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A
nsiedad
y
E
strés
ISSN: 1134-7937
1995,1(2-3),113 -130
EL ESTRÉS LABORAL:
BASES TEÓRICAS Y MARCO DE INTERVENCIÓN
Juan Merín Reig*, Antonio Cano Vindel y Juan J. Miguel Tobal
Universidad Complutense de Madrid
Resumen:
El estrés en el ámbito laboral, en su vertiente
negativa, es considerado como uno de los problemas
graves que sufren los trabajadores y las organizaciones.
Sin embargo, se sigue prestando poca atención a sus
consecuencias negativas. Desde que French y Kahn
(1962) desarrollaron su modelo procesual del estrés labo-
ral, se han realizado pocas intervenciones para intentar
disminuirlo en la empresa. En el presente artículo se hace
un repaso global al campo de estudio del estrés laboral:
(1) se define el estrés laboral desde un punto de vista in-
teractivo, donde las variables contextuales y las caracte-
rísticas personales del individuo se interrelacionan, a la
vez que se comentan los modelos más importantes des-
arrollados desde este punto de vista en las últimas tres
décadas; (2) se revisan algunos instrumentos de medida
(listados, cuestionarios y datos administrativos) que se
emplean para evaluar el estrés laboral en general, o al-
gún aspecto concreto con él relacionado; (3) se listan los
factores que influyen en el estrés laboral y sus conse-
cuencias más importantes; y (4) por último, se comenta
el marco adecuado para diseñar programas que reduzcan
el estrés laboral
Abstract:
Occupational stress, in its negative
aspect, is one of the most dangerous problems for
workers and their enterprises. But, these bad
consequencies of distress do not mean more at-
tention about it. In 1962, French & Kahn desig-
ned a procesual model to explain stress in the or-
ganizations, in spite of it, few programs to con-
trol distress in organizations have been develo-
ped. In this paper, it has been reviewed occupa-
tional stress field: (1) its definition and several
important models of occupational stress by an in-
teractive perspective, considering both contex-
tual and personal aspects; (2) ways to assess oc-
cupational stress (checklists, inventories and ad-
ministrative data); (3) stressors and main outco-
mes that influence in occupational stress; (4) an
approach to design interventions to reduce occu-
pational stress
Key words: O
ccupational Stress, Models, Stressors,
Appraisal, Coping-behavior, Stress-assessment, In-
ventories, Stress-outcomes, Interventions
Palabras Clave: E
strés laboral, Modelos explicativos
del estrés ocupacional, Estresores, Evaluación del estrés,
Consecuencias del estrés, Propuestas de intervención
Title:
Occupational Stress: Theoretical Back-
ground and Intervention Framework
Introducción
La Administración Científica del Trabajo
propuesta por F.W. Taylor (1911), supuso un
punto de partida prometedor en las relaciones
entre el mundo laboral y la psicología aplica-
da. Posteriormente otros autores como Bennis
(1966), Mayo (1972), Argyris (1979), etc...
también han insistido en esta importante rela-
ción. Sin embargo, todas estas propuestas,
teóricas y aplicadas, están teniendo menos
* Dirigir la correspondencia a:
Dr. Antonio Cano Vindel.
Dpto. de Psicología Básica (Procesos Cognitivos). Facul-
tad de Psicología. Universidad Complutense. 28223 Cam-
pus de Somosaguas, Madrid.
canovindel@psi.ucm.es
© Copyright 1995: de los Editores de
A
nsiedad
y
E
strés
Artículo recibido: 7-11-95, aceptado: 18-11-95
consecuencias positivas en el ámbito del es-
trés laboral de las esperadas.
En este artículo pretendemos presentar
una amplia panorámica del estrés laboral des-
de un punto de vista interactivo: definición y
modelos explicativos más sobresalientes del
estrés en el ámbito laboral, variables contex-
tuales (estresores) que pueden generar estrés,
variables individuales, instrumentos de eva-
luación utilizados en el momento presente, y
por último, algunas pautas para el diseño de
programas de intervención para el manejo del
estrés laboral.
J.Merín, A.Cano-Vindel y J.J.Miguel-Tobal
114
Definición y Modelos del Estrés La-
boral
El término estrés proviene de la física y la
arquitectura y se refiere a la fuerza que se
aplica a un objeto, que puede deformarlo o
romperlo. En la psicología, estrés suele hacer
referencia a situaciones que implican deman-
das fuertes para el individuo y que pueden
agotar sus recursos de afrontamiento (Bren-
gelmann, 1987).
Los acontecimientos vitales, catastróficos,
incontrolables, impredictibles, como muerte
de un ser querido, separación, enfermedad o
accidente, despido, ruina económica, etc., son
el tipo de situaciones estresantes que fueron
más estudiadas en los años sesenta y setenta
(Holmes y Rahe, 1967). Como puede verse,
se trata de situaciones de origen externo al
propio individuo y no se atiende a la interpre-
tación o valoración subjetiva que pueda hacer
el sujeto de las mismas. Serían situaciones ex-
traordinarias y traumáticas, o sucesos vitales
importantes, que en sí mismos producirían
cambios fundamentales en la vida de una per-
sona y exigirían un reajuste.
Previa a esta concepción de estrés, Selye
(1956) había investigado la respuesta fisioló-
gica no específica de un organismo ante si-
tuaciones estresantes, a la que denominó Sín-
drome de Adaptación General y que incluía
tres fases: alarma, resistencia y agotamiento.
Selye consideraba que cualquier estímulo po-
día convertirse en estresor siempre que pro-
vocase en el organismo la respuesta inespecí-
fica de reajuste o reequilibrio homeostático,
pero no incluía los estímulos psicológicos
como agentes estresores.
En los años ochenta se han estudiado tam-
bién los acontecimientos vitales menores (dai-
ly hassles), o pequeños contratiempos que
pueden surgir cada día (en el trabajo, las rela-
ciones sociales, etc.) como estímulos estreso-
res. Así mismo, se han incluido los estresores
menores que permanecen estables en el medio
ambiente, con una menor intensidad pero ma-
yor duración, como el ruido, hacinamiento,
polución, etc.
La definición del término estrés ha sido
muy controvertida desde el momento en que
se importó para la psicología por parte del fi-
siólogo canadiense Selye (1956). El estrés ha
sido entendido como respuesta, como estímu-
lo y como interacción. En la actualidad, este
último planteamiento, se acepta como el más
completo. Así pues, se considera que el estrés
se produce como consecuencia de un desequi-
librio entre las demandas del ambiente (estre-
sores internos o externos) y los recursos dis-
ponibles del sujeto (Lazarus y Folkman,
1986). De tal modo, los elementos a conside-
rar en la interacción potencialmente estresante
son: variables contextuales propias del ámbito
laboral, variables individuales del sujeto que
se enfrenta a la situación y consecuencias del
estrés.
Toda persona hace constantes esfuerzos
cognitivos y conductuales para manejar ade-
cuadamente las situaciones que se le presen-
tan, por lo tanto no todo el estrés tiene conse-
cuencias negativas. Sólo cuando la situación
desborda la capacidad de control del sujeto se
producen consecuencias negativas. Este resul-
tado negativo se denomina distrés, a diferencia
del estrés positivo, o euestrés, que puede ser un
buen dinamizador de la actividad laboral.
Paralelamente, en el contexto organiza-
cional se han desarrollado modelos muy pró-
ximos al citado anteriormente de Lazarus y
Folkman (1986). A continuación se señalan
algunos de los más relevantes.
1. Modelo del ambiente social (French y
Kahn, 1962)
Este modelo propuesto por el Instituto pa-
ra la Investigación Social de Michigan, a par-
tir de trabajos dirigidos a determinar las con-
secuencias del trabajo en la salud, propone
cuatro elementos fundamentales en el proceso
Estrés laboral: bases teóricas y marco de intervención
115
que tiene como resultado final el estrés. Estos
son:
1. Las condiciones físicas y sociales objetivas.
2. La percepción subjetiva del contexto obje-
tivo.
3. El repertorio de respuestas del trabajador.
4. Las consecuencias en la salud física y men-
tal.
En la Figura 1 (modificada de Peiró, 1993,
p. 15) se describen las fases propuestas a tra-
vés de las cuales se alcanza el distrés y poste-
riormente el deterioro físico o mental.
A
mbiente
Psicolo
g
ico.
Respuestas
A
mbiente
Objetivo
Consecuencias
ne
g
ativas
Caracteristicas estables de la persona
(
personalidad, organicas, etc...)
Relaciones Interpersonales
Figura 1. Modelo procesual de French y Kahn (1962).
El modelo de la escuela de Michigan ha
influido notablemente en posteriores autores,
tales como McGrath (1976), Fineman (1979),
o Hungentobler et al. (1992). Cada uno de
ellos presenta sus propias peculiaridades y
matizaciones pero globalmente se podrían
agrupar junto al propuesto por French y Kahn
en 1962.
McGrath (1976), de igual manera que el
modelo de la escuela de Michigan, considera
la situación de estrés como un ciclo de cuatro
etapas, englobadas en el ambiente fisicosocial
del trabajo. Este modelo está constituido por
los cuatro elementos principales ya señalados
por French y Kahn (1962), pero su interés se
centra más en los procesos que se dan entre
estos cuatro elementos. Así, por tanto,
McGrath determina cuatro procesos hasta al-
canzar el estrés. La primera etapa, entre la si-
tuación y la situación percibida se denomina
proceso de apreciación cognitiva. La segunda
parte del proceso se relaciona con la selección
de la respuesta e involucra la toma de decisio-
nes. Si la situación es percibida como inde-
seable, se busca una respuesta alternativa con
la intención de modificarla. El tercer paso
consiste en el proceso de desempeño, que da
por resultado un conjunto de conductas que
J.Merín, A.Cano-Vindel y J.J.Miguel-Tobal
116
pueden evaluarse cualitativa y cuantitativa-
mente. La cuarta relación establecida, se da
entre la conducta y la situación y se denomina
proceso resultante.
Fineman (1979, 1985, 1993) ha utilizado
estudios de casos de directivos desempleados
para detectar el estrés. Este es definido por el
autor en términos de lo que una persona está
experimentando y sintiendo, es decir el estrés
es equiparado con un estado psicológico de
alta ansiedad. Fineman considera tres clases
principales de variables: las fuentes del estrés
(pueden producirse en el puesto de trabajo, en
la organización o en una situación no laboral),
la personalidad del individuo (considera de
mayor importancia la “predisposición al fra-
caso” y “el miedo al fracaso”) y la conducta
(enfrentamiento, huida y evitación) para
afrontar los estresores. El autor sugiere que
una persona que experimenta tensiones y car-
gas en el trabajo debería ser animada a exa-
minar cómo interpreta las demandas del en-
torno. Además debe fomentarse su autoestima
a través de la información pertinente sobre los
éxitos obtenidos en las tareas realizadas.
Hungentobler et al. (1992) conceptualizan
el estrés laboral como un proceso en el que las
fuentes individuales y ambientales del estrés
(sobrecarga laboral, trabajo por turnos, etc...)
se asocian con una variedad de consecuencias
fisiológicas, psicológicas y conductuales. Es-
tas respuestas a corto y largo plazo, están po-
tencialmente moderadas por un número de
factores clave como el apoyo social, la perso-
nalidad, las características biofísicas y la pre-
disposición genética.
2. Modelo de las demandas, restricciones y
apoyo (Karasek, 1979, 1992)
Este modelo (también denominado mode-
lo de tensión en el trabajo) sigue gozando en
la actualidad de gran vigencia, siendo nume-
rosos los estudios y programas de interven-
ción que se basan en esta explicación teórica.
Control
Demandas del
p
uesto
Ba
j
o
Alto
Ba
j
as
Altas
ALTA
PASIVIDAD
ACTIVIDAD
TENSION
TENSION
BAJA
Figura 2. Modelo de Demandas, Restricciones y Control de Karasek (1979, 1992)
El autor plantea como variable dependien-
te a estudiar la satisfacción personal que el su-
jeto vivencia en su ámbito laboral. Se consi-
dera que el distrés correlaciona alta y negati-
vamente con la satisfacción laboral. Por el
contrario cuando la satisfacción laboral está
disminuida, se entiende que el sujeto está bajo
condiciones estresantes en su trabajo.
Estrés laboral: bases teóricas y marco de intervención
117
Si se consideran de manera conjunta las
demandas laborales y la capacidad de deci-
sión del sujeto en el ámbito laboral, aumenta
la posibilidad de explicar el estrés. Las com-
binaciones entre las demandas y la capacidad
para la toma de decisiones permiten entender
las diferencias individuales existentes tanto en
las consecuencias físicas como en las psicoló-
gicas del estrés.
El estrés surge cuando se combinan unas
demandas elevadas con una capacidad limita-
da para la toma de decisiones, lo que genera
distrés (situación "tensión alta" de la figura 2).
Karasek comenta que el distrés se relaciona
con la aparición de problemas coronarios en
los trabajadores.
3. Síndrome de "burnout" (Maslach y
Jackson, 1982)
Muchos autores se han centrado en el es-
trés ocupacional que sufren los individuos cu-
yas profesiones consisten principalmente en
ofrecer servicios humanos directos y de gran
relevancia para el usuario: profesores, enfer-
meros, policías, cuidadores, etc... Este tipo
particular de estrés en dicho marco laboral se
ha denominado "burnout".
El "hastío", traducción quizás más acepta-
da del término al castellano, fue definido por
Maslach y Jackson (1982) como un síndrome
caracterizado por cansancio emocional -falta
de recursos emocionales y sentimientos de
que nada se puede aportar a las otras perso-
nas-, despersonalización -tendencia a ver a las
personas con las que se trabaja como objetos
impersonales-, y reducción en la realización
personal -sentimientos de baja autoestima y
disminución de las expectativas personales.
Entre los modelos que pretenden explicar
el "burnout" se pueden distinguir los que con-
sideran que las variables organizacionales son
las que determinan fundamentalmente el sín-
drome (por ejemplo, el modelo de resultados
múltiples de Golembiewsky et al. -1986) y
aquéllos que suponen que estas condiciones
contextuales interactúan con las característi-
cas de los sujetos (por ejemplo, los modelos
de Cherniss, 1980; Leiter, 1988; Lee y Ash-
ford, 1993). A continuación presentamos dos
de los modelos citados para observar las dife-
rencias entre ambos planteamientos.
El modelo de “resultados múltiples” (Go-
lembiewsky et al., 1986) propone que cuando
los factores laborales (seguridad en el trabajo,
compensaciones, compañeros de trabajo, su-
pervisores, motivación laboral intrínseca, co-
nocimiento de los resultados, responsabilidad
por los resultados, o significado del trabajo)
son negativos se puede sufrir "burnout" . Este
se manifiesta de diferentes maneras: altos ni-
veles de enfermedad, bajos niveles de ejecu-
ción y bajos niveles de productividad. El mo-
delo incluye efectos del feedback, que refuer-
zan y ayudan a mantener los efectos principa-
les del puesto de trabajo.
El modelo de Golembiewsky et al. (1986)
se basa en los tres factores propuestos por
Maslach (despersonalización, falta de realiza-
ción personal y cansancio emocional) para
explicar su modelo procesual. Las distintas
fases del "burnout" se explican en la Tabla 1,
donde se puede apreciar un aumento progresi-
vo de los tres factores en una secuencia lógica.
Según el modelo, el cansancio emocional
es considerado la fase más virulenta del bur-
nout y la despersonalización la menos virulen-
ta.
Frente al modelo de Golembiewsky et al.
(1986), Lee y Ashford (1993) han establecido
que el proceso de "burnout" se puede enten-
der a partir del paradigma estrés-tensión-
afrontamiento propuesto por Lazarus y Folk-
man (1986). Así, el cansancio emocional
puede ser visto como una forma de tensión,
mientras que la despersonalización es una
forma de afrontamiento. Los resultados de
una investigación llevada a cabo por Merín,
Cano y Miguel-Tobal (1995a) están en la lí-
nea planteada por Lee y Ashford (1993), en-
J.Merín, A.Cano-Vindel y J.J.Miguel-Tobal
118
contrándose que cuando el sujeto realiza una
valoración negativa de las situaciones pro-
blemáticas de su trabajo es más susceptible
de sufrir agotamiento emocional.
Tabla 1: Fases progresivas del burnout. (Golembiewsky et al., 1986).
I II III IV V VI VII
VIII
dp.
B A B A B A B A
frp.
B B A A B B A A
ce.
B B B B A A A A
dp= Despersonalización; frp= Falta de Realización Personal;
ce= Cansancio Emocional; ce= Cansancio Emocional; B= Baja; A= Alta
.
1.4. Modelo integrador (Peiró, 1993)
De igual manera que Ivancevich y Matte-
son (1985), Peiró propone un modelo integra-
dor (Peiró, 1993; Peiró y Salvador, 1993), en
él se consideran seis factores:
1. Variables ambientales (estresores y recur-
sos):
2.- Características de la persona.
3.- Experiencia subjetiva.
4.- Respuestas del individuo: estrategias de
afrontamiento.
5.- Resultados de la experiencia de estrés.
6.- Consecuencias del estrés.
La explicación que este modelo propone
con respecto al estrés laboral es muy comple-
ta, articulando de manera adecuada cada uno
de los elementos antes señalados. Especifica
que uno de los factores determinantes del es-
trés es la discrepancia que se produce entre
los estresores presentes en el contexto organi-
zacional y del sujeto y la necesidad que éste
tiene de eliminar dicha discrepancia. En base
a la reducción de esta discrepancia percibida
por el sujeto y la importancia que este le dé a
la misma, se explica todo el proceso desde su
génesis hasta sus resultados finales negativos,
tanto para la organización como para el sujeto.
De acuerdo con Peiró y Salvador (1993),
la consideración del estrés laboral a partir de
este modelo garantiza un análisis adecuado
del mismo y un marco conceptual válido para
diseñar una intervención que reduzca los altos
niveles de estrés tanto en el trabajador como
en la organización.
Además de los comentados, existe un
buen número de modelos que presentan face-
tas de gran interés. Sin embargo, su mera des-
cripción sobrepasaría la extensión del presen-
te trabajo. Los interesados pueden completar
la información en Ivancevich y Matteson
(1985), Golembiewsky et al. (1986) y Peiró
(1993).
Variables contextuales de la situa-
ción laboral
La importancia que las características con-
textuales tienen para determinar la respuesta
del individuo está en función del grado de
precisión o ambigüedad que dicho contexto
presente. Es decir, cuando una situación tiene
mucha "fuerza", las variables personales son
poco importantes porque el comportamiento
está muy pautado. Por el contrario, si la situa-
ción no es clara, se presta a la interpretación
del sujeto. En este caso, las características del
individuo son más determinantes de su con-
ducta.
En el ámbito laboral, los estresores que se
presentan influyen de forma importante en el
Estrés laboral: bases teóricas y marco de intervención
119
sujeto. Como se muestra en la tabla 2 (Casal-
nueva y Di Martino, 1994), existen profesio-
nes con niveles de estrés más altos que otros.
En esta tabla, elaborada por el Instituto de
Ciencia y Tecnología de la Universidad de
Manchester, se evalúa el grado de estrés de
las distintas profesiones de 0 a 10.
Tabla 2. Nivel de estrés en determinadas
profesiones (Casalnueva y Di Martino, 1994)
Mineros
Policías
Trabajadores de la construcc.
Pilotos de líneas aéreas
Periodistas
Dentistas
Médicos
Enfermeros
Conductores de ambulancia
Músicos
Profesores
Directores de personal
8.3
7.7
7.5
7.5
7.5
7.3
6.8
6.5
6.3
6.3
6.2
6.0
La consecuencia inmediata que se puede
extraer de la tabla anterior es que existen si-
tuaciones laborales objetivas, con mucha
fuerza contextual que son potencialmente
más estresantes que otras. Al menos, así son
valoradas por las muestras de los distintos
colectivos de trabajadores que han sido se-
leccionados en este estudio.
Muchos han sido los autores que han se-
ñalado los estresores propios en el ámbito la-
boral (Dolan y Arsenault, 1984; Rosh, 1984;
Cooper, 1993). Dolan y Arsenault (1984)
consideran que el origen del estrés en el ám-
bito laboral es doble:
A) Orígenes extrínsecos al trabajo: malas
condiciones de trabajo, ambigüedad con
respecto al futuro, grado de riesgo, ambi-
güedad de rol, conflicto de rol, malas re-
laciones sociales, comportamiento perso-
nal problemático...
B) Orígenes intrínsecos al trabajo: proble-
mas temporales, sobrecarga de trabajo,
mucha/poca participación en las decisio-
nes, mucha/poca dificultad en la tarea,
mucha/poca responsabilidad, amenazas...
García Izquierdo (1993), añade dos nue-
vos estresores que generan situaciones de
tensión en los trabajadores y en la organiza-
ción: el desarrollo de la carrera profesional y
los estresores derivados de los cambios en el
contexto organizacional.
Por otra parte, también puede hablarse de
dos grandes grupos de estresores, tal y como
propuso Everly (1989). Estos dos grupos
son: biogénicos y psicosociales (este segundo
grupo se describirá en el apartado 3 al estar
relacionado con la interpretación cognitiva
que el sujeto hace de la situación).
2.1. Los factores biogénicos.
Se caracterizan por ser estímulos capaces
de producir determinados cambios bioquími-
cos o eléctricos que automáticamente dispa-
ran la respuesta de estrés, con independencia
de otros factores psicológicos. Algunos
ejemplos de este grupo de estresores son:
temperatura extrema, ruido elevado, sustan-
cias psicoactivas (café, tabaco, etc...), enfer-
medades orgánicas, dolor, etc...
Por ejemplo, las condiciones físicas en las
que se desarrolla el trabajo pueden causar di-
rectamente enfermedades orgánicas graves para
el trabajador, pudiendo producir incluso la
muerte. Existe una clasificación muy detalla-
da de este tipo de enfermedades profesiona-
les y sus causas. Las variables físicas más
importantes a controlar son la temperatura, la
iluminación, las ondas sonoras, las vibraciones
y el diseño del lugar de trabajo (Quick y Quick,
1984). El interés por este campo de estudio está
creciendo en los últimos años desarrollándose
con fuerza la investigación ergonómica (Martín,
Martínez-Arias y Pereda, 1989).
El exceso de fatiga en trabajadores noc-
turnos se evidencia en el deterioro de ciertos
índices biológicos: frecuencia cardíaca y ten-
J.Merín, A.Cano-Vindel y J.J.Miguel-Tobal
120
sión arterial (Mezel, 1950), consumo de oxí-
geno (Ilmarinen, 1980), catecolaminas (Aston
-Jones, 1981), cambios electroencefalográfi-
cos, etc... Pero también influye en el deterioro
de índices psicológicos: aumentos en el tiem-
po de reacción, caídas en los resultados obte-
nidos en la realización de pruebas orales, au-
mento del malestar subjetivo, desajustes fami-
liares, etc. Estos índices negativos podrían ser
cruciales en la disminución del rendimiento
profesional y en el aumento de la gravedad de
los accidentes de trabajo.
Características individuales y per-
cepción del Estrés Laboral
Los autores que han definido el estrés en
términos transaccionales (Lazarus y Folkman,
1986; Cox, 1978, Endler y Parker, 1990,
1994) han propuesto dos conceptos claves pa-
ra entender la mediación de las variables indi-
viduales. Lazarus y Folkman (1986) los de-
nominan: valoración cognitiva de la situación
(appraisal) y afrontamiento (coping).
3.1. La valoración cognitiva.
La valoración engloba dos tipos de proce-
sos evaluativos: valoración primaria y secun-
daria. La primaria supone determinar cuales
son las consecuencias que un evento determi-
nado tiene para el sujeto. Si el sujeto percibe
que la situación puede generarle consecuen-
cias negativas tenderá a desencadenarse una
reacción de estrés.
La valoración cognitiva con respecto al
puesto de trabajo está centrada en cinco as-
pectos relevantes que determinan el nivel de
satisfacción o insatisfacción laboral percibida
por el sujeto. Estos cinco aspectos se enume-
ran en la Tabla 3.
3.2. El Afrontamiento de la situación estre-
sante
Una vez valorada la situación (valoración
primaria), si dicha evaluación resulta ser es-
tresante, se intenta determinar por parte del
sujeto los recursos personales y ambientales
que están a su alcance para enfrentarse al
evento estresor (valoración secundaria).
Tanto la valoración primaria como la se-
cundaria que el sujeto hace de la situación, es-
tán influidas por variables que modulan dicha
percepción subjetiva de estrés: individuales
(patrón de comportamiento tipo “A”, resisten-
cia, experiencias previas, estilo atribucional,
percepción de control, etc..) y sociales (apoyo
social, recursos económicos y materiales,
etc..). Peiró y Salvador (1993) comentan con
más detalle la importancia de alguna de estas
variables.
Una vez evaluada la situación y los recur-
sos disponibles, se ponen en práctica las estra-
tegias seleccionadas para hacer frente a la
misma, comenzando así el proceso de afron-
tamiento. El afrontamiento es definido por
Lazarus y Folkman (1986) como los esfuerzos
cognitivos y conductuales, en continuo cam-
bio, realizados por el sujeto para modificar o
controlar las demandas ambientales o inter-
nas, que son valoradas como amenazantes pa-
ra la propia persona.
Se ha podido comprobar que las personas
utilizan complejos mecanismos de afronta-
miento donde combinan las estrategias cen-
tradas en el problema con estrategias centra-
das en la emoción (Lazarus y Folkman, 1986).
Trabajos en esta línea hemos venido desarro-
llando, utilizando para ello el Inventario de
Valoración y Afrontamiento (I.V.A. -Cano
Vindel y Miguel Tobal, 1992; Merín, 1995).
Como hemos comentado antes, el otro
grupo de estresores definido por Everly son
los psicosociales. Hemos preferido hablar de
ellos en este apartado porque su importancia
depende de cómo los valore el individuo. Se
definen a continuación.
Estrés laboral: bases teóricas y marco de intervención
121
Tabla 3. Aspectos relevantes para la evaluación cognitiva del puesto de trabajo y posibles
consecuencias negativas.
Amenazas (potenciales estresores)
1. Beneficios materiales * No obtener mejoras.
* No promocionar.
* Pérdida de trabajo.
* Pérdida de otros valores.
* Pérdida de identidad.
* Pobreza
2. Realización personal. * Fracaso.
* Cambio de profesión o de trabajo.
* Pérdida de control sobre: papel a desarrollar, conflicto
de rol, sobrecarga de rol, presión de tiempo, etc...
* Pérdida de interés
3. Significación del trabajo. * Pérdida del trabajo
* Fracaso profesional.
* Éxito profesional.
4. Relaciones sociales. * Conflicto, criticismo.
* Aislamiento, alienación.
* Rechazo.
5. Mejora del autoconcepto y
la autoestima.
* Todos los señalados arriba.
* Fracaso para seguir los valores.
* Criterios irracionales.
* Discrepancia entre el autoconcepto y ambiente laboral
3.3. Los factores psicosociales.
Se caracterizan porque determinados fac-
tores se convierten en estresores por la inter-
pretación cognitiva o por el significado que la
persona les otorga.
Cooper (1993) establece una clasificación
de posibles estresores que pueden aparecer en
el ambiente laboral (tabla 4). Por ejemplo, el
conflicto y la ambigüedad de rol, son dos es-
tresores muy potentes en el ámbito laboral.
Como señalan Meliá et al. (1990), la misma
situación se puede percibir como conflictiva o
ambigua por un trabajador y ser adecuada pa-
ra otro. Por tanto la evaluación de estos facto-
res sólo puede ser subjetiva.
Otro ejemplo del importante papel que
ejerce la valoración cognitiva en la génesis del
estrés laboral se puede encontrar en el
reciente trabajo llevado a cabo por Peeters et
al. (1995) con 41 secretarias. En este estudio
se señala que las secretarias que evalúan las
relaciones interpersonales en el trabajo como
inadecuadas son las que mayor nivel de
tensión padecen. En esta misma línea,
Thomas y Tymon (1995) han identificado un
“estilo interpretativo” que parece contribuir al
estrés laboral.
Consecuencias negativas del Estrés
Laboral
Se considera que las consecuencias nega-
tivas del estrés constituyen graves problemas
para el trabajador y su organización (Di Mar-
tino, 1992). Las consecuencias negativas, tan-
to psicológicas como físicas, del estrés están
bien determinadas en la literatura. Entre las
primeras destacan: trastornos depresivos, an-
siedad, irritabilidad, descenso en la autoesti-
J.Merín, A.Cano-Vindel y J.J.Miguel-Tobal
122
ma, sentimientos de indefensión, obesidad,
consumo excesivo de alcohol, tabaco y otras
drogas, insomnio, etc.
El estrés tiene mucha relación con trastor-
nos psicofisiológicos perniciosos como hiper-
tensión esencial, úlceras, asma, trastornos co-
ronarios, etc. La influencia negativa que el es-
trés tiene en la génesis de estas enfermedades
puede revisarse en Labrador y Crespo (1993).
Tabla 4. Factores estresores en el ámbito laboral (Cooper, 1993).
Factores intrínsecos al trabajo.
- Pobres condiciones de trabajo.
- Turnos de trabajo.
- Horas de trabajo.
- Sueldo.
- Desplazamientos.
- Riesgos laborales.
- Nuevas tecnologías y sobrecarga.
* Estresores de rol. - Ambigüedad de rol.
- Conflicto de rol.
- Grado de responsabilidad con la gente
y las cosas del trabajo.
* Relaciones en el trabajo. - Dificultades con el jefe, colegas,
subordinados, clientes, etc...
* Estresores relacionados con el
desarrollo de la carrera profesional.
- Falta de seguridad en el trabajo.
* Estructura y Cultura Organizacional - Estilo organizacional.
- Falta de participación.
- Comunicación pobre.
* Relación entre el trabajo y la familia.
En la "Conferencia Europea sobre el Es-
trés en el Trabajo", celebrada en Bruselas en
1993, se presentaron distintos estudios que
evaluaban los costes económicos que el estrés
produce a la organización. A modo de ejem-
plo podemos destacar que el estrés laboral su-
pone en Gran Bretaña un gasto de entre un
5% y un 10% del Producto Interior Bruto
(PIB). Por otro lado, Karasek y Theorell seña-
laban ya en 1990 que, en los Estados Unidos,
los costes producidos como consecuencia del
absentismo, productividad reducida, seguros y
gastos médicos suponían 150 mil millones de
dólares al año.
Estos altos costes personales y sociales
han dado lugar a que organismos internacio-
nales como la Unión Europea y la Organiza-
ción Mundial de la Salud, incidan cada vez
más en la importancia que tiene su control en
el ámbito laboral.
Evaluación del Estrés Laboral
Como hemos visto a lo largo de este traba-
jo los modelos y clasificaciones propuestos
manejan un elevado número de variables. Por
esta razón, se necesita un gran número de ins-
trumentos de evaluación para determinar qué
factores están causando la tensión y, conse-
cuentemente, necesitan ser modificados en
una futura intervención.
Los instrumentos utilizados para evaluar el
estrés en las organizaciones están englobados
Estrés laboral: bases teóricas y marco de intervención
123
en alguna de las siguientes tres categorías
(Kompier, 1993; Kompier y Levi, 1994):
* Listados ("Checklists").
* Datos administrativos.
* Cuestionarios.
Los listados son los instrumentos más úti-
les para evaluar aspectos concretos de una
pequeña compañía. En muchas ocasiones se
diseñan "ad-hoc" para evaluar el contexto or-
ganizacional. La dificultad que presentan es-
tos instrumentos es la falta de baremación y
por tanto contrastación con otras muestras.
Los datos administrativos, permiten com-
pletar la evaluación del estado de salud de la
organización o de los individuos que la for-
man. Muchas consecuencias negativas del es-
trés se pueden recoger a partir de bajas labora-
les, absentismo, baja puntualidad, quejas so-
máticas, rotación, índice de accidentes, etc...
Se deben considerar estos datos para garanti-
zar que los programas de intervención repor-
tan beneficios económicos al reducir su tasa
de aparición.
Existe una gran profusión de cuestiona-
rios empleados para evaluar el estrés laboral.
En una revisión bibliográfica sobre los artícu-
los recogidos en la base de datos "Psyclist"
durante el período 88-94, el 19% de los mis-
mos se referían a inventarios, cuestionarios,
escalas, etc...
En la Tabla 5 se presentan algunos de los
instrumentos confeccionados para evaluar dis-
tintos aspectos del estrés ocupacional. La ma-
yoría de ellos, han sido realizados para pobla-
ciones no españolas, por consiguiente, es preci-
so tenerlo en cuenta si se aplican en nuestro.
Antes de concluir este apartado sobre la
evaluación del estrés, consideramos necesario
mencionar el proyecto “Estresa” (Brengel-
mann, 1987) que dio lugar al desarrollo de un
instrumento válido para la evaluación del es-
trés y la ansiedad a nivel internacional. Ini-
cialmente se establecieron cinco subescalas, a
saber, desencadenantes del estrés, reacciones
comportamentales al estrés, reacciones somá-
ticas paralelas, estrategias equivocadas para
el dominio del estrés y estrategias positivas pa-
ra el dominio del estrés. Este es uno de los
pocos instrumentos que ha sido validado en
múltiples muestras y adaptado a varios países.
Después de muchos años de desarrollo del
proyecto, los datos parecen ser satisfactorios.
Además la unificación de criterios a nivel in-
ternacional sobre qué es el estrés y cómo se
evalúa puede servir para clarificar y profundi-
zar en el campo de estudio.
El Inventario de Situaciones y Respuestas
de Ansiedad (ISRA, Miguel Tobal y Cano
Vindel, 1986, 1988, 1994), permite evaluar
los tres sistemas de respuesta de ansiedad
(cognitivo, fisiológico y motor) en cuatro di-
ferentes tipos de situaciones (ansiedad en si-
tuaciones de evaluación, ansiedad interperso-
nal, ansiedad ante situaciones fóbicas y ansie-
dad ante situaciones de la vida cotidiana). Es-
tos cuatro tipos de situaciones agrupan a 22
situaciones concretas, entre las cuales algunas
se refieren a situaciones en el lugar de trabajo.
Sin embargo, se trata de un inventario de uso
más general que el puramente laboral. A su
vez, evalúa sólo ansiedad y no otras reaccio-
nes que surgen ante el estrés laboral, tales
como la ira.
Se están realizando los trabajos de adap-
tación a nuestro país del Job Stress Survey
(J.S.S.) de Spielberger. En este mismo volumen
aparece un trabajo de Mª Jesús González con
la versión española de este inventario.
J.Merín, A.Cano-Vindel y J.J.Miguel-Tobal
124
Tabla 5. Instrumentos de medida del estrés laboral
Estrés laboral: bases teóricas y marco de intervención
125
Además de estos cuestionarios presenta-
dos se pueden encontrar otros que permiten
evaluar diversas variables, que hemos clasi-
ficado en: estresores, factores individuales y
consecuencias del estrés laboral. El lector in-
teresado puede recurrir para su consulta a
Labrador (1992).
Intervención para reducir el Estrés
Laboral
Antes de considerar los tipos de interven-
ción que se pueden poner en práctica para re-
ducir el estrés laboral, es necesario precisar
que estas intervenciones paliativas se realizan
cuando las consecuencias del estrés (en la
empresa y en el trabajador) son muy eviden-
tes. Con el propósito de evitar alcanzar este
peligroso estadio conviene realizar interven-
ciones de tipo preventivo.
Las intervenciones preventivas se deben
focalizar en el ajuste entre el puesto de trabajo
y el trabajador que tiene que desempeñarlo.
De nada sirve diseñar correctamente los roles
y tareas a realizar en un determinado puesto
de trabajo si el trabajador que lo va a desem-
peñar no está suficientemente cualificado para
llevarlo a cabo. De igual manera, si el trabaja-
dor tiene una cualificación óptima pero las
funciones y cometidos no están establecidos
adecuadamente, pueden producirse “áreas de
fricción” que lleven al estrés.
Cuando el estrés laboral es patente y las
consecuencias para el trabajador y la organi-
zación se muestran claramente, se emplean
programas dirigidos a reducir o controlar di-
cho estrés. Burke (1993), señala que hay dos
niveles para intervenir: intervenciones centra-
das en el individuo y centradas en la reduc-
ción de los estresores contextuales. Ivance-
vich y Matteson (1990) indican tres posibili-
dades para controlar el estrés laboral, al con-
siderar que las intervenciones centradas en el
individuo pueden estar orientadas en dos sen-
tidos: (a) ayudar a los empleados a modificar
la valoración de la situación estresante, (b)
ayudar a los empleados a afrontar más efecti-
vamente las consecuencias del estrés. Karasek
(1992) considera que las intervenciones reali-
zadas para controlar el estrés laboral se han
orientado en tres líneas. Además de las dos
consideradas por Burke, indica también la in-
tervención centrada en la modificación de las
macroestructuras socioculturales generadoras
de estrés como otra posibilidad más. Por últi-
mo otros autores como Murphy (1988), seña-
lan que la rehabilitación del trabajador que ha
sufrido las consecuencias negativas del distrés
es otra posible línea de actuación.
En la figura 3 podemos apreciar el modelo
de intervención sobre el estrés laboral que
proponen Ivancevich y Matteson
Las conclusiones que a nivel de interven-
ción se pueden obtener a partir de la revisión
de estos artículos y otros como los de Rey-
nolds y Briner (1992), Dewe et al. (1993),
Kagan et al. (1995), son al menos cuatro:
1. Los programas para reducir el estrés labo-
ral han crecido considerablemente en los
últimos años. Se han diseñado programas
para reducir el estrés en multitud de colec-
tivos profesionales: profesores, médicos,
enfermeras, personal de negocios, etc...
2.- Pese a este notable aumento, muchos pro-
gramas adolecen de rigor metodológico,
por lo que no es fácil obtener conclusiones
con respecto a su eficacia.
3.- Los programas bien planteados, donde la
evaluación inicial, las distintas técnicas
empleadas y la fase de evaluación postra-
tamiento han sido convenientemente dise-
ñadas y se han evitado “ruidos” en la in-
tervención han producido resultados inte-
resantes.
4.- Los programas más eficaces utilizados son
los que se centran en la modificación de
J.Merín, A.Cano-Vindel y J.J.Miguel-Tobal
126
los estresores presentes en el trabajo. A
continuación, se sitúan los programas cen-
trados en el sujeto (modificación de la va-
loración de la situación y generación de
nuevas estrategias de afrontamiento).
Objetivos de la Intervención en Estrés Laboral.
Estresores laborales
- Individuales
- Organizacionales
- Interacción
Estrés Evaluado:
- Personalmente.
- Los demás.
Consecuencias:
- Psicológicas
- Fisiológicas
- Conductuales.
Estresores
Extraorganizacionales
Diferencias Individuales:
- Cognitivas/Perceptuales
- Demográficas
Figura 3. Marco conceptual para la intervención en el Estrés Laboral. Ivancevich y Matteson, 1990.
Consideraciones finales
En el presente trabajo se ha intentado
ofrecer unas pinceladas de lo que es actual-
mente el campo de estudio sobre el estrés la-
boral. Comentar con amplitud todas las face-
tas del estrés laboral sería, además de imposi-
ble, inadecuado en unas breves páginas. Baste
como ejemplo señalar que en los últimos siete
años se han recogido en la base de datos
“psyclist” casi 1.200 artículos de revistas y
más de 250 capítulos de libros sobre el tema.
Este interés creciente sobre el estrés labo-
ral ha repercutido también en el ámbito de los
medios de comunicación, en los que podemos
ver artículos sobre el tema con relativa fre-
cuencia.
Sin embargo, estamos muy lejos de poder
considerar que el estudio del estrés laboral es-
tá consolidado. En el mundo de la empresa
Estrés laboral: bases teóricas y marco de intervención
127
hay muchas reticencias. En primer lugar, mu-
chos colectivos no están dispuestos a aceptar
que tienen estrés (para muchos aceptarlo po-
dría ser considerado como un signo de debili-
dad personal y en un mundo altamente com-
petitivo aceptar que se sufre estrés puede ser
muy peligroso). Por otra parte, el rol que de-
sempeña el psicólogo en la intervención no
está clara, “¿De parte de quién está?, ¿es un
espía de la dirección?, ¿pertenece a los sindi-
catos?. Siempre que se diseñe un programa
de intervención en alguna organización es
preciso clarificar el contexto social donde se
va a realizar. El psicólogo tiene que intentar
contar con la colaboración de todos los esta-
mentos que constituyen la organización, si no
los resultados pueden ser pobres.
Los objetivos de la intervención deben ser
realistas. Tenemos que conocer la capacidad
de cambio de la empresa y las características
intrínsecas del trabajo. Como hemos indicado
antes, Karasek (1992), mantiene que las inter-
venciones que mejores resultados producen
son las que se centran en la modificación de
los estresores directos que existen en la orga-
nización. Sin embargo, esto no siempre es po-
sible, por lo que la combinación de otras es-
trategias de intervención podrían resultar más
convenientes en estos contextos (Merín, Cano
y Miguel-Tobal, 1995b).
En definitiva, son muchos los temas estu-
diados en este campo en expansión, pero
también son muchos los objetivos que quedan
por conseguir: disminuir el estrés laboral en
muchos colectivos, determinar mejor el rol
que desempeñan estresores y variables perso-
nales, diseñar instrumentos de medida adap-
tados a la población actual, demostrar la efec-
tividad económica de los programas de inter-
vención, etc... Sirva este artículo como un pe-
queño esfuerzo que contribuya a mejorar la
labor del psicólogo en la mejora de la salud de
los trabajadores y de la empresa.
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J.Merín, J.J.Miguel-Tobal y A.Cano-Vindel
130
Notas a Pie de Página
i
Este instrumento es uno de los más utilizados. Sin embargo ha recibido críticas con respecto al fun-
cionamiento de las dos últimas subescalas que lo forman (Despersonalización y Falta de realiza-
ción personal). En este sentido Garcia Izquierdo y Velandrino (1992) han desarrollado una escala
(EPB) adaptada a la población española, centrada en el cansancio emocional.
ii
Rodriguez-Marín et al. (1992) han adaptado el cuestionario de Folkman y Lazarus a población es-
pañola denominándole “Cuestionario de Formas de Afrontamiento de Acontecimientos Estresan-
tes”.
iii
Este instrumento presentado por Kompier y Levi (1994), está diseñado a partir de otros cuestiona-
rios importantes en el ámbito laboral. Estos son:
- Job Content Questionnaire (Karask, 1985)
- Dutch Work and Health Questionnaire (Smulders, de Winter y Gründemann, 1992)
- NOVA-WEBA (Dhondt y Houtman, 1992)
- WEBA Y NOVA-WEBA relativos a la salud y el bienestar de los trabajadores (Houtman, Bloem-
hoff, Dhondt y Terwee, 1994).
De este instrumento no conocemos ningún trabajo publicado que confirme su validez y fiabilidad,
pero parece muy completo y por lo tanto podría ser interesante realizar algún estudio psicométrico
con él.