Ahora bien, lo que más destaca en el prólogo es "la preocupación de Nebrija por
justificar una obra insólita" (J. Fernández-Sevilla 1974, 27). Tal justificación se basa en motivos
de política lingüística (facilitar el conocimiento a los españoles no castellanos de la lengua
nacional de España) y, sobre todo, en los célebres "provechos" de la gramática castellana, que
son:
5 No he podido consultar el sugerente trabajo de Ch. BIERBACH, "¿'La lengua compañera
del Imperio' ou "la filología compañera del imperialismo"? Nebrija (1492) au service de la
politique linguistique du Franquisme", en Py/R. Jeanneret (ed.), Minorisation linguistique et
interaction. Actes du Symposium organisé par l'Association Internationale de Linguistique
Appliquée et la Commission Interuniversitaire Suisse de Linguistique Appliquée, Neuchâtel,
16-18 Septembre 1987, Genf, 1989, pp. 217-232. Véase P. BRASELMANN 1991, 416-439.
1
1) fijar la lengua para evitar su corrupción;
2) facilitar el aprendizaje del latín, porque todas las lenguas poseen una misma
estructura general y sólo difieren en lo externo y accidental, de modo que conociendo la
gramática del castellano se puede acceder mejor a la del latín; y
3) favorecer el aprendizaje del castellano por parte de los extranjeros.
Casi nada. Nebrija no sólo escribe la primera gramática castellana, sino que pone las
bases de una gramática general (que un poco más tarde va a ser buscada por el Brocense y por
Correas, entre nosotros) y de lo que hoy llamamos una lingüística aplicada a la enseñanza del
español como lengua extranjera. El libro quinto y último de su Gramática está consagrado a este
fin: "para los que de estraña lengua querrán deprender". Primero Ana Gerzenstein (1978) y hace
poco A. Martínez González (1990) han señalado que el Libro Quinto de la Gramática castellana
no es una repetición o resumen de los cuatro anteriores, como quiere Quilis, sino una gramática
para extranjeros, distinta en su concepción y métodos de la gramática para nativos. Que la
"gramática para extranjeros" responde a métodos y finalidades distintos se ve en la poca
atención que se concede en el Libro Quinto a los sonidos (como si fuera imposible aprenderlos
sin la audición) y la mucha que se otorga a los paradigmas nominales y verbales y a las
irregularidades morfológicas, sobre todo las del verbo. Ahora bien, Nebrija fue un pionero y
sólo tenía la gramática latina como punto de referencia. Por eso no llega a ser totalmente
explícito en la formulación de una metodología de lingüística aplicada a la enseñanza del
español como segunda lengua6. Se adelantó a su tiempo, y ahí estuvo la causa de su
incomprensión. Sin embargo, no parece verdad que la idea de Nebrija cayese en saco roto.
Villalón repite que la gramática sirve para fijar la lengua y para que los extranjeros la aprendan,
y si olvida el provecho de facilitar el aprendizaje del latín, es porque está convencido de que las
gramáticas de ambas lenguas son distintas. Y también en el siglo XVII el maestro Correas repite
los "provechos" de Nebrija.
6 Véase P. BRASELMANN 1991, 439-451.
1
Aparte el prólogo y el libro quinto, los otros cuatro libros están consagrados a las cuatro
partes canónicas de la gramática: ortografía, prosodia, etimología y sintaxis. La gramática
renacentista estudia, pues, los sonidos, el acento, la entonación y luego, en sus partes
estrictamente gramaticales, la morfología y la sintaxis. La morfología es el dominio de la parte
llamada etimología, nombre que está motivado por incluir lo que hoy denominamos morfología
lexicológica (la derivación y composición). El contenido de la etimología -la clasificación,
explicación y formación de las partes de la oración- era la parte fundamental de una gramática
renacentista. En esta materia no hay un canon inmutable, como ha demostrado el detallado
análisis de Ramajo Caño. Sin embargo, también aquí la sombra de Nebrija es alargada. Nebrija
en este punto -lo mismo que Thámara- se muestra innovador en la Europa del siglo XVI: no se
limita a añadir a las ocho partes de la tradición latina el artículo, como hacen los franceses, los
italianos y los otros españoles, sino que eleva el número de las clases de palabras de ocho a diez:
nombre, pronombre, artículo, verbo, participio, gerundio, nombre participial infinito,
preposición, adverbio y conjunción. Por lo demás, tanto Nebrija como la mayoría de los
gramáticos definen estas partes de la oración mezclando criterios morfológicos, semánticos y a
veces funcionales. El estudio de las partes de la oración incluye, además, numerosas
observaciones sintácticas, de modo que la etimología es una especie de morfosintaxis.
La sintaxis es la parte menos desarrollada en las gramáticas del siglo XVI; se limita a la
concordancia, la rección y el orden de palabras, con algunas otras observaciones sobre la
reduplicación pronominal, los modos y tiempos verbales y la negación. Los motivos de este
retraso de la sintaxis eran varios, según Kukenheim: la ausencia de una tradición sintáctica en
las gramáticas medievales (con la excepción del Doctrinale de Villa Dei), el empobrecimiento
de la morfología romance con respecto a la latina, cuando la riqueza de la sintaxis de una lengua
depende de la riqueza de su morfología y, finalmente, la movilidad y escasa fijación de la lengua
del siglo XVI, lo que no favorece el desarrollo de la sintaxis. A ello hay que añadir que gran
parte del contenido de la sintaxis se halla en las Retóricas y preceptivas literarias. Como ha
señalado L. López Grigera (1988), la gramática y la retórica del Siglo de Oro eran disciplinas
1
complementarias desde el punto de vista sintáctico: la gramática incluía en su sintaxis las
figuras de orden y también algunos tropos; por su parte, la retórica en la parte dedicada a la
elocutio estudiaba la sintaxis de la oración simple y compuesta (aunque desde el punto de vista
del estilo). Con todo -ya lo observó Kukenheim-, Nebrija es el primer gramático de una lengua
vulgar que considera a la sintaxis como parte de la gramática7.
Visto cómo es una gramática típica del Siglo de Oro, a propósito de la de Nebrija, hay
que señalar ahora la originalidad de esta obra. De modo inevitable la gramática de Nebrija es
subsidiaria en algunos aspectos de la latina y la griega, pero no es nunca un "calco
indiscriminado" (J. Fernández-Sevilla 1974, 16), aunque algún punto concreto pueda
interpretarse como tributo al latinismo: por ejemplo, la vacilación -comentada por G. Rojo
(1978, 286)- ante los tiempos compuestos, considerados unas veces "circunloquios" del verbo, o
sea, perífrasis verbales, y, otras, tiempos propios de la conjugación, adecuados a los tiempos
latinos. Sin embargo, hay que alabar, con Lope Blanch (1990), la clara percepción por parte de
Nebrija de lo que hoy llamaríamos sincronía y diacronía del español. Por un lado, se da cuenta
de que el español es latín mal hablado; por otro, percibe con nitidez la diferencia estructural
sincrónica: el latín tiene ocho partes de la oración; el español, diez; el latín tiene tres voces
(activa, impersonal y pasiva); el español, sólo una, la activa.
E. de Bustos (1983) ve en la adaptación de la terminología gramatical ("passado no
acabado" por pretérito imperfecto, "passado más que acabado" por pretérito pluscuamperfecto,
7 Véase, para una lectura seguida de la gramática de Nebrija, desde el prólogo a la sintaxis y
al manualito para el aprendizaje del español por extranjeros, el capítulo 4 de P.
BRASELMANN 1991, 174-307; y, como visión de conjunto de la sintaxis clásica, R.
SARMIENTO, "Origen y constitución de la doctrina sintáctica en la época clásica", en J.
BORREGO NIETO, J. J. GÓMEZ ASENCIO y L. SANTOS RÍOS (eds.), Philologica.
Homenaje a D. Antonio Llorente (Salamanca: Ediciones de la Universidad de Salamanca,
1989), II, 419-438.
1
etc.) y en la observación directa de la lengua viva los pilares sobre los que se levanta la
gramática del castellano frente al viejo edificio de la gramática latina. Por otro lado, la
originalidad de la gramática del español queda garantizada frente a la gramática latina por el
hecho de ser una gramática del castellano toledano de finales del siglo XV, y no de la lengua
literaria de Juan de Mena, esto es, una gramática de la lengua hablada, sin marcas dialectales ni
estilísticas, una gramática de la lengua real directamente observada en su dinamismo interno, en
un momento en el que, por lo demás, está viviendo una profunda transformación.
Observando directamente el castellano de su tiempo, Nebrija percibe la diferencia
gramatical entre el participio pasado y el participio que aparece en los tiempos compuestos, al
que considera una clase de palabra distinta, denominada "nombre participial infinito" (F. Tollis
1986). Este "nombre participial infinito", que no se encuentra ni en griego, ni en latín, ni en
árabe, ni en hebreo, es semejante al participio pasado, porque también forma perífrasis que
suplen los estragos causados en la morfología latina por la evolución (los tiempos compuestos:
he cantado, había cantado, etc.). Pero se diferencia del participio pasado por su carácter
invariable y por su naturaleza activa, no pasiva (compárense He comprado los libros y Tengo
comprados los libros). Para percibir esta diferencia Nebrija ha tenido que comprender la
interrelación de tres cambios sintácticos que se están produciendo o que se acaban de consumar
en la lengua de su época: la pérdida de la concordancia del participio con el objeto directo (el
paso de Las batallas las hemos ganadas a Hemos ganado las batallas), la pérdida del empleo de
haber como transitivo (el paso de Has esperanzas a Tienes esperanzas) y, por último, la pérdida
del empleo de ser como auxiliar de los tiempos compuestos de intransitivos y reflexivos (el paso
de Eres venido a Has venido)8.
La influencia que ejerce la gramática de Nebrija en las gramáticas del español es
8 Para otros aspectos gramaticales, véanse G. COLÓN, "Nebrija y los sustantivos románicos
de doble imperativo", en E. A. de NEBRIJA 1992, 117-145; y J. M. LOPE BLANCH, "Los
sintagmas extensos en Nebrija", en Id.: 147-158.
1
enorme, desde sus contemporáneos e inmediatos seguidores en España y en el extranjero hasta
las gramáticas modernas, como la de la Academia o la de Salvador Fernández Ramírez, pasando
por Correas en el siglo XVII. También es modelo para las gramáticas de las lenguas americanas
escritas en los siglos XVI y XVII (M. Alvar, 1992). Y ello a pesar de que la Gramática
Castellana no se vuelve a editar hasta el siglo XVIII. O quizá por eso mismo. Lo señaló Pascual
Galindo. Todos atacan a Nebrija y todos ignoran su Gramática porque todos le imitan y todos se
inspiran en ella (Fernández Sevilla 1974, 29). No le perdonaron la originalidad ni la valentía...
ni el ser andaluz. El caso más llamativo, y el más estudiado, es el de Juan de Valdés, a quien le
habría gustado hacer esa gramática que finge desconocer.
3.3. La sombra de Nebrija en el siglo XVI: gramáticas para extranjeros, Villalón, Valdés
Entre la Gramática castellana de 1492 y la Minerva del Brocense, de 1587, media casi
un siglo, el siglo XVI, dominado por Nebrija en el campo de la doctrina gramatical. Se suceden
en esta centuria las gramáticas castellanas de Thámara [1550], los dos anónimos de Lovaina
[1555 y 1559]9, Villalón [1558]10, y las gramáticas escritas en otras lenguas, como las italianas
de Alessandri [1560] y Miranda [1565]11; las francesas de Meurier [1558], Charpentier [1597] y
9 Útil y breve institución para aprender los principios y fundamentos de la lengua Hespañola
(Lovaina 1555), Ed. de A. ROLDÁN (Madrid: CSIC, 1977); y Gramática de la lengua vulgar de
España, Lovaina, 1559, Ed. de R. DE BALBÍN y A. ROLDÁN (Madrid: CSIC, 1966).
10 Gramática Castellana Por el Licenciado Villalón, Ed. de C. GARCÍA (Madrid: CSIC,
1971). Además de J. M. SOLÁ-SOLÉ (1974-75), A. GERZENSTEIN (1978) y LOPE
BLANCH (1990, 103-109), véase M. MAQUIEIRA RODRÍGUEZ, "La letra G en la
«Gramática Castellana» del Licenciado Villalón", Estudios Humanísticos, 8 (1986), 115-122.
11 Cf. M. ECHEBARRÍA AROSTEGUI, "Las Osservationi della Lingua Castigliana de G.
Miranda", Letras de Deusto, 45 (1989), 105-128.
1
Oudin [1597]12; y las inglesas de Antonio del Corro [1586]13, Richard Percyvall [1591],
William Stepney [1591] y Iohn Minsheu [1599]. Como vemos, el panorama es amplísimo.
Ahora bien, la gramática de Villalón es la que más se ha puesto en parangón con la de Nebrija,
acaso por las críticas que hace el primero al segundo. Sin duda por la misma razón se han
estudiado las ideas gramaticales contenidas en un libro que no es una gramática, pero que
comparte con las de su tiempo la finalidad de enseñar el español a extranjeros. Me refiero, claro
está, al Diálogo de la lengua de Juan de Valdés.
Los ataques de Villalón a Nebrija son continuos, casi tanto como sus plagios. Sin
embargo, es una especie de misterio la relación de Villalón con el gramático andaluz. Parece
que lo que critica y copia es la doctrina gramatical de las Introductiones traducidas al castellano
(obra a la que Nebrija llamó alguna vez su Arte en español); parece que no conoció la
Gramática castellana de 1492; y, sin embargo, conoce el prólogo de esta obra. Solá-Solé (1974-
75) estudió este enigma y llegó a la conclusión de que tal vez el prólogo y la ortografía de la
gramática de Nebrija habían circulado en tirada aparte y así pudo conocerlos Villalón, autor que
también se muestra muy influido por la doctrina ortográfica de Nebrija. Lo cierto es que
Villalón significa un punto de innovación en la evolución de la doctrina gramatical de su época.
Reacciona contra el latinismo, concibe la gramática como medio de elevar el castellano a la
categoría de lengua culta y adopta, en consecuencia, un ideal de lengua equidistante del
arcaísmo y del neologismo y más cercano a la lengua de los doctos que a la de los poetas. Es
original en la doctrina de las partes de la oración que anuncia la clasificación tripartita (nombre,
verbo y partículas) del Brocense y de Correas; también es original al dar las reglas del género de
12 Cf. I. SÁNCHEZ REGUEIRA, "La fonética en la obra y en la época de César Oudin",
Verba, 6 (1979), 43-73; y "La 'Grammaire espagnolle' de César Oudin", Verba, 8 (1981), 113-
170.
13 Reglas gramaticales para aprender la lengua española y francesa, Ed. de L. NIETO
(Madrid: Arco/Libros S. A., 1988).
1
los nombres, según su significación y su terminación; y se aparta de Nebrija en el afán de
brevedad con que encara la exposición gramatical, aunque esto le lleva a prescindir de dos notas
típicamente nebrisenses: la abundante ejemplificación y el establecimiento de semejanzas
tipológicas entre las estructuras del español y las de otras lenguas (A. Gerzenstein 1978, 414).
Pero sin duda es su análisis del predicado verbal y su distinción de oración y cláusula lo más
preciado de su gramática. En efecto, define la oración como articulación de nombre y verbo y
distingue el predicado verbal (formado por un verbo intransitivo) del predicado verbo-nominal
(formado por verbo transitivo y complemento directo, o por verbo copulativo y atributo). La
oración, así definida, es unidad formal de la gramática, distinta de la cláusula, unidad nocional
de comunicación, aunque hay que añadir que no en todos los pasajes de su gramática mantiene
coherentemente este importante distingo (Lope Blanch 1990, 103-109).
El pensamiento estrictamente gramatical de Juan de Valdés es escaso y no siempre
acertado. Lo que hasta cierto punto es lógico en alguien que no cree -como consecuencia de su
erasmismo- que las lenguas vulgares puedan someterse a arte. Con todo, en el Diálogo de la
lengua hay observaciones gramaticales destacables -como algunas sobre el artículo o sobre la
sustitución de los casos latinos por el sistema preposicional-, junto a otras caprichosas,
desordenadas, superficiales y de escaso valor, como las califica uno de sus editores (Lope
Blanch 1990, 79)14. Y es que mucho de este pensamiento gramatical obedece al "elogio de la
lengua", al intento de buscarle al castellano una noble cuna.
Por otro lado, el erasmista de Cuenca es el más furibundo detractor del gramático de
Lebrija (al que admiraba Erasmo, por cierto). Los motivos que se han barajado hasta ahora han
sido el espíritu de campanario (Montesinos), la envidia (Fernández Sevilla y Lope Blanch), el
14 J. M. LOPE BLANCH ha hecho dos ediciones del Diálogo de la lengua: México, Editorial
Porrúa, 1966, y Madrid, Castalia, 1969. Otras ediciones: J. F. MONTESINOS, Madrid, Clásicos
Castellanos, 1928; R. LAPESA, Zaragoza, Biblioteca Clásica Ebro, 1940; C. BARBOLANI,
Madrid, Cátedra, 1982; A. QUILIS, Barcelona, Clásicos Plaza y Janés, 1984.
1
desacuerdo con el Vocabulario (A. Alonso y G. Guitarte)15, o con el modelo lingüístico
andaluzado que, al amparo de Nebrija, intenta difundir en Italia Francisco Delicado (E. Asensio
1960b). Creo que a la vista del opúsculo descubierto por Gilly (1986) en la Biblioteca Real de
Copenhague habría que añadir otro motivo, de carácter sectario-religioso. Nebrija se había
atrevido a criticar a Erasmo, y los erasmistas consiguieron poner sordina a esa crítica haciendo
desaparecer el texto. Es muy lógico que algunos fueran más allá e intentaran el contraataque.
Acaso esa sea la motivación de Valdés, aunque no es incompatible con las otras que acabo de
mencionar. Sea como sea, aquí queda apuntada esta nueva hipótesis que pide análisis más
detallado.
3.4. El racionalismo incipiente del siglo XVII: Jiménez Patón, Correas y Caramuel
15 Véase el resumen de estos motivos en J. M. LOPE BLANCH 1990, 79. Otros estudios
interesantes sobre Valdés: F. ABAD, "Juan de Valdés y la conciencia lingüística de los
erasmistas españoles", en M. REVUELTA SAÑUDO y C. MORÓN ARROYO (eds.), 1986,
479-489; A. M. CAPDEBOSCQ, "Juan de Valdés: Leçons de mots, leçon de vie", Les langues
Nèo-Latines, 260, I (1987), 59-70; G. L. GUITARTE, "Alcance y sentido de las opiniones de
Valdés sobre Nebrija", en Estudios filológicos y lingüísticos: Homenaje a Ángel Rosenblat,
Caracas, 1974, 247-288; J.M. LASPÉRAS, "Question d'autorité(s): le Diálogo de la lengua de
Juan de Valdés", Bulletin Hispanique, 92 (1990), 401-414; C. MORIYÓN MOJICA, "Valdés y
Salinas. Dos actitudes frente a la lengua", Estudios de Lingüística de la Universidad de Alicante
(ELUA), 5 (1988-89), 291-301, y "Una respuesta de avanzada al problema de la norma
lingüística en el siglo XVI", Boletín de la Biblioteca Menéndez y Pelayo, 66 (1990), 229-255;
R. J. NELSON, "Lingüística quinientista: las obras de Pedro Bembo, Sperone Speroni y Juan de
Valdés", Thesaurus. BICC, XXXVI (1981), 429-456; P. PIERINI, "La teoria linguistica di Juan
de Valdés", Lingua e Stile, 26 (1991), 3-16; A. VIAN HERRERO, "La mimesis conversacional
en el Diálogo de la lengua de Juan de Valdés", Criticón, 40 (1987), 45-79.
1
La Minerva es el origen del racionalismo de las principales gramáticas castellanas del
siglo XVII. A partir del Brocense se empieza a distinguir una gramática general y una gramática
racional. La primera busca los universales lingüísticos y estudia lo común y general de las
lenguas; la segunda se interesa por la estructura lógica subyacente en toda expresión y ve en la
razón el principio explicativo de los hechos lingüísticos. Este doble paradigma está presente en
la gramática castellana del siglo XVII, aunque es, sobre todo, el paradigma racionalista el que
informa las gramáticas más notables de la centuria, que son las Instituciones de la gramática
española de Jiménez Patón, las dos Artes de Gonzalo Correas y la gramática del P. Villar (A.
Yllera 1983), a las que hay que añadir la gramática castellana de Caramuel. El racionalismo
triunfa por sus ventajas pedagógicas, que son evidentes, y porque desemboca en el
nacionalismo, ya que la lengua perfecta es la que más se ajusta a la razón y es lógico que
termine identificándose con la lengua nacional, en un momento en que han desaparecido tanto el
prestigio medieval del latín, lengua de cultura, como el fervor renacentista por el griego. No
tiene nada de extraño, visto desde este ángulo, que autores como Patón o Correas se adhieran a
la tesis de López Madera sobre el castellano primitivo y crean -parece mentira- que el castellano
es una de las 72 lenguas que se originan en la confusión de Babel y no tiene nada que ver con el
latín. Pero ésta es una cuestión en la que no podemos entrar ahora16.
La primera obra gramatical importante del siglo XVII es las Instituciones de la
gramática española de Jiménez Patón17, publicadas en 1614, que tienen el mérito de servir de
16 Véanse E. ALARCOS GARCÍA, "Una teoría acerca del origen del castellano", en
Homenaje al Profesor Alarcos García I. Selección antológica de sus escritos (Valladolid:
Universidad de Valladolid, Facultad de Filosofía y Letras, 1965 [pero 1934]), 197-215; y para el
análisis de esta falsificación histórica, en el contexto de otras no menos famosas, J. CARO
BAROJA, Las falsificaciones de la Historia (en relación con la de España), 4ª ed. (Barcelona:
Seix Barral, 1992).
17 Epítome de la ortografía latina y castellana. Instituciones de la gramática española. Ed. de
1
puente entre el Brocense y Correas. Más que una gramática son unos apuntes de clase (Quilis y
Rozas 1963), destinados a completar la insuficiente información sobre la lengua castellana de
las gramáticas anteriores, que el autor conocía muy bien. Pero en estos apuntes ya se observan
novedades que tienen su origen en la Minerva de Sanctius: la clasificación de las clases de
palabras (nombre, verbo y preposición, adverbio y conjunción, o sea, partículas), la exclusión de
la interjección, la doctrina del pronombre como nombre personal, la distinción de verbo
personal e impersonal (o sea, de formas personales y no personales), etc.
Gonzalo Correas es el gran gramático del siglo XVII con el Arte de la lengua castellana
(1625) y el Arte Kastellana (1627). Su vida y obra fueron estudiadas con exhaustividad y
competencia por don Emilio Alarcos García en diversos artículos (ahora en Alarcos García
1965a y 1965b) que culminan, en 1954, con la edición de la hoy requeteagotada Arte de la
Lengua Castellana18. Treinta años más tarde, en 1984, M. Taboada Cid ha publicado el Arte
Kastellana19 (la más breve gramática de nuestra lengua que apareció en el Trilingüe de tres artes
de las tres lenguas Castellana, Latina i Griega). Fuera de España, Padley (1985, 276-282), al
trazar la historia de la tradición gramatical europea ha visto en Correas al representante de la
influencia del Brocense en la gramática vernácula y, en este sentido, a uno de los precedentes de
Port Royal.
Correas concibe la gramática española de un modo muy parecido al de Nebrija. Como
éste considera tres finalidades: la gramática del español sirve para aprender las del griego y latín,
para que los extranjeros aprendan español y para que los hablantes nativos profundicen en el
A. QUILIS y J. M. ROZAS (Madrid: CSIC, 1965).
18 GONZALO DE CORREAS, Arte de la Lengua Castellana, Ed. E. ALARCOS GARCÍA.
Anejo LVI de la Revista de Filología Española (Madrid: CSIC, 1954).
19 GONZALO CORREAS, Arte Kastellana (1627), Ed. M. TABOADA CID (Santiago:
Universidad de Santiago de Compostela, 1984).
1
conocimiento de su propia lengua. Propósito, pues, pedagógico antes que lingüístico. Pero a
diferencia de lo que sucedía en el siglo anterior ahora la profundización en la gramática
vernácula para facilitar el aprendizaje de las gramáticas clásicas va a llevar a distinguir unos
preceptos generales, propios de una gramática general, y unos preceptos particulares de cada
lengua. La tarea del gramático es conjugar la gramática particular con la general. Para decirlo
con palabras del propio Correas: la gramática de una lengua es "arte... que contiene i enseña los
prezetos xenerales que convienen a todas las lenguas, i los particulares que pertenezen a sola
aquella de que trata"20. La razón humana, común a todos los hombres, es el origen y
fundamento de los rasgos generales de las lenguas y, en consecuencia, de la gramática general.
Ahora bien, esos rasgos comunes son rasgos sintácticos y, por tanto, la gramática general es
sintaxis general. Por eso la divisón de las clases de palabras en nombre, verbo y partículas sirve
para todas las lenguas, o sea, es un universal. En este planteamiento Correas sigue al Brocense,
que fue su maestro de latín en Salamanca.
A pesar de la novedad que supone el enfoque de gramática general y gramática racional,
Correas divide la gramática en las cuatro partes tradicionales: ortografía, prosodia, etimología y
sintaxis, a las que ade -en su Arte grande- un discurso inicial sobre el origen de la lengua
española y unas nociones de métrica tras la sintaxis, para terminar con la exposición de las
excelencias del español en comparación con el latín. Dentro de cada uno de estos apartados, va
consignando observaciones particulares sobre la lengua con un todo y un estilo científicos
que el profesor Alarcos García ha definido de modo preciso: "con su nada escasa erudición, su
espíritu independiente y a veces caprichoso, su falta de comprensión para lo que no está de
acuerdo con sus opiniones, su machaconería de maestro, su pequeña vanidad de profesor, su
encendido amor al idioma materno"21. Exactas palabras que no necesitan comentario alguno.
Con este método consigue Correas sus logros más preciados, entre los cuales vale la
20 Arte de la Lengua Castellana, ed. cit., p. XXIII.
21 En Arte de la Lengua Castellana, ed. cit., p. XXIV.
1
pena destacar dos que en cierto modo resumen todos los demás. En primer lugar, la
incorporación a la gramática castellana de la teoría de la elipsis de Sanctius ("buenos días" es
construcción generada a partir de 'Dios os buenos días'), lo cual significa considerar a la
sintaxis figurada parte de la teoría gramatical y, por ello, un anticipo de Port Royal. En segundo
lugar, la perfecta comprensión de la peculiaridad de la estructura gramatical del castellano frente
al latín, la completa deslatinización de la gramática española. La afirmación de que no hay voz
pasiva en nuestra lengua, pero sí construcción de pasiva refleja, puede ser una buena muestra de
este profundo conocimiento de la lengua.
Estos logros se asientan en el pensamiento gramatical grecolatino y renacentista (Nebrija
y el Brocense, sobre todo); pero Correas no se limita a repetir la tradición gramatical, sino que la
somete a crítica pasándola por el tamiz de su sentimiento idiomático y de su experiencia
lingüística, que, por cierto, llegó a ser amplísima en lo referente a la lengua hablada de su
tiempo y a la lengua popular y tradicional que recoge en villancicos, seguidillas, coplas
populares, refranes, proverbios, sin descuidar el léxico y la pronunciación de los dialectos
espaciales y sociales. Todavía hacia 1830 Bartolomé José Gallardo sentía admiración por el
método empleado por Correas para recoger los refranes de su Vocabulario, y lo describía con
estas palabras:
es fama en Salamanca qe ya en sus últimos as. tenía la humorada de hazer-se poner los
días de mercado un sillón a la cabeza del puente, junto al famoso Toro, compañero de
los Toros de Guisando; i al charro qe le dezía un Refrán qe él no tuviese en su Coleczión
le daba un cuarto por cada uno22.
No sorprende que Correas sea un precursor de la geografía folklórica y de la
sociolingüística ni que tengamos que acudir a su Arte grande y a sus otras obras (entre las que
hay que mencionar la Ortografía Kastellana, nueva i perfeta, de 1630) para documentarnos
acerca del estado de la lengua en la primera mitad del siglo XVII.
22 Apud V. INFANTES (ed.), en GONZALO CORREAS, Vocabulario de refranes y frases
proverbiales (Madrid: Visor Libros, 1992), p. X.
1
Después de Correas ya no hay gramáticas del español dignas de mención por su valor
doctrinal, ni siquiera el Arte de la lengua española del P. Villar23, publicado en 1651. Pero no
seríamos justos si no dijéramos una palabra acerca del curioso gramático y curioso personaje
don Juan Caramuel y Lobkowitz, nacido en Madrid en 1606 y muerto en la ciudad lombarda de
Vigevano en 1682. A Caramuel se le conoce como gramático general, continuador de la
tradición racionalista en su Grammatica audax24. Pero Caramuel, que, además, escribió,
gramáticas del griego, hebreo, siríaco, chino y árabe, escribió también una gramática castellana,
incluida en el tratado de poética Primus Calamus publicado en Roma en 1663 (Mª Dolores
Martínez Gavilán 1989). Se trata de una obra práctica y hasta cierto punto tradicional. Por
ejemplo, sigue manteniendo las cuatro partes tradicionales de las gramáticas vulgares. Pero, de
vez en cuando, ofrece muestras de la aplicación del racionalismo especulativo a la gramática del
español, y por eso interesa mencionarla aquí. Así en la definición del nombre es primordial la
capacidad de ser sujeto lógico de la proposición, en detrimento de su caracterización
morfológica. En castellano no hay diferencia entre subjuntivo y optativo, como pretenden
algunas gramáticas clásicas. En nuestra lengua hay también verbos adjetivos y verbos
sustantivos, y el participio es equivalente de una oración de relativo. Éstas son algunas de las
ideas innovadoras de la gramática castellana de Caramuel, una obrita necesitada de un estudio
más profundo.
23 El arte de la gramática española del P. Juan del Villar, Edición crítica y estudio de B.
MIRANDA HIDALGO, extracto de tesis doctoral, (Valladolid: Universidad de Valladolid,
1984). [No se ha podido consutar.]
24 Cf. F. DELGADO, "La Grammatica audax de Caramuel", Alfinge 4 (1986), 181-192;
CARAMUEL Y LOBKOWITZ, JUAN. Praecursor Logicus complectens Grammaticam
Audacem. Reimpresión de la edición de Frankfurt 1654 con una introducción de Ramón
SARMIENTO. Frommann-Holzboog, 1989.
1
4. Las gramáticas para extranjeros en el XVII
Lo que hay a lo largo del siglo XVII son muchísimas gramáticas y métodos para el
aprendizaje del español por extranjeros, en Italia, en Francia, en Inglaterra, en Alemania.
Recordemos las más importantes: A. de Salazar [1614]25, J. de Tejeda [1619]26, Juan de Luna
[1623]27, de Trigny, seudónimo de Claude Lancelot [1660]28, L. Franciosini [1624]29... Está por
hacer la historia de los métodos de enseñanza y aprendizaje del español como lengua extranjera,
pero ya hay algunas piedras puestas en este edificio, que voy a comentar brevemente para
25 Espejo general de la Gramática en diálogos..., Rouen, 1614.
26 Jerónimo de Texeda, Gramática de la lengua española, Ed. de J.M. LOPE BLANCH
(México: UNAM, 1979). Cf. Sabina Collet-Sedola, "Gerónimo de Texeda", Bulletin
Hispanique, 82 (1980), 189-198.
27 Arte breve, y/ compendiossa/ para aprender/ a leer, escreuir, pronunciar,/ y hablar la
Lengua/ Española./ Compuesta por Iuan de Luna/ Español, Castellano, Interprete/ della en
Londres. Empressa en Londres por Iuan Guillermo. 1623 (Biblioteca Nacional, Madrid, Sg.
8880). Cf. H. SIMON y J. M. PELORSON, "Une mise au point sur l'"Arte breve..." de Juan de
Luna", Billetin Hispanique, 71 (1969), 218-230; y J. M. PELORSON, "Un document inédit sur
Juan de Luna (14 juin 1616)", Ibidem, 577-578.
28 Novvelle Methode pour apprendre facilement et en pev de temps la langve espagnole, Ed.
de E. HERNÁNDEZ y Mª I. LÓPEZ MARTÍNEZ (Murcia: Universidad de Murcia, 1990). Cf.
de los mismos editores, "El 'uso' en el 'Nouvelle méthode pour apprendre...la langue espagnole'
de De Trigny", en M. Ariza, A. Salvador y A. Viudas (eds.), Actas del I Congreso Internacional
de Historia de la Lengua Española, II, (Madrid: Arco/Libros, 1988), 1225-1231.
29 Grammatica spagnuola e italiana... Cf. B. PERIÑÁN, "La Grammatica de Lorenzo
Franciosini", Prohemio, I (1970), 225-250.
1
terminar30.
Decía antes que el libro V de la Gramática de Nebrija era una gramática para
extranjeros. En efecto, es la inauguración de una de las dos estrategias con que se enseña
español a los extranjeros en los siglos XVI y XVII: la estrategia de la gramática pedagógica, el
método deductivo. La otra estrategia, según Aquilino Sánchez (1987), que ha estudiado este
asunto monográficamente, es la de la enseñanza práctica, es decir, la enseñanza basada en la
lectura y memorización de textos coloquiales, proverbios, sentencias, etc., el método inductivo,
en una palabra. Lo que se observa en el tránsito del siglo XVI al XVII es un decrecimiento de
las gramáticas pedagógicas junto a un paralelo auge de los métodos inductivos. Por eso se ha
dicho que las gramáticas para extranjeros del siglo XVII, incluso las escritas por españoles,
como las de Texeda o Salazar, apenas tienen valor para la historia del pensamiento gramatical.
Hay que matizar esa afirmación. Tienen valor para la historia, todavía no hecha, de la lingüística
aplicada a la enseñanza del español como segunda lengua. Así, por ejemplo, la presentación de
los verbos irregulares en la Gramática de Texeda y en el Arte breve de Juan de Luna (que copia
del primero, según Lope Blanch 1990, 143-152) no supone ninguna novedad doctrinal, pero sí
la supone desde el punto de vista pedagógico y de aplicación de la gramática al aprendizaje de
una lengua extranjera. Muchas gramáticas para extranjeros pueden encontrar una nueva
cotización si se analizan desde este punto de vista. Es lo que han hecho Anne-Marie
Vanderlynden (1984) y Raquel Manzano González (1988) con el Espejo general de la gramática
en diálogos... que Ambrosio de Salazar publicó en Rouen en 1614. Se trata de una mala
gramática desde el punto de vista científico, como se venía diciendo, pero de un buen método
inductivo para que los franceses del siglo XVII aprendieran español, porque se concede
30 Redactado ya este estudio, ha aparecido el libro de A. SÁNCHEZ PÉREZ, Historia de la
enseñanza del español como lengua extranjera (Madrid: Sociedad General Española de Librería,
1992), en donde para los siglo XVI y XVII se recoge lo expuesto previamente por el mismo
autor en el trabajo aquí citado (A. SÁNCHEZ 1987).
1
prioridad a la lengua hablada, se disponen los conocimientos gramaticales de forma progresiva,
se procede continuamente a la revisión de estos conocimientos, se hacen prácticas de estructuras
gramaticales de base, se enseñan los usos lingüísticos en sus respectivos contextos, se acude a
los documentos (a las lecturas) como soporte de la comunicación y, en fin, todo esto se hace con
un tratamiento ameno.
El camino está abierto para nuevas investigaciones, que puedan enseñarnos cómo se
conciben la segunda mitad del siglo XVII un importante aspecto de eso que hoy se llama
Lingüística aplicada. Pero ésta ya es otra historia31.
31 Como lo es también el estudio del español codificado en estas gramáticas y su importancia
para la historia de la lengua, en la línea que recientemente han ensayado R. SARMIENTO y
H.J. NIEDEREHE, "Die Verbreitung des Spanischen in Deutschland im Spiegel von
Sprachlehrbüchern des 16. und 17. Jahrhunderts", Beiträge zur Geschichte der
Sprachwissenschaft, 2 (1992), 173-191. Para este tema véase también M. TABOADA CID,
"Lingüística renacentista: lenguas y dialectos en las gramáticas españolas de los siglos XVI y
XVII (1492-1630)", Verba, 16 (1989), 77-96.
1
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PUBLICACIÓN:
History of Linguistics in Spain, II (ed. de E.F.K. Koerner y H.J. Niederehe), “Nebrija y las
gramáticas del español en el Siglo de Oro”, Amsterdam y Filadelfia, John Benjamins
Publishing Company, 2001, págs. 57-78. [ISBN: 90 272 4589 4 (Eur.) / 1 58811 075 3 (US)]
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NEBRIJA Y LAS GRAMÁTICAS DEL ESPAÑOL EN EL SIGLO DE ORO
José Luis Girón Alconchel
RESUMEN
Este artículo pretende ser una contribución a la historia de la gramática española en los
siglos XVI y XVII. Tiene dos partes: en la primera situamos la gramática en el marco de la
lingüística española renacentista; en la segunda describimos su evolución en conexión con la
gramática latina y con la enseñanza del español como lengua extranjera. Los factores
renacentistas que favorecen los estudios gramaticales, además del nacionalismo y de la
fundamentación literaria del idioma, son la ruptura del bilingüismo latino-romance medieval, el
nuevo paradigma intelectual, en el que la retórica sustituye al silogismo, y la proyección del
erasmismo en la lingüística. La gramática trovadoresca y la gramática latina --medieval y
humanística-- despiertan el interés por las gramáticas romances y hacen posible a Nebrija. De su
gramática destacamos la capacidad de ser una gramática para extranjeros y el valor de
documento para la historia del español. En gramática el siglo XVI es heredero de Nebrija, cuya
influencia resalta en las críticas de Villalón y Valdés. En el siglo XVII se nota la presencia del
Brocense en forma de un racionalismo incipiente que favorece los todos pedagógicos y el
nacionalismo lingüístico. Jiménez Patón, Correas y Caramuel son las figuras más importantes.
Con un ejemplar realismo idiomático Correas aplica al español la teoría de la elipsis de Sanctius
y percibe la singularidad de la gramática española frente a la latina. La gramática para
extranjeros en el siglo XVII conoce el auge de los métodos inductivos.
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NEBRIJA Y LAS GRAMÁTICAS DEL ESPAÑOL EN EL SIGLO DE ORO
José Luis Girón Alconchel
Résumé
Cet article essaie d'être une contribution à l'histoire de la grammaire espagnole des
XVIème et XVIIème siècles. Il a deux parts: dans la première, nous plaçons la grammaire dans
le cadre de la linguistique espagnole de la Renaissance; dans la deuxième, nous décrivons son
évolution par rapport à la grammaire latine et à l'enseignement de l'espagnol comme une langue
étrangère. Il est bien connu que le nationalisme et l'intention de jeter les fondements littéraires
de la langue sont les plus importants agents des études grammaticales à la Renaissance; mais en
plus de cela, il faut prêter attention à la rupture du bilinguisme latino-roman médiéval, au
nouveau paradigme intellectuel, la rhétorique s'est substituée au syllogisme, et à l'influence
d'Erasmus. La grammaire des troubadours et la grammaire latine --médiévale et humaniste--
suscitent l'intérêt de les grammaires romans et rendent possible l'apparition de Nebrija. Dans sa
grammaire nous pouvons souligner la capacité d'être une grammaire pour les étrangers et la
valeur de document pour l'histoire de la langue. La grammaire du XVIème siècle c'est le
domaine de Nebrija; sa présence est mise en relief par la reception critique de Villalón et
Valdés. Dans le XVIIème siècle l'oeuvre de Sanctius provoque un rationalisme naissant qui joue
en la faveur des méthodes pédagogiques et du nationalisme linguistique. Jiménez Patón, Correas
et Caramuel sont les auteurs les plus importants. Avec un alisme linguistique exemplaire
Correas applique à l'espagnol la théorie de l'ellipse de Sanctius et s'apercoit de la singularité de
la grammaire espagnole en face de celle du latin. Les grammaires écrites pour les étrangers dans
le XVIIème siècle connaissent un essor des méthodes inductives.
... The frequency of vos causes its reinterpretation as a subject, but before this status, it undergoes through an intermediate phase, in which vos still coexists with tú, which is the true subject and that may not be explicit because Spanish is pro drop (33)- (34). ...
... López de Anaya to Juan José de Anchorena, 20th May 1808] (Fontanella de Weinberg 1987: 113) (' As you warned, I haven't delivered the letter addressed to him') (34) En orden al mulato Mig l no le exijas el docum to de venta si el no te lo da voluntariam te , pero tampoco le entregues vos medio r l à cuenta de su valor… [A. G. N., VII-4-1-4. ...
... Letter from Tomás to Nicolás de Anchorena. Potosí, 10th (Fontanella de Weinberg 1971: 503) September 1813] ('It is an order not to demand the sale document if he does not give it to you willingly, but do not deliver anything for its worth') In (33)- (34), vos is expressed right after the verb, participating in the sentence, but it does not function as the subject of the verbs that its agreement supposedly induces. In these examples, tú is silent or covert, it is not made explicit although it remains in the internal structure of the sentence. ...
Article
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The second person pronouns in Spanish have exhibited numerous variants along its history, not only regarding its stressed forms, but also the agreement that emerges in the inflecting elements that anchor these stressed pronouns. Despite the quantity of studies carried out about voseo , tuteo and ustedeo , none of them has argued what grammatical reasons underlie for so much variation, since they have focused on pragmatic and sociolinguistic patterns without going any further than a mere description. In this article, I aim to account for the linguistic features that have triggered all variants and person disagreements, for every case has undergone the same grammatical process.
... Para analizar su obra conviene adoptar el modelo de análisis para textos gramaticales y paragramaticales de Girón Alconchel (1996) según el cual se distingue entre usos descritos, usos prescritos y usos escritos, esto es, entre lo que un gramático dice que se suele decir (uso descrito), dice que se debe decir (uso prescrito) y lo que efectivamente dice (uso escrito), no siempre de forma concordante con lo que prescribe (uso prescrito) y con frecuencia documentando usos de los que ni siquiera es consciente o no llega o acierta a describir (uso descrito). Respecto a la puntuación, hay que considerar además el problema de que normal o frecuentemente se introducían en el proceso de producción del libro impreso por copistas de la copia en limpio, cajistas o impresores, a no ser que el autor hubiera tenido especial cuidado de vigilar la puntuación que se insertaba, lo cual no solía ser el caso (las excepciones son contadas, como Mateo Alemán, que llegó a escribir « De manera, que no sólo se llamará ortografía, la del bien escrevir, mas aun la de la congrua puntuación » en su Ortografía castellana (México, 1609, págs. ...
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La Olla podrida a la española (Anvers [=Amsterdam]: Felipe Van Eyck, 1655) de Marcos Fernández est un mélange on ne peut plus baroque, un exemple parfait de satire ménipéenne, selon la définition de Julia Kristeva (1969 : 103-107), de par sa configuration carnavalesque (polyphonie textuelle), l’alternance de vers et de prose, le passage du sérieux au comique, la liberté thématique ou la critique de l’actualité et de la pensée officielle.C’est pourquoi il est particulièrement intéressant d’étudier ici la polyphonie textuelle à travers les différents types de discours rapporté (nous suivrons en cela Alconchel 1985, 2000, 2008), à un moment où la faible généralisation des guillemets (qui ne sont pas employés dans ce texte), ainsi que la fréquente suppression du que complétif, contribuent à ébaucher la différence entre discours direct et indirect, en proposant différents mélanges et états intermédiaires (discours mixte et indirect libre), ou rendent leur approche plus difficile si l’on travaille à partir de l’original, comme c’est le cas ici, en ayant recours à la typographie commune pour signaler discours direct et indirect (virgule, point, point-virgule).
... (Fontenelle 1742(Fontenelle [1683, en Ramajo, c. 1825) 3. Traducción de los nombres propios: siguiendo la nomenclatura de Moya (2010), Ramajo muestra tendencia hacia la adaptación (frente a transferencia típica de las traducciones posteriores, entre ellas las actuales), como ocurría en el «Diccionario de nombres personales» de su conocido (y pensamos que admirado) Capmany (1776: 194-197): Montaigne = Montaña, como Ramajo. No obstante, Ramajo comete igualmente deslices de transferencia, y de influencia francesa ("Pedro Aretin" en lugar de Aretino, "María Stuart", y no Estuardo) -el uso escrito no coincide con el uso prescrito, según la terminología de Girón Alconchel (1996), pues en sus apuntes sobre la españolización de nombres extranjeros, Ramajo denunciaba el empleo de topónimos alemanes por vía francesa-. 4. Galicismo, entendido como una forma de interferencia (cfr. ...
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Los Nouveaux dialogues des morts de Fontenelle, un texto en la tradición de los diálogos de muertos de Luciano de Samósata, fueron publicados por primera vez en 1683 con un gran éxito posterior, de una especial influencia en el siglo XVIII (Andries 2013). La más reciente traductora al español de tal obra, Pilar Blanco García (2010), pensaba que su traducción solo tenía como precedente otra anónima de 1936 (Madrid: SGEL). No obstante, existen al menos dos versiones previas al español: una parcial y amplificada de Francisco Sobrino (1708), en forma del diálogo 11 entre Cortés y Moctezuma (transmitida al manuscrito dominicano de Peguero 1762-173), y otra completa y manuscrita de Manuel Pérez Ramajo (c. 1825), con un prólogo del propio traductor que explica su teoría traductológica (cfr. Sáez Rivera 2015a). En el presente trabajo nos centraremos en la traducción de Ramajo poniendo en relación su teoría y práctica traductora con la teoría traductológica de su época para poder entender mejor las decisiones lingüísticas y traductoras adoptadas. Asimismo, daremos algunas pinceladas sobre las tradiciones discursivas posteriores dentro de la sátira luciano-fontenellesca y la francofilia galizante.
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En este estudio consideramos el tratamiento de las figuras en las gramáticas, que poco se ha estudiado en la historiografía gramatical. A través de este análisis estudiaremos cómo se desarrolló el trivium que abarca la gramática y la retórica en la Baja Edad Media y el Renacimiento. El objeto de este trabajo no se centra en un análisis teórico de las figuras, sino en cuestionar el contexto cultural de la presencia de este elemento retórico en los textos gramaticales. En el primer lugar, examinamos cómo trató Nebrija el barbarismo y la figura en sus gramáticas castellana y latinas, y luego la relación entre las obras nebrisenses y las gramáticas latinas medievales, y en consecuencia, la visión quintiliana de Nebrija sobre la gramática.
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La actividad múltiple de Manuel Lozano Pérez Ramajo (1772-1831), clérigo liberal nacido en Ciudad Rodrigo (Salamanca), formado en la Universidad de Alcalá (1789-1791), viajero voluntario y forzado por España, Europa y África, gramático, ortógrafo, lexicógrafo, cervantista y traductor, pero también poeta y periodista o gacetillero, ha sido tradicionalmente poco atendida dentro de la historiografía lingüística. Apenas su manual para enseñar español a alemanes, Theoretisch-Praktische Lehre der Spanischen Sprache mit der wörtlichen interlinearen Uebersetzung der Beyspiele und Sprache (Leipzig: Schwickert, 1806), ha sido considerado, pero queda totalmente sin estudiar el manuscrito autógrafo Varios de Literatura, de Don Manuel Lozano Pérez Ramajo [c. 1825], depositado en la biblioteca del Museo Lázaro Galdiano, y que incluye un Tratado sobre el Acento de la lengua Castellana remitido a la Real Academia Española en Julio de 1825, una gramática esquemática del español, un ensayo sobre la españolización de nombres extranjeros, un Suplemento a los sinónimos de Huerta, unos apuntes gramaticales, otros del Quijote y una traducción de los Nouveaux dialogues des morts (1683) de Fontenelle con un interesante prefacio que explica la teoría de traducción de Ramajo. En este trabajo se presentan la figura multiforme de Ramajo y su varia obra, se estudia en particular el manuscrito de Varios de literatura y su peculiaridad crítica con la Academia, y se pone todo en relación con la vida y la obra de otras figuras coetáneas mejor conocidas con las que tuvo trato y muestra parecidos, como Diego Clemencín, Antonio Capmany y Francisco Sánchez-Barbero.
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En este artículo se comentan diversos aspectos de la edición de la Gramática de Nebrija de la Biblioteca Clásica de la Real Academia Española. Primero se introduce al autor de la obra, Antonio de Nebrija, para luego entrar en las diferentes ramas de la gramática: sintaxis, fonología, léxico, además de otros aspectos relevantes como las relaciones con el latín o el castellano más puro, el que se estaba imponiendo ya a finales del siglo XIV y que se oficializaría mejor con la obra de Nebrija. En esta edición se corrige también la falta de tildes para adaptar el texto a la actualidad. Asimismo, incluye una extensa bibliografía y un glosario para comprender las explicaciones de Nebrija.
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El presente trabajo pretende ofrecer un estudio comparativo entre la descripción de los sistemas preposicional y adverbial en el Arte de la lengua española castellana de Gonzalo Correas y los usos que podemos hallar en un corpus textual extraído de la plataforma CODEA cercano cronológicamente a la publicación de la gramática. Para ello, partiremos de algunas reflexiones sobre norma lingüística en torno a las ideas y los fines que llevaron al autor a la elaboración de dicha obra. Como bien es sabido, las nóminas prepositiva y adverbial han sido objeto de variación a lo largo de la evolución del español y ello hace que su descripción gramatical por parte de autores antiguos resulte de especial interés histórico y lingüístico.
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En este artículo se pretende dar un primer paso en la investigación de la preparación de documentos en la secretaría del Despacho Universal de Felipe IV. La idea principal es investigar si la labor de revisión de los borradores de documentos escritos al dictado obedece a una corrección por parte de un corrector profesional que impone determinada norma lingüística, o si se trata simplemente de limpiar un texto imperfecto precisamente por haberse escrito al dictado. La tarea de estos escribanos se ilustra con una carta preparada a finales de 1659, junto con transcripciones que reproducen la forma y el formato de los originales (borrador y versión revisada) con la máxima fidelidad posible. Los cambios introducidos por el revisor de esta carta son múltiples, sobre todo a nivel de la ortografía, pero, debido a su carácter caótico, no permiten responder de manera taxativa a las preguntas planteadas. Para ello habrá que escudriñar muchos más documentos, sometiéndolos a un análisis similar al que se ha llevado a cabo aquí.
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Das frühneuzeitliche König¬reich Neapel, das von 1503 bis 1713 unter spanischer Herrschaft stand, war auf allen gesellschaftlichen und institutionellen Ebenen vom spanisch-italienischen Sprach- und Kulturkontakt geprägt. Diese Arbeit untersucht mit einem interdisziplinären Ansatz die Mehrsprachigkeit in der sogenannten Italia Spagnola. Dabei werden anhand von Texten, die unterschiedlichen Gattungen der Literatur und der Sprachbetrachtung angehören, Zusammenhänge, die sich zwischen der Mehrsprachigkeit und der zeitgenössischen Sprachreflexion ergaben, systematisch offengelegt. Die Arbeit richtet sich daher sowohl an sprachhistorisch interessierte Italianisten als auch Hispanisten.
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p>Juan Caramuel y Lobkowitz (Madrid, 1606-Vigevano, 1682), autor de una gramática filosófica de corte medieval en la que se resucitan muchos de los postulados de la gramática especulativa, Grammatica audax (1654) -hecho que se debe conectar con su posición claramente escolástica en el terreno de la filosofía y de la teología-, ha sido considerado uno de los antecedentes de la Grammaire généle et raisonnée de Port-Royal. Sus aportaciones en el terreno de la gramática general o universal han sido puestas de relieve por varios estudiosos (V. Salmon, H.E. Brekle, G. A. Padley, F. Delgado), cuyos puntos de vista se recogen aquí. Pero el objetivo de estas páginas es analizar su contribución en el campo de la gramática particular, y, en concreto, de la gramática española, y comprobar en qué medida están ahí presentes las pautas de análisis empleadas en su gramática general. Para ello nos basamos en la breve gramática castellana incluida en su tratado de poética Primos Calamos (Roma, 1663), obra en la que se observa una simbiosis de los planteamientos desarrollados por la gramática grecolatina clásica, asimilados por las gramáticas de las lenguas vulgares, y de algunos de los principios de la gramática especulativa medieval, que el autor había aplicado previamente en su gramática filosófica. Juan Caramuel y Lobkowitz (born Madrid, 1606-died Vigevano, 1682) was the author of a philosophical mediaeval style grammar in which many of the postulares of the speculative grammar Grammatica audax (1654) are resucitated. This must connected with his position in the terrain of philosophy and theology wich was clearly a scolastic one. Indeed, he has been considered as one of the forerunnes of the Grammaire générale et raisonnée of Port-Royal His contributions to the field of general or universal grammar ha ve been put finto relief by various scholars (V. Salmon, H E. Brekle, G. A. Padley, E Delgado) whose points of view are reviewed here. The objetive of what follows is two-fold a) to analyze his contribution to the fíeld of specific grammar, with especial reference to Spanish grammar, and b) to disco ver to what extent the anlytic guidelines employed in his general grammar are present there. We will be dealing with the brief Castillian grammar which is included in his poetic treatise Primos Calamos (Rome, 1663). In this study a symbiosis of the topics developed by classic Greek-latin and later assimilated by the grammars of common or vulgar languages can be observed, together with some of the beginnings of the speculative mediaeval grammar, which the author had applied previously in his philosophic grammar.</p
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?Puede hablarse hoy, como en el siglo XVI, de la necesidad de conocer, como segunda lengua, el espanol? Mucho me temo que la respuesta, desde perspectivas europeas, sea desgraciadamente negativa. La pregunta, planteada teoricamente, tiene una contestacion obvia; pero en el campo pragmatico el tablero de intereses apunta hacia otros derroteros. Es mi intencion, en las paginas que siguen, mostrar las justificaciones que aparecen en las gramaticas, tendentes a suscitar en los lectores extranjeros la necesidad de conocer la lengua espanola; pero· tambien la accion politica hispana, en esa epoca, incide en las vicisitudes por las que muchas veces pasa el espanol dentro de los manuales europeos de la epoca. Sin pretensiones de exhaustividad presentare primero algunos casos de la correlacion politica -aparicion/desaparicion del espanol-, para luego detenerme en las motivaciones que se esgrimen para el conocimiento de nuestra lengua.
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The purpose of this contribution is to study the 'Nombre Participial Infi-nito' (NPI), one of the elements of speech taken into account for the Castilian language in Nebrija's Gramdtica Castellana. In order to facilitate -later on and to others -the approach of what originality this discrimination may have, we have first studied the suggested definition which is supposed to establish its existence, next to the participle, the substantive noun and the infinitive. Then we have closely examined the position it is given in the 'circunlo-quios' of the verb, and particularly in the periphrasis containing 'aver' in ante-position, compared, for the sake of the demonstration, with periphrases with 'aver' in postposition (future and conditional). We have come to some conclusions on the opinion Nebrija seems to have formed on the part played in it by the NPI placed after, at a time when its invariability can already be considered as permanent and the disappearance, to the benefit of 'aver' only, of the 'aver/ser' rivalry in the making of the compound forms of the active voice, as definitely established.
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: The history of Spanish teaching is not only limited to the teaching of grammar in the xvi Century, as we might.be tempted to believe in our days. Brilliant scholars such as Erasmus and Vives were in favour of a "degrammaticalized" pedagogy. And materials for teaching Spanish following a conversational, learn-through-practice approach are printed and used quite extensively from the first part of the century. Materials of that kind are recorded much earlier (xiii C), for teaching other "vulgar" languages (French, Flemish, English). Spanish is incorporated into this methodology rather late, almost two centuries afterwards, exactly when the «Spanish Empire» reaches the Low Countries and the need for learning Spanish is felt abroad. Books and manuals for teaching Spanish are rare in Spain, except grammars (more specifically "theoretical grammars"). Books of dialogues, representative of a non-grammatical methodology, appear only in foreign countries, where the need for this kind of materials increases. The conclusion is that the elaboration- of materials by Spaniards in Spain will not influence the teaching of their language to foreigners, in spite of the fact that famous grammarians (Nebrija, Villalon) refer in their works to the expansion of Spanish outside Spain. The reason might be that the feeling and understanding of the methodological requirements for teaching Spanish to non-native speakers of the language were notoriously absent. Very much as it was going to be the case until nowadays.