El Phylum Mollusca representa el segundo
grupo animal más diverso en cuanto al
número de especies descritas, superado sólo
por Arthropoda. La riqueza estimada del filo
supera las 100 000 especies y se estima que
pudieran existir entre 11 000 a 40 000 especies
de moluscos aún no descritas para la ciencia
(Lydeard et al., 2004). Los gastrópodos
constituyen la clase más diversa dentro de
los moluscos con aproximadamente 150 000
especies y se calcula entre 30 000 y más de 35
000 la riqueza global de especies de hábitos
terrestres (Aktipis et al., 2008).
A pesar del origen relativamente reciente del
archipiélago cubano, la fauna de moluscos
de Cuba es una de más diversas del mundo
con más de 3 000 especies, entre terrestres
y marinas (Espinosa y Ortea, 2009). Dentro
de la malacofauna terrestre cubana se ha inventariado
aproximadamente 1392 especies
(Anexo 11.1), de las cuales 911 son pulmonados
estilomatóforos, 476 prosobranquios
y 5 pulmonados sistelomatóforos (Espinosa
y Ortea, 2009; Maceira et al., 2013; Vázquez
y Sánchez, 2014; Tabla 11.1). El alto grado
de endemismo a nivel especifico (96 %), así
como la diversidad de formas y colores en
las especies que lo conforman, distinguen a
este grupo entre los invertebrados terrestres
cubanos (Fig. 11.1).
En cuanto a la riqueza de especies de moluscos
dulceacuícolas presentes en Cuba, los
estimados son controversiales. Pointier et al.
(2005) reconocieron 42 especies (9 bivalvos
y 33 gastrópodos), mientras que Espinosa
(2013) declaró 54 especies (46 gastrópodos y
8 bivalvos). Según Espinosa y Ortea (2009) la
diferencia en los criterios se debe a que varias
especies, por su gran tolerancia fisiológica,
aparecen frecuentemente entre las fronteras
de los ambientes de agua dulce, terrestres y
marinos, por lo que es posible la ocurrencia
de omisiones o sobrestimaciones en las listas
realizadas. El número total de especies de
moluscos terrestres y dulceacuícolas conocidas
para Cuba no es definitivo, y puede variar
en dependencia de futuras revisiones taxonómicas
que se realicen a nivel de especie,
género o familia.
Aunque existe una vasta bibliografía relacionada
con los moluscos terrestres cubanos,
el nivel de conocimiento es aún insuficiente
(Espinosa y Ortea, 1999). Los estudios ecológicos
antes de la década de 1980, consistían
fundamentalmente en la descripción del
hábitat y la distribución geográfica (Henderson,
1916; Pérez, 1942; Herrera, 1945; Jaume,
1945; Jaume, 1972). En años recientes investigadores
de diferentes instituciones han realizado
algunos estudios ecológicos y actualizado
las listas de especies de moluscos en áreas
protegidas de la isla (e. g. Oliva, 2004; Maceira,
2005; Maceira et al., 2010; Hernández
y Reyes-Tur, 2013; Hernández et al., 2014).
En relación con los moluscos dulceacuícolas
la mayoría de los estudios se han enfocado
en especies de importancia médica (Perera
et al., 1995; Gutiérrez et al., 2003; Pointier et
al., 2005; Vázquez y Sánchez, 2010; Vázquez
y Sánchez, 2015).