Introducción El síndrome de la muerte súbita infantil (MSI) conocido tam-bién como muerte en la cuna, consiste en la muerte de un niño, menor de un año de edad, en la que después de un estudio ne-crópsico completo, de una revisión detallada de su historia clí-nica y del examen del escenario y circunstancias de la muerte, no se encuentra ninguna causa que la justifique (1) . Su incidencia varía mucho entre distintos países. En Estados Unidos de América, se registra una tasa de 1,5-2 por mil naci-dos vivos y en Australia el 6,7 por mil. En la CE las diferen-cias también son llamativas y oscila entre el 0,1-0,3 por mil nacidos vivos de Italia, Portugal, Grecia o España y el 1,7-2,2 por mil de Irlanda, Francia y Reino Unido. En varios de estos países representa la primera causa de mortalidad infantil post-neonatal (2) . Estas variaciones en la incidencia se deben a la fal-ta de criterios unánimes en cuanto a la identificación de casos de MSI y a errores en los registros, pero también a diferencias reales entre unos países y otros que pueden depender de las dis-tintas prácticas de puericultura, hábitos y costumbres, en el ma-nejo del niño. Se conoce desde hace tiempo una serie de factores epide-miológicos de riesgo en relación con la MSI: bajo peso al nacer, madre soltera o muy joven, bajo nivel socioeconómico familiar, tabaquismo en el embarazo, muerte previa de un hermano por MSI, gemelaridad, etc. La identificación de factores de riesgo ha permitido adoptar medidas de protección sobre estos niños, como son los programas de monitorización continua en el do-micilio. Sin embargo, estos programas ejecutados en niños con riesgo no se han seguido, como era de esperar, de una dismi-nución de la tasa de muertes por MSI. Por otra parte, la capaci-dad de actuación para modificar estos factores de riesgo es muy limitada. En estos últimos años la investigación epidemiológica ha puesto de manifiesto otro tipo de factores de riesgo relaciona-dos de forma muy directa con el entorno del niño, con su medio ambiente y con los cuidados que se tienen con él, en los pri-meros meses. La importancia de conocer estas circunstancias del entorno del niño estriba en que son fácilmente modificables, por lo tanto, se puede actuar y disminuir el riesgo y la inciden-cia de la MSI. Esto es ya una realidad. La puesta en marcha de programas de información sobre determinados aspectos del cui-dado del niño se ha acompañado de una franca disminución de la tasa de mortalidad por MSI. Cambio de postura y disminución de la tasa de mortalidad por muerte súbita infantil en Navarra Resumen. La posición en decúbito prono durante el sueño ha sido referida como el factor de riesgo más importante en relación con la MSI. En nuestro país no se conocía la prevalencia del decúbito prono ni se había estudiado su relación con la MSI. En Navarra, según una encuesta efectuada sobre una muestra de 424 niños, nacidos entre el 1-2-92 y el 1-2-93, el 86,5% de los niños dormían en decúbito prono, el 5,6% en supino y el 3,5% sobre el costado. En el mes de marzo de 1993 se inició una campaña recomendando evitar el decúbito prono desde el nacimiento hasta el 6º mes. Después de la campaña, en una muestra de 441 niños, nacidos entre el 1-5-93 y el 1-5-94, solamente el 38,3% seguían durmiendo en prono, mientras que el 46% lo hacían en supino y el 9% sobre el costado. La tasa de mortalidad por MSI en Navarra en el período 1985-1993 fue de 1,3 por mil nacidos vivos, falleciendo una media de 6,3 niños/año. La tasa de mortalidad infantil después del cambio de postura en 1994 fue del 0,42 por mil nacidos vivos, con dos fallecimientos por MSI en dicho año. En Navarra, la disminución de la postura en prono se ha acompañado de forma significativa de una disminución de la tasa de mortalidad por MSI. An Esp Pediatr 1996;45:161-166. Palabras clave: Posición en decúbito prono; Muerte súbita infantil.