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¿Cómo se reconoce la atenuación? Una aproximación metodológica basada en el español peninsular hablado

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Aunque los primeros trabajos sobre atenuación lingüística se pueden situar alrededor de los años sesenta y setenta (Zadeh 1965, Lakoff 1972, Lysvåg 1976, Fraser 1980), en los últimos quince años el fenómeno ha recibido una creciente atención. En diversas lenguas, culturas y géneros lingüísticos se están publicando cada vez más estudios sobre atenuación, como Holmes (1984a, 1984b), Bazzanella et alii (1991), Bravo (1993), Briz (1995, 2003, 2007), Puga (1997), Pato de Váldez (1997), Caffi (1999, 2007), Ferrer y Sánchez (1998), Sbisà (2001), Pons (2003), Erlich (2003), Douglas de Sirgo (2003, 2007), Álvarez y Joven Best (2005), Giora et alii (2005), Albelda (2008a), Holmlander (2008), entre otros. Su definición está más o menos clara, pero su reconocimiento en los intercambios comunicativos por parte del analista de la lengua produce todavía confusión e inseguridad. Se ha observado que, desde el punto de vista del investigador del fenómeno, resulta complejo identificar los casos en los que los usuarios de la lengua emplean estrategias de atenuación. Aun trabajando con corpus lingüísticos, al analista le faltan herramientas para determinar si se está atenuando; y asimismo, cuando se realizan trabajos en común entre diversos investigadores sobre un mismo corpus, se hallan divergencias en sus análisis. Veamos, por ejemplo, si en el siguiente fragmento conversacional (1) el enunciado encabezado por supongo que… (línea 7) se encuentra atenuado: (1) [Briz et alii 2002, MA. 341: 133-147] 1 1 R: yo no-no-no sé nada de ella/ no sé si se habrá traído a su madre oo 2 E: en principio se iba a traer a su madre 3 R: porque yo lo que comenté con Maruja↑/ es quee no sabía si se la traería el fin de semana pasado/ 4 o se la traería ayer/ que [eraa fiesta] 5 E: [¿QUÉ se traería↓] al guaguá también? 6 M: me la-se la traería ayer 7 R: ¡hombre! supongo que se traería al guaguá también 8 E: ¿y dónde lo van a meter? 1 Los ejemplos de las conversaciones pertenecen al corpus coloquial oral Val.Es.Co. (Briz et alii 2002). Las referencias aparecerán entre corchetes, los códigos de las conversaciones son los mismos que se pueden ver en la publicación y tras los dos puntos se señalan las líneas de la conversación a la que pertenece el extracto.
1
¿Cómo se reconoce la atenuación?
Una aproximación metodológica
Marta Albelda Marco
Universitat de València, España
1 Introducción
Aunque los primeros trabajos sobre atenuación lingüística se pueden situar alrededor de los
años sesenta y setenta (Zadeh 1965, Lakoff 1972, Lysvåg 1976, Fraser 1980), en los últimos quince
años el fenómeno ha recibido una creciente atención. En diversas lenguas, culturas y géneros
lingüísticos se están publicando cada vez más estudios sobre atenuación, como Holmes (1984a,
1984b), Bazzanella et alii (1991), Bravo (1993), Briz (1995, 2003, 2007), Puga (1997), Pato de Váldez
(1997), Caffi (1999, 2007), Ferrer y Sánchez (1998), Sbisà (2001), Pons (2003), Erlich (2003), Douglas
de Sirgo (2003, 2007), Álvarez y Joven Best (2005), Giora et alii (2005), Albelda (2008a), Holmlander
(2008), entre otros. Su definición está más o menos clara, pero su reconocimiento en los intercambios
comunicativos por parte del analista de la lengua produce todavía confusión e inseguridad.
Se ha observado que, desde el punto de vista del investigador del fenómeno, resulta complejo
identificar los casos en los que los usuarios de la lengua emplean estrategias de atenuación. Aun
trabajando con corpus lingüísticos, al analista le faltan herramientas para determinar si se está
atenuando; y asimismo, cuando se realizan trabajos en común entre diversos investigadores sobre un
mismo corpus, se hallan divergencias en sus análisis. Veamos, por ejemplo, si en el siguiente
fragmento conversacional (1) el enunciado encabezado por supongo que… (línea 7) se encuentra
atenuado:
(1)
[Briz et alii 2002, MA. 341: 133-147]
1
1 R
: yo no- no- no sé nada de ella/ no sé si se habrá traído a su madre oo
2 E: en principio se iba a traer a su madre
3 R: porque yo lo que comenté con Maruja↑/ es quee no sabía si se la traería el fin de semana pasado/
4 o se la traería ayer/ que [eraa fiesta]
5 E: [¿QUÉ se traería↓] al guaguá también?
6 M: me la- se la traería ayer
7 R: ¡hombre!
supongo que
se traería al guaguá también
8 E: ¿y dónde lo van a meter?
1
Los ejemplos de las conversaciones pertenecen al corpus coloquial oral Val.Es.Co. (Briz et alii 2002). Las
referencias aparecerán entre corchetes, los códigos de las conversaciones son los mismos que se pueden ver en
la publicación y tras los dos puntos se señalan las líneas de la conversación a la que pertenece el extracto.
2
El verbo suponer introduciendo enunciados suele considerarse como atenuante en diversos de
los listados de mecanismos de atenuación aportados por la bibliografía (veáse, por ejemplo, Briz 1995,
1998). Sin embargo, fuera de contexto y sin conocer la intencn del hablante, ¿podría considerarse
claramente como un atenuante de la modalidad?, o por el contrario, ¿cabría pensar que la hablante R
expresa realmente la posibilidad –la ausencia de seguridad– respecto a lo que dice?
El problema de la identificación de los enunciados atenuados estriba en que, a pesar de que
sus formas y funciones se encuentran, con más o menos suerte, establecidas
2
, la atenuación es una
categoría pragmática y solo en su contexto real es posible identificarla. En este sentido, el analista que
pretende identificar los casos de atenuación en un texto o en un discurso puede dudar al enfrentarse al
texto desde fuera, como teórico y estudioso de un producto realizado por otros y en una situación
ajena. No obstante, su dependencia contextual no impide que pueda determinarse a priori una
caracterización de este fenómeno, puesto que la bibliografía ha ido estableciendo una regularidad en
sus formas y también se han delimitado sus funciones.
Los estudios realizados hasta el momento sobre la atenuación han contribuido en gran medida
a poder interpretar la intención del hablante, gracias al estudio de los usos lingüísticos, en tanto que la
lengua refleja en cierta medida las intenciones de sus usuarios. El presente artículo trata de ofrecer más
elementos para sistematizar y contribuir a acotar su identificación. Partiendo de las aportaciones de
estos trabajos y siguiendo la plantilla de mecanismos de atenuación establecida por la bibliografía
3
, se
ha analizado el corpus de conversaciones Val.Es.Co. (Briz et alii 2002)
4
para extraer conclusiones que
puedan contribuir a una metodología de reconocimiento de la atenuación. Dichas conclusiones
constituyen el contenido de este artículo. En primer lugar, teniendo en cuenta los tipos de atenuación,
se aíslan aquellos que suelen presentar mayor dificultad para ser reconocidos por el investigador. En
segundo lugar, a partir del análisis del corpus y de distintas contribuciones bibliográficas, se aporta una
serie de criterios que pretenden ayudar al investigador a calcular si determinadas formas pueden ser
identificadas como atenuantes; se trata de una primera propuesta, en la que se ofrecen unas pautas
generales, y que no se encuentra cerrada.
2 Detección de atenuantes con problemas de reconocimiento
2
Entre otros, pueden verse los listados de mecanismos de atenuación y de las funciones que desempeñan en
House y Kasper (1981), Briz (1995, 1998, 2007), Pato de Váldez (1997), Puga (1997), Caffi (1999, 2007),
Oliver del Olmo (2004), Molina (2004-2005), Álvarez y Best (2005), Douglas de Sirgo (2007), etc.
3
En concreto, se han integrado las propuestas de Bazzanella et alii (1991), Briz (1998, 2003, 2007) y Caffi (1999,
2007), por ser las más completas y porque en ellas están presentes los procedimientos recogidos por otros
autores.
4
Asimismo, para contrastar los resultados de este corpus de registro informal con otro más formal, se han
analizado también algunas de las conversaciones semidirigidas del corpus El español hablado en la ciudad de
Valencia (Gómez Molina (coord.) 2005).
3
Los problemas fundamentales en el reconocimiento de atenuantes en un corpus derivan del
hecho de que una misma forma lingüística (morfológica, sintáctica, semántica, modal) puede
desempeñar o no la función de atenuación, según su uso concreto. Ante ello, el problema parecería
resolverse acudiendo al contexto, lo que en la práctica se facilita al trabajar con corpus discursivos. Sin
embargo, la investigación sobre el tema muestra que, aun partiendo de estudios basados en corpus,
persisten los problemas de reconocimiento, que derivan, en definitiva, de la naturaleza pragmática de
la atenuación. Esta se origina en la intención del hablante cuando emplea la lengua, y ante ello el
analista no deja de ser un observador externo, tanto a la intención del que emite como a las
circunstancias de emisión.
No obstante, al observar los usos atenuados en un corpus, no todos ellos presentan dificultad
de reconocimiento. El primer paso en la resolución de los problemas metodológicos para identificar
atenuantes exige que se discriminen los casos problemáticos de los que no lo son. Para ello, antes se
recordarán los tipos básicos de atenuación.
2.1 Tipos de atenuación
Las diversas propuestas de tipos y procedimientos de atenuación se pueden reducir, de forma
sucinta, a dos categorizaciones generales según el grado de incidencia de este fenómeno: la atenuación
de lo dicho y la atenuación del decir (Briz 1995, 1998, 2003):
a) Atenuación de lo dicho o del contenido proposicional, así rotulada por Briz (1995, 1998)
5
, en la que se
atenúa también indirectamente el decir: es aquella por la que se minimiza la cantidad o se expresa un
elemento de la proposición de forma vaga o imprecisa
6
. Esto se consigue principalmente con recursos
morfológicos o mediante la selección léxica (eufemismos, lítotes), como se aprecia en los ejemplos de
(2):
(2)
Su planteamiento es un poco equivocado, tiene algo de erróneo
Solo les robaré unos minutitos para explicarles mi oferta
Sabes que eres como impetuoso, así que ándate con cuidado en ese nuevo trabajo
No estoy plenamente satisfecho con su trabajo (en lugar de estoy decepcionado con su trabajo)
No digo malo, pero sí algo perjudicial para nuestra empresa
Las empresas económicamente débiles no podrán afrontar la subida de impuestos.
5
Véanse tambn las formas que recoge Meyer-Hermann (1988: 283) y el concepto de bushes de Caffi (1999,
2007), tomado, a su vez, de la metáfora de Lakoff (1972).
6
La atenuación de lo dicho presenta una estrecha relación con la modalidad de los conceptos vagos –fuzzy
modality-, de la que dan un completo detalle los trabajos de Zadeh (1965) y Lakoff (1972).
4
b) Atenuación directa del decir o de la fuerza ilocutiva de un acto de habla (Briz 1995, 1998)
7
. De manera
simplificada, partiendo de la tipología clásica de actos de habla de Searle (1969)
8
, la atenuación puede
afectar a actos asertivos, directivos, comisivos (promesa e invitación) y expresivos. En el caso de los
declarativos no es pertinente aplicar estrategias de atenuación
9
.
Dada la complejidad de cada uno de estos tipos de actos de habla, se señalan algunas
precisiones que, de acuerdo con el análisis del corpus, ayudan a ver cómo la atenuación afecta a cada
uno de estos ellos.
Dentro de los
directivos
conviene distinguir entre los que los que expresan petición (órdenes,
preguntas, prohibiciones, solicitudes; en otras palabras, los que se realizan en beneficio del yo), de los
que expresan consejo (aquellos que se realizan en beneficio del tú)
10
. En el caso de los directivos que
buscan un beneficio para el oyente, suele ser menos frecuente el recurso a la atenuación (Albelda
2008a). Los mecanismos para atenuar los actos directivos son numerosos y muy diversos. Así, por
ejemplo, se puede conjugar el verbo en condicional o en imperfecto, se emplean verbos y adverbios
modales como poder, permitir, querer, fórmulas estereotipadas condicionales o concesivas del tipo si no es
mucha molestia/ si no es mucho problema/ si no le importa, preguntas indirectas, etc. Véanse algunas muestras
en (3):
(3)
Venía a pediros que bajéis el volumen de los móviles
¿Por qué no vas a buscar la baja, si te encuentras tan mal?
¿Sería tan amable de apagar el cigarrillo?
Si no te importa, habla más despacio
Siento darte la paliza otra vez, pero es que necesito que leas el artículo, a ver si se entiende
Podrías hacerte un bocadillo más grande, así no pasas hambre.
En cuanto a los actos
asertivos
, la estrategia primordial de la atenuación se dirige
fundamentalmente a eludir la responsabilidad del hablante respecto a lo que dice (Meyer-Hermann 1988,
Pato Váldez 1997, Caffi 1999, 2007). Se reduce la fuerza ilocutiva de la aserción mediante la expresión
de la duda o de la posibilidad, de la delimitación del juicio a la subjetividad (llegarán tarde, creo yo) o
eludiendo la adscripción del enunciado a uno mismo (como, por ejemplo, ocurre en las
impersonalizaciones, Holmes 1984a, Caffi 1999, Álvarez 2005). En la expresión de aserciones en
forma de duda o de posibilidad se suelen emplear verbos y estructuras modales como suponer, creer,
pensar, parecer, imaginar, no sé, para mí, digo yo, en mi opinión, a mi parecer, a mi juicio, a mi modo de ver,
7
La atenuación del decir o de la modalidad se corresponde, grosso modo, con los mecanismos hedges y shields,
según la terminología de Caffi (1999, 2007). Véanse también, al respecto, los trabajos de Lysvåg (1976), Fraser
(1980), Holmes (1984a), Bravo (1993), Puga (1997), Sbisà (2001).
8
Conviene tener en cuenta las matizaciones que la filosofía del lenguaje hace a la propuesta de actos de habla de
Searle (1969), en relación con el grado de fuerza ilocutiva (ver Sbisà 2001).
9
Los actos de habla declarativos no pueden recibir gradación de la fuerza ilocutiva, puesto que, de acuerdo con
Vanderveken (1985: 185), siempre se realizan con el mismo grado de fuerza cero.
10
Una distinción muy cercana es la realizada por Tsui (1994), dentro de los mandatos, entre órdenes y avisos: en
los primeros el beneficio del mandato es para el hablante; en los segundos, para el oyente.
5
adverbios modalizadores como a lo mejor, tal vez, quizás, casi, seguramente, probablemente, etc. La
minimización de la fuerza ilocutiva mediante impersonalización presenta también diversas
posibilidades: la despersonalización del origen deíctico del enunciado (Caffi 1999, 2007) (por lo que
dicen, según cuentan, por lo visto, al parecer, la forma se, el indefinido uno/a, el impersonalizado...: Yo no digo
nada, pero si una persona está mala, esmala; Se ve que eso va muy bien para el aire acondicionado), el evitar la
referencia directa al propio hablante como origen de una opinión o de un juicio (Me temo que habrá que
ir acabando la sesión; Me ha tocado comunicarles el veredicto del tribunal) (Briz (coord.) 2008: 167-204).
Para poder referirnos más tarde a los grados de dificultad en el reconocimiento de la
atenuación, el estudio de este fenómeno exige establecer, a nivel metodológico, una distinción entre
dos tipos de atenuación de los actos de habla asertivos, de acuerdo con los datos observados en el
corpus. Si bien es una distinción muy general y a medida que avance la investigación convendrá
matizar, se puede hablar de:
- atenuación de los asertivos para suavizar o relativizar la expresión de los juicios u opiniones del
propio hablante. Con las opiniones se evalúan aspectos que pueden afectar, más o menos
directamente, al tú/interlocutor: evaluaciones sobre la persona del interlocutor, juicios sobre
su conducta o sobre su trabajo, opiniones categóricas, correcciones, desacuerdo,
disconformidad. Obsérvense en los ejemplos (4), (5) y (6) las formas señaladas en cursiva, en
las que se expresa una opinión de forma atenuada:
(4) [MT. 97: 81-85]
A: la mayoría (de videntes) pues funcionan↑/ pues mira/ como videncia↑/ no sé cómo decirte/ no hay
que estudiar nada↑ y se lo nota uno/ hay muchos que dicen que se lo notan/ y a lo mejor pues lo que
pienso yo que no lo son/ sino que más bien son sicólogos
(5) [MT. 97: 207-210]
B: la astrología/ también yo creo que la gentee en general/ la utiliza/ los que acuden a la astrología↓ en
función de saber por QUÉ MEDIOS pueden acceder/ y por cuál es el camino más rápido para llegar
a conseguir lo bueno
(6) [MT. 97: 274-280]
C: entonces claro siempre estamos o recordando el pasado o pensando en el [futuro]
D: [y también] también a lo
mejor es que hay una cierta dosis de– de insatisfacción
- atenuación que pretende reducir el compromiso epistémico del hablante hacia la verdad que está
expresando, hacia el estado factual de las cosas. En estos casos, a diferencia de los anteriores,
se habla de algo que se sabe, por lo que no se opina, sino que se restringe la verdad de lo
sabido por uno mismo; en este sentido, son actos que afectan menos directamente a la imagen
del interlocutor. La atenuación se consigue, entonces, al expresar en forma de duda aquello
que realmente se sabe con certeza. También se incluyen aquí, por ser otro modo de reducir el
6
compromiso con la verdad, las justificaciones personales, tanto las excusas de una acción
propia (de lo hecho o dicho por el hablante) como los rechazos o negativas a peticiones
hechas por otros
11
. Algunos ejemplos de este tipo son los siguientes:
(7) [MA. 341: 112-120]
M: (…) aunque pasen dos o tres o equis caballos más// pagarán lo mismo
R: yo sé que antes- porque me parece que una vez lo comentamos con nuestra amiga Marisa () y
comentó eso↓ que era según la categoría del coche↑/ se pagaba una cosa↑/ u otra
(8) [MA. 341: 101-104] (Hablando de una factura del seguro del coche)
R: yo no me acuerdo
M: yo sí que el año pasao pagué del mío siete mil y pico
E: yo creo que eran siete mil novecientas o seis mil
12
(9) [G.68: 747-751]
C: esto era cuando (…) el concurso En Pos de Fama↑// y había una revista↑/ y aún tengo yo↑ si no las
he tirao/ que no las debo haber tirao/ que se titulaba↑/ se llamaba Clima
(10) [MA.341: 368-373]
R: y el otro día se estaban llevando muchos tendederos de aquí enfrente y yo digo ¿QUÉ no me
compraré uno y si acaso↑// pero es que ya tengo cosas por detrás de to(d)as las puertas/ y yo digo no↓
En los ejemplos (7) y (8) las hablantes expresan en forma de duda (me parece que, yo creo que) un
mensaje que conocen con seguridad. En (9) la hablante C restringe la verdad de lo dicho
mediante una proposición condicional (si no las he tirado) para comprometerse menos con la
realidad de que disponga de las revistas mencionadas. En el caso de (10), justifica el hecho de
no haberse decidido a comprar un tendedero.
Los otros tipos de actos de habla, los comisivos y los expresivos, también son susceptibles de
recibir atenuación, pero la experiencia sobre análisis de corpus y la escasa literatura bibliográfica
dedicada a estos, indica que es menos frecuente que se atenúen. Los
comisivos
son actos de habla por
los que el hablante promete actuar de acuerdo con sus palabras; si se atenúan, el hablante expresa un
menor compromiso con sus propuestas, como ocurre en el ejemplo (11):
(11) [XP.48.A1: 179-182]
S: mira quizá/ voy a ver si soy capaz de modelizarte la carga/ (( )) modelizarte no/ decirte qué es lo que
estamos haciendo con este equipo/ y tú ya verás cómo la modelizas
11
Aunque si bien esta distinción dentro de los asertivos entre juicios/opiniones y afirmaciones de hechos
sabidos es nuestra, hay trabajos sobre el tema que también reconocen que se trata de acciones distintas. Así,
por ejemplo, Tsui (1994), dentro de los actos que denomina informaciones, separa los reports (informes o relatos
de hechos) de los assesments (valoraciones o juicios).
12
En este ejemplo, sin el resto del contexto, el analista puede dudar entre verdadera atenuación o el hecho de
que realmente la hablante no esté segura. Sin embargo, si se acude a su contexto, se aprecia cómo la hablante
conoce con seguridad la cantidad de dinero y, por lo tanto, al emplear creo que está atenuando su afirmación
para no mostrarse tajante ante sus vecinas.
7
Por último, los actos
expresivos
, en el caso de que se atenúen, suelen hacerlo cuando está en
juego la imagen del interlocutor. Son, por ejemplo, los insultos, las recriminaciones o las quejas. Así,
en (12), C recrimina a su marido, (A), que los huesos no se desgastan, si no que se inflaman con el frío,
y si no te sabe mal es la forma de atenuar su reproche:
(12) [RV.114: 187-195]
A: eso es el frío que tengo aquí/ QUE SE DESGASTAAN
C: y se INFLAMAAN ↑/ con el FRÍOO// SABIONDO
A: °(¡me cago en la puta madre!)º
C: síi/ (…) SE INFLAMAN LOS HUESOS CON EL FRÍO↓ SI NO TE SABE MAAL
El análisis de la atenuación en actos de habla comisivos y expresivos, se podría simplificar si
se integran en los actos de habla directivos y asertivos. Los comisivos, puesto que se refieren al
compromiso del hablante con lo dicho pueden incluirse dentro de la atenuación de los asertivos; los
expresivos, en tanto que su atenuación solo es relevante en el caso de que se apele a la imagen del
oyente, puede aplicarse lo mencionado para los casos de atenuación en directivos.
2.2 Los tipos de atenuación según su dificultad de reconocimiento
Aplicando el esquema del apartado anterior al análisis de un corpus de conversaciones orales
del español peninsular (Briz et alii 2002), se puede establecer una distinción entre procedimientos que
se reconocen de forma clara y los que presentan más dificultad al analista. Se presenta, a continuación,
una clasificación que recoge los resultados obtenidos del análisis del corpus.
Por un lado, se encuentran los tipos y mecanismos de atenuación que no suelen ofrecer problema
para ser reconocidos como atenuantes, puesto que el analista observa que no hay una clara adecuación
entre forma lingüística y realidad expresada. Se reconoce algún mecanismo de indirección entre lo
dicho y lo referido. Se trata, habitualmente, de los siguientes tipos de atenuación:
- atenuación del
contenido proposicional
: queda explícita bien la imprecisión o bien la
disminución de la cantidad. Se reduce mediante la expresión lingüística el valor significativo
(semántico) respecto a la sustancia designada o referida (Holmes 1984a, Bazzanella et alii
1991, Briz 1998).
- atenuación del
acto de habla directivo
: supone siempre una movilización de la persona a la
que se dirige el mensaje y, por tanto, son actos que de porpresuponen una potencial carga
de amenaza. El investigador sabe que las amenazas son un tipo de acción susceptible de ser
atenuados, por los intereses de la negociación comunicativa y social (Bravo 2001, Briz 2003,
8
Contreras 2007). Se incluye también en este grupo al
acto de habla
expresivo
, pues como se
ha explicado, es relevante su atenuación cuando está implicada la imagen del interlocutor.
- atenuación del
acto de habla comisivo
: en tanto que se espera del hablante un compromiso
con las acciones que reflejan sus palabras, resulta obvia la disminución del compromiso al
emplear mecanismos de atenuación. En estos actos de habla, además, también resulta clara al
analista la necesidad del hablante por cuidar de su propia imagen personal (Hernández 2001,
2006).
- atenuación mediante
justificaciones e impersonalizaciones en los asertivos
: en estos
casos ocurre como en los anteriores, está claramente comprometida alguna de las imágenes de
los participantes en la interacción, bien la del oyente, bien la del hablante. Para el investigador,
que analiza el enunciado en cuestión en un corpus, resulta sencillo identificar si el mensaje
transmitido supone una carga negativa.
- atenuación de asertivos y directivos que supongan
disconformidad o desacuerdo
en
intercambios dialógicos: en estos enunciados resulta patente la necesidad de atenuar para
buscar el acuerdo como fin de cualquier negociación (Briz 1998). Se ponen en juego
elementos de relación interpersonal y del trabajo de las imágenes, que el investigador
reconoce inmediatamente.
En definitiva, todos los tipos de atenuación citados se identifican sin dificultad porque tienen
en común, bien el pretender reducir el contenido semántico de lo dicho manipulando la expresión
pero sin que la realidad factual sea modificada, o bien el estar involucrados en la expresión de
contenidos que afectan a la imagen de otra persona.
Por otro lado, tanto el análisis del corpus llevado a cabo, como la revisión de la bibliografía
revelan que hay un grupo de mecanismos de atenuación que suelen presentar dificultades de
reconocimiento para el analista. En general, se trata, frecuentemente, de mecanismos de atenuación
del acto
de habla asertivo cuando emplea formas de duda o posibilidad
. Más en concreto, las
formas que suelen confundir al analista son aquellas estructuras de verbos de pensamiento que
introducen una proposición (creer, suponer, parece, imaginar, pensar); así como los adverbios de duda o
posibilidad (quizás, a lo mejor, tal vez, seguramente). Estas formas son las empleadas tanto en la atenuación
de los juicios y opiniones como en la atenuación del compromiso epistémico hacia la verdad sabida
13
.
13
Junto con estas formas, se ha observado que otros mecanismos de atenuación de asertivos, en ocasiones,
también pueden ofrecer resistencia al análisis del investigador (por ejemplo, el empleo de formas apelativas o
apéndices fáticos, como oye, ¿sabes?, etc.). Por ser este un estudio limitado y porque estas formas presentan
poca dificultad de reconocimiento, se dejan de lado en este trabajo.
9
El problema aquí se centra en si el empleo de la forma candidata a atenuante” expresa una
duda real en el hablante (en cuyo caso no sería atenuante, sino el estado real de la mente del hablante,
que no tiene la certeza real sobre lo que dice) o si es una estrategia del que habla para reducir el
compromiso con sus palabras (y entonces sí se consideraría atenuación, pues la intención sería
disminuir la responsabilidad hacia lo emitido, no querer ser tajante). En otras palabras, la confusión
proviene del hecho de que el investigador no puede acceder directamente a la intención del hablante y
las formas lingüísticas empleadas no son suficientes para discernir claramente el empleo de la
atenuación. Piénsese en la duda planteada en el ejemplo (1): supongo que se traería al guagua también. Si se
conocieran mejor las circunstancias en que fue emitido este enunciado, tal vez podríamos determinar
si el hablante duda realmente o si está atenuando para velar por la imagen del interlocutor o de
mismo.
En el siguiente apartado se recogen algunos criterios que pueden orientar al investigador en la
tarea de identificación de atenuantes.
3 Propuesta de criterios para el reconocimiento de la atenuación
La primera ayuda para solventar los problemas de reconocimiento de atenuantes es el mismo
hecho de que el investigador sea consciente de que, en ocasiones, no se reconocen automáticamente, a
pesar de que nos encontremos ante expresiones candidatas a funcionar como atenuantes. La segunda
ayuda la proporciona la distinción entre los tipos de atenuación problemáticos y los que no, como se
ha señalado en el apartado anterior.
Resultan de gran valor los listados de formas, mecanismos y funciones de atenuación que se
han realizado en muchas lenguas; algunos de ellos aparecen citados en otros lugares de este artículo y
en la bibliografía. También es imprescindible el estudio de los enunciados en su contexto de
producción. En este sentido, cuanto más completa sea la información que el corpus ofrezca, más
posibilidades habrá de que la interpretación del analista sea certera. Junto a todo ello, se proponen, a
continuación, una serie de factores que pueden contribuir a su reconocimiento y que el investigador
deberá tener en cuenta cuando se enfrente al análisis.
3.1 Rasgos situacionales
En los análisis de categorías pragmáticas resulta muy útil conocer cada uno de los rasgos
situacionales en los que se desarrolla el intercambio comunicativo, pues el analista dispone de más
datos para juzgar la lengua.
El siguiente esquema refleja los rasgos situacionales que se consideran más útiles para la
identificación de fenómenos pragmáticos; se acompañan de los signos (+) y (-), los cuales indican la
tendencia al mayor o menor empleo de atenuación. A estas conclusiones se ha llegado en otros
10
trabajos anteriores (Briz 2004, Haverkate 2004, Albelda 2008b, Bravo 2008, Douglas de Sirgo 2008,
entre otros) y se corroboran en nuestro corpus
14
:
1. Marco físico donde se realiza la entrevista o conversación:
(-) Familiar/ cotidiano
(+) Transaccional
2. Relación de poder/ jerarquía entre los interlocutores:
(-) Igualdad funcional y/o social
(+) Desigualdad funcional y/o social
3. Grado de proximidad, conocimiento común compartido entre los interlocutores:
(-) Relación vivencial de proximidad: amigos, parientes, colegas, conocidos
(+) Relación vivencial de no proximidad (desconocimiento)
4. Origen geográfico y cultural del hablante (culturas de distancia y de acercamiento):
(-) cultura de acercamiento
(+) cultura de distanciamiento
Los rasgos marcados con (+) son los que caracterizan, a su vez, una situación formal, por lo
que de la conjunción de ellos, se puede derivar el siguiente principio, a tener en cuenta en los análisis
del fenómeno que se está estudiando: “a más rasgos formales (+), más posibilidades de que se emplee
atenuación”.
3.2 Identificación del tipo de acto de habla y de la fuerza ilocutiva
Además de los rasgos situacionales de la interacción en general, el investigador deberá
identificar el tipo de acto de habla que los enunciados susceptibles de etiquetarse como atenuantes
presentan (comisivos, declarativos, directivos, etc.). La identificación de la fuerza ilocutiva del
enunciado le revelará la intención del hablante.
Dentro del reconocimiento del tipo de acto de habla, el siguiente paso consiste en observar si
hay o no correlación directa entre el punto ilocutivo del acto de habla (el objetivo intencional,
Vanderveken 1985) y el grado de fuerza ilocutiva supuesto en dicho punto ilocutivo (si el acto de
habla es directo o no). Por ejemplo, si un mandato (acto de habla directivo) se transmite en su forma
neutra o si se transmite con un grado de fuerza menor, por ejemplo en forma de sugerencia
15
.
14
Para más detalle sobre el contenido de los tres primeros rasgos, véase Briz et alii (2002), Briz (2004) y Albelda
(2008b); para el cuarto rasgo, véase Briz (2004) y Haverkate (2004).
15
De acuerdo con Vanderveken (1985), un mismo punto ilocutivo puede expresarse con diferentes fuerzas
ilocutivas. Así, por ejemplo, en el punto ilocutivo directivo se sitúan órdenes, mandatos, peticiones,
11
Si dicha fuerza ilocutiva no está transmitida de forma neutra y hay elementos de indirección
(lo que Vanderveken considera fuerza ilocutiva 0), esto constituirá una señal de que el investigador se
encuentra ante un posible caso de atenuación (si se ha disminuido la fuerza ilocutiva; o intensificación,
el fenómeno contrario). El analista, entonces, seguirá buscando indicios de atenuación, acudiendo, así,
a las plantillas de mecanismos y formas de atenuación.
3.3
Implicación de las imágenes de los interlocutores
Aun analizando los elementos anteriores, el investigador puede encontrarse con potenciales
mecanismos de atenuación del decir y seguir confundido sobre su identidad. Al mismo tiempo que
identifica la fuerza ilocutiva, debe tener en cuenta otro elemento, quizás más determinante si cabe,
para hacer uso de estrategias de atenuación: observar si están implicadas las imágenes de las personas.
En el caso de que lo estén, las posibilidades de que emplee mecanismos de atenuación incrementarán:
este dato, por tanto, apoyará y facilitará la tarea de reconocimiento. De hecho, como se ha visto en el
apartado 2.2., los tipos de atenuación que resultan más fácilmente identificables son, en su mayoría,
aquellos en que se implican las relaciones de imágenes personales, pues es esta la principal causa de
empleo de atenuación (Bravo 1993, 2001; Briz 2003, 2007).
Entre los elementos constitutivos de la comunicación, los que principalmente propician la
estrategia de la atenuación son los interlocutores. Los otros elementos de la comunicación tambn
pueden influir, como el canal o el mensaje, pero son los intereses de las imágenes los que en última
instancia priman a la hora de emplear atenuación. Así, por ejemplo, el mensaje puede contener una
fuerte carga negativa (como un insulto), pero si se trata de situaciones en las que las imágenes no se
encuentran en peligro, no será necesario el empleo de la atenuación (Bernal 2007). Cabe señalar,
además, que no se trata solo de la implicación de la imagen de los oyentes, lo cual ha sido ampliamente
mostrado en los estudios de cortesía, sino también de la imagen del propio hablante (Hernández 2001,
2004, 2006).
3.4. Los asertivos atenuados
sugerencias, consejos, súplicas y preguntas. Asimismo, el punto ilocutivo asertivo puede expresarse con
diversas fuerzas ilocutivas, como aserciones, testimonios, predicciones, informes, confesiones o conjeturas.
12
Quedaría, por último, el problema de los asertivos atenuados en forma de duda. Siempre y
cuando el contexto lo facilite, resulta útil diferenciar en el análisis de estos actos si son opiniones o son
aserciones de hechos factuales
16
. Así,
- por un lado, cuando se trate de opiniones y se empleen formas de atenuacn (de aquellas que
proporcionan las plantillas), en estos casos dichas formas funcionarán habitualmente como
atenuantes, pues a través de la opinión se expresa una postura personal, en la que no tiene
sentido hablar de duda o vacilación.
- si, por otro lado, se trata de aserciones de hechos factuales, en las que hay mecanismos de
atenuación, ahora el problema puede persistir, pues es más complicado discernir si la
intención del hablante realmente contiene duda o si atenúa para comprometerse menos.
Para estipular si las aserciones de hechos factuales constituyen o no casos de atenuación, la
última posibilidad es apoyarse en pruebas formales que ayuden a reconocer su carácter atenuante.
Por el momento, esta es una investigación en proceso, en la que se están detectando marcas que
puedan ayudar a acotar si se trata o no de atenuación. Se recogen, a continuación, algunos de los
resultados.
3.4.1. Asertivo atenuado que protege la imagen del oyente
En primer lugar, en estos actos de habla asertivos habrá que fijarse, como se señaló más
arriba, en si lo dicho afecta a la imagen del interlocutor (oyente), pues en ese caso las probabilidades
de que se atenúe serán mayores. En este sentido, hay algunos factores conversacionales que favorecen
el uso de la atenuación, y que es útil advertirlos:
- mensajes con temáticas conflictivas, la expresión del desacuerdo o de la disconformidad. Estos
contenidos pueden entrañar un potencial de amenaza para alguna de las imágenes de las
personas implicadas.
- las respuestas negativas a una peticn/solicitud/ofrecimiento o que contradicen lo opinado u
expuesto por otros. El adverbio no es una de las palabras que más acompañada va de
atenuantes.
16
Recuérdese la distinción propuesta al respecto en el apartado 2.1.: por un lado, atenuación de juicios y
opiniones; por otro lado, reducción del compromiso del hablante hacia lo dicho (aserción de la verdad
factual).
13
- en relación con lo anterior, se deberá tener en cuenta si lo dicho por un hablante responde a
un par adyacente (la unidad conversacional es, entonces, un intercambio), puesto que en ese
caso sus palabras se determinan respecto a las de otro interlocutor; o, en cambio, si las formas
atenuantes se encuentran o se refieren a su propia intervención
17
.
- otro hecho conversacional que favorece la recurrencia a la atenuación en este sentido es la
producción de mecanismos metalingüísticos como el robo del turno a otro interlocutor, la
interrupción en su turno o el cambio de tópico o digresión.
3.4.2. Asertivo atenuado que protege la imagen del hablante. Pruebas formales
En el caso de que el mensaje no afecte a la imagen del (oyente), solo queda la posibilidad de
que el empleo de la atenuación se deba al cuidado de la imagen del yo (hablante): que el hablante quiera
reducir su compromiso sobre lo dicho o que quiera atenuar su propia opinión. En este último
supuesto (las opiniones), ya se ha visto que, en principio, el empleo de un mecanismo de atenuación
implica un fácil reconocimiento de que se quiere atenuar.
Para discernir si en los casos de aserción de hechos factuales se trata de duda o de atenuación,
se apuntan algunos mecanismos que el análisis de corpus ha mostrado que pueden funcionar como
pruebas de que existe atenuación:
Prueba 1. Consiste en observar si el elemento de atenuación está integrado dentro de un acto o de una
intervención del hablante (ejemplo 13), o si, por el contrario, el elemento supuestamente atenuado
constituye en mismo un enunciado y, por tanto, se encuentra aislado (ejemplo 14). Las expresiones
que se están analizando son las marcadas en cursiva en los ejemplos:
(13) [MA. 155-165]
1 R: si allí no puede– allí no puede tender mojado↓ chorreando
2 E: yoo– espera§
3 R: § no puede limpiar repisas/ porque bajo vive la dueña↑ y no le va a tirar
4 toda la porquería a la dueña
5 M: el deslunao↑ me parece↑/ el de la cocina↑ que está tapao↓ pero allí subían to(do)s los
6 OLORES↑/ cuando tenga una el gas encendido↑ el otro/ no tiene ventilación
(14) [MA. 102-113]
1 M: yo el año pasao pagué del mío siete mil y pico
2 E: yo creo que eran siete mil novecientas o seis mil
3 R: pero del tuyo ¿qué es?
4 E: uun Renaúl diecinueve
17
Para una caracterización de estas unidades conversacionales, véase Briz et alii (2003); para las implicaciones que
estas ejercen en el empleo de categorías pragmáticas, véase Briz y Estellés (e.p.) y Albelda (2008b).
14
5 M: y lo que me ha chocao↑ es que siendo un Forito
18
digo es que a lo mejor hay un tope→
6 E: no lo [sé]
7 M: [que] aunque pasen dos o tres o equis caballos más→ pagarán lo mismo
El enunciado no lo (ejemplo 14, línea 6) tiene más probabilidades de no ser atenuación,
puesto que el hablante solo emite la fórmula “candidata a atenuante” sin que acompañe o introduzca
otras palabras, por lo que no se puede decir que proteja (ni al hablante ni al oyente) de algún
contenido con carga negativa o amenazante. Se tratará, más bien, de la expresión real de posibilidad o
de duda. Sin embargo, en el ejemplo 13 (línea 5), me parece es introducido a posteriori –como
matización- en el plan discursivo de la hablante, lo cual es ya una muestra de la intención por atenuar
su aserción. Al estar integrado en un enunciado mayor, aumentan las posibilidades de reconocer en su
intención una reparación o mitigación del efecto que su aserción pueda provocar.
Prueba 2. Otro indicio formal que aumenta las posibilidades de que una expresión constituya
realmente una atenuación es que el hablante reformule su enunciado o lo corrija, como ocurre en el
ejemplo 15:
(15) [MA. 560-566]
1 M: estoy esperando quee venga lo de los coches/ que todavía no ha llegado
2 R: es que ahora↑ ahora que lo dices↑ es verdad/ porque era el aniversario↓ los veinticinco
3 años ¿no?
4 E: claaro
5 M: sí/ yo creo que sí
En estos casos, el mecanismo de autocorrección puede advertir al analista de que el hablante
ha considerado sus palabras previas (en 15, ) demasiado directas, por lo que repara la fuerza de su
afirmación
19
.
Prueba 3. Un último indicio formal de atenuación que se ha detectado en el corpus es la anticipación de
ciertos elementos a las palabras que, a juicio del hablante, puedan ejercer un efecto negativo
20
. Se trata
de un modo más sutil de expresar el mensaje indirectamente. En (16), la proposición concesiva
introducida por pero (línea 6) constituye un subacto subordinado (de acuerdo con Briz et alii 2003) de
justificación emitido previamente a la aserción del contenido proposicional (subacto director). Esta
justificación anticipada retarda la negación y el rechazo de la opinión del otro interlocutor, de tal
manera que amortigua el efecto negativo:
18
Renault y Forito (Ford) son marcas de vehículos.
19
También el ejemplo (13) se puede entender como una corrección, es una matización posterior al sujeto
sintáctico, propia de la planificación sobre la marcha de lenguaje hablado espontáneo (Briz 1998).
20
Es la topicalización, en terminología de Lingüística textual. La anticipación, no obstante, constituye un caso más
amplio que el de la topicalización y que en futuras investigaciones se tratará de matizar. Con anticipación no nos
referimos únicamente a desplazamientos sintácticos de palabras o sintagmas, sino también a comentarios
emitidos previamente a la aserción.
15
(16) [MA. 147-155]
1 E: ¿y dónde lo van a meter?
2 R: ¡AY! NO [SERÁ=]
3 M: [¡noo!]
4 R: = PORQUE NO HAY CASA
5 M: no– no– a– además tiene una galería– además el otro día tenía…
6 R: pero en la galería↑ allí no puede estar
7 E: noo↓ él tiene que estar [(( ))]
8 R: [si allí no puede–] allí no puede tender moja– chorreando
Las pruebas ofrecidas pretender servir al analista únicamente como indicios formales que
aumentan las posibilidades de identificar las potenciales formas atenuantes como verdadera
atenuación. No obstante, no son pruebas categóricas, será el contexto el que se encargue de
matizarlas. Son el resultado de un análisis de un corpus del español peninsular de registro coloquial (y
parcialmente semiformal), por lo que, de momento, se deben circunscribir a esta variedad. Queda por
realizar una aplicación a un mayor número de conversaciones para observar su frecuencia y matizar su
repercusión en la identificación de la atenuación. Asimismo, es también tarea pendiente obtener más
pruebas formales en esta línea.
4 Conclusión
Este artículo ha intentado ofrecer algunas soluciones a los problemas que presenta el
reconocimiento de la categoría pragmática de la atenuación. Como la experiencia sobre el análisis del
fenómeno muestra, son muchos los enunciados en los que, aun presentado formas establecidas como
susceptibles de ser atenuantes, el investigador no posee certeza de que funcionen como tales, pues es
difícil acceder a la intención del que produjo dicho acto de habla. El análisis de esta categoría en
corpus de interacciones reales puede resultar de gran ayuda, más todavía si se dispone de corpus con
fichas descriptivas de los rasgos situacionales de cada interacción, puesto que permiten al analista
conocer mejor las circunstancias auténticas de emisión. No obstante, junto con el análisis del
fenómeno en y a partir de corpus, es necesario contar con criterios específicos de reconocimiento,
sobre todo para los casos que resultan más complejos de interpretar.
Las pautas de reconocimiento que aquí se presentan funcionan a modo de pistas que pueden
guiar en la identificación de atenuantes. Aunque estos criterios no resuelven plenamente el problema
del reconocimiento, que pueden ayudar al analista a discernirlo y, al menos, es útil el disponer de
una neta distinción entre los procedimientos que presentan problemas de identificación de los que no
lo suelen hacer (apartado 2.2.). Es imprescindible que en un análisis de este fenómeno el analista sea
consciente de que hay casos de atenuación que, de entrada, oponen dificultad para catalogarlos como
tales. Los resultados del análisis de corpus aquí recogidos muestran que, en principio, apenas poseen
16
dificultad los tipos de atenuación que afectan al contenido proposicional y a los actos de habla
directivos, expresivos y comisivos, al igual que aquellos que tienen que ver con justificaciones,
impersonalizaciones y desacuerdos en asertivos. Por el contrario, el fenómeno parece más complicado
de interpretar en actos
de habla asertivos, especialmente en los que se emplean formas lingüísticas de
duda o posibilidad. Para estos casos se han propuesto algunos criterios, como el diferenciar entre
opiniones y aserciones de hechos factuales, el tener en cuenta si están implicadas las imágenes de
alguno de los interlocutores, la detección de algunos factores conversacionales que habitualmente
exigen el uso de atenuación (temáticas conflictivas, interrupciones, etc.) y la observación de algunas
marcas formales que invitan con frecuencia a recurrir a la atenuación.
Resultan muy útiles y valiosos los listados de formas y mecanismos de atenuación ofrecidos
por la literatura pragmática, puesto que recogen la codificación linística del fenómeno y, por tanto,
ayudan a reconocerlo. Ahora bien, estas formas se encuentran determinadas por el contexto, su
función pragmática está ligada a las características situacionales donde se realiza el intercambio
comunicativo y, por tanto, es dependiente de ellas. A pues, las marcas linísticas constituirán un
primer indicio para atraer la atención del analista, quien, en segundo lugar, tendrá que observar otros
factores, situacionales, discursivos o puramente formales, como los que se han expuesto en las páginas
anteriores. Es importante señalar, por último, que esta propuesta solo es una primera guía, que deberá
seguir completándose conforme avance la investigación.
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... En este estudio se parte de la base de que, a pesar de que los trabajos relacionados con la atenuación lingüística en el español hayan ido en aumento estas últimas décadas (Briz, 2003;Albelda, 2008Albelda, , 2010Albelda y Cestero, 2011Cestero y Albelda, 2012;Briz y Albelda, 2013;Albelda et al., 2014;Soler Bonafont, 2016;Cestero, 2017;Soler Bonafont, 2018;Villalba, 2018;Xie, 2019;Guerrero et al., 2020;Guerrero, 2021, solo por mencionar algunos), varias de estas investigaciones se han enfocado en proporcionar un panorama general del fenómeno de la atenuación o en describir su variación sociolingüística. No obstante, los trabajos orientados a describir estrategias concretas de atenuación siguen siendo mínimos en comparación, en particular si se toma en consideración la variación genérica y/o la variedad chilena del español. ...
Article
Desde un enfoque pragmalingüístico, en esta investigación se describe la variación genérica de los verbos de actitud proposicional con función atenuante en actos de habla asertivos presentes en dos géneros discursivos: la conversación coloquial y la entrevista sociolingüística. Específicamente, se estudian los verbos de actitud proposicional en secuencias discursivas de conversaciones coloquiales del corpus AMERESCO, y narraciones de experiencia personal y argumentaciones del corpus PRESEEA de Santiago de Chile. Se realizó un análisis cualitativo de las dimensiones estructurales, enunciativas, situacionales y pragmático-discursivas de un total de 33 casos extraídos de los materiales en estudio. Con base en el análisis de los datos, se sugiere que, en el caso de la atenuación mediante verbos de actitud proposicional, hay variación genérica. Además, se concluye que factores como la tipología textual y el tipo de acto asertivo son determinantes al momento de orientar el uso atenuante de los verbos ya sea hacia la expresión de un juicio de manera débil o hacia el encubrimiento de la seguridad que se tiene frente a una aserción.
... En cuanto a los niveles de incidencia de la atenuación, se ha distinguido entre el dictum y el modus (Briz 1995(Briz , 1998(Briz , 2007Haverkate 1994, etc.). La atenuación del dictum se realiza a través del contenido proposicional, esto es, cuando "se minimiza la cantidad o se expresa un elemento de la proposición de forma vaga o imprecisa" (Albelda 2010: 43) y afecta la estructura interna del acto del habla. Para ello, se emplean recursos morfológicos internos, sobre todo, diminutivos, o externos (cuantificadores o elementos léxicos de contenido suave o decoroso como es el caso de los eufemismos, las lítotes, etc.). ...
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En este trabajo nos proponemos estudiar los mecanismos lingüísticos de atenuación en el español hablado de la comunidad urbana de Sevilla teniendo en cuenta los criterios de la edad y el sexo. Para ello, manejamos 24 entrevistas semidirigidas correspondientes al nivel de estudios alto que forman parte del corpus oral PRESEEA de la ciudad hispalense (Repede 2019), distribuidas de forma proporcional según los factores sexo ‒ hombres y mujeres‒ y grupo generacional ‒20-34 años, 35-54 años y 55 años en adelante‒. Con el fin de llevar a cabo este estudio, nos basamos en la ficha propuesta por Albelda y otros (2014) para el análisis de la atenuación. Los resultados generales indican que un 22 % de los turnos de habla del corpus están mitigados, en los que se utilizan 1280 recursos de atenuación. Se trata, además, de un fenómeno lingüístico que se manifiesta de manera distinta entre los hombres y las mujeres entrevistadas, así como entre los tres grupos etarios.
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Nos proponemos en este estudio realizar un análisis cualitativo y cuantitativo de los distintos usos y funciones de la locución «un poco», así como su distribución social, en el español hablado en la ciudad de Sevilla. Para conocer el funcionamiento semántico y pragmático de esta unidad pluriverbal, analizamos su frecuencia de empleo en 72 entrevistas semidirigidas realizadas a hablantes sevillanos con tres niveles de instrucción: alto, medio y bajo. Los resultados generales arrojan que la estructura «un poco» se utiliza en el corpus manejado ampliamente como operador discursivo con cuatro valores diferentes (atenuador, intensificador, aproximador y reformulador). Además, este uso pragmático está más extendido en el sociolecto alto, de la primera generación, con predominio de la función atenuadora, que sirve generalmente para proteger y salvaguardar la imagen del hablante.
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En este trabajo nos centramos en el fenómeno de la atenuación lingüística registrado en 24 entrevistas semidirigidas de hablantes sevillanos correspondientes al sociolecto alto, realizadas dentro del marco PRESEEA (Proyecto para el Estudio Sociolingüístico del español de España y de América). Los sujetos encuestados se distribuyen proporcionalmente según dos factores extralingüísticos, a saber, sexo ‒hombres y mujeres‒ y grupo etario, esto es, primera ‒20-34 años‒, segunda ‒35-54 años‒ y tercera generación ‒55 años en adelante‒. Además, con el fin de llevar a cabo este estudio, nos basamos en los trabajos de Cestero y Albelda (2012) y Albelda et alii (2014) para el análisis de la atenuación. Tras identificar los distintos mecanismos lingüísticos atenuadores a los que recurren los informantes entrevistados para mitigar sus discursos, aportamos datos cuantitativos con el fin de reflejar cómo se distribuyen socialmente en este grado de instrucción. Los resultados generales indican una frecuencia de uso de la atenuación bastante alta: 22% de los turnos de habla del corpus están mitigados, en los que se utilizan 1280 recursos de atenuación, que inciden, sobre todo, directamente en el modus. El mecanismo más empleado en la muestra es la impersonalización del sujeto, seguida de muy de cerca de las fórmulas fático-apelativas. Por criterios sociales, se trata de un fenómeno lingüístico que se manifiesta de manera distinta entre los hombres y las mujeres entrevistadas, así como entre los tres grupos de edad. Las principales diferencias localizadas en los usos según el sexo se dan en el empleo de marcadores del discurso correctores, recurso predominante femenino, y el empleo de fórmulas de control de contacto, mecanismo mayoritariamente masculino. La primera y tercera generación priorizan la impersonalización del sujeto, mientras que la generación adulta atenúa, sobre todo, para implicar al interlocutor en lo dicho por el hablante, esto es, mediante las fórmulas fáticas.
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La presencia de la industria extractivista en América Latina se ha convertido en la principal fuente de conflicto en el continente. Las políticas desarrollistas impulsadas desde gobiernos de distintas tendencias ideológicas se han traducido en la amenaza constante en comunidades y territorios, el asesinato de líderes ambientales, la aparición de actores armados legales e ilegales y el desplazamiento de poblaciones. Desde una perspectiva de género, el impacto ambiental de los proyectos supone el incremento de la vulnerabilidad de las mujeres que se ven afectadas por la militarización de los territorios y la pérdida de las formas de vida tradicionales. En un contexto de despojo caracterizado por la interrelación entre patriarcado, capitalismo y colonialismo, emergen estrategias en defensa del territorio y la vida con protagonismo de mujeres lideresas en las que la comunicación adquiere un papel relevante. Asociados a los conflictos ambientales que se suceden en el continente, es posible identificar, a su vez, prácticas comunicativas lideradas por mujeres activistas que se enmarcan en las estrategias de resistencia y de lucha por la defensa del territorio y la vida. El objetivo de este trabajo es llevar a cabo una aproximación a las prácticas comunicativas realizadas por mujeres en contextos de conflictos ambientales en América Latina. Para ello, se toman como referencia experiencias de algunos de los países con mayores tasas de violencia, como son Colombia y Honduras. Esta aproximación se construye a partir de dos ejes: por un lado, el de las prácticas comunicativas populares en el contexto de la comunicación para el cambio social y, por otro, las prácticas comunicativas realizadas por mujeres en defensa del territorio que aquí son enmarcadas en la corriente del ecofeminismo. En un momento histórico del capital denominado como “acumulación por despojo” por David Harvey, las autoras identifican las prácticas comunicativas analizadas como formas de disputa en diversos aspectos. En primera instancia, como disputa a la comunicación hegemónica, desde experiencias que pueden considerarse alternativas y contrahegemónicas y que persiguen una “comunicación otra”; y, en segundo lugar, como estrategia de denuncia, resistencia y organización desde el ecofeminismo en defensa de la centralidad de la vida y los bienes comunes.
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En la última década, la sólida sistematización teórica, conceptual y metodológica desarrollada por el PRESEEA_ATENUACIÓN, favoreció el incremento del estudio variacionista de la atenuación como fenómeno sociopragmático. Actualmente, existen investigaciones con alto rigor científico sobre el funcionamiento de la atenuación en varias comunidades de habla hispanas. Sin embargo, en Cuba, el examen de la atenuación es prácticamente nulo, se ha avanzado muy poco en el conocimiento de su uso en el habla de este país caribeño. Por ello, se realiza este estudio con la pretensión de caracterizar sociopragmáticamente el uso de la atenuación en el corpus PRESEEA-La Habana.
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Desde el punto de vista pragmático, los modalizadores de opinión personal (mop; en mi opinión, a mi juicio) se han caracterizado de forma mayoritaria como atenuadores. No obstante, el análisis de su semántica pone de manifiesto que cabría replantearse si realmente la función mitigadora es la más saliente: aunque restringen la validez del contenido proposicional que se encuentra bajo su alcance a una esfera estrictamente subjetiva que no tiene por qué coincidir con la realidad, codifican, al mismo tiempo, la plena convicción del hablante. Si bien el primer componente semántico estaría más correlacionado con la atenuación, cabría entender que el segundo convertiría a los mop en productivas estrategias intensificadoras. El objetivo de este artículo es reconsiderar la importancia de la función mitigadora a la hora de explicar el comportamiento pragmático de estas expresiones e identificar otras funciones que desempeñan con frecuencia. El presente estudio se fundamenta en un análisis cualitativo de una muestra de debates parlamentarios que contienen el mop en mi opinión. Los resultados obtenidos evidencian que, además de atenuar, esta unidad lingüística también se emplea para reforzar el punto de vista propio, para aumentar la eficacia de un ataque a la heteroimagen, para destacar la contribución original del emisor y para focalizar una evaluación positiva o negativa. Asimismo, varias de estas funciones tienden a converger en una misma ocurrencia.
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a El presente trabajo tiene como objetivo general definir y caracterizar las diversas funciones del dequeísmo en el habla de Monterrey. Para ello se analizan a profundidad los usos del dequeísmo en el corpus El Habla de Monterrey-PRESEEA, compuesto por 108 conversaciones semi-dirigidas de hombres y mujeres mayores de 20 años y de distintos niveles de instrucción. Los resultados del estudio han permitido distinguir que el dequeísmo se emplea en su mayoría por jóvenes, con dos valores semánticos: creador de espacio mental y ejemplificador. Además, la función de creador de espacio mental puede operar como un citativo. Finalmente, los resultados revelan la presencia de un valor pragmático atenuador, aunque con una frecuencia baja.
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La presente investigación se propone arrojar luz sobre los complejos mecanismos de atenuación y de intensificación en un corpus oral judicial. Así, partiendo del corpus publicado en Ridao Rodrigo (2010), se aporta un análisis cuantitativo y cualitativo de intervenciones en las que aparece alguna forma del verbo recordar. Se observa que en determinadas ocasiones los mismos mecanismos se emplean como recurso atenuador y en otras como recurso intensificador. En suma, se subraya la necesidad de analizar el contexto comunicativo a la hora de valorar si se trata de un mecanismo de atenuación o de intensificación.
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Book synopsis: Acts of speech and courtesy in Spanish is a compilation of recent works dealing with different acts of speech in Spanish and the relationship that its linguistic realization has with the rules of courtesy in force in the communities under study. Speech acts that are examined, from different theoretical and methodological perspectives -pragmatics, discourse analysis (critical), linguistic anthropology and conversation analysis- include, among others, offers, requests, compliments, and claims. Speaking communities from Argentina, Bolivia, Spain, Mexico, Venezuela and Uruguay are represented. Studies such as those presented here have not reached in Spanish the degree of interest and dissemination they have had in other languages. Thus, this volume attempts to fill a gap in publications in the area and constitutes a step forward towards a register that encompasses the different Spanish-speaking communities.