La crianza de la cabra para la producción de carne, leche y ocasionalmente piel, representa un importante sustento económico principalmente en el sector rural en México, que dado las características de rusticidad y adaptabilidad de la especie, ésta se ha desarrollado mayormente en zonas áridas y semiáridas del país. La eficiencia productiva de la cabra es dependiente no solo de la capacidad genética, sino también del nivel de adaptación al medio con el que interactúa; esto se refiere básicamente a enfermedades, disponibilidad y calidad de alimento, nivel tecnológico, manejo zootécnico y el medio climático que exista en su zona. En mayor o menor intensidad, el clima es un importante modelador en la producción animal, ya que influye en su comportamiento en cualquiera de los sistemas de producción. Como cualquier ser vivo, la cabra tiene requerimientos climáticos; básicamente hablamos de temperatura, radiación solar, humedad relativa, velocidad de viento y aunque la presión atmosférica, nubosidad y precipitación pluvial no son variables que intervienen directamente, también son consideradas. Es por ello que las primeras razas caprinas se distribuyeron geográficamente dependiendo de la disponibilidad de recursos, donde a través de la modificación en sus hábitos y disponibilidad de alimento fue que se adaptaron (color y tipo de pelaje, ciclo reproductivo, etc.) y se establecieron en diferentes zonas climáticas. La temperatura neutral en la cabra se encuentra entre los 20 y 26°C, sin embargo, debido a la necesidad de domesticación de la cabra por el ser humano, fue que la explotación de algunas razas se extendiera a regiones donde sus necesidades climáticas (zona termoneutral) y capacidad termoregulatoria son rebasadas con facilidad en algunas estaciones del año (>34-36°C), ocasionando la pérdida de su homeostasis. Ante un clima extremo o combinación de variables climáticas, la cabra requiere modificar su comportamiento, estado fisiológico, endócrino, lo que conocemos como Estrés térmico, lo que repercute negativamente en la fisiología celular. Bajo esta situación, la suma de todos estos factores se reflejan en deficiencia o ausencia reproductiva, reducción en producción de leche, estrés, abortos, enfermedades, bajo peso al nacer, deficiencia en crecimiento, entre otras no menos importantes. El clima a su vez favorece la presentación de enfermedades dependiendo si las condiciones ambientales son favorables para el desarrollo de parásitos, bacterias, virus, etc. por el simple hecho de ser un organismo vivo