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“Dieta” o “método” Dukan. Postura del Grupo de Revisión, Estudio y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (GREP-AED-N)

Authors:
  • Grupo de Revisión, Estudio y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (GREP-AEDN)
  • Academia Española de Nutrición y Dietética

Abstract

Los libros escritos por el Sr. Pierre Dukan (“No consigo adelgazar”, “El método Dukan ilustrado” y “Las recetas de Dukan”) ocupan actualmente los primeros puestos en los rankings de ventas de “no ficción”. Es por tanto muy importante que la población tome en consideración la veracidad y legalidad de las afirmaciones de dicho autor, máxime cuando nuestra sociedad está claramente preocupada por los aspectos relacionados con el peso corporal y la figura. http://www.naos.aesan.msps.es/csym/saber_mas/dietas/DietaDukan.html http://www.grep-aedn.es/documentos/Dieta_o_metodo_Dukan_Postura_GREP-AEDN_Marzo_2011.pdf
Grupo de Revisión, Estudio y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas
http://www.grep-aedn.es/
info@grep-aedn.es
Marzo de 2011
1
“Dieta” o “método” Dukan. Postura del GREP-AEDN. Marzo de 2011
Autores:
Julio Basulto
*
, Maria Manera
*
, Eduard Baladia
*
, Violeta Moizé
**
, Nancy Babio
*
, Mar Ruperto
*
y Mª Glòria Sorigué
*
.
Revisores
*
:
Pilar Amigó
*
, Esther Blanco
*
, Maria Blanquer
*
, Josep Lluch
*
, Andrea Gil
*
, Juan Revenga
***
, Luís Roka
*
y Mercedes Sotos
*
.
* Dietistas-Nutricionistas. Más datos en: www.grep-aedn.es/miembros.htm
**
Dietista-Nutricionista, Unidad de Obesidad del Servicio de endocrinología y nutrición del Hospital Clínic de Barcelona.
*** Dietista-Nutricionista, miembro de la Junta de Gobierno de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas.
Este documento ha sido refrendado por la Estrategia Naos (Ministerio de Sanidad), en abril de 2011:
https://twitter.com/#!/sanidadgob/status/6608226174 9071872
y
www.naos.aesan.msps.es/csym/saber_mas/dietas/DietaDukan .html
Introducción y justificación
Los libros escritos por el Sr. Pierre Dukan (“No consigo adelgazar”, El método Dukan ilustrado” y “Las recetas de Dukan”) ocupan
actualmente los primeros puestos en los rankings de ventas de “no ficción”. Es por tanto muy importante que la población tome en
consideración la veracidad y legalidad de las afirmaciones de dicho autor, máxime cuando nuestra sociedad está claramente preocupada
por los aspectos relacionados con el peso corporal y la figura
.
Consideraciones que justifican la postura del GREP-AEDN
El Grupo de Revisión, Estudio y Posicionamiento de la Asociación
Española de Dietistas-Nutricionistas (GREP-AEDN, voz científica de
la Asociación), desaconseja encarecidamente el “método” o “dieta”
propuesto por el Sr. Dukan, tal y como se detalla en el apartado
“Postura del GREP-AEDN”, por ser ineficaz, fraudulento y
potencialmente peligroso. Esta opinión se sustenta en las siguientes
seis consideraciones al respecto de dicha “dieta” o “método”.
1.- Ausencia de fundamento científico.
Ninguna de las bases de datos científicas españolas o
internacionales (Elsevier, Excelenciaclinica.net, Guías de práctica
clínica en el Sistema Nacional de Salud, Scielo, Scirus,
ScienceDirect, clinicaltrials.gov, PubMed) contiene estudio alguno
que haga referencia a esta dieta o que apoye su eficacia o
seguridad. Las palabras de su autor y las experiencias personales de
sus testigos o de otros individuos concretos no tienen ninguna
validez desde el punto de vista de la evidencia científica o de la
salud pública.
2.- Cumple las caraterísticas que definen a las dietas
fraudulentas
La “dieta” o el “método” Dukan cumple las características de una
dieta fraudulenta. Según la Asociación Americana de Dietética
1
y la
Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas
2
, las características
de las dietas fraudulentas o de los métodos fraudulentos para
perder peso, son, entre otras
3
:
- prometen resultados "rápidos",
- prometen resultados "mágicos",
- prohíben el consumo de un alimento o grupo de alimentos,
- contienen listas de alimentos "buenos" o "malos",
- exageran la realidad científica de un nutriente,
- aconsejan productos dietéticos a los que se atribuyen pro-piedades
extraordinarias,
- incluyen relatos, historias o testimonios para aportar credibilidad,
y
- contienen afirmaciones que contradicen a colectivos sanitarios de
reputación reconocida.
La "dieta" o “método” del Sr. Dukan cumple todos los puntos
anteriores. Se puede comprobar leyendo la contraportada de uno
sus libros ("No consigo adelgazar"):
"Con el Método Dukan usted logrará adelgazar de forma inmediata
y mantener su peso estable durante el resto de su vida [...] Más de
1 millón de lectores en Francia ya han adelgazado siguiendo los
cuatro pasos de esta dieta basada en el consumo de proteínas
naturales”.
3.- Ilegalidad de sus afirmaciones
Las siguientes aseveraciones, recogidas en la contraportada del libro
“No consigo adelgazar”, incumplen la legislación y suponen una
"infracción grave”:
1) “Con el Método Dukan usted logrará adelgazar de forma
inmediata”
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2) [podrá] “mantener su peso estable durante el resto de su vida",
3) “dieta basada en el consumo de proteínas naturales”, y
4) "más de 1 millón de lectores en Francia ya han adelgazado
siguiendo los cuatro pasos de esta dieta”.
Puede comprobarse la ilegalidad de dichas frases revisando el Real
Decreto 1907 / 1996, de 2 de agosto, que especifica claramente:
"Queda prohibida cualquier clase de publicidad o promociones
directa o indirecta, masiva o individualizada, de productos,
materiales, sustancias, energías o métodos con pretendida
finalidad sanitaria en los siguientes casos":
- [...] Que sugieran propiedades específicas adelgazantes o contra
la obesidad.
- Que proporcionen seguridades de alivio o curación cierta.
- Que utilicen el término «natural» como característica vinculada a
pretendidos efectos preventivos o terapéuticos.
- Que atribuyan a determinadas formas, presentaciones o marcas de
productos alimenticios de consumo ordinario concretas y específicas
propiedades preventivas, terapéuticas o curativas.
- Que pretendan aportar testimonios de profesionales sanitarios, de
personas famosas o conocidas por el público o de pacientes reales o
supuestos, como medio de inducción al consumo.
La página web del Sr. Dukan, además de publicitar o promocionar
sus libros, contiene un apartado llamado “Tienda”
(www.mitiendadietadukan.com) en la que se encuentran productos
como “Devorcal”, al que se atribuye la siguiente propiedad: “quema
de forma específica las calorías procedentes de proteínas y grasas”.
Además de ser falsa e ilegal, esta afirmación es particularmente
insólita cuando se observa que se aconseja su uso durante 37 días:
“Cura de 37 días a renovar en caso necesario”.
4.- Errónea atribución de capacidad adelgazante a las proteínas
dietéticas
Una revisión sistemática de la literatura publicada en 2003 concluyó
que no existen pruebas que sustenten que una dieta con un mayor
contenido en proteínas ayude a la pérdida de peso (contrariamente
a lo propuesto por el Sr. Dukan)
4
. Un estudio más reciente, que
asignó aleatoriamente a 811 adultos con sobrepeso a cuatro dietas
con diferentes porcentajes de macronutrientes, concluyó que la
pérdida de peso se justifica por el tiempo que se sigue la dieta y por
las calorías que se dejan de ingerir, no por la distribución de dichos
macronutrientes
5
. La misma conclusión se recoge en las últimas
guías dietéticas para los americanos (publicadas en 2011), que
contaron con la asistencia de la Colaboración Cochrane, en las que
se revisó sitemáticamente la literatura científica sobre este tema
6
.
No es de extrañar, por tanto, que la Autoridad Europea de
Seguridad Alimentaria (EFSA) considere que no existen pruebas
científicas para asociar el consumo de proteínas con ventajas en el
control del peso corporal
7
.
Es necesario destacar, asimismo, que la alta ingesta de proteína
dietética (algo que muy probablemente ocurre en los seguidores de
este tipo de “dietas” no sólo a corto plazo, sino también a medio o
largo plazo) no está exenta de riesgos. Por una parte, un
seguimiento de la alimentación de 22.944 personas adultas durante
10 años mostró que el consumo prolongado de dietas pobres en
carbohidratos y ricas en proteínas se asocia con un incremento en la
mortalidad total
8
. Llegó a similares conclusiones un estudio de
seguimiento de 85.168 mujeres durante 26 años, y de 44.548
hombres durante 20 años
9
.
Por último, la alta ingesta de proteína ha sido asociada a
enfermedades crónicas como osteoporosis, cálculos renales,
insuficiencia renal, cáncer, enfermedad cardiovascular y obesidad
10
.
5.- Contradicciones con los consensos de expertos en obesidad
La frase Con el Método Dukan usted logrará adelgazar de forma
inmediata y mantener su peso estable durante el resto de su vida”,
que aparece en la contraportada del libro “No consigo adelgazar"
contradice a todos los consensos (sean españoles o internacionales)
en tratamiento del sobrepeso o de la obesidad
11-17
Ninguna estrategia para adelgazar ha mostrado efectividad
inmediata y mantenida de por vida en todos los grupos de
población
18
. Tal y como afirma la Asociación Americana de Dietética
en un documento de postura sobre el manejo del peso corporal,
“Los profesionales sanitarios deben ayudar a los pacientes a aceptar
un cambio de peso modesto pero sostenible en el tiempo, que
pueda ser conseguido de forma razonable”
19
.
En cualquier caso, la cantidad de afirmaciones que contradicen a los
citados consensos en los libros del Sr. Dukan es ingente, por lo que
no se analizarán en este documento por razones de brevedad.
6.- Potenciales daños asociados al seguimiento de su “método” o
“dieta”
En un extenso documento publicado en noviembre de 2010, la
Agencia Francesa para la Seguridad Alimentaria, del Medio
Ambiente y Ocupacional (ANSES), señala que la dieta propuesta por
el Sr. Dukan puede comportar desequilibrios nutricionales y puede
ser altamente arriesgada ya que su seguimiento podría comportar
alteraciones somáticas, psicológicas, hormonales, de crecimiento o
de rendimiento deportivo
20
.
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La Asociación Francesa de Dietistas-Nutricionistas coincide con la
postura de ANSES, y añade que la dieta o método Dukan presenta
“graves riesgos para la salud”
21
.
La Asociación Británica de Dietética, por su parte, también
considera que esta “dieta” o “método” puede comportar riesgos
para la salud pública, pero añade que provoca, además, confusión
en las personas que la siguen
22
.
Postura del GREP-AEDN
Por todo lo anteriormente expuesto, el GREP-AEDN considera que el
"método" del Sr. Dukan es fraudulento e ilegal, no sirve para
adelgazar y supone un riesgo para la salud pública.
Es por ello que el GREP-AEDN:
- Desaconseja encarecidamente a la población el seguimiento del
“método” o de la “dieta” propuesta por el Sr. Dukan, e
- Insta a las autoridades sanitarias a proteger a la población de las
consecuencias negativas de la difusión de este tipo de fraudes,
ofreciéndose como fuente acreditada en todo lo relacionado con el
control de peso, para aportar opiniones objetivas y apoyadas en
pruebas científicas de eficacia y seguridad, con la finalidad de
preservar la salud pública.
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Dietetic Association: food and nutrition misinformation. J Am Diet
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t_id=250209 [Consulta: 1 de marzo de 2011]
7. European Food Safety Authority. Scientific Opinion on the
substantiation of health claims related to protein and increase in satiety
leading to a reduction in energy intake (ID 414, 616, 730), contribution
to the maintenance or achievement of a normal body weight (ID 414,
616, 730), maintenance of normal bone (ID 416) and growth or
maintenance of muscle mass (ID 415, 417, 593, 594, 595, 715) pursuant
to Article 13(1) of Regulation (EC) No 1924/2006. EFSA Journal 2010;
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Low-carbohydrate-high-protein diet and long-term survival in a general
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www.afssa.fr/Documents/NUT2009sa0099EN.pdf [Consulta: 8 de febrero
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http://afdn.org/fileadmin/pdf/101201-regimes_alimentaires.pdf
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22. The British Dietetic Association. Top 5 Worst Celebrity Diets to Avoid
in 2011. En línea: www.bda.uk.com/news/101213weirddiets.html
[Consulta: 1 de marzo de 2011]

Supplementary resource (1)

... Por otra parte, destaca el lema Dukan, una polémica versión de la dieta cetogénica que gozó de gran popularidad a partir de 2010 y que poco tiempo después fue calificada como fraudulenta e ineficaz para adelgazar, así como arriesgada para la salud. Esta valoración fue realizada por la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas en un documento refrendado por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (Basulto et al., 2011). ...
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Full-text available
This research conducts a semantic analysis of the Spanish digital press regarding diets and eating habits during the last decade. The period under study begins on January 1, 2011 and ends ten years later, on December 31, 2020. We carried out an analysis of the content related to diets and nutrition guidelines that appeared in the digital versions of the four most widely read generalist newspapers at the national level (elpais.com, elmundo.es, lavanguardia.com and abc.es). 643 records were obtained and examined using the T-LAB software. The results show that the press especially addresses especially the characteristics of five types of diet (Mediterranean, DASH, ketogenic, vegan and vegetarian) and the effects they have on health, especially the Mediterranean diet. The news are linked to numerous ailments that the Mediterranean diet can reduce or prevent. It is observed that this information has moved to scientific contexts that link this diet with a balanced and healthy lifestyle.
... Un estudio no revisado en dicho Consenso, por su reciente aparición, también asocia la mayor ingesta de proteína animal con un incremento en el riesgo de ganancia de peso a largo plazo 14 . Sea como fuere, la dieta Dukan ha sido recientemente calificada como fraudulenta, ilegal e ineficaz para adelgazar y arriesgada para la salud por parte de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas en un documento refrendado por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad 15 . Fraudulenta porque cumple las características que definen a las llamadas dietas milagro. ...
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Tema adebate Ansia de proteína: "A mi amada y cariñosa esposa Verónica, que en todo mo-mento me ha proporcionado un infalible alimento emocio-nal, intelectual, espiritual y bajo en hidratos de carbono". Es la dedicatoria de La nueva revolución dietética del Dr. Atkins, uno de los libros más vendidos en relación con el control de peso. En 2004, aproximadamente 2 de cada 10 americanos había seguido la dieta Atkins. El libro de este autor promueve una altísima ingesta de proteína ("done sus alimentos altos en hidratos de carbono a un comedor benéfico, y llene su nevera y su despensa con sus alimentos ricos en proteínas preferidos") y asegura ser "el programa más probado, efectivo y seguro para adelgazar y no volver a engordar" (sic). Atkins preconizó, desde 1970 hasta su muerte (en 2003, con un exceso de peso que desacreditaba sus categóricas afirmaciones), la ingesta de proteína como clave de la pérdida de peso. Algo que sigue de moda. La Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó en su libro El reto de la obesidad en la Región Europea de la OMS y estrategias de respuesta, publicado en 2007, que: "Las dietas ricas en proteínas...
... Entre las dietas populares, la dieta Atkins, típicamente una DBHC, es proporcionalmente una DHP y también rica en grasas. También podemos considerar en este grupo la dieta de la Zona, que propugna un proporción de nutrientes 40-30-30 entre hidratos de carbono, proteínas y grasas, respectivamente, y la más reciente dieta Dukan (415) . ...
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This paper is a summary of the Spanish Federation of Nutrition, Food and Dietetics Associations (FESNAD) and the Spanish Association for the Study of Obesity (SEEDO) consensus document on the role of diet in prevention and treatment of overweight and obesity. To prepare this document, and in order to achieve the maximum evidence level possible, a systematic review was made of all medical literature published between January 1, 1996 and January 31, 2011 (15 years). The obtained findings were catalogued by evidence level following the Scottish Intercollegiate Guidelines Network system, and recommendations were produced based on data collected. As a result, 65 evidences and 31 recommendations applicable to obese adults without any other pathological process were produced. Evidences and resulting recommendations are provided, and the most significant findings are discussed. This consensus document is intended to provide healthcare professionals with a reference tool that may help them design dietary strategies for prevention and treatment of overweight and obesity. Copyright © 2012 SEEN. Published by Elsevier Espana. All rights reserved.
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Introducción: aunque el consumo de hidratos de carbono es un factor clave para alcanzar un óptimo rendimiento deportivo, los niveles de ingesta parecen cuestionados por algunos deportistas amateurs, que llegan a desarrollar una aversión irracional por los hidratos de carbono conocida como “carbofobia”. Por otro lado, la alimentación es origen de comunidades virtuales erigidas como fuente de conocimiento e intercambio de información, aunque apenas se ha analizado la influencia de estas en los comportamientos alimentarios.Objetivos: conocer las conceptualizaciones sobre el consumo de hidratos de carbono y los patrones alimentarios relacionados con la carbofobia a través de la actividad en Twitter de aficionados a la práctica deportiva.Métodos: estudio cualitativo diseñado desde la Etnografía Virtual de Hine. Realizamos una inmersión virtual en cuentas en abierto de la red social Twitter en una muestra teórica de tuits de aficionados al deporte. Se realizó un análisis del discurso de la información narrativa de tuits mediante los procesos de codificación abierta, axial y selectiva y el método de comparación constante. Resultados: del análisis emergen cuatro grandes categorías que retratan las conceptualizaciones sobre los hidratos de carbono: los hidratos de carbono como sospechosos o culpables del estancamiento en el entrenamiento y de los problemas con el peso, la carbofobia como estilo de vida, la carbofobia como religión y la relación amor/odio con los hidratos de carbono. Conclusiones: la dieta baja en hidratos de carbono, o carente de ellos, es considerada como un estilo de vida saludable en algunos aficionados a la práctica deportiva. Los resultados de este estudio ponen de manifiesto el poder de herramientas de comunicación virtual como Twitter para apoyar, fomentar y mantener conductas alimentarias no frecuentes y no siempre saludables. Futuros estudios deben seguir profundizando en el contexto en el que aparecen estas prácticas.
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Data on the long-term association between low-carbohydrate diets and mortality are sparse. To examine the association of low-carbohydrate diets with mortality during 26 years of follow-up in women and 20 years in men. Prospective cohort study of women and men who were followed from 1980 (women) or 1986 (men) until 2006. Low-carbohydrate diets, either animal-based (emphasizing animal sources of fat and protein) or vegetable-based (emphasizing vegetable sources of fat and protein), were computed from several validated food-frequency questionnaires assessed during follow-up. Nurses' Health Study and Health Professionals' Follow-up Study. 85 168 women (aged 34 to 59 years at baseline) and 44 548 men (aged 40 to 75 years at baseline) without heart disease, cancer, or diabetes. Investigators documented 12 555 deaths (2458 cardiovascular-related and 5780 cancer-related) in women and 8678 deaths (2746 cardiovascular-related and 2960 cancer-related) in men. The overall low-carbohydrate score was associated with a modest increase in overall mortality in a pooled analysis (hazard ratio [HR] comparing extreme deciles, 1.12 [95% CI, 1.01 to 1.24]; P for trend = 0.136). The animal low-carbohydrate score was associated with higher all-cause mortality (pooled HR comparing extreme deciles, 1.23 [CI, 1.11 to 1.37]; P for trend = 0.051), cardiovascular mortality (corresponding HR, 1.14 [CI, 1.01 to 1.29]; P for trend = 0.029), and cancer mortality (corresponding HR, 1.28 [CI, 1.02 to 1.60]; P for trend = 0.089). In contrast, a higher vegetable low-carbohydrate score was associated with lower all-cause mortality (HR, 0.80 [CI, 0.75 to 0.85]; P for trend </= 0.001) and cardiovascular mortality (HR, 0.77 [CI, 0.68 to 0.87]; P for trend < 0.001). Diet and lifestyle characteristics were assessed with some degree of error. Sensitivity analyses indicated that results were probably not substantively affected by residual confounding or an unmeasured confounder. Participants were not a representative sample of the U.S. population. A low-carbohydrate diet based on animal sources was associated with higher all-cause mortality in both men and women, whereas a vegetable-based low-carbohydrate diet was associated with lower all-cause and cardiovascular disease mortality rates. National Institutes of Health.
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The best available evidence demonstrates that conventional weight management has a high long-term failure rate. The ethical implications of continued reliance on an energy deficit approach to weight management are under-explored. A narrative literature review of journal articles in The Journal of Human Nutrition and Dietetics from 2004 to 2008. Although the energy deficit approach to weight management has a high long-term failure rate it continues to dominate research in the field. In the current research agenda, controversies and complexities in the evidence base are inadequately discussed, and claims about the likely success of weight management misrepresent available evidence. Dietetic literature on weight management fails to meet the standards of evidence based medicine. Research in the field is characterised by speculative claims that fail to accurately represent the available data. There is a corresponding lack of debate on the ethical implications of continuing to promote ineffective treatment regimes and little research into alternative non-weight centred approaches. An alternative health at every size approach is recommended.
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Background: The possible advantage for weight loss of a diet that emphasizes protein, fat, or carbohydrates has not been established, and there are few studies that extend beyond 1 year. Methods: We randomly assigned 811 overweight adults to one of four diets; the targeted percentages of energy derived from fat, protein, and carbohydrates in the four diets were 20, 15, and 65%; 20, 25, and 55%; 40, 15, and 45%; and 40, 25, and 35%. The diets consisted of similar foods and met guidelines for cardiovascular health. The participants were offered group and individual instructional sessions for 2 years. The primary outcome was the change in body weight after 2 years in two-by-two factorial comparisons of low fat versus high fat and average protein versus high protein and in the comparison of highest and lowest carbohydrate content. Results: At 6 months, participants assigned to each diet had lost an average of 6 kg, which represented 7% of their initial weight; they began to regain weight after 12 months. By 2 years, weight loss remained similar in those who were assigned to a diet with 15% protein and those assigned to a diet with 25% protein (3.0 and 3.6 kg, respectively); in those assigned to a diet with 20% fat and those assigned to a diet with 40% fat (3.3 kg for both groups); and in those assigned to a diet with 65% carbohydrates and those assigned to a diet with 35% carbohydrates (2.9 and 3.4 kg, respectively) (P>0.20 for all comparisons). Among the 80% of participants who completed the trial, the average weight loss was 4 kg; 14 to 15% of the participants had a reduction of at least 10% of their initial body weight. Satiety, hunger, satisfaction with the diet, and attendance at group sessions were similar for all diets; attendance was strongly associated with weight loss (0.2 kg per session attended). The diets improved lipid-related risk factors and fasting insulin levels. Conclusions: Reduced-calorie diets result in clinically meaningful weight loss regardless of which macronutrients they emphasize. (ClinicalTrials.gov number, NCT00072995.)
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Low-carbohydrate diets have been popularized without detailed evidence of their efficacy or safety. The literature has no clear consensus as to what amount of carbohydrates per day constitutes a low-carbohydrate diet. To evaluate changes in weight, serum lipids, fasting serum glucose, and fasting serum insulin levels, and blood pressure among adults using low-carbohydrate diets in the outpatient setting. We performed MEDLINE and bibliographic searches for English-language studies published between January 1, 1966, and February 15, 2003, with key words such as low carbohydrate, ketogenic, and diet. We included articles describing adult, outpatient recipients of low-carbohydrate diets of 4 days or more in duration and 500 kcal/d or more, and which reported both carbohydrate content and total calories consumed. Literature searches identified 2609 potentially relevant articles of low-carbohydrate diets. We included 107 articles describing 94 dietary interventions reporting data for 3268 participants; 663 participants received diets of 60 g/d or less of carbohydrates--of whom only 71 received 20 g/d or less of carbohydrates. Study variables (eg, number of participants, design of dietary evaluation), participant variables (eg, age, sex, baseline weight, fasting serum glucose level), diet variables (eg, carbohydrate content, caloric content, duration) were abstracted from each study. Two authors independently reviewed articles meeting inclusion criteria and abstracted data onto pretested abstraction forms. The included studies were highly heterogeneous with respect to design, carbohydrate content (range, 0-901 g/d), total caloric content (range, 525-4629 kcal/d), diet duration (range, 4-365 days), and participant characteristics (eg, baseline weight range, 57-217 kg). No study evaluated diets of 60 g/d or less of carbohydrates in participants with a mean age older than 53.1 years. Only 5 studies (nonrandomized and no comparison groups) evaluated these diets for more than 90 days. Among obese patients, weight loss was associated with longer diet duration (P =.002), restriction of calorie intake (P =.03), but not with reduced carbohydrate content (P =.90). Low-carbohydrate diets had no significant adverse effect on serum lipid, fasting serum glucose, and fasting serum insulin levels, or blood pressure. There is insufficient evidence to make recommendations for or against the use of low-carbohydrate diets, particularly among participants older than age 50 years, for use longer than 90 days, or for diets of 20 g/d or less of carbohydrates. Among the published studies, participant weight loss while using low-carbohydrate diets was principally associated with decreased caloric intake and increased diet duration but not with reduced carbohydrate content.
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High-protein diets have recently been proposed as a "new" strategy for successful weight loss. However, variations of these diets have been popular since the 1960s. High-protein diets typically offer wide latitude in protein food choices, are restrictive in other food choices (mainly carbohydrates), and provide structured eating plans. They also often promote misconceptions about carbohydrates, insulin resistance, ketosis, and fat burning as mechanisms of action for weight loss. Although these diets may not be harmful for most healthy people for a short period of time, there are no long-term scientific studies to support their overall efficacy and safety. These diets are generally associated with higher intakes of total fat, saturated fat, and cholesterol because the protein is provided mainly by animal sources. In high-protein diets, weight loss is initially high due to fluid loss related to reduced carbohydrate intake, overall caloric restriction, and ketosis-induced appetite suppression. Beneficial effects on blood lipids and insulin resistance are due to the weight loss, not to the change in caloric composition. Promoters of high-protein diets promise successful results by encouraging high-protein food choices that are usually restricted in other diets, thus providing initial palatability, an attractive alternative to other weight-reduction diets that have not worked for a variety of reasons for most individuals. High-protein diets are not recommended because they restrict healthful foods that provide essential nutrients and do not provide the variety of foods needed to adequately meet nutritional needs. Individuals who follow these diets are therefore at risk for compromised vitamin and mineral intake, as well as potential cardiac, renal, bone, and liver abnormalities overall.
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It is the position of the American Dietetic Association that successful weight management to improve overall health for adults requires a lifelong commitment to healthful lifestyle behaviors emphasizing sustainable and enjoyable eating practices and daily physical activity. Americans are increasing in body fat as they become more sedentary. Obesity has reached epidemic proportions and health care costs associated with weight-related illnesses have escalated. Although our knowledge base has greatly expanded regarding the complex causation of increased body fat, little progress has been made in long-term maintenance interventions with the exception of surgery. Lifestyle modifications in food intake and exercise remain the hallmarks of effective treatment, but are difficult to initiate and sustain over the long term. The dietitian can play a pivotal role in modifying weight status by helping to formulate reasonable goals which can be met and sustained with a healthy eating approach as outlined in the Dietary Guidelines for 2000. Any changes in dietary intake and exercise patterns which decrease caloric intake below energy expenditure will result in weight loss, but it is the responsibility of the dietitian to make sure the changes recommended are directed toward improved physiological and psychological health. A thorough clinical assessment should help define possible genetic, environmental, and behavioral factors contributing to weight status and is important to the formulation of an individualized intervention. The activation of treatment strategies is often limited by available resources and cost. Reimbursement by third party payers for services is limited. Health care dollars are consumed for treatment of weight-related diseases. Public policy must change if the obesity epidemic is to be stopped and appropriate weight management techniques activated.
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It is the position of the American Dietetic Association (ADA) that food and nutrition misinformation can have harmful effects on the health, well-being, and economic status of consumers. Nationally credentialed dietetics professionals working in health care, academia, public health, the media, government, and the food industry are uniquely qualified to advocate for and promote science-based nutrition information to the public, function as primary nutrition educators to health professionals, and actively correct food and nutrition misinformation. Enormous scientific advances have been made in the area of food and nutrition, leading to a fine-tuning of recommendations about healthful eating. Consumers have become increasingly aware of the nutrition-health link and reliant on nutrition information to base their decisions, and have assumed partial responsibility for changing their eating behaviors. Unfortunately, these same trends also create opportunities for food and nutrition misinformation to flourish. News reports rarely provide enough context for consumers to interpret or apply the advice given, and preliminary findings often attract unmerited and misleading attention. Effective nutrition communication must be consumer-friendly and contain sufficient context to allow consumers to consider the information and determine whether it applies to their unique health and nutritional needs. Consistent with ADA's organizational vision that members "are the leading source of nutrition expertise," ADA recognizes its responsibility to help consumers identify food and nutrition misinformation in the following ways: (a) ADA members should provide consumers with sound, science-based nutrition information and help them to recognize misinformation; (b) ADA members need to be the primary source of sound, science-based nutrition information for the media and to inform them when misinformation is presented; and (c) ADA members should continue to diligently work with other health care practitioners, educators, policy makers, and food and dietary supplement industry representatives to responsibly address the health and psychological, physiological, and economic effects of nutrition-related misinformation.