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EL LEVANTAMIENTO TOPOGRÁFICO Y
LA CARTOGRAFÍA EN EL SIGLO XVIII:
EL MÉTODO DE LA TOPOGRAFÍA ECLESIÁSTICA.
MANZANO AGULIARO, Francisco(1); MANZANO AGULIARO, Gil(2); DE SAN ANTONIO
GOMEZ, Carlos (3)
(1) (2)Universidad de Almería, , España
Escuela Politécnica Superior
Dpto. Ingeniería Rural
(1)Correo electrónico: fmanzano@ual.es
(2)Correo electrónico: gilmanza@ual.es
(3) Universidad Politécnica de Madrid, , España
Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos
Dpto. Ingeniería Cartográfica. Expresión Gráfica
Correo electrónico: c.sanantonio@upm.es
RESUMEN
En este trabajo se explica el origen de la Cartografía en Francia en el siglo XVIII basada en el
método propuesto por el francés Chevalier y posteriormente desarrollado y puesto en práctica
por su discípulo el famoso cartógrafo D`Anville. A este método se le denominó de “Topografía
Eclesiástica” pues se basaba en la realización, por parte del párroco, de un croquis de la zona
que abarcaba el ámbito geográfico de la parroquia y tomando por definición, como origen del
sistema de referencia, la torre del campanario de la misma. Este método proponía una plantilla
para unificar criterios en la elaboración de los citados croquis, donde cabe destacar la
orientación de la plantilla en función de la declinación solar y una simbología para describir los
elementos notables del terreno.
Palabras Clave: Historia, Cartografía, Topografía, siglo XVIII, Francia.
ABSTRACT
In this work the origin of the Cartography in France in the XVIIIth century is explained based
on the method proposed by the Frenchman M. Chevalier and later developed and used in
practice for his disciple the famous cartographer D`Anville (also Frenchman). To this method he
was named of " Ecclesiastic Surveying " since it was based on the accomplishment, to make a
sketch of the zone, made by the parson, that was including the geographical area of his parish
and taking as the centre of the origin of the system of reference, the tower of the belfry of the
same one. This method proposed a pre-established carton sheet, in order to unify orientation in
the capture of cartographic information, where it is necessary to emphasize the orientation of the
pre-established carton sheet depending on the solar decline, and in order to unify criteria in
semantic cartographic information he make a symbol table for the different cartographic
elements.
Key Words: History, Cartography, Surveying, France, XVIIIth century.
Grupo Temático: Miscelania
1. Introducción y Objetivos.
A principios del siglo XVIII ya estaba empezando ha desarrollarse la Topografía y sin embargo
sólo se empleaba en pequeños levantamientos, generalmente de concepción urbana pero en
ningún caso había una interrelación entre la Topografía y la Cartografía, quizás porque los
instrumentos de medición no pudieron desarrollarse lo suficiente en esta época como para
abordar trabajos de gran envergadura abarcando lo que después se definiría como Geodesia. La
Geodesia, de acuerdo con la definición clásica dada por Helmert [1] (1880 a 1950), es la
"ciencia de medir y cartografiar la superficie terrestre", esta ciencia no pudo utilizar los métodos
de levantamiento topográfico, como las triangulaciones hasta la aparición del anteojo que
permitiese realizar medidas de ángulos de puntos situados más allá del alcance la vista del ojo
humano, a este nuevo instrumento topográfico combinación de alidada y anteojo se llamó
Teodolito, y es polémico en la bibliografía quien fue su creador, en cualquier caso puede
atribuírsele a Sisson en 1720 [2].
Así a partir de la segunda mitad del siglo XVIII con la parición dela Cartografía Geométrica,
donde la Cartografía se aprovechó de los logros de la Geodesia, los mapas de detalle se
apoyaron en observaciones astronómicas serias y en triangulaciones cada vez más densas. Fue
en esta época cuando se utilizó por primera vez una metodología sistemática para la
representación de un país, nos estamos refiriendo a la Carta de Cassini (Jaques Cassini 1677-
1756), confeccionada a escala 1:86.400 y apoyada en una red triangulada con anterioridad [2].
En este trabajo se tiene el objetivo de recoger el histórico método de la “Topografía
Eclesiástica”, por lo novedoso que fue en su época y el poco reconocimiento que ha tenido en la
historia de la Cartografía.
2. Antecedente y encuadre histórico.
La Topografía es la ciencia que estudia, representa y describe los accidentes de una parte,
relativamente pequeña, de la superficie terrestre. Etimológicamente, topo, significa tierra y,
grafos, descripción. Luego la Topografía, será la descripción de la tierra, si bien limitada esta
descripción, a una parte relativamente pequeña de la corteza. En los tratados clásicos se define
la Topografía [3] como la ciencia que tiene por objeto el estudio de los métodos necesarios para
llegar a representar un terreno con todos sus detalles naturales o creados por la mano del
hombre, así como, el conocimiento y manejo de los instrumentos que se precisan para tal fin.
Mientras que la Geodesia estudia la forma y dimensiones de la tierra en un contexto territorial
amplio [4] la Topografía actuará en un entorno territorial reducido, donde puede suponerse la
tierra plana. En la actualidad, dado el estado tecnológico de los aparatos destinados a medir
distancias, es difícil establecer una separación concisa entre ambas disciplinas.
Los primeros trabajos topográficos consistían en semi-perspectivas sin ningún apoyo de la
Geodesia, aunque a finales del siglo XVII la producción de cartografía a gran escala ya se
convertiría en verdaderos planos realizados por especialistas, aunque la mayor parte de las veces
se hacían sin triangulación de conjunto o global. Habría que esperar hasta mediados del siglo
XVIII para se impongan los métodos trigonométricos o geodésicos, de este modo paralelamente
empiezan a aparecer los marcos de referencia geodésicos sobre los cuales apoyar los trabajos
topográficos.
La principal inquietud de los topógrafos de la época era obtener una planimetría correcta, ya que
todavía no se tenía ninguna idea de definir el terreno mediante curvas de nivel, y por tanto
proceder a realizar nivelaciones de conjunto, la representación del relieve del terreno estaba
considerado como un asunto de “sensibilidad artística” y realizado “a golpe de vista”.
Con estos métodos de levantamiento, en el siglo XVII era difícil realizar la cartografía de
grandes extensiones de terreno, sobre todo porque los levantamientos se apoyaban en pequeñas
redes de triangulación local, basados en un base improvisada en el terreno, la cual se establecía
sobre un terreno llano y se medía a base de varas puestas una a continuación de la otras (las
varas de la época en Francia eran de 6 pies de longitud es decir equivalentes a 1,949 m). La
medida de la base se realizaba varias veces y por equipos de personas distintas con objeto de
disminuir el posible error cometido en la medición, así se podía eliminar el error grosero o
equivocación y reducir el error accidental (el error accidental se define en Topografía como
aquellos que se producen de forma fortuita y suelen ser inevitables, no siendo atribuibles a
ninguna ley conocida, pueden ser por ejemplo fallos del operario [7]), mientras que no se podía
eliminar el error sistemático (el error sistemático en Topografía se define como aquel que
responde a una causa permanente, y suele responder a una ley determinada, por ejemplo que el
patrón de medida este mal calibrado [7]). Una vez determinada la base, se realizaba un canevas
de puntos, basados en una malla rectangular, a los cuales se les dotaba de coordenadas mediante
un instrumento topográfico rudimentario denominado grafómetro. Lógicamente esta base no
tenía ninguna orientación predeterminada lo cual haría difícil encajar unos levantamientos con
otros basados en una base distinta y sin ninguna relación entre ambas, es decir todos los
levantamiento se hacían en coordenadas relativas. En el grafómetro el limbo podía adoptar la
posición horizontal, inclinada o incluso vertical, pudiendo de este modo incluso medir ángulos
verticales ayudándose de una plomada, aunque esto último no se utilizaba pues la altimetría no
se levantaba topográficamente, sólo se empleaba en combinación con el nivel de burbuja para
realizar explanaciones o terrazas.
Una vez establecido el canevas de puntos, y calculado en trigonometría rectangular, el
levantamiento se realizaba bien mediante brújula, bien mediante una plancheta orientada, o bien
con grafómetro haciendo lectura en la alidada y basándose posteriormente en la intersección
directa como método de cálculo de los puntos levantados.
La escala de trabajo variaba lógicamente según el objeto del levantamiento, pero era bastante
común establecer la relación de 6 líneas por cada 100 varas, es decir que como cada vara (1,948
m) tiene 6 pies (0,3248 m), y cada pie tiene 12 pulgadas de 12 líneas cada uno, sale una escala
equivalente a 1/14.400.
Estos trabajos y topográficos ya disponían de todo el rigor científico y técnico, pero presentaban
los inconvenientes del elevado coste económico por el gran empleo de tiempo para realizarla y
la escasez de personal técnico capaz de realizar esta tarea, ya que estos mapas necesitaban de
geómetras que realizasen el levantamiento [6].
Este último planteamiento es el que impulsa a la propuesta de este nuevo método de
levantamiento, a sabiendas que es impreciso, pero que sin duda podía resolver un problema.
Vale la pena recordar aquí, que la parcelación catastral del Catastro de España realizado por
Avances Catastrales hasta 1928, consistían en un croquizado a mano de las parcelas.
3. El Método: “Topografía Eclesiástica”
En esta época, a principios del siglo XVIII, algunas planos o cartas diocesanas fueron realizadas
por ingenieros civiles o militares, basándose en los métodos e instrumentos descritos
anteriormente, los cuales resultaban lógicamente muy costosos, por ello aparecieron métodos
menos rigurosos entre los cuales destacamos el método de Chevalier denominado por Alinhac
método de la “Topografía Eclesiástica”y que Chevalier llamaba método de las amplitudes
(aunque la traducción puede llevar a equívocos pues se trata de un método basado o que tiene en
cuenta la declinación solar).
M. Chevalier, antiguo de cartógrafo de Bossuet y profesor en el “Collège de France”, propuso
en 1707 a la Academia de las Ciencias de Francia (Académie de Sciences, fundada en 1666) un
método de levantamiento que retomaría el conocido cartógrafo francés J. B. Bourgignon
D`Anville, de quien aprendió a su vez el cartógrafo español Tomás López (1730-1802). En la
figura 1, puede apreciarse una imagen del volumen donde se publicó, y en la figura 2 la primera
página de este trabajo que se tituló originalmente “Sur la Maniere de lever la carte d´un pays”,
que traducimos por “ Acerca del método del levantamiento del mapa de un territorio”.
Según el propio Chevalier, el método “supone una ventaja por que pude ser puesto en práctica
sin ningún gasto y sin geometría de por medio, sólo es necesario un poco de cuidado y
atención”.
Figura 1: Portada del volumen que recoge la publicación del método de M. Chevalier
1707.
Figura 2: Primera página de la publicación del método de M. Chevalier 1707.
Este método ideaba que cada parroquia fuera dibujada por su cura, y para ello se le dotaría de
una plantilla de cartón que denominó “châssis orienté”. Esta plantilla estaba compuesta de 8
círculos concéntricos separados por un cuarto de legua. Del centro partían 8 radios apuntando a
los cuatro puntos cardinales (Norte Sur, Este y Oeste) y a la salida y puesta del sol en los
solsticios de verano y de invierno.
La manera de orientar el chasis o plantilla le parecía la clave del método, empezaba por definir
Amplitud como el arco de horizonte comprendido entre el punto por donde sale y el punto por
donde se oculta el sol en el Ecuador. Sin embargo el ya sabía que la amplitud no era constante
en cualquier lugar de la Tierra si no que “La amplitud es mayor cuanto más alejados estemos del
Ecuador, es decir donde hay una mayor declinación y también por las distintas posiciones de la
esfera, donde es más oblicua, o más elevado es el lugar, siendo los demás parámetros fijos,
mayor es la amplitud. Por ello hay que construir tablas de variación dela amplitud en función de
estos elementos”.
Proponía en su explicación del método el ejemplo de la amplitud en Paris, donde el estimaba la
declinación solar con un ángulo de 37 grados sexagesimales obviando los minutos, hay que
reseñar que en esta fecha ya se habían publicado tablas de declinación solar en distintos puntos.
Dado que las amplitudes no cambiaban tanto de un día para otro, decidió dividir de 5 en 5 días
la declinación solar.
La manera de orientar la plantilla, era muy simple, se ponía esta horizontal y se giraba a la hasta
que la sombra arrojada por un hilo con plomada (es decir perfectamente vertical) en el amanecer
y a la puesta de sol estuviesen sobre la misma línea, esto es se trataba de alinear con el amanecer
y con la puesta de sol.
En las figuras 3 y 4 se muestra una reconstrucción de la amplitud solar diseñada por un sucesor
de Chevalier, la figura 3 trata de la orientación Este o salida del sol, mientras que la figura 4
trata de la puesta del sol u orientación Oeste.
Figura 3. Orientación a la salida del sol en la plantilla de Chevalier.
Figura 4. Orientación a la puesta del sol en la plantilla de Chevalier.
Con cada plantilla se suministraría para cada zona con su amplitud o declinación ya calculada
y convenientemente dibujada, así mismo se daría un manual de instrucciones y una tabla con los
signos cartográficos convencionales con objeto de homogeneizar, entre los que destacan todo
tipo de infraestructuras de la época: castillos, villas, fincas, casas notables, pueblos, molinos de
viento, molinos de agua, abadías, monasterios, conventos, puentes, caminos, etc., o accidentes
geográficos como: ríos, estanques, lugares de combate, bosques, viñas, brezos, laderas o alturas
significativas, etc., véase figura 5.
Figura 5. Signos cartográficos para la plantilla de Chevalier.
El procedimiento de levantamiento ideado era el siguiente, el sacerdote subía a la torre del
campanario, la cual era el centro del plano o del levantamiento por definición , una vez allí
debía proceder a orientar la plantilla según la posición del sol el día del levantamiento, una vez
orientada se fijaba la plantilla sobre una plancheta. Después con la ayuda de una regla de
madera graduada, pivotando alrededor del punto central, situaba los detalles principales que se
pretendían destacar, trasladando al “plano” las “distancias” en función de la idea bastante
precisa que él tenía del terreno que abarcaba su parroquia. Luego trazaba los accidentes
geográficos como ríos, caminos, bosques y por último los límites de su parroquia apoyándose de
los detalles del terreno ya representados. En la figura 6 aparece un ejemplo de plantilla ya
terminada.
Una vez realizados estos levantamientos por “topografía eclesiástica” restaba que un cartógrafo
o geómetra los ensamblase a modo de puzzle, lo que se denominó recortar y armonizar todas las
plantillas para elaborar la minuta, que una vez realizada se devolvería a los hábiles realizadores
de la plantilla para su critica y posterior corrección. Chevalier ideó el método para ensamblar de
30 a 40 plantillas en una minuta, ya que el consideraba que la amplitud o declinación era
aproximadamente la misma en ese entorno de trabajo [6].
Figura 6. Reconstrucción de la plantilla de Chevalier.
4. La aplicación del método.
No tenemos constancia de la aplicación del método por el propio Chevalier, pero si que algunos
autores como Alinhac [5], citan que este método fue retomado por cartógrafo francés J. B.
Bourgignon D`Anville, considerado como el mejor Cartógrafo de su época, aunque hay quien le
acusa de ser un cartógrafo de gabinete, aunque eso sí, con una gran capacidad para la evaluación
y correlación crítica de diversas fuentes cartográficas.
En la figura 7 se muestra una de las plantillas ideadas por Chevalier ya completada
posiblemente por el párroco del pueblo en cuestión.
Figura 7. Ejemplo de levantamiento basado en el método de la Topografía eclesiástica de
Chevalier.
5. Consideraciones finales.
Una vez expuesto el método de Chevalier queremos hacer las siguientes consideraciones acerca
de su método.
La primera consideración es que el método a pasado desapercibido en la historia de la
Cartografía probablemente porque no fuese su autor quien lo pusiese en práctica directamente y
por la falta de difusión científica de la época. Llama la atención que el cartógrafo español
Tomás López y discípulo de D´Anville realice sus estudios cartográficos a partir de
cuestionarios enviados a párrocos y les encargase incluso un croquis de la zona y no tuviese en
cuenta la propuesta de Chevalier para homogeneizar estos datos.
La segunda consideración es que el método plantea un levantamiento aunque rudimentario y
basado en una plantilla, y la manera de enlazar todos ellos en una minuta, en base a orientar con
la salida y la puesta del sol además teniendo en cuenta la declinación solar en función de la zona
en concreto de que se trate. El planteamiento es sin duda muy ingenieril porque plantea la
solución técnica a un problema económico aunque sea en perjuicio de la precisión (ciencia).
La tercera consideración, y no menos importante es que aporta un gran sentido de la
normalización ya que aporta toda una serie símbolos cartográficos con los que podría tener a a
una rápida interpretación de la plantilla sin necesidad de tener delante a su autor.
La cuarta consideración, consiste en plantearse en el método, devolver la minuta una vez
ensamblada, a los autores de las plantillas para que estos la sometan a examen, esto es sin duda
un método de control de calidad cartográfico.
6. Referencias.
[1] Helmert, Friedrich Robert (1880 – 1950) estableció la Geodesia como una ciencia
independiente en su monografía “Die mathematischen und physikalischen Theorien der höheren
Geodäsie”. Reimpreso por Minerva GmbH, Frankfurt a .M. 1961.
[2] Instituto Geográfico Nacional “La Imagen del mundo: 500 años de Cartografía”. 1992.
Ministerio de Obras públicas y Transportes.
[3] Domínguez García Tejero, F. “Topografía General y Aplicada”. Editorial Dossat. Madrid,
1978.
[4] Ferrer Torio, R. “Topografía Aplicada a la Ingeniería”. Ministerio de Obras Públicas,
Transportes y Medio Ambiente. Instituto Geográfico Nacional. 1996
[5] Alinhac G., “Historique de la Cartografíe”. 1965. Paris. Reedición 1973. Ed.Eyrolles.
[6] Chevalier M., “Sur la Maniere de lever la carte d´un pays” en Histoire de L´Academie
Royal de Sciences. 1707. pp113 – 116.
[7] Manzano Agugliaro G. & Manzano Agugliaro F. “Fundamentos de Topografía, Cartografía
y Geodesia para Ingenieros” Ed. Universidad de Almería. 2005.