INTRODUCCION Desde el punto de vista de la inocuidad, no hay ningún tipo de microorganismo que pueda reproducirse en la cerveza y enfermar a las personas. En términos generales, la calidad de la cerveza se refiere al cumplimiento y la consistencia de las especificaciones o propiedades sensoriales que definen un determinado estilo, sumado a la ausencia de sabores indeseables. Por su parte, el consumidor conocedor y devoto de la cerveza artesanal busca que la misma sea auténtica, bien hecha, singular, atractiva y confiable, lo que bien podría ser otra definición para una cerveza de calidad (Gigliarelli, 2017). Lograr una cerveza de calidad implica mucho más que seguir una receta. Por un lado, se necesita conocer que ingredientes son los de mejor calidad y cuál es su disponibilidad, así como tener un conocimiento acabado de las etapas del proceso. Por otro lado, se debe contar con instalaciones y equipos que cumplan las normas sanitarias y alimentarias así como la capacitación constante del personal en todas las áreas, incluyendo Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) (Steele, 2013). El presente artículo analiza aquellos aspectos de los ingredientes y los procesos de la cerveza que determinan el perfil sensorial de la misma. Además, resume algunos de los métodos analíticos más utilizados para el análisis y control de estos parámetros sensoriales. Por último se destacan las actividades realizadas por el Núcleo Cerveza del Laboratorio de Tecnología de Alimentos (LabTA), el cual está avanzando en investigación, extensión y formación sobre cervezas (Figura 1). RESUMEN La cerveza es un elixir elaborado a partir de cuatro elementos: agua, malta, lúpulo y levadura. Su proceso se ha perfeccionado al paso de los años y se puede considerar a esta bebida como una de las más antiguas en el mundo. El resurgimiento de la cerveza artesanal en los últimos años, trajo consigo una demanda de excelencia. La calidad de la cerveza hace referencia a parámetros sensoriales relacionados con el estilo, como el amargor, dulzor, sequedad, carácter de la malta, intensidad del lúpulo y similares. Por otro lado, debe estar ausente o regulada de aromas y sabores "no deseados" como diacetilo (mantequilla), acetaldehído (manzana verde), fenoles (clavo de olor) y oxidación (cartón/áspero/rancio), entre otros. Dado que es una bebida tan popular en todo el mundo, estar familiarizado con las técnicas analíticas adecuadas para la evaluación de la cerveza es útil para investigadores y cerveceros. Este artículo tiene como objetivo resumir los diversos ingredientes y procesos de la cerveza que originan los compuestos determinantes del aroma, sabor, cuerpo, espuma y demás atributos considerados al momento de valorar la calidad de una cerveza. La técnica de cromatografía de gases (GC) y espectrometría de masas (MSD) sumado a la microextracción en fase sólida (SPME) es la técnica convencional para la detección e identificación de compuestos aromáticos volátiles. Los mismos compuestos pueden percibirse mediante un análisis sensorial, utilizando un panel entrenado o bien un grupo de enfoque (Focus Group). El Núcleo Cerveza del Laboratorio de Tecnología de Alimentos (LabTA) de la FCA-UNC, demostró mediante un estudio realizado en el año 2019, que el uso de SPME-GC-MSD es un método efectivo para detectar volátiles de diferentes familias químicas en cervezas rubias y negras de la Ciudad de Córdoba. El mismo estudio midió la aceptabilidad de cervezas mediante un Focus Group (grupo de enfoque) utilizando una escala hedónica de 9 puntos y la apreciación de ciertos descriptores de cerveza optimizados para nivel consumidor.