Introducción El objetivo del presente trabajo fue estudiar las adaptaciones cinemáticas, cinéticas y antropométricas tras un entrenamiento de 4 semanas con arrastres de trineo en la fase de aceleración y de máxima velocidad del sprint, en atletas entrenados. Método 8 mujeres y 14 hombres de nivel nacional divididos en 2 grupos realizaron una fase inicial de 3 semanas de familiarización, integradas por 2 sesiones de entrenamiento de musculación, combinado con otras 2 sesiones de entrenamiento de velocidad y saltos. Tras esta fase, y después de dividir aleatoriamente la muestra en 2 grupos denominados grupo experimental (GE) y grupo control (GC), se realizó una segunda fase de 4 semanas de entrenamiento diferenciado formado por 2 sesiones semanales de velocidad y saltos, 1 sesión de regeneración y 2 sesiones de musculación. La única diferencia en el entrenamiento fue que el GE realizaba las series de velocidad arrastrando un trineo que producía el 7,5% de pérdida de la máxima velocidad. Al inicio y al final de las 4 semanas de entrenamiento específico, los atletas realizaron los siguientes test: sprints de 15 m, 30 m y 50 m; test de salto vertical: salto en sentadilla a 90º (SJ) y 120º (SJM), salto con contramovimiento (CMJ) y salto con caída de 50 cm (DJ); 1-RM y potencia (POW) al 30%, 45%, 60%, 70% y 80% de 1-RM en media sentadilla; y fuerza isocinética concéntrica (FIC) de los flexores y extensores de la cadera a velocidades de 60º· s-1, 180º· s-1, 270º· s-1 y 450º· s-1. Se realizó un estudio fotogramétrico de la técnica de carrera en la fase de aceleración (AC) y de la fase de máxima velocidad (MAX). También se ealizó un estudio antropométrico. Para conocer las diferencias intra-grupos se realizó un T-test para muestras relacionadas. Para determinar las diferencias inter-grupos se realizó un T-test para muestras independientes (p 0,05). Resultados En el GE se observaron diferencias estadísticamente significativas en: la disminución del tiempo y el aumento de la velocidad media en la fase de transición (15-30 m); el aumento de la inclinación del tronco en Tdown en la AC, el aumento de la amplitud de zancada y de la distancia de aterrizaje, además de diferentes variables cinemáticas relacionadas en Tdown y Tmid, en la MAX; el aumento de la 1-RM y POW al 45% y 70% de 1-RM; la mejora de la FIC de los flexores de cadera a 180º· s-1 y 270º· s-1; así como un incremento en la fuerza máxima aplicada durante los primeros 100 ms desde el comienzo del SJM. En el GC se produjeron las siguientes modificaciones estadísticamente significativas: una disminución del tiempo y un aumento en la velocidad media en la fase de máxima velocidad (30-50 m); en la AC, un incremento en la velocidad angular de la rodilla libre, en la MAX, una disminución de los tiempos de contacto y un aumento en la inclinación de tronco en Tmid, además de diferentes modificaciones cinemáticas relacionadas con dichas variables en los tres instantes; una mejora de la 1-RM y la potencia al 30% de 1-RM; un incremento de la FIC de los flexores de cadera en todas las velocidades, para los valores absolutos, y a las velocidades de 60º· s-1 y 180º· s-1 relativos al PC; una mejora de la potencia pico al realizar un SJM; así como una tendencia a la significación en la rigidez vertical (p = 0,081). Conclusiones El entrenamiento a corto plazo con entrenamiento resistido en atletas entrenados produce adaptaciones cinemáticas y cinéticas similares a las del GC. Sin embargo, el reflejo a corto plazo en el rendimiento es diferente. El GE lo mejora en la fase de transición, mientras que el GC lo mejora en la fase de máxima velocidad. Estas mejoras se producen por un aumento de la amplitud de zancada en el GE, y un descenso de los tiempos de contacto y un aumento de la rigidez vertical en el GC.