Situación del yacimiento de Cueva Victoria, en foto de satélite y en el mapa geológico. Cueva Victoria es un yacimiento de relleno de un karst desarrollado en las calizas triásicas del Complejo Alpujárride del Cerro de San Ginés de la Jara. (de Google Earth, foto de 2007; de la hoja 978-Llano del Beal del Mapa Geológico 50.000 del IGME, modificado). 

Situación del yacimiento de Cueva Victoria, en foto de satélite y en el mapa geológico. Cueva Victoria es un yacimiento de relleno de un karst desarrollado en las calizas triásicas del Complejo Alpujárride del Cerro de San Ginés de la Jara. (de Google Earth, foto de 2007; de la hoja 978-Llano del Beal del Mapa Geológico 50.000 del IGME, modificado). 

Source publication
Article
Full-text available
The vertebrate fossils from Cueva Victoria are found in the sediment that infilled karstic cavities during the Early Pleistocene. The sediment, part of an alluvial fan developed on the slopes of San Ginés Hill, penetrated through at least three subvertical entrances. The infilling was relatively rapid and continuous until it filled up the cave. Lat...

Context in source publication

Context 1
... hyaenas, karst, sedimentology, estratigraphy Cueva Victoria es un yacimiento de relleno cárstico. Los abundantes restos fósiles de vertebrados se encuentran en el sedimento que rellenó las cavidades de un karst formado en las calizas triásicas del Complejo Alpujárride del Cerro de San Ginés de la Jara (Fig. 1) (ver Manteca y Piña, este volumen). La minería desarrollada durante el pasado siglo en el yacimiento (ver Pérez de Perceval et al., este volumen) provocó la excavación y destrucción de la mayor parte del sedimento fosilífero para extraer el mineral de manganeso que contenía o para acceder a las vetas en las calizas. Como resultado de la acción minera, que incluyó el uso de explosivos, el yacimiento presenta un aspecto caótico, con una acumulación de bloques desprendidos, tanto de calizas triásicas como de brecha fosilífera, acumulados en los suelos de la cavidad principal entre depósitos resedimentados procedentes tanto de la brecha fosilífera como de aluvio- nes que entraron en la cueva una vez fue abandonada como mina. Los estudios previos sobre la estratigrafía de los sedimentos fosilíferos (Ferràndez et al., 1989; Gibert et al., 2006) se centraron en demostrar que el relleno de la cueva fue un proceso continuo y que la asociación de fósiles era la misma a lo largo de toda la serie. Esta homogeneidad del contenido fosilífero era importante, dado que la mayoría de los restos fósiles se han recuperado del sedimento removilizado por la acción minera. La serie de relleno tiene su potencia máxima bajo las entradas originales de la cueva (unos 18 m en la entrada norte de la Sala Unión) y disminuye lateral- mente, variando la potencia en función de la topografía de la cueva. Bajo las aberturas originales la brecha no presenta discontinuidades. Las pocas discontinuidades que se encuentran en la sucesión de relleno se sitúan siempre en cavidades secundarias, lejos de las entradas naturales. Se interpretan como debidas a interrupciones temporales de la comunicación entre la sala principal por donde entraba el sedimento y las cavidades secundarias interiores, producidas por el propio sedimento que obturó temporalmente la comunicación. El karst se desarrolló principalmente durante el Plioceno, en un proceso de disolución que posiblemente se viera acelerado por una particular acidez de las aguas, debida a las mineralizaciones de sulfuros presentes en las zona, formadas por procesos hidrotermales derivados de la actividad volcánica durante el evento metalogenético que originó las concentraciones metálicas (siderita, óxidos de Fe y Mn, barita, blenda, galena, casiteria, etc., ver Manteca y Piña y Artiaga et al., este volumen), que tuvo lugar, bajo control estructural, durante un corto periodo próximo al límite Tortoniense-Mesiniense (Montenat et al., 1990) Durante el Plioceno, mientras se formaba el carst, en las cavidades sólo se acumularon arcillas de descalcificación (el residuo insoluble de las calizas, weathering detritus en la clasificación de White, 2007), que en algunas cavidades internas, donde el karst atraviesa capas más margosas alcanzan los 3 metros de espesor. Local- mente, en la arcilla se encuentran nódulos o fragmentos de óxidos de manganeso, procedentes de las mineralizaciones incluidas en la caliza triásica. Las cavidades del karst presentan direcciones preferentes siguiendo estructuras en la caliza triásica NNW-SSE o NW-SW, que- dando algunas cavidades parcialmente compartimenta- das por salientes verticales y resaltos del techo alinea- dos según esta dirección (Fig. 2B). Los filones ricos en manganeso muestran orientaciones aproximadamente NW-SE, como puede observarse en las fotos de satélite al estar excavados por los mineros desde la superficie (Fig. 2A). En el Pleistoceno inferior la evolución del karst produjo que las cavidades se ampliaran, por disolución y colapso, hasta abrirse al exterior y se iniciara la entrada de sedimento alóctono, formándose la brecha que con- tiene los fósiles. Estos sedimentos clásticos alóctonos constituirían la segunda unidad en la serie estratigráfica, correspondiendo a depósitos de talud de entrada y aluviales según la clasificación de White (2007). El proceso de relleno sedimentario de la cueva a partir de las aberturas subverticales condujo a la colmatación de las cavidades conectadas directamente al exterior y al relleno más o menos completo de las cavidades conectadas indirectamente. El sedimento inicial de relleno es lutítico y se dispone directamente sobre las arcillas de descalcificación, en ocasiones removidas, de manera que se incorporan clastos blandos de arcilla en las luti- tas. Los limos y arcillas pasan en una rápida sucesión granocreciente a una brecha heterométrica, constituida por clastos de calizas y dolomías triásicas, que sigue has- ta el techo. Es en esta brecha donde se encuentran los fósiles. La brecha no presenta discontinuidades, lo que indica un relleno continuo y relativamente rápido, (posiblemente <80 ka). Sólo a techo se pueden apreciar, localmente, niveles con distinta granulometría correspondientes a diferentes regímenes hídricos, producidos principalmente por la variación del tamaño de las entradas y las cavidades, obturadas por el mismo sedimento o por desplomes. El material de relleno fue aportado por los abanicos ...

Similar publications

Article
Full-text available
Glaciers and ice sheets have existed in Antarctica for more than 30My, and it is the most stable cryospheric system on Earth. This article starts with a very brief overview of the pre-Quaternary glacial history of Antarctica. The Pleistocene history of the Antarctic Ice Sheet is outlined, and the glacial history of Antarctica since the Last Glacial...

Citations

... Se pueden observar diferentes estados de conservación en los fósiles extraídos de Cueva Victoria; esto se debe a los procesos sufridos por los restos durante el transporte, la compactación de los sedimentos y las condiciones de la cueva. Sin embargo, a pesar de estar afectados por factores tafonómicos o fosildiagenéticos (Fernàndez-Cañadell, 2015), su estado de conservación es muy bueno, incluso para los fósiles más pequeños. ...
... Cueva Victoria permite establecer una secuencia de procesos geomorfológicos a partir de su formación y de las fases en su relleno. La génesis de la cueva es particular (Fernàndez-Cañadell, 2015;Ros y Llamusí, 2015), ya que resulta ser de origen hipogénico, relacionada con la acidificación de las aguas debido a la presencia próxima de sulfuros, fruto de procesos hidrotermales derivados de la actividad volcánica que produjo las mineralizaciones de la Sierra Minera. Al abrirse al exterior, por disolución y colapso, empezaría el proceso de relleno de la cueva, colmatándola con alóctonos provenientes de los abanicos aluviales del Cerro de San Ginés. ...
... Otro de los procesos que pueden analizarse en la cueva es la propia génesis del carst (Ros y Llamusí, 2015) o del contexto sedimentario de la cavidad y su relleno (Fernàndez-Cañadell, 2015). Asimismo, Cueva Victoria resulta un ejemplo para ilustrar la fauna del Pleistoceno inferior ibérico, pues se encuentran numerosas especies de esta época e incluso de ambientes diferentes (Fernàndez-Cañadell y Gibert, 2015). ...
Conference Paper
Full-text available
La Cueva-Mina Victoria forma parte de un sistema cárstico de más de 3 km de longitud. Alberga un relleno Cuaternario con numerosos vertebrados, algunos descritos por primera vez. La actividad minera afectó a este enclave y permitió su descubrimiento, enriqueciendo al patrimonio natural con una historia y cultura singulares en la zona. Todo ello ha llevado a la protección legal del entorno como Bien de Interés Cultural. A pesar de esta riqueza en valores naturales y culturales, no se ha publicado, hasta la fecha, una valoración patrimonial del sitio que, de forma objetiva, exponga los criterios que aportan valor al bien y que permita un mínimo análisis o diagnóstico de los aspectos científicos más relevantes para su posterior gestión. Gracias a las ayudas económicas para la investigación e intervención del patrimonio arqueológico y paleontológico de la Región de Murcia y a la cofinanciación del Ayuntamiento de Cartagena, la Fundación Cidaris ha realizado, por primera vez, trabajos encaminados al conocimiento y gestión de los valores patrimoniales de la cueva. Se presentan los resultados del valor científico (Medio alto a Alto), discutiendo su significado y comparando los mismos con los de otros Lugares de Interés Geológico.
Article
Despite the scarcity of fossil specimens of Theropithecus oswaldi in Eurasia, its presence out of Africa attests to the great dispersal of this Papionini genus during the Early Pleistocene. In the present study, we analyze the buccal dental microwear of T. oswaldi (T. o. leakeyi) fossil specimens from Cueva Victoria (Southeastern Spain). This analysis is the first characterization of the feeding ecology of T. oswaldi in Europe. The buccal microwear pattern of the molar and premolar teeth of T. oswaldi from Cueva Victoria shows great similarities to that observed for the extant frugivorous forest-dwelling Mandrillus sphinx and mangabeys (Cercocebus sp.)—both species adapted to durophagous dietary habits—while significantly different from that observed for the gramnivorous Theropithecus gelada. These results suggest that T. oswaldi from Cueva Victoria could have exploited both hard-shelled fruits or seeds and succulent fruits from open and forested Mediterranean ecosystems.
Article
Full-text available
During the campaigns in Cueva Victoria in 2009, 2010 and 2011, the installation of a scaffold allowed a precise excavation of in situ material. The excavation was performed in two locations at the top of the fossiliferous breccia with an exceptional accumulation of fossil remains, with densities of up to 854 bones/m3. Before extraction, 3D coordinates, direction and dip were taken of each tooth, bone or bone fragment. The processing of these data provided information on the processes and genesis of the accumulation. The accumulations of bones are placed at the top the sediments infilling the cave, supplied by an alluvial fan, near a vertical entrance and close to the lateral wall of the cave. The predominant orientation of elongated bones, together with the sedimentary context, indicate a reworking of the bones by sporadic water flows.